Mi virgen Hermanastra
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Capítulo 5 hagamos un trato

-Entonces, ¡eres virgen, Marlyn!

Las mejillas de Marlyn enrojecieron al instante cuando oye a Eduardo hablar sobre su virginidad, la joven lo observa con los ojos bien abiertos y la boca cerrada.

-¡Lo eres! Esa cara que tienes te delata -ella sigue sin decir una palabra y ya que ella estaba muy callada, Eduardo aprovecho el momento para acercarse a su rostro.

-¿Qué haces?

-Es la única forma de hacerte hablar.

Acuna la mejilla de Marlyn y planta un beso en sus labios cargado de lujuria, la verdad es que sus ganas por volverla a besar no eran para nada normales. Sujeta el rostro de la castaña con ambas manos mientras que introduce su lengua en el interior de la boca de ella.

-¡UUhh! -Marlyn se queja de inmediato al mismo tiempo que golpea los brazos de Eduardo, pero eso no lo aleja de ella.

Mientras más se resistía, él profundizaba ese beso convirtiéndolo en algo más que un simple beso. Los golpes de Marlyn poco a poco fueron parando y convirtiéndose en agarre, ella se sujeta a los músculos de Eduardo mientras que él devora su boca.

Ya había sido besada una sola vez, pero ese beso que recibió no fue nada comparado con los que estaba recibiendo por parte de ese hombre. Marlyn cierra los ojos y se deja besar por él aun sabiendo que era una locura.

Eduardo desliza sus manos hacia los costados de Marlyn hasta que consigue sacarla del puesto y sentarla sobre su regazo, la sujeta por la curva de sus nalgas y aprieta contra él hasta que oye que ella se queja.

La toma por la nuca para mantenerla donde deseaba, mete su lengua hasta lo más profundo de su boca saboreando y jugando con la lengua de ella entre tanto desliza ambas manos por sus muslos hasta llegar a la altura de sus nalgas.

-¿Qué haces? -ella musita cuando siente que Eduardo posa las manos en sus nalgas, aquello era nuevo, nunca nadie la había tocado así.

-Te estoy tocando, Marlyn -gime contra los labios de ella.

Aprieta la curva de sus nalgas y empieza a descender hasta llegar a su entrepierna, aprieta con sus dedos y poco a poco ve metiendo sus dedos por debajo de la liga de su pantaleta.

-¡ah! No, ¿Qué estoy haciendo? -dice ella tratando de separarse un poco, pero Eduardo tenía otros planes y la obliga a estrechar sus tetas contra su pecho.

-¿Me vas a negar que no te gusta? -chupa su labio mientras que menciona aquellas palabras.

Marlyn medio abre sus ojos para observar a Eduardo, y justo en ese instante su vagina es penetrada por un dedo de la mano de él que la obliga a abrir los labios en una especie de (o) sus ojos se ensanchan un poco más y luego termina por fruncir el ceño.

¿Qué clase de experiencia era aquella?

Aprieta los hombros de Eduardo mientras que él penetra un poco más su vagina con su dedo, ella termina por morder levemente su boca al sentir como él hace círculos en su interior.

-Para ser tu primera vez te mojaste demasiado, Marlyn.

El CEO estaba gozando de aquella expresión de placer que ella le estaba mostrando, era su primera vez y le gustaba que fuese con él. Eduardo introduce otro dedo dentro la cavidad vaginal de Marlyn y mueve lentamente.

-¡Ah! No, por favor-ella frunce el ceño mientras que arquea un poco su espalda.

-¿No quieres sentir esto? ¿no te gusta, Marlyn?

-Tú eres mi... mi...

-¿Hermanastro? -termina por ella al mismo tiempo que empieza a sacar y meter sus dedos.

-¡AAaahhh! Siiii... ¡Lo eres!

La mano que Eduardo tiene libre la usa para posicionarla sobre una de las tetas de Marlyn, al apretar la misma siente la suavidad de la misma y aquella firmeza tan natural. El CEO muerde sus labios y saca su lengua para pasarla por el mentón de ella.

-Debes parar.

-No.

-Si.

-No puedes impedir que no siga.

-¡Aahh!

