En medio de una base hecha de madera, exhibieron a Nysa ante toda una multitud.
Sus sonrisas reflejas la lujuria de aquellos que nunca habían visto tal belleza, es entonces cuando Queen se acerca a la pista y la presenta como la última maravilla del mundo.
Se acerca con la chica a la orilla y una enorme sonrisa entrelazan sus labios.
-Está noche, esta joven señorita será entregada a uno de ustedes por primera vez, por lo tanto espero escuchar sus mejores ofertas-hace una pequeña pausa para verla a los ojos.
Aturdida ante tantas miradas, Nysa había olvidado cómo se sentía al ser comida por la gente desconocida.
Ojos que solo buscaban una cosa de ella...
-Los nobles hacen "subastas" y nosotras hemos implementado este mercado, entonces. ¡Quien ofrece doscientas cincuenta monedas de plata!
El precio, aunque elevado se gana varias manos arriba, aquella oferta se distinguía en tener una loba virgen bajo unas sábanas blancas.
El sueño de los desesperados.
Alguien ajeno a la subasta levantó la mano gritando a todo pulmón.
-Seiscientas monedas de plata
Los ojos de los presentes se perdieron entre aquel que había alzado tal declaración.
Nysa con la cabeza gacha reconoció aquella voz, levanto la mirada con cuidado bancando al hombre hablo.
Sin escuchar más propuestas, Queen señaló al hombre, gritando:
-¡Vendida!
Los murmullos por la compra y la decepción de no poder adquirirla fueron los sonidos que se apoderaron del salón.
Nysa continúo buscando a quien la había comprado sin poder reconocerlo, sus brazos fueron tomados con fuerza por dos mujeres más quienes la bajaron del escenario mientras el show de Zira iniciaba.
Sin tanto escándalo fue llevada a la habitación especial, y empujada dentro.
-Siéntate en la cama y espera al señor -indicó una
-No seas brusca, eres la primera, y debes ser cuidadosa con él, si lo haces bien el trabajo no será tan esclavizante para ti -recomendó la otra
Al momento, cerraron la puerta con fuerza, sus pasos se iban despojando de aquella habitación y lo último que quedaba era el silencio.
Bajo la cabeza decepcionada, no estaba segura de poder hacerlo, se llevó las manos a la cara pensando en cómo distraerse durante el acto.
se levantó de la cama, caminando de un lado a otro, mordiendo su pulgar con ansiedad.
«Maldición»
Sus pensamientos jugaron en su contra en ese momento, no sabía cómo mantenerlos tranquilos o si quiera no arrepentirse.
No había forma de escape, solo una puerta cerrada con llave.
Observó sus manos esperando que sus marcas volvieran a salir, sin lograrlo.
Había suplicado muchas veces a la Luna por respuestas, por salidas, pero no tuvo respuesta desde hacía tanto; que empezó a dejar de creer, una actitud que no se podía permitir.
Podría faltarle todo, menos su súplica para poder dormir.
Freno en seco tras escuchar pasos secos en medio del pasillo, seguidos de la voz que juró reconocer.
En medio del pequeño orificio de la puerta en la parte de abajo, una sombra separa la luz.
-Es una joven muy tímida -la voz de Queen resonó
-Tranquila, podré manejarla
La perilla de la puerta bajó al momento de ser empujada, viendo al hombre que compró a los ojos.
-Momo, espero seas gentil con el señor, prometió no hacerte daño
Esas palabras apenas pudo dimensionarlas.
Era él...
-Los dejaré solos
En ese mismo instante cerró la puerta con fuerza, creando un estruendo.
-No imaginé verla en este lugar, llena de gentuza que no es de su posición, debo admitir que al menos estoy aliviado de ser el primero en compartir una noche con usted.
-Profesor...
-Sabe que es lo que más me impresiona, que decidió quedarse en vez de escapar, pensé que le había enseñado bien, pero me decepciono.
No salió ni una sola palabra de sus labios, bajo el impacto, no se permitió seguir ninguna acción.
-Además, ¿No estaba con su esposo en Oriente? -inquirió acercándose a ella
Con delicadeza, pasó su mano por la mejilla de la princesa.
-Pensé que lo habían expulsado
-¿Por qué? ¿Por enseñar a la princesa?
Cerro sus labios, era cierto, lo había pensado por ese lado.
Él se sentó a un lado de la cama, con los codos apoyados en sus muslos, analizó con la mirada la habitación especial, decepcionado de cómo la habían pintado.
-Vaya cama -sus dedos palparon el colchón duro -¿Duermes en una igual?
