Capítulo 10 Herido Maynard

Viola estaba molesta y ansiosa. "¡Suéltame!"

Tenía las manos encadenadas y las piernas tan apretadas que no podía moverse. Le dolía todo el cuerpo.

"¿Qué?" Maynard le dirigió una mirada inquisitiva y dijo: "Te estoy enseñando cómo atraer con éxito mi atención".

Viola quería llorar, "¿Quién quiere aprender eso?"

Qué desvergonzado era.

Viola se retorció de vergüenza.

"No te muevas, de lo contrario ..." El lóbulo de la oreja estaba rayado por la punta de los dedos de Maynard.

Un hormigueo se podía escuchar claramente en sus oídos. Viola instintivamente trató de evitarlo.

Estaban muy cerca el uno del otro. La temperatura del cuerpo de Maynard se estaba volviendo cada vez más caliente, como si él pudiera quemarla.

Viola era como un gato con ladrillos calientes, agitándose. ¿Qué debería hacer ella?

Al ver que el comportamiento de Maynard se estaba volviendo cada vez más desenfrenado, Viola hizo todo lo posible para luchar, pero todo fue en vano.

Como estaba perdida, por el rabillo del ojo, vislumbró el cenicero junto a la mesa. A toda prisa, ella, como ver a un salvador, extendió la mano y lo golpeó en la frente agrietada.

"¡Guau!" Maynard sintió un dolor agudo y aflojó su agarre. Luego se cubrió la frente, mientras una corriente de sangre se deslizaba por la herida.

Cuando se levantó y vio la sangre, Viola se dio cuenta de lo que había hecho.

Su rostro estaba tan pálido como el papel. Soltó la mano y el cenicero cayó al suelo con un sonido claro.

Un grupo de guardaespaldas llegó a la puerta para su inspección. Al escuchar el sonido adentro, entraron.

Trece de los quince guardaespaldas la rodearon en caso de que escapara.

Con rabia y timidez, Viola se arregló el cuello del vestido y casi se mordió los labios para sangrar.

Los otros dos fueron a examinar la situación de Maynard y sacaron un pañuelo de la mesa para limpiar la sangre de su rostro.

Maynard detuvo al guardaespaldas y se hizo cargo del tejido, limpiándolo solo.

Viola notó que se limpiaba las caras con el pañuelo cuatro o cinco veces. Parecía que estaba gravemente herido.

Como los guardaespaldas a su alrededor no se atrevieron a acercarse, Viola estaba inquieta y preguntó con vergüenza: "¿Estás bien?"

"¿Cómo te atreves a lastimar al Sr. Chu? ¿Estas loco?" Un guardaespaldas junto a Maynard abrió mucho los ojos. Apartó a algunos guardaespaldas y apretó los puños para darle un golpe a Viola.

Viola cerró los ojos y no se atrevió a mirar. Pensó que esta vez se metería en problemas.

"¡Detener!"

Ella no sintió ningún dolor en su rostro. Al escuchar el sonido de obstrucción de Maynard, abrió los ojos y vio a Maynard apretando el puño que estaba a punto de aterrizar sobre su cuerpo.

Un ligero suspiro de alivio escapó del pecho de Viola. Tenía sentimientos encontrados al respecto.

"Señor. Chu? El guardaespaldas estaba confundido.

Al escuchar eso, Maynard abrió sus delgados labios y dijo: "¿Quién te dijo que entraras? ¡Sal! "

Los quince guardaespaldas se miraron, sin atreverse a desobedecer la orden y salieron.

Entonces, solo quedaban dos personas en la oficina, Viola y Maynard.

"¿No fuiste valiente y valiente antes?" En cuanto a la cara angular de Maynard, parecía que estaba cubierto con una capa de escarcha.

Su cara estaba pálida. Viola sintió que su muerte se acercaba.

Ella apretó los puños, con la espalda temblando. Ella abrió la boca pero no dijo nada.

Maynard caminó frente a ella con sus largas piernas, Viola dio un paso atrás, "¡No vengas, o te enseñaré una lección!"

"¿En serio?" Una sonrisa burlona jugó en las comisuras de la boca de Maynard.

Viola no se atrevió a decir nada. Hasta que su espalda golpeó la pared fría, mordió la bala y dijo: "¿Estás equivocado? ¿Te aprovechaste de mí y me equivoqué al detenerte?

¿Qué tipo de personas son?

Maynard dijo con una expresión fría y aterradora en sus ojos. Agarrando su cabello y obligándola a levantar la cabeza, dijo: "Me ofendiste, Viola. No te salgas con la tuya. El juego acaba de comenzar ".

Sintió un hormigueo en el cuero cabelludo. Viola apretó los dientes y lo fulminó con la mirada.

"Buen movimiento."

Maynard aflojó su control sobre ella, movió su mano hacia su cuello y tiró con fuerza.

Sin esperar su repentino ataque, Viola estaba tan asustada que gritó: "¡Bastardo!"

Viola se agachó y se sujetó con las manos, temblando. Si es posible, preferiría esconderse en una esquina de la pared.

Maynard se burló y no continuó diciendo nada. "¿No eras muy arrogante antes? No tengas miedo Es sólo el comienzo. "

Con la cabeza entre los brazos y la cara llena de lágrimas, Viola pensó: "Bueno, era cierto que se disculpó en defensa propia, pero lo había ofendido por completo".

En trance, Viola llevó su bolso y salió del grupo Chu. Con el ruido de las manos agarrando su bolso, se dio la vuelta para mirar el piso 18. De repente, ella quería morir.

Eventualmente, se podrían decir miles de palabras en una oración: "¡Listo!"