Capítulo 5

Laura cortó la cuerda sonriendo, con una expresión que parecía inocente pero era siniestra, mientras Evelyn observaba horrorizada.

Para Laura, esto no era una vida en juego, sino un juego para su diversión.

Cuando la cuerda se rompió, Evelyn cerró los ojos con fuerza, se le heló la sangre. El viento aullante y su corazón palpitante eran lo único que escuchaba.

Se imaginó su muerte espantosa, incapaz de salvarse.

Pasaron los segundos, pero extrañamente, no sintió que descendiera.

Abrió los ojos y miró hacia arriba. Más allá de la cuerda rota, otra la sostenía firmemente.

Era la cuerda de seguridad adicional que Kristian había ordenado.

Al darse cuenta de esto, Laura también lo notó, sus labios se curvaron en desagrado, sus ojos brillaban con una malicia desenmascarada. "Evelyn, qué pena. Pensé que ya habías acabado. No importa, te ayudaré de nuevo."

Sacó el cuchillo otra vez, sonriendo mientras se acercaba a la cuerda de seguridad.

Ruby jadeó incrédula, llevándose la mano al pecho y retrocediendo.

Los demás, aunque incómodos, no tenían lazos con Evelyn y no querían enfrentarse a Laura. Se quedaban al margen, indiferentes.

Justo cuando la hoja se acercaba a la cuerda, Kristian se lanzó hacia adelante, cayendo de rodillas y bloqueando el cuchillo con la parte posterior de su mano.

Apareció un corte, la sangre brotando de la herida.

Laura no esperaba que él protegiera a Evelyn. Furiosa, tiró el cuchillo a un lado, sus delicadas facciones distorsionándose.

Los celos la consumieron, perdiendo toda razón. "Kristian, ¡soy tu esposa! Estás protegiendo a Evelyn porque todavía la amas, ¿verdad?" Normalmente, cuando Laura hacía un berrinche, Kristian asumía la culpa, calmándola con halagos. Esta vez, se mantuvo en silencio.

Apretando los dientes contra el dolor, se esforzó por subir a Evelyn desde el octavo piso.

Cuando finalmente se desplomó débilmente en el balcón, él se relajó, la sangre goteando de su mano mientras jadeaba por aire.

"¿Por qué...?" Evelyn tosió, su voz apenas un susurro.

¿Por qué salvarla? No lo entendía, no podía creerlo.

Para ella, él debería haber estado fríamente con los demás, aplaudiendo la crueldad de Laura.

Después de todo, el dinero y el poder eran lo que importaba para él, ¿no?

Kristian parecía no escucharla. Se sacudió la ropa, se levantó y se acercó a Laura con su típica sonrisa conciliadora. "Laura, estás pensando demasiado. Eres la única que amo ahora. Simplemente no quería que tuvieras sangre en tus manos. Si quieres hacer sufrir a Evelyn, hay otras maneras, ¿verdad?"