Capítulo 5.
Cuando llegue Dylan ya estaba hay con un café y un capuchino para mi.
-Llegaste rápido.
-Te dije que no tardaría, te pedí un capuchino.
-Gracias, pero necesito hablar de algo.
-Claro adelante, habla.
-Bueno, Félix me dijo que le gustaba y eso me pone feliz, pero no como esperaba y Kilson me dijo que posiblemente este enamorada de Ethan Dalton.
-No lo mataste eso es un avance para lo que me estas diciendo... Me alegro que Félix de haya dicho eso, pero tal vez tenga razón Kilson es la primera vez que no matas a alguien.
-Y por eso te llamé necesito que me ayudes a idear un plan para saber si realmente me gusta el señor Dalton.
-Bueno, primero debemos saber que sientes cuando lo vez así que la próxima vez que lo veas debes ver que pasa.
-Bien, luego te diré que sucede... Misión de amor comienza.
Me despedí de Dylan y me fui al parque para seguir pensando me gustaba estar hay para ver a todos los niños jugando y sonriendo.
Cuando ya era tarde me levante y me marche, pero se me olvido que ese día estaban con la carrera de bicicletas y cuando iba a pasar la calle estaban pasando y me caí haciendo que me lastimara una de mis piernas haciéndome sangrar, intente sacar mi teléfono y llamar a alguien, por fin pude llamar a Dylan y no resultó como esperaba.
-Hola Andrea, que sucede.
-Creo que me lastime, se me olvido la carrera de bicicletas y creo que me lastime.
-¿¡Donde estas!?
-Cerca del par...
La batería de teléfono se había acabado por estar toda la tarde en el parque pensé que me quedaría hay hasta que un chico que estaba en la carrera se detuvo y me levanto.
-¿Estas bien?... Te llevaré a un hospital no te preocupes.
-Gracias.
Cuando me levanto un auto se paro y parecía ser de él, es que todos en la ciudad tienen un chófer. Me metió en el auto y me había desmayado por perder tanta sangre.
En la versión del chico...
Parecía que la chica estaba desmayada así que pedí que se apurara para llegar rápido, cuando por fin llegamos la baje y deje que la ayudarán en un cuarto vip.
Salí de dejarla y espere para saber como estaba, pero había muchas chicas que sabía quien era.
-Presidente Feng es usted tan guapo.
-Muchas gracias, pero no estoy de humor ahora necesito irme.
Me dirigí a la habitación donde estaba esa chica, quería saber quien era.
Cuando entre ya estaba despierta y consiente para decirme más sobre ella.
Con Andrea...
Desperté en un hospital, no sabía que estaba pasando hasta que mire a ese chico en la puerta, tenía un traje y parecía ser famoso como Ethan.
-Hola chica, ¿Como te sientes?
-¿Quien eres tú?
-No crees que yo debería ser él que hiciera la pregunta, pero soy James, famo...
-Ahhh... Ya no digas más... No necesito a otro famoso como conocido, solo me iré de aquí.
Intente levantarme, pero no podía cuando estaba apunto de caerme él me sostuvo y me puso en la cama de nuevo.
-No creo que puedas irte, mejor dime tu nombre.
-Que...
-¿Qué?
-Que te importa.
-Te crees muy graciosa, sino me dices tu nombre tendré que averiguarlo por mi cuenta.
-Esta bien... Malditos famosos todos tienen sus contactos... Mi nombre es Andrea Verce.
-Bien, Andrea... Parece que no vez las noticias para saber que hoy era la carrera de bicicletas organizada por el grupo Feng.
-Solamente se me olvido, okey... Además que no es esa una de las tres mejores empresas del mundo... Que arrogante debe ser él que lo dirige.
-Ejem, ese al que llamas arrogante soy yo, conejita-"Se ve tan indefensa como un conejito en este momento"-.
-No me digas así.
-Sabes que lo seguiré haciendo, pero ese no es el caso... Me debes algo a cambio de salvarte.
-Ahh... Siempre tienen que cobrar por ayudar, son todos iguales. Ethan Dalton me sigue siempre y tú señor James Feng tiene que hacer esto.
