El matrimonio inesperado
img img El matrimonio inesperado img Capítulo 3 El funeral del padre
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Capítulo 6 Un mundo hecho cenizas img
Capítulo 7 Él es un hombre íntegro img
Capítulo 8 El nuevo heredero de la familia Haward img
Capítulo 9 Un abrazo en la tormenta img
Capítulo 10 Recuerdos fugaces img
Capítulo 11 Creí que era tu hijo favorito img
Capítulo 12 Una visita inesperada img
Capítulo 13 ¿Por qué no puedo sacármela de la mente img
Capítulo 14 Desalojados del condominio familiar img
Capítulo 15 Somos tu familia img
Capítulo 16 ¿Tilly se fue img
Capítulo 17 Movimientos inesperados img
Capítulo 18 Investigadores en acción img
Capítulo 19 El acta de matrimonio img
Capítulo 20 La verdad en un mensaje img
Capítulo 21 Poder sobre ella img
Capítulo 22 La primera sorpresa img
Capítulo 23 Una noche para recordar (Primera parte) img
Capítulo 24 Confesiones entre copas img
Capítulo 25 Un amanecer helado img
Capítulo 26 Ataque en la noche img
Capítulo 27 Contraataque img
Capítulo 28 Nuevo plan img
Capítulo 29 Es tu hermano img
Capítulo 30 Introduciendo a James al negocio img
Capítulo 31 Una experiencia desagradable img
Capítulo 32 Ella se me insinuó img
Capítulo 33 Pagarás por esto img
Capítulo 34 La asistente personal de James img
Capítulo 35 La promesa de un regreso img
Capítulo 36 Déjame encargarme de esto img
Capítulo 37 Presa ante el depredador img
Capítulo 38 El arresto img
Capítulo 39 El regreso de Jason img
Capítulo 40 Hijo ilegítimo img
Capítulo 41 Dando un paso al costado img
Capítulo 42 Dejarlo todo atrás img
Capítulo 43 Nuevo apartamento img
Capítulo 44 El asedio de la prensa img
Capítulo 45 La transmisión en vivo img
Capítulo 46 Juzga por ti mismo img
Capítulo 47 Expulsado, pero no derrotado img
Capítulo 48 Un nuevo hogar, un nuevo comienzo img
Capítulo 49 La búsqueda de empleo img
Capítulo 50 Un nuevo heredero img
Capítulo 51 La versión de los Haward img
Capítulo 52 Caos en las redes img
Capítulo 53 Agencia Inmobiliaria Groupo img
Capítulo 54 Jason regresa a periodo de prueba img
Capítulo 55 Primer día en el trabajo img
Capítulo 56 Victoria de corta duración img
Capítulo 57 Conspiración img
Capítulo 58 El escándalo (Primera parte) img
Capítulo 59 El eco de un escándalo img
Capítulo 60 La conferencia de prensa (Primera parte) img
Capítulo 61 Girar la tortilla img
Capítulo 62 La verdadera identidad de Julia img
Capítulo 63 Un rostro familiar img
Capítulo 64 El lazo oculto img
Capítulo 65 Un lugar desconocido img
Capítulo 66 Soy un hombre de palabra img
Capítulo 67 Cuidado, tu autoridad no se extiende a este lugar img
Capítulo 68 Quédate en casa hoy img
Capítulo 69 Una carrera contra el tiempo img
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Capítulo 3 El funeral del padre

"Déjamelo a mí", dijo Jason, y James se marchó con su madre, mientras él permaneció en el hospital para encargarse del papeleo.

James tomó el volante y condujo fuera del hospital con la señora Haward en el asiento del copiloto. Ella no paraba de llorar por su difunto esposo, inconsolable. James pensó que lo único que podía hacer era dejarla desahogarse, así que permaneció en silencio, con los ojos fijos en la carretera, hasta llegar al condominio familiar. Jason, después de terminar el papeleo, también se dirigió al condominio. Diez minutos después de que James llegara, él estacionó su auto, subió en el ascensor y se dirigió al piso 12.

Era enorme con seis dormitorios, dos salas de estar y un balcón bien diseñado con piscina. Los interiores, en tonos grises y blancos, estaban adornados con cuadros hermosos. Sí, era evidente que se trataba de una familia adinerada.

Jason entró en la sala de visitas, donde fue recibido por su abuelo. Caminaron juntos hasta la sala familiar y se sentaron a conversar.

"Hola, abuelo", dijo él apenas tomaron asiento. Miró alrededor buscando a James o a su madre, pero no estaban.

