Capítulo 4 Hazle compañía al señor Owens

Al salir del ascensor, Emilee se apresuró hacia la recepción, con el corazón acelerado por la ansiedad.

"Disculpe, ¿podría decirme quién entró en la habitación del último piso?", preguntó con preocupación.

La recepcionista miró a Emilee con un toque de confusión.

"Lo siento, pero no podemos compartir la información personal de nuestros huéspedes", respondió.

Emilee respiró hondo e intentó de nuevo. "¿Y si el propio huésped pidiera verificar? ¿Podría revisar las grabaciones de vigilancia para ellos?".

La recepcionista frunció ligeramente el ceño, perpleja. ¿Acaso el huésped no sabía ya quién había entrado en su habitación?

Aun así, manteniendo una actitud profesional, explicó: "Señora, lo siento mucho, pero para asegurar la privacidad de nuestros cliente VIP, no hemos instalado cámaras de seguridad en el último piso. Lo siento, no puedo ayudarla con eso".

"Gracias", respondió Emilee, sintiendo un gran alivio.

Salió del hotel y se dirigió a la oficina.

Ella estaba desesperada por dinero y no podía permitirse llegar tarde, temiendo cualquier deducción de su salario.

Apenas había entrado en su empresa cuando Laurie Warren, su directora del departamento, la llevó aparte.

"Emilee, ¿conoces al señor Owens?", Laurie preguntó con una sonrisa curiosa, sus ojos fijos en la chica.

Sorprendida, Emilee preguntó: "¿Dónde escuchaste eso?".

"Mi esposo bebió demasiado en la fiesta de anoche y terminó quedándose en el hotel. Mencionó que te vio con el señor Owens esta mañana cuando se iba. ¿Es cierto?", respondió Laurie, cuyo esposo no era otro que Fabian.

La mente de Emilee recordó los actos ridículos de ese tipo frente a Jonny, y se estremeció al recordarlo.

Fabian no podía admitir su falta, así que inventó una historia para engañar a su esposa curiosa.

Era absolutamente repugnante.

"Aunque niegue conocerlo, seguro que de todas formas dudarás de mí. ¿Por qué no sacas tus propias conclusiones?".

Emilee esbozó una sonrisa astuta, respondiendo con un dejo de ambigüedad.

Reconocer que conocía a Jonny solo terminaría por delatarla.

Sin embargo, revelar la verdad podría solo envalentonar más a Fabian.

Prefería mantenerlos en suspenso; su incertidumbre evitaría cualquier acción precipitada.

Laurie observó a Emilee con desconfianza, sus ojos penetrantes evaluándola detenidamente.

"Nunca has sido una mujer obediente. Si realmente conocieras al señor Owens, sería difícil resistirte a la tentación de conquistarlo".

La expresión de Emilee se volvió sombría.

Atrapada entre el dúo manipulador de Fabian y Laurie, sus días estaban lejos de ser fáciles.

Emilee esperaba evadir el tema, pero esta última se negó a dejarlo pasar.

"Mira, el hecho de que puedas conversar con el señor Owens sugiere que le agradas un poco. Con su reciente regreso y su nuevo rol como CEO, es crucial que forjemos un vínculo fuerte con él. Esta noche, he planeado una cena de bienvenida para él. Ve a acompañarnos".

La mera idea de encontrarse con Jonny hizo que la cabeza de Emilee palpitara.

"No puedo, tengo trabajo", protestó.

Laurie desestimó su excusa de inmediato. "Soy tu jefa, Emilee. ¡Asistir a esta cena ahora es parte de tus deberes! Asegúrate de vestirte adecuadamente esta noche y no llegues tarde".

Con esas palabras finales, Laurie se marchó.

Emilee solo pudo esbozar una sonrisa forzada.

¿Cómo podría negarse?

Esa noche, la chica tomó un taxi hasta la dirección que Laurie le había enviado por mensaje.

Laurie había reservado un restaurante elegante para impresionar a Jonny, sin escatimar en gastos para el lujoso ambiente.

La decoración era una mezcla de lujo y elegancia.

Al entrar, Laurie llevó a Emilee a un lado sin perder tiempo.

"¿No escuchaste lo que dije antes? ¿Por qué no estás bien arreglada?". Al notar la ropa de trabajo de la chica, Laurie suspiró dramáticamente. "Bueno, solo sé lista e impresiona al señor Owens cuando estemos en la sala privada".

Sin esperar una respuesta, Laurie llevó a Emilee a la sala privada.

Allí, la mirada de esta última se posó en un hombre alto con traje que dominaba la habitación. Su corazón se aceleró.

No había esperado que Jonny, con su alto estatus, aceptara la invitación de su directora, pero allí estaba.

Laurie le dio a Emilee un leve empujón, posicionándola junto a Jonny.

"Señor Owens, le presento a Emilee Bates. Es la más brillante y bonita de nuestro equipo de secretarias", Laurie presentó con una sonrisa forzada. Luego, empujando a la chica, susurró: "Llegaste tarde, Emilee. Le debes un brindis al señor Owens como pequeña penalización".

Sintiendo la presión de Laurie, Emilee tomó a regañadientes una copa de vino y se puso de pie.

"Señor Owens...", comenzó tentativamente.

Jonny alzó la mirada, con una expresión indescifrable.

Su voz profunda coincidía con su intensa mirada. "No sabía que nuestras secretarias servían de acompañantes de lujo", comentó fríamente.

Emilee se quedó sin palabras, clavada en el lugar.