-Quién diría conoces a Ethan Dalton, cada vez me llamas más la atención conejito, quiero que vayas a cenar conmigo.
-Bien, nada más por que me salvaste señor Feng.
-Nadie me había dicho señor apenas tengo 26 años y tu cuantos, 20...
-24 para tu información, entonces como quieres que te diga.
-Tu puedes decirme James.
-No lo haré, te diré Feng. Déjame descansar.
-Bien, pero mañana iré por ti para llevarte a un lugar y cuando te recuperes tendremos nuestra cena.
Cerro la puerta y me quedé viendo el techo pensando en mi mala suerte en conocer gente, tenía un plan para irme y perder a el Sr Feng para no volver a verlo, pero había un gran problema. Mi pierna estaba herida y no podía correr además que me quito mi teléfono, pero tenía un arma secreta podía simplemente ir sigilosamente por los pasillos del hospital buscando un teléfono.
Cuando vi que ya se había hecho de noche me decidí a irme con una muleta para no tener que verlo de nuevo, pero con tan solo abrir la puerta me choque con él, parecía no descansar o simplemente mi mala suerte seguía conmigo para siempre. Él me sonrió y me levanto del suelo haciendo que yo peleará por irme.
-Bajame, déjame ir.
-No sera posible eso conejito, mañana tendremos un día muy divertido.
-Si no me bajas gritare y...
Cuando estaba apuntó de decir otra cosa me beso haciendo que no pudiera decir nada hasta que lo aparte y dirigí mi mirada hacia otro lado ya que estaba sonrojada.
-Aún quieres escapar, conejito.
-Idiota...
Me dejó en la cama y se fue así que no podía huir, él había pedido que no me dejaran de vigilar las 24hrs del día hasta que él llegara así que decidí dormir y pensar en otra cosa, olvidar mis problemas por un rato, muy rápido me quedé dormida profundamente.
Con el Sr. Feng...
Esa niña era conflictiva así que decidí quedarme con ella, pedí que pusieran una cama junto a la de ella en su habitación. Cuando entre ella estaba dormida muy profundamente así que no hice mucho ruido y me acosté a su lado, no había notado que se veía tan hermosa cuando dormía. Acerqué mi mano suavemente a su cara y la acaricié, vi como se acercaba mientras estaba dormida y la abracé. Nunca había sentido algo en mi corazón desde que perdí a mi madre, ella provocaba una gran felicidad en mi y eso hacía que me interesara más que sucedía en su vida, quería conocerla más a fondo.
Mi teléfono sonó así que lo conteste rápido para no levantar a la conejita, era la prometida que mi padre habían elegido para mi.
-Hola, cariño.
-No me digas así... ¿Qué quieres?, estoy ocupado.
-Pensé que como estamos comprometidos deberíamos conocernos más, aunque yo te conozco más que tu a mi.
-Mi padre dijo que eres mi prometida, pero yo nunca dije que si... Así que deja de molestar y no vuelvas a llamar.
-Espera...
Colgué la llamada y seguí abrazando a la conejita, pero no dejaba de pensar en que haría con mis problemas. Aún con tantos problemas no podía pensar en nada más que en los problemas que tendrá esta conejita al lado mío, quería saber todo sobre ella y que relación tiene con Ethan Dalton para tenerle tanto odio. Cerré mis ojos para poder dormir y sentía una calidez muy grande mientras la abrazaba que no tarde mucho en cerrar mis ojos.
Con Andrea...
Me había levantando temprano y vi como el Sr Feng me abrazaba así que me alejé sin despertarlo, no sabía el por qué me importaba tanto no despertarlo aunque se veía más agradable dormido que despierto.
Me iba a bajar de la cama para empezar a usar las muletas y pedir algo de desayunar hasta que el tomo mi mano.
-¿A donde crees que vas conejito?
-Iba a pedir algo de desayunar.
-No será que querías escapar.
-Ya me quedo claro que no puedo, así que iba a pedir el desayuno y traerlo antes de despertarte, pero veo que ya te levantaste. Es un hospital, ¿Como metiste una cama aquí?
-No se te olvide quien soy conejito y no te preocupes el desayuno no lo comeremos aquí.
-Bueno, pero te das...
