Capítulo 5 Capitulo Cinco.

Wynnette.

Llegando a casa mi hambre se despertó de una manera abismal, como si no me hubiese metido si quiera un trozo de pan en la mañana. Enciendo la televisión para no escuchar el tormentoso silencio, es un poco extraño para mí retomar la rutina, pero debo hacerlo si quiero notar mejoría de mi parte.

Picando las cebollas, los tomates y poniendo sobre el mesón todos los ingredientes necesarios para hacer la pasta, me maldije por no ser lo suficientemente fuerte ésta mañana. Debí tener fuerza de voluntad, ahora tendría que buscar entradas y asistir a algún anfiteatro repleto de personas

Jasper Volkova, por alguna extraña razón su nombre me causaba intriga, los rusos suelen tener una imaginación bastante vivida, y el hecho que pertenezca al gremio de la literatura gótica, lo hace aún más interesante.

Mientras colocaba a hervir el agua para la pasta, comencé a indagar por internet cuándo sería su próxima conferencia, realmente no quiero poner en pausa mi carrera universitaria otra vez, siento que me he tomado el tiempo suficiente, y por más que trate de ocultarme del mundo, la realidad siempre seguirá llamando a mi puerta, para recordarme que tengo una vida de la que debo hacerme cargo, unos sueños que deben ser trabajados y unas heridas que deben ser sanadas.

Es demasiado duro para mí ver la vida de ésta manera ahora, cuando anteriormente estaba llena de energías y con un hambre voraz por descubrir el mundo. Desde la muerte de Hannah, mi vida dio un vuelco de ciento setenta grados, dejándome tirada en una selva de pesadillas y duros momentos de abatimiento, luchando contra mis miedos y actuando desde la ansiedad.

Sin embargo, quiero recalcar que no fue tormentoso para mí nada más, la familia de Hannah quedó completamente devastada, incluyendo a su hermano y mi ex novio, Thomas Carsson.

¿Cómo puedo hablar de esto sin llorar y volver a hundirme en mi miseria?, una de las cosas más densas de enfrentar en medio de toda esa tragedia, fue aceptar la separación de Thomas, quien no había digerido la muerte de Hannah de buena forma, ¿y quién soy yo para juzgarlo?. El punto es, que me culpó por haber tenido la idea del viaja, y esas acusaciones casi me hicieron perder la vida, viendo el suicidio como algo cada vez más y más tentador.

Sus padres, la Señora y el Señor Carsson, me protegieron, no responsabilizaron de la muerte y desaparición de Hannah, después de todo, no es como si yo la hubiese matado o manipulado para que se fuese conmigo, todo tiene un curso de tiempo, y lastimosamente, a mí y Hannah nos tocó vivir el peor, poniéndole un precio a la vida de ella y desapareciendo por completo mi equilibrio mental.

Ahora, ya no queda absolutamente nada de lo que fue, hace poco me enteré que Thomas decidió formar parte de la aviación, siempre ha sido un chico centrado y muy determinado con sus objetivos, a éstas alturas no sé por qué andábamos juntos. Solía amarlo, en ese instante de ensueño y enamoramiento ilusorio lo idealicé y lo coloqué en un pedestal, fue mi primera vez, por supuesto que creí que sería el amor de mi vida, el padre de mis hijos y mi futuro marido.

Pero no, él mostró su rostro real cuando el sueño se convirtió en pesadillas, pisoteándome y encerrándome en una jaula de culpa no merecida. Thomas Carsson hoy en día también es uno de traumas, y aunque yo lo perdoné, sé que él nunca me librará de la culpa. Su orgullo es más tempestuoso y oscuro de lo que él cree.

Dos golpes se hicieron escuchar en la puerta, fruncí mi ceño ante el sonido, hace muchísimo tiempo que no recibo visitas.

-¡Ya voy!-Dije mientras dejaba a un lado los quehaceres y con un trapo limpiaba mis manos.- ¡Un minuto!

Me acerqué a la puerta y al abrirla me topé con Jules Williams, compañera de clase que también reside en éste mismo edificio. Traté que mi desconcierto no fuese tan notorio en mi rostro, después de todo, nunca hemos tenido contacto o visitado siquiera, siempre nos hemos saludado de lejos y nada más. Aun así, sonreí amablemente y adopté una mejor postura para dar una impresión relajada.

-Jules, vaya, que sorpresa.-Dije riendo.- ¿Se te ofrece algo?

Ella sonrió, mostrando sus hoyuelos y acomodando su flequillo.

-Bueno, perdón que te interrumpa, pero la vicerrectora me mencionó que necesitabas entradas para ver a Jasper Volkova, y yo puedo ayudarte.

-¡Oh! ¿En serio? Pasa adelante por favor.

Me hice a un lado y la hice pasar, Jules es ese tipo de chica que entrando en los estereotipos clasistas de la sociedad, entra en la categoría de chica friki u otaku también podría ser. No la estoy juzgando ni mucho menos, pero su manera de actuar a veces es un poco rara.

-Toma asiento por favor, ¿quieres tomar algo?

Ella asintió mientras se acomodaba en el pequeño sofá rojo.

-Un vaso de jugo estaría bien.

Me dirigí al refrigerado y tomé un vaso, le serví y se lo entregué. Mis habilidades sociales han estado oxidadas últimamente, espero no meter la pata.

Después de darle varios sorbos a su bebida, procedió a hablar, Dios mío, espero que esto sea rápido.

-Tengo dos entradas para verlos ésta noche, se suponía que iba a verlo con mi novio. Pero a última hora lo han llamado para un viaje muy importante, así que, mientras estaba en el pasillo le mencioné esto a mis amigas pero ninguna quiere ir.-Jugó con los dedos de sus manos y después con el dobladillo de su falda.- La vicerrectora oyó eso y me hizo la mención que estabas en busca de una entrada, ¿te gustaría venir? Después de todo, sería una entrada desperdiciada.

Sonreí de oreja a oreja, mi día no estaba tan perdido, debo recuperar esa nota. Y al final de cuentas, no creo que Jules sea una mala compañía.

-Vaya, sí, me encantaría. ¿A qué hora iríamos?

-A las seis, estoy dispuesta a pedirle un autógrafo a ese hombre.-Dijo cantarina mientras juntaba sus manos, genial, una fanática.- M e iré, pero a las seis pasaré por ti.

Se levantó del sofá y salió de mi departamento, yo me eché hacia atrás en el mismo sillón y bufé.

Espero que éste mes y todo ahora sea mucho más emocionante.