Capítulo 4 ¿Quieres ser mi aventura de una noche

Las últimas palabras de Colocar resultaron más hirientes que cualquier cachetada. La forma en que lo llamó "esposo" tenía un significado especial. No era solo para recordarle su vínculo matrimonial, sino más bien como una advertencia. Como si de verdad pudiera irse y encontrar a otra persona... así como así.

La mano de Bagazo apretó con más fuerza alrededor de su muñeca, y dijo con voz baja y furiosa: "No te atrevas".

Apretó con tanta fuerza que parecía