El anciano se sentó a su lado y le rodeó los hombros con un abrazo. Jason sonrió y le correspondió. Luego acomodó al hombre en el sofá con un cojín para su espalda.

"¿Cómo va el trabajo?", preguntó el abuelo una vez estuvo cómodo.

"Todo bien, solo tengo unos contratos de proyectos para firmar el lunes", respondió él. "Abuelo...".

"¿Sí?", inquirió el anciano.

"Hoy sucedió algo...". Jason intentó contarle lo de la muerte de su padre.

"Tu padre nos dejó", completó el abuelo la declaración de su nieto. "Ya lo sé, tu madre llegó a casa llorando", añadió y levantó la vista mientras Jason lo observaba de perfil.

"Tu padre era un buen hombre, casi como un hijo para mí. A veces deseaba que lo fuera. Era trabajador, inteligente y humilde. Deberías aprender de su carácter", dijo, mirándolo a los ojos, y Jason asintió con una expresión fría.

Sí, su padre, el señor Haward había sido humilde, ¿y adónde lo llevó eso? La gente se aprovechaba de él todo el tiempo e intentaba engañarlo. Jason ya había esculpido su propia imagen y no pensaba abandonarla por el carácter humilde de su padre. Ahora la gente le temía: nadie se atrevía a dirigirle la palabra sin temblar. El señor Haward era un hombre misericordioso; Jason, en cambio, despiadado. De su padre solo había heredado la disciplina del trabajo y una aguda inteligencia.

Pasaron un rato juntos antes de que el abuelo se retirara a tomar su siesta. Jason subió entonces y encontró a su hermano mayor y a su hermana menor consolando a su madre, que seguía secándose las lágrimas en su habitación.

De pronto, su celular vibró y él salió a contestar. Volvió unos minutos después.

"Todo está listo. El entierro será pasado mañana", anunció, y luego se fue a su cuarto.

Se dejó caer en el sofá, recostando la cabeza y hundiéndose en sus pensamientos.

'¿Cómo es que nadie sabía que papá tenía cáncer de colon? ¿Y qué ocurrió esa noche en el festival de música con él?'.

Intentó recordar algunos acontecimientos de la noche anterior. El programa había salido bien y las presentaciones fueron grandiosas. Su padre le entregó una botella de agua cuando Jason le pidió a un guardia que se la trajera. Pero eso fue todo. Después de beber, no recordaba nada más.

Buscó en su bolsillo y sacó el anillo de bodas. Lo observó con atención y lo volvió a guardar. No quería que nadie en la familia supiera de él hasta descubrir quién era esa mujer y cómo había terminado en su cama. En ese momento, su celular sonó, sacándolo de sus pensamientos. Miró el identificador de llamadas y contestó.

"Sí, habla", ordenó Jason.

"Señor, su nombre es Julia Harrison. Vive con su madre en Belle Glade, en una casa de dos habitaciones; solo ellas dos la habitan. Sobre su padre, nunca lo conoció. Julia trabaja como conductora de bus escolar, y así se gana la vida. Su madre es costurera. A pesar de su situación, Julia suele salir de fiesta con sus dos mejores amigos, Matilda Hayford, a quien llama Tilly, y Michael Hogan. Van a clubes nocturnos, y aunque no soporta bien el alcohol, le gusta beber", informó la voz.

"Eso es todo lo que descubrí sobre ella", añadió el hombre.

"Hmm", murmuró Jason, y colgó al no recibir más información.

'Esta chica no es nadie', pensó. 'El único que podría decirme qué pasó es mi padre, y ya no está'.

Esa noche cenó con su familia, y se sorprendió de ver a su madre comer con tanto apetito después de haber llorado casi todo el día, pero le alegró que no se dejara vencer.

Tras la cena, Jason se quedó un rato y luego regresó a su apartamento. Entró con dos guardaespaldas, y los sirvientes se pusieron tensos de inmediato. Los hombres se quedaron en el primer piso mientras él subía al suyo. Encendió la televisión y vio un rato las noticias antes de irse a dormir. Al abrir el cajón de su mesa de noche para tomar el cargador, encontró dos certificados de matrimonio firmados, con la firma de su padre como testigo.

'¿Papá sabía de la boda? ¿La organizó?', pensó.

Pero recordó que, según su hermano, su padre se había desmayado al llegar a casa. 'Algo ocurrió, aunque no tiene sentido que me hayan atacado y obligado a casarme con una desconocida', continuó pensando mientras miraba los dos certificados.

Luego los guardó y se sentó en el borde de la cama con el cargador del teléfono en la mano.