El cuerpo de Marlyn sudaba mucho y eso que el aire del coche estaba encendido, los vidrios estaban empañados por el cual corrían gotas de agua.

Eduardo hace a un lado la tira de su vestido, la desliza por su hombro y rápidamente logra ver el encaje del sujetador de ella, baja la tela del vestido y descubre por completo la mitad de la prenda.

Masajea por encima de la tela hasta que poco a popo comienza a deslizar la mano por debajo de la prenda interior, en cuando su enorme mano se apodera de la pequeña, pero firme teta de Marlyn el rubio enloquece.

Era suave, tibia, tersa y firme...

Siente la punta del pezón rozar su piel y eso lo obliga a cerrar los ojos un momento, traga saliva en seco y continua con el masaje hasta que sube la prenda y puede lograr ver la teta de su hermanastra.

Era tan rosado esa aureola, tan pequeña, tan hermosa, tan única... nadie había tocado, besado, lamido esa parte de su cuerpo, cada rincón de esa chica era complemente inocente y esa sensación lo emocionaba mucho.

Estaba tan excitado y caliente...

Acerca sus labios al pezón y lo primero que hace es sacar su lengua para lamer la punta de la aureola.

-¡Aahh! -ella gime ante el contacto al mismo tiempo que su cuerpo da un respingo.

Pero Eduardo sujeta la teta por la base y consigue meterla un poco más dentro de su boca, empieza a chupar con fuerza sin dejar de masturbar la vagina de Marlyn. Su mano estaba completamente empapada por los fluidos de ella.

-Debemos parar, no podemos hacer... esto.

-Si podemos...

Eduardo saca la otra teta, pero con un poco más de brusquedad e inclina el cuerpo de ella hacia atrás pegando su espalda del volante, saca su mano de su vagina la cual la tenia por la parte de su culo y la lleva hacia adelante.

Pero antes de hacerlo, mete sus dos dedos en su boca para lamerlo mientras que la mira a ella a la cara, el CEO baja la vista para ver su perfectas tetas rosadas y redondas. Sigue con la mirada hacia abajo hasta que levanta la falda de su vestido y hace a un lado la tela de su pantaleta.

-No -ella pone sus manos sobre las suyas -. No debemos hacer esto, de por si que ya es una locura lo que hacemos.

-Yo no lo veo así.

Hace a un lado sus manos y es cuando él la penetra con un dedo llevándolo hasta el final del camino, ella vuelve a gemir y abrir los labios, afina un poco la mirada entre tanto lo observa a los ojos.

-¿Quieres que me detenga?

Marlyn muerde sus labios, le resultaba imposible hablar con el dedo de su hermanastro en su vagina. Luego relame sus labios hasta que él se inclina hacia adelante para chupar su otra teta. A Marlyn no le queda más remedio que inclinar la cabeza hacia atrás y soltar el aliento.

No era posible que su hermanastro estuviera masturbándola en su propio coche y de camino a la universidad.

Ella mueve un poco sus caderas contra el dedo de él, no lo podía negar, pero se sentía muy rico lo que él le estaba haciendo.

Mientras que chupa el pezón de Marlyn el CEO baja la mirada para ver como su dedo entra y sale del interior de la vagina de ella, se sentía bastante ansioso por conocer como era el coño de esa chica, ya que sus tetas eran así de hermosas, aseguraba que su vagina era igual de especial.

Levanta un poco más el vestido de ella hasta poder ver su ombligo, seguido de eso suelta la teta y se inclina hacia atrás ladeando la cabeza, en ese momento puede ver un poco mejor la pequeña vagina de Marlyn.

Era tan pequeña, sus labios inferiores no eran tan gordos, toda ella era tan rosada, hasta esos escasos vellos que yacían alrededor. El CEO muerde sus labios con ganas ya que lo único que deseaba en ese instante era meterle su verga.

Continúa masturbándola hasta que oye que ella empieza a jadear con más fuerza, su pecho sube y baja rápidamente y el color de sus mejillas comenzaba a cambiar, tornándose rojizo intenso.

-¡Aaahh! ¡Aahh! ¡AAhhh! -jadea mientras que mueve su cuerpo de arriba hacia abajo.

