La niñera del bebe del CEO
img img La niñera del bebe del CEO img Capítulo 5 Confusión y Atracción
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Capítulo 6 El Bebé y la Niñera img
Capítulo 7 El CEO en Casa img
Capítulo 8 Una Cena Inesperada img
Capítulo 9 Confesiones No Planeadas img
Capítulo 10 El Primer Beso img
Capítulo 11 Viviendo Juntos, pero Lejos img
Capítulo 12 El Conflicto Interno de Ella img
Capítulo 13 Un Encuentro Inesperado img
Capítulo 14 La Visita de la Ex Esposa img
Capítulo 15 Malentendidos img
Capítulo 16 El Bebé Enfermo img
Capítulo 17 La Decisión de Él img
Capítulo 18 Vuelta a la Normalidad img
Capítulo 19 Un Día Especial img
Capítulo 20 El Primer Conflicto Externo img
Capítulo 21 La Propuesta Profesional img
Capítulo 22 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 23 El Regreso de la Ex Esposa img
Capítulo 24 La Frontera entre lo Profesional y lo Personal img
Capítulo 25 Confusión de Sentimientos img
Capítulo 26 Un Acto de Valentía img
Capítulo 27 La Tensión Aumenta img
Capítulo 28 El Conflicto Interno de Él img
Capítulo 29 El Progreso en la Relación img
Capítulo 30 Un Descubrimiento Importante img
Capítulo 31 El Último Encuentro con la Ex Esposa img
Capítulo 32 Un Romance Prohibido img
Capítulo 33 La Decisión de la Niñera img
Capítulo 34 La Tensión al Límite img
Capítulo 35 Revelaciones Familiares img
Capítulo 36 El Dilema de la Protagonista img
Capítulo 37 La Confesión Final img
Capítulo 38 Un Nuevo Conflicto img
Capítulo 39 La Sombra del Pasado img
Capítulo 40 La Elección Final img
Capítulo 41 La Noticia Inesperada img
Capítulo 42 La Resistencia del CEO img
Capítulo 43 Conflictos Familiares img
Capítulo 44 Un Acto de Valentía img
Capítulo 45 El Choque de Realidades img
Capítulo 46 Nuevas Promesas img
Capítulo 47 Una Visita Inesperada img
Capítulo 48 El Dilema de Ella img
Capítulo 49 Un Paso Hacia Adelante img
Capítulo 50 La Tentación de la Ruptura img
Capítulo 51 La Propuesta Final img
Capítulo 52 Los Celos Expuestos img
Capítulo 53 La Separación Temporal img
Capítulo 54 La Despedida Dolorosa img
Capítulo 55 La Solución a la Crisis img
Capítulo 56 La Reconciliación img
Capítulo 57 Regreso a Casa img
Capítulo 58 Los Primeros Pasos Juntos img
Capítulo 59 El Enfrentamiento con la Ex Esposa img
Capítulo 60 La Elección Difícil img
Capítulo 61 La Propuesta Sorprendente img
Capítulo 62 Los Secretos del Pasado img
Capítulo 63 El Peligro de la Mentira img
Capítulo 64 Un Nuevo Comienzo img
Capítulo 65 La Apuesta Final img
Capítulo 66 La Declaración de Amor img
Capítulo 67 El Giro Inesperado img
Capítulo 68 La Decisión Crucial img
Capítulo 69 La Última Prueba img
Capítulo 70 El Sacrificio de Él img
Capítulo 71 El Perdón Necesario img
Capítulo 72 La Realidad de la Paternidad img
Capítulo 73 La Propuesta Decisiva img
Capítulo 74 La Familia Reunida img
Capítulo 75 El Viaje Juntos img
Capítulo 76 La Ex Esposa y el Pasado img
Capítulo 77 La Aceptación img
Capítulo 78 Los Últimos Malentendidos img
Capítulo 79 El Desafío Final img
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Capítulo 5 Confusión y Atracción

El sol de la mañana ya se había alzado completamente cuando Clara llegó al comedor para preparar el desayuno. Las luces suaves que entraban por los ventanales iluminaban la mansión de forma cálida, pero a Clara le costaba disfrutar del paisaje. Su mente seguía en los momentos que había compartido con Iván en su despacho, y cada pensamiento parecía llevarla de vuelta a ese encuentro. ¿Cómo podía sentirse tan confundida y, al mismo tiempo, tan atraída por él?

La verdad era que había algo en Iván, algo inexplicable que la desbordaba. Desde la primera vez que lo vio, su presencia había sido como un imán, atrayéndola con una fuerza que no podía controlar. La noche en la fiesta fue solo el principio de algo que parecía crecer con cada encuentro. Pero ahora, después de la revelación, las cosas no eran tan claras. De repente, todo lo que sentía por él se tornaba turbio, complicado.

Él es tu jefe, Clara. Es el padre de Jaime. Esto es profesional. Mantente en tu lugar.

Ese pensamiento se repetía una y otra vez en su cabeza, pero no hacía más que volverse una contradicción al ver su rostro en la mansión. Iván Montenegro era imposible de ignorar. Y lo peor de todo era que no parecía ser una ilusión pasajera. Cada vez que se cruzaban en los pasillos, sus miradas parecían buscarse, como si un imán invisible los uniera. Pero la verdad era que cada vez que sus ojos se encontraban, Clara sentía una incomodidad profunda. No solo por el hecho de que él fuera su jefe, sino por la tensión que se generaba, esa atracción que no podía negar, pero que sabía que no debía fomentar.