-No... -mintió
-Bueno y ¿qué piensa de su vida? -inquirió
-Yo... he pensado seriamente abandonar este sitio, pero le tengo miedo a los cazadores
-¿Cazadores? -cuestiono
-Los hombres de la aldea tiene por obligación asesinar a las mujeres de la aldea si estás llegan a escapar de sus obligaciones
Él calló por unos cuantos segundos, hasta que decidió cambiar el tema.
-La gente de la Manada ha estado inconforme con el gobierno de su hermano. Se ha vuelto invivible y es considerado el Alfa Más Sanguinario de la historia.
Nysa tenso el ceño.
-¿Con qué fin, me cuentas está trágica historia?
-Que usted es hija de Carter II, siguiente en la línea de sucesión, y me gustaría convertirla en la siguiente Reina, dígame, ¿Su Alteza, desea quedarse en esta pocilga toda su vida?
No tuvo tanto problema al momento de contestar esa pregunta, y solo basto de un asentimiento con la cabeza.
Nysa no lo hacía por poder, sino por derrocar a Grey, su pueblo no era de su interés, la memoria de su padre mucho menos, lo que deseaba era tener la corona como había sido arrebatada, con sangre, con un juramento de tortura.
Por primera vez en años, pensó en su propio bienestar, siendo una actitud egocéntrica que contribuía con su interés.
Pasado el tiempo, el tutor de la princesa se dirigió a la directora en su oficina dejando sobre la misma un cheque valorado por veinticinco mil monedas de plata, para aumentar su valor algunas joyas que no representaban nada para él.
La mujer al abrir la bolsa sonrió con avaricia, cerrando un trato por su venta con un fuerte apretón de manos.
Entusiasmada, Queen lo guio a la salida, donde estaba Nysa delante de un carruaje con una capa negra que el tutor le había regalado, a su lado, dos de los guardias del mismo noble.
Zira desde la ventana de la casa observaba con pesar a Nysa, deseaba tener más tiempo con ella, consumir cada parte de su cuerpo en besos candentes como lo habían hecho en la tarde, esos labios ahora tenían dueño y esa promesa de nunca separarse retumbó en su mente.
Cómo una petición vacía que no valía nada.
Una promesa rota.
Mordió sus labios cuando vio al tutor tomar de una manera tan íntima a Nysa. Abajo las cosas se estaban solucionando, Queen se despide de ella con cercanía, como si tuvieran una buena relación.
-Me alegra que vivas en un lugar mejor -tomo sus mejillas besando su frente -se feliz, Momo
Tras escuchar ese nombre, el hombre se vio extrañado.
-Lo haré, Queen
Ella sonríe oreja a oreja.
Con una capa delgada sobre su cuerpo, es capaz de resistir el frío.
-Siempre te vi como una hija y ahora estoy orgullosa de ti, ven aquí -la abrazó con fuerza
Nysa accedió al abrazo dando pequeñas palmada en la espalda, sabía que su tacto era hipócrita, pero delante de su tutor no quería dar a entender que la detestaba.
-Me haces tan feliz.
«Por supuesto vieja idiota, le acaban de salvar el negocio»
Al separarse; una sonrisa apareció en sus labios, seguido de un enorme agradecimiento hacia el hombre que la compró, luego, la ayudó a subir al carruaje, se despidió de la señora.
Una vez dentro; el maestro con un gesto le indico al carruaje moverse.
El terciopelo sobre el cojín, los detalles dorados el interior, las cortinas rojas, y ese bello olor a flores dentro de la cabina, con el constante movimiento de las ruedas creo recuerdos.
Había olvidado esa sensación,
Sin darse cuenta empezó a sonreír llamando la atención de su tutor.
-Parece feliz, asumo que no fue nada agradable vivir en esa Casa -comentó
-Así fue, pero me mató el miedo por morir a manos de unos cazadores -confesó
-Como futura reina quiero que tenga en cuenta, que a partir de ahora tendrá enemigos que desean matarla. Debe ser más inteligente que los demás para sobrevivir.
-¿Cree que pueda?
-La educare para eso.
Desvió su mirada a la ventana, la luna ilumina su camino.
«Noches así admire la Luna por su belleza, en el palacio, sola, en el bosque, en la Casa, y ahora en un carruaje. Todo lo que quería era libertad, y ahora debo enfocarme en un nuevo objetivo»
No hubo más presentación, o alguna recomendación adicional más que silencio, ameritado por el dulce sueño de la princesa, recostó su cabeza contra la ventana dejándose caer por la tranquilidad de no estar allí.
Sobre todo, de conservar lo único que mantiene su inocencia.