Eduardo utiliza el dedo pulgar para frotar la pequeña protuberancia sobresaliente y es cuando ella enloquece, empieza a jadear con más insistencia hasta el punto de posicionar su mano sobre la de él.

Él levanta la mirada para ver el rostro de Marlyn y percibe como ella mantiene los ojos cerrados y los labios abiertos. Rápidamente él la sujeta por el mentón y la obliga a bajar la mirada.

-Mírame a la cara, quiero ver tu cara cuando te corras en mi mano.

La tiene sujeta por el mentón apretando con fuerza entre tanto masturba la protuberancia de su vagina.

-¡Aah! ¡Ah! ¡Ah! No, no por favor, no, ¡Ahhhhh! -grita desde lo más profundo de su ser mientras que observa a Eduardo a los ojos.

La mirada de Marlyn mientras conseguía ese orgasmo era todo lo que un hombre deseaba ver, era una mezcla de vergüenza y placer, una exquisites, ella era sumamente exquisita y única. Mientras que los últimos espasmos hacían mella en ella, Eduardo no paraba de masturbarla.

Aun continuando sujetándola del mentón no dejaba de mirar esa ternura, vergüenza y lujuria reflejaba en esa mirada.

-¡Ah! ¡Ah! -para ese momento ella jadeaba del cansancio, sus piernas temblaban, las podía sentir. Ella seguía viéndolo mientras que gotas de sudor corrían por su frente.

-¿A qué te ha gustado?

A Marlyn le faltaba el aliento, de eso si estaba completamente segura. Se sentía bastante agotada, aquel orgasmo la dejo sin fuerzas. Era su primer orgasmo y fue complemente increíble, ella baja a mirada y nota como sus tetas cuelgan fuera del vestido lo que la lleva a poner su brazo sobre ellas.

-¿Las cubres? -Eduardo sonríe de medio lado para luego quitar su brazo y terminar por envolver su cintura para estrecharla contra su cuerpo -. No crees que un poco tonto que las escondas cuando ya las he saboreado.

-No debimos hacer esto.

-¿Culpable?

-Por supuesto que sí, nuestros padres están...

-¿Y que con eso? No tenemos la misma sangre, ¿o sí? A menos que seas una hija perdida de mi padre.

-Desde luego que no.

Eduardo observa las mejillas sonrojadas de ella y luego sus labios los cuales estaban levemente hinchados.

-Repetiremos este evento muchas veces -ella lo mira con los ojos bien abiertos.

-¿Qué dices? por supuesto que no podemos seguir haciendo esto.

-Lo haremos, parece ser que me obsesiona la idea de quitarte la virginidad.

Ella se queda con la boca abierta por la extrema franqueza de su hermanastro, quería follarsela para quitarle el virgo. Pero ¿Qué clase de persona era?

-¿Mi virginidad?

-Hagamos un trato, Marlyn.

-¿Qué clase de trato? -aunque no hacia falta que preguntara de que se trataba puesto que sospechaba por donde iban las intensiones de su hermanastro pervertido.

-No fastidiare la relación de tu madre con mi padre, pero a cambio deseo que te entregues toda a mí.

Marlyn lo mira como si hubiera perdido el juicio, es que no se daba cuenta del problema que eso acarreaba, eran hermanastros, el esposo de su madre esperaba que se la llevaran bien, pero no en el sentido sexual.

-¿estás loco? No puedo coger contigo, si nuestros padres se enteran de esto, nos... bueno, yo voy a decepcionar mucho a mi mamá.

-¡Ah si! Olvidaba que tu madre y tu son un par de interesadas, pero de eso me puedo encargar yo, basta con que firmen ciertos documentos que consten que no les tocara un solo centavo de mi padre.

-¡Eres un idiota! -hace amago de alejarse, pero Eduardo la sujeta con ambos brazos.

-¿Cómo me has llamado? -para luego sujetarla por el mentón hasta hacer de sus labios un puchero.

Marlyn recuerda las palabras amenazadoras de su hermanastro y se tensa de inmediato, no parecía un hombre que tuviera mucha paciencia.

Ella niega mientras que lo observa fijamente a sus ojos café.

            
            

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