Ese día, Iván le había pedido que se encargara de algunos detalles adicionales para la rutina de Jaime. "Solo algunas tareas más, Clara. Nada que no puedas manejar", le había dicho con esa mirada que siempre parecía penetrarla. Y, como siempre, ella había aceptado sin cuestionar. Sin embargo, ahora que estaba sola en la cocina, con las manos en la masa para preparar el desayuno del niño, se encontraba pensando más en Iván que en cualquier otra cosa.

El sonido de los pasos en el pasillo la interrumpió. No era necesario volverse a mirar. Solo con escuchar ese paso firme, Clara sabía quién venía. Iván.

Alzó la cabeza y, justo en ese momento, él apareció en la puerta de la cocina, con su porte elegante, vestido con un conjunto casual pero impecable, que de alguna forma lo hacía parecer aún más imponente. Clara intentó no dejarse llevar por el primer impulso de incomodidad que la invadió, pero su cuerpo reaccionaba de inmediato: el corazón acelerado, las palmas sudorosas. Era imposible no notarlo. La atracción estaba ahí, palpable, como una corriente eléctrica que la atravesaba cada vez que sus miradas se encontraban.

-Buenos días, Clara -dijo Iván, y su voz profunda llenó el aire con esa calma característica que tenía.

Clara forzó una sonrisa y asintió, tratando de mantener la compostura.

-Buenos días, señor Montenegro -respondió, su voz un poco más tensa de lo que le gustaría. Sin embargo, intentó ocultarlo con una mirada hacia los ingredientes que estaba manipulando, como si estuviera completamente centrada en su tarea.

Iván se acercó sin prisa, y Clara sintió que el aire se hacía más espeso a su alrededor. Él caminó hacia la mesa, deteniéndose a un par de pasos de ella. Claramente, no estaba apresurado, lo que hizo que la incomodidad de Clara creciera.

-¿Puedo ayudarte con algo? -preguntó Iván, con una leve sonrisa en los labios, como si no fuera consciente de la tensión que se estaba formando entre ellos.

Clara se giró hacia él, sin dejar de trabajar en la preparación del desayuno.

-No es necesario, gracias. Ya está todo listo para Jaime. Solo estoy preparando algo para el desayuno. -Dijo, sin mirarlo directamente, como si evitara una conversación más cercana.

Iván observó su actitud, y Clara pudo sentir cómo su presencia se hacía más pesada, más cercana. Los segundos parecían estirarse interminablemente, y ella no podía evitar que su respiración se volviera un poco más profunda, más tensa. Sabía que él estaba cerca, tan cerca que podía sentir el calor que emanaba de su cuerpo. Ese calor inexplicable que la desbordaba.

-Sabes, Clara... -su tono de voz cambió, volviéndose más suave, casi como un susurro, y eso hizo que Clara se tensara aún más. La forma en que pronunció su nombre hizo que su piel se erizara involuntariamente-. Desde esa noche en la fiesta, no he podido dejar de pensar en ti.

Clara tragó saliva, sintiendo que su cuerpo se paralizaba. ¿Por qué tenía que decir eso ahora? ¿Por qué, después de haber intentado mantener una distancia profesional, sus palabras la golpeaban con tanta intensidad? La confesión de Iván solo hacía que su confusión aumentara.

-Señor Montenegro... -intentó decir algo, pero la voz se le cortó. En lugar de hablar, se limitó a mirar los ingredientes sobre la mesa, como si pudieran darle alguna respuesta.

Iván no se movió, permaneció allí, observándola, su mirada fija en ella con una intensidad que casi podía tocarse. El silencio entre ellos se volvió pesado, y Clara sintió una presión en el pecho que dificultaba la respiración. Sabía que debía mantener la distancia, que debía concentrarse en su trabajo y no permitir que la atracción se apoderara de ella, pero su cuerpo estaba reaccionando de una forma que no podía controlar.

Iván dio un paso hacia ella, y Clara sintió la necesidad de retroceder. Pero, en lugar de hacerlo, se quedó quieta, esperando. Iván, al parecer, lo notó, y una ligera sonrisa curvó sus labios, una sonrisa que no era de satisfacción, sino más bien de comprensión, como si entendiera el conflicto interno que ella estaba viviendo.

-Te ves incómoda, Clara -dijo, con un tono que, en cualquier otra situación, podría haber sonado preocupante. Pero en ese momento, la forma en que lo dijo solo aumentó la tensión.

Clara no podía mirar sus ojos. No podía soportar la forma en que lo observaba, como si viera más allá de su fachada, más allá de su control. En lugar de responder, se concentró en seguir con su tarea, metiendo las manos en la masa con más fuerza de la que se necesitaba.

-No es eso -dijo finalmente, tratando de sonar lo más profesional posible, aunque su voz tembló ligeramente-. Solo estoy aquí para hacer mi trabajo.

Iván la observó durante unos segundos más, evaluando su reacción. Luego, sin decir nada más, dio media vuelta y se alejó, pero antes de salir de la cocina, sus palabras flotaron en el aire.

-Si necesitas algo, Clara... sabes dónde encontrarme.

Clara se quedó en silencio, mirando hacia la puerta por donde él había salido. El silencio en la cocina se hizo casi ensordecedor. El peso de su presencia aún la envolvía, y a pesar de su intento por mantener una distancia profesional, la atracción seguía allí, persistente, como un fuego que se negaba a apagarse.

¿Cómo iba a mantener la distancia? Era una pregunta sin respuesta, porque cada día que pasaba en esa mansión, el deseo y la confusión aumentaban. Y lo peor de todo era que no estaba segura de si estaba lista para resistirlo.

                         

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