Apenas iba a terminar lo que diría cuando de repente me levanta y me lleva cargada hasta un auto abajo, pero en todo el camino sentía como la gente me veía con odio y escuchaba lo que murmuraban, sentía tanta vergüenza de verme tan inútil por una simple pierna lastimada.
Mientras íbamos en el auto ninguno de los dos dijo algo hasta que llegamos y él empezó hablar conmigo en brazo.
-Conejito, rente este lugar para que nadie te moleste mientras comes... Además alguien tan famoso como yo necesita su espacio.
-No te creas la gran cosa... Eres peor que la gente común como yo.
-En serio puedes llegar a molestarme mucho conejito.
-Tu eres el que sigue hablando.
-No querrás que te suelte...-lo sostiene fuerte-Eso pensé...
Me sentó en la silla y después él se sentó enfrente, parecía que tenía todo preparado ya que cuando llegamos los platos de comida los estaban sirviendo recién hechos.
-Parece que te esmeraste mucho para un simple desayuno.
-Soy James Feng no crees que debería esmerarme con lo que hago.
-Sr. Feng... Ahora ya se algo más.
-¿Qué cosa?
-Eres peor que Ethan Dalton...
-En serio estas terminando mi paciencia.
Terminamos de desayunar y decidí preguntar sobre mi teléfono por que quería contactar a Dylan no pude pensar en lo preocupado que debe de estar.
-Una cosa más Sr. Feng... ¿Dónde está mi teléfono?
-Si, apenas te lo iba a dar... Parece que quieres contactar a tu pareja por tanto apuro de pedirlo.
-No es de tu incumbencia.
Tomé mi teléfono y vi que tenía muchas llamadas perdidas de Félix, Dylan y Ethan, pero quería llamar a Dylan más que a nadie de los que conozco. Justo cuando marque contestó rápido con una voz preocupada.
-¡Andrea!, ¿¡estas bien!?
-Estoy bien, alguien me ayudo y estoy mejor.
-¿Dónde estas?
-Ahhh... Estoy desayunando con quien me salvo, cuando este en el hospital te llamo y no te preocupes.
-Bien... Espero verte.
Colgué la llamada y levante la vista notando que el Sr. Feng me estaba mirando con una mirada que apuñalaria hasta a él más débil.
-¿Qué me miras?
-Parece que tu novio estaba preocupado.
-Cállate... Mejor llévame al hospital y adiós para siempre.
-Te dejare esta vez, pero no olvides nuestra cena más adelante.
Me llevó al hospital y me dejó su número para cuando me recuperará, llame a Dylan y llegó rápido. Se encontró con el Sr. Feng y estaba frente a ellos.
-Tú debes ser quien salvo a mi...
-Tú eres el novio de la conejito.
-Se llama Andrea y no soy su novio.
-Parece que la defiendes mucho... Que estúpido.
-¡¿Quién te crees que eres...?!
-Soy James Feng la persona que salvo a tu querida amiga, donde estabas tu.
-Agradezco que la hayas salvado, pero no tiene el derecho de decir nada.
Se miraban con tanto odio que tenía que hacer algo para terminar con toda la tensión que habían creado estos dos, pero me dolía un poco la cabeza.
-Pueden parar, me están hartando.
-Deberías decirle eso a tu noviesito.
Me levante con mucho cuidado y los intente separar, pero apenas y me podía sostener de ambos, aunque seguían discutiendo mi cabeza no dejaba de doler.
-Parece que no entiende Sr. Feng, no por ser famoso significa que tenga derecho a lo que está haciendo.
-Si no quieres terminar mal mejor guarda silencio noviesito.
Mientras los veía pelear perdía más y más mi conciencia hasta que me desmaye y caí, pero me atrapó el Sr. Feng. Los dos gritaron al mismo tiempo cuando me vieron caerme.
-¡Andrea!
Solo recuerdo ver como Dylan corría por algún doctor mientras el Sr. Feng decía algo.
-Tranquila conejito, estarás bien. No te dejare caer tan fácil.
CONTINUARÁ...
¿POR QUÉ LE DICE CONEJITO, JAMES A ANDREA?
A) Por lo indefensa que se veía.
B) Por qué la ama.
C) Por qué le gustan los conejos.