Su tutor al verla descansar, cerró los labios para no molestarla; sin embargo, sobre su boca se posó una sonrisa que solo mano de dos Razones:
1.La princesa se había convertido en la viva imagen de su madre
2.La apoyaría a cambio de un favor
Cerró los ojos, tratando de dormir, ahora con un nuevo tesoro, tenía una oportunidad para colarse en la Corte Del Alfa.
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Llegaron al amanecer, cuando el cielo aún conserva parte del azul nocturno de su cielo, y el viento helado acaricia tus poros.
Con ayuda de su tutor bajó del carruaje, aún conservaba la ropa con la que fue presentada, por lo que el frío la estaba matando.
Apretó la falda, pegando sus brazos a su cuerpo.
-¿Tiene frío?
«¿Se nota mucho?»
Respondió con un movimiento negativo de cabeza.
Con una indicación entraron a la casa, los jarrones blancos con rosas rojas y violetas invadieron su curiosidad, los colores frescos, su brillo excepcional, y su arquitectura y diseño la hacían lucir una casa hermosa.
Al levantar la mirada, quedó maravilla al encontrarse con una pintura en el techo del cielo nocturno, la diosa Luna como la representaban y miles de Zutrud -los ángeles de los lobos -cada uno con detalles tan minuciosos que parecía imposible seguirlos.
Maravillada llamo la atención de su tutor quien de inmediato expuso la obra.
-Fue pintada por mi hijo mayor y su maestro de arte, Marius Albrect
El nombre del pintor, la impactó, volviendo su mirada a su tutor.
-No sabía que tenía hijos, mucho menos que uno de ellos trabajo con Marius Albrech
«Marius era reconocido entre los lobos por pintar la capilla Monilia, el lugar más sagrado para los creyentes de la Luna, siendo considerado el pintor más reconocido entre los licántropos, por sus grandes Obras de arte y posteriormente su trágica muerte, muchos dicen que fue asesinado por un Magnífico, Protegidos de La Luna que se entregaron por completo a su salvajes, modificando su cuerpo a Animales de distintas especies salvajes con características lobunas»
Nysa recordaba esa historia como un cuento profundo de hadas donde lo más preciado de cualquier lobo termina siendo arrebatado por aquellos que no pudieron controlar su instinto.
Ahora que había vuelto a recordar su historia, se preguntaba si llegaría a ese punto de demencia.
No recordar su nombre, las acciones propias de su fuego y, sobre todo, perder su apariencia por una más Magnífica, pero temida.
Cuando un Protegido se vuelve Magnífico, es más temido que antes, y si se encuentra en una aldea, es mejor dejarlo pasar antes de Morir Maldito.
-Debe sentirse afortunado de que su hijo se convierta en el siguiente Marius Albrect.
-No, a él le falta experiencia -contestó -no nacerá otro artista como Marius Albrect
-¿Por qué lo dice? ¿Acaso ve el futuro?
-No, por supuesto que no Su Alteza, pero mire los detalles de Marius -señaló a uno de los Zutrud -Ve, su joyería ni siquiera está junta, eS un efecto visual. Este fue pintado por mi hijo, mientras que -señalo la Luna y el collar qué cargaba en el cuello -esa pieza está pintada piedra por piedra. Fue creada por Marius, muchos buscan el camino fácil, pero él... buscó complicarse, aunque no muchos apreciaran los pequeños detalles.
Nysa se comparó con esas personas, no había detallado como lo había recomendado su tutor, algo en lo que tenía razón.
Cuando era pintada, en los pocos cuadros en los que aparecía, siempre cubrieron su rostro con un telón negro imposible de mostrar su rostro.
En cambio, su hermano siempre tenía una mirada prometedora y justa, algo que a la fecha no se había comprobado.
-Su alteza, quiero ser completamente honesto con usted -dejó de apreciar la pintura dirigiéndose a ella -por favor sígame -extendió su mano, pero Nysa no la tomo, al contrario, camino delante de él esperando que le siguiera el paso
Una acción que el tutor copio de inmediato, sus pies tocaban una hermosa alfombra roja mientras la decoración distinguida de la mansión del profesor la llenaba de dudas sobre cuánto dinero tenía.
-Sabrá que ahora es la única que podrá llevar la corona del Alfa en alto, que su único propósito es derrocar a su hermano -calló unos segundos. Esperando su respuesta
-Continúe
-Su precio fue elevado, lo bastante como para tratarse en un burdel, pero lo suficientemente barato para lo que vale la cabeza de un miembro de la Familia Real. Por lo que ahora he quedado en quiebra -confesó, su mirada siempre permaneció al frente -Detestaría que mi familia descubriera que gasté todo mi dinero en una loba joven que ni siquiera conocen. Por eso le propongo un trato