'¿Por qué alguien me querría casar así? A menos que quieran usar a esa mujer para llegar a mí... a mi información, a mis contactos, a todo', meditó.

'Alguien ha planeado algo y no pinta bien'.

Jason sonrió y decidió que pediría el divorcio después del funeral. Concluyó sus pensamientos, puso el celular a cargar y fue a darse una ducha. Luego se metió en la cama, decidido a iniciar el proceso de divorcio.

Llegó el día del funeral. El cuerpo del señor Haward yacía en el ataúd rodeado de flores. Mucha gente asistió, pues era un hombre muy conocido.

El féretro fue llevado a la fosa y descendido. Jason arrojó un puñado de tierra sobre él, al igual que sus hermanos y su madre, hasta que lo cubrieron por completo. Después regresaron todos al condominio familiar, donde pasaron la noche.

Al día siguiente, Jason volvió a su apartamento: necesitaba atender asuntos y comenzar el proceso de divorcio antes de que alguien se enterara.

Unos días más tarde fue al tribunal para iniciar el trámite, pero quedó atónito con lo que descubrió. Había una cláusula en el contrato: el matrimonio solo podía disolverse tras un año y medio.

"¡¿Qué demonios?!", gritó.

Inmediatamente, preguntó si había forma de anularlo, pero le dijeron que no. Furioso, abandonó el lugar y se dirigió a la oficina. Entró en su empresa y fue directo a su despacho, ordenando que no lo molestaran.

Allí trató de entender cómo había ocurrido todo: el contrato, los certificados, los anillos y aquella mujer en su cama. Finalmente, decidió confrontarla, tal vez ella supiera algo. La mujer no había estado en el festival de música, entonces, ¿cómo se conocieron? Tomó el celular y marcó.

"Quiero a esa tal Julia en mi apartamento hoy a las seis", ordenó y colgó.

Pasó el día enterrado en trabajo y reuniones. Al terminar, volvió a su apartamento.

El auto entró al amplio garaje subterráneo y se detuvo. Jason bajó acompañado de cuatro guardaespaldas, y otro se acercó a informarle.

"¿Dónde está?", preguntó Jason.

"Señor, está atada en el sótano", respondió el guardia.

Jason se dirigió al lugar y ordenó quedarse a solas con ella. Julia estaba algo golpeada, con el cabello revuelto y el labio sangrando.

Aun así, era una mujer muy hermosa: ojos cautivadores, larga y abundante cabellera castaña y piel impecable, a pesar de las marcas del maltrato.

Esa mañana, al despertar junto a ella, Jason estaba demasiado furioso como para detenerse a mirarla. Ahora, descubrió que incluso con el ceño fruncido, se veía adorable, aunque él mantuvo el rostro frío e impenetrable.

Ella estaba amarrada de manos y pies a la silla, con un paño atado a la boca.

Enseguida, Jason acercó una silla frente a ella, le quitó la mordaza y la joven comenzó a gritar tan fuerte que sintió que le iban a estallar los tímpanos.

"Cállate", ordenó él, y su mano se estrelló contra el rostro de Julia; la bofetada le dejó la mejilla roja e hinchada de inmediato.

La cabeza de Julia comenzó a girar, y sintió que podía desmayarse en cualquier instante. Estaba aterrada, temblando en la silla.

"Está bien, dime qué estabas haciendo antes de despertar en mi cama", preguntó Jason.

Las lágrimas corrieron por el rostro de la joven mientras respondía con voz temblorosa: "Por favor, no me haga daño, no recuerdo nada".

"¿Así que no recuerdas absolutamente nada?", insistió Jason. "Respóndeme", gritó, y ella se estremeció de miedo.

"Salí con mis amigos, créame, es todo lo que recuerdo", respondió casi sollozando.

"¿A dónde fueron?", preguntó él, sentándose.

"A un club nocturno de mi zona", contestó Julia, aún temblando.

"Está bien, dime los nombres de tus amigos y sus contactos", exigió Jason. "Ahora", rugió, y Julia dio un respingo.

"Matilda", dijo ella.

"¿Matilda qué?", interrogó el hombre.

"Matilda Hayford y Michael Hogan", respondió, y enseguida dictó sus contactos.

Luego, Jason salió de la habitación. Minutos después, una mujer entró, desató a Julia y curó sus heridas. Después la dejó libre en el sótano.

Finalmente, Jason subió a su cuarto tras entregar los nombres a sus guardaespaldas, con la orden de traerlos al día siguiente.

            
            

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