Capítulo 5

"Evelyn, ¿te has vuelto loca? ¿Te atreves a pegarme?". Dayna se abalanzó sobre Evelyn como una loca, olvidando que era más baja y mucho menos fuerte que ella.

Antes de que Dayna pudiera dar un golpe, Evelyn la pateó al suelo.

De pie sobre ella, Evelyn presionó su pie contra la cara de Dayna, consumida por el deseo de aplastarla y vengar a su padre. "Dayna, ¿recuerdas cómo me acosabas en la escuela? Me lo tragué todo, pero ¿por qué... por qué tuviste que matar a mi padre?".

El recuerdo de los desesperados momentos finales de su padre hizo que la voz de Evelyn temblara.

Dayna, que nunca había enfrentado tal humillación, gritó histéricamente, con palabras venenosas. "¡Soy yo a quien Aidan ama! ¿Por qué una don nadie como tú debería recibir el cuidado de los Harrison? ¿Y qué si te acosé? ¡Y tu padre merecía morir por mí! Sabía que no tenía licencia y no me detuvo. Atropellé a alguien, así que él tuvo que pagar con su vida. Evelyn, eres tan patética como él. Solo eres el capricho de Aidan. Él nunca se ha preocupado por ti. Tú y tu padre obtuvieron lo que merecían".

Las lágrimas de Evelyn cayeron sobre el rostro de Dayna, una tras otra, imparables.

"¿Así que lo admites? ¿Tú ibas manejando durante el accidente hace tres años? ¿No tienes miedo de que te denuncie a la policía?".

Dayna se burló. "¿Miedo? ¿Por qué lo estaría? Aidan me tiene lástima. Si derramo una lágrima, hará cualquier cosa por salvarme, igual que cuando arrastró a tu padre al asiento del conductor. Nunca me dejaría sufrir. Ah, ¿y no lo sabías, verdad? Los médicos dijeron que si hubiéramos llamado al 911 dos minutos antes, tu padre podría haber vivido. Pero ¿adivina qué? Le dije a Aidan que tenía miedo, así que no dejaba de consolarme. Para cuando hizo la llamada, tu padre ya se había muerto. ¡Así de mucho me ama!".

El corazón de Evelyn sintió como si una cuchilla lo atravesara, su sangre acumulándose en silencio en su interior, el dolor era insoportable.

Un ruido provenía de la entrada. Evelyn vio a Aidan corriendo hacia ellas. "¡Evelyn, ¿qué estás haciendo? ¡Suelta a Dayna!".

La empujó con fuerza, su espalda chocando contra la fría esquina de la pared. El dolor físico no era nada comparado con la agonía en su corazón.

Una leve y amarga sonrisa cruzó sus labios. Dayna tenía razón: Aidan haría cualquier cosa por ella.

Dayna se lanzó a los brazos de Aidan, sollozando dramáticamente. "¡Aidan, casi muero! No sé por qué Evelyn me odia tanto. No sé qué hice mal".

Aidan miró fijamente a Evelyn, sus ojos ardían de rabia, como si quisiera destrozarla. "¡Evelyn! ¿No sabes que si no fuera por tu padre, Dayna no habría pasado tres años recuperándose en el extranjero? Sufrió tanto y nunca lo culpó, ¿y tú la golpeas? ¿Has perdido la cabeza?".

Evelyn soltó una risa despreocupada. Él probablemente no sabía que había descubierto la verdad sobre el accidente.

Pero estaba bien. Se aseguraría de que se enterara.

Al ver su silencio, la ira de Aidan estalló. Se levantó y le agarró el cuello, las venas sobresaliendo en su frente.

Evelyn nunca lo había visto tan enfurecido, pero no sintió miedo. Sonrió y preguntó: "Entonces, ¿debería estarles agradecida a ustedes dos, es eso?".

Aidan se quedó paralizado. ¿Por qué Evelyn parecía tan rota, tan desesperada? ¿Sabía algo?

Imposible. Solo él, Dayna y su asistente, que manejó las consecuencias, sabían sobre el accidente. No había forma de que Evelyn pudiera saberlo.

"Evelyn, te advierto: no abuses de mi paciencia". La soltó, ayudó a Dayna a levantarse y la cargó en sus brazos, sus ojos llenos de desprecio por Evelyn. "La llevaré al hospital. Si le pasa algo, no te perdonaré".

Evelyn se agarró la garganta, jadeando por aire, y los vio desaparecer. Se rio, una sensación de liberación la invadió.

Una vez pensó que Aidan valía la pena amarlo toda la vida. Ahora veía lo ciega que había estado.

Se secó las lágrimas, tomó su teléfono y presionó pausa en la grabación. Luego se la envió a su abogado. "Aquí tienes la última evidencia. Mira si es útil".

Después de terminar, Evelyn colapsó en el suelo, exhausta, y comenzó a sollozar "Papá, solo espera un poco más. Pronto limpiaré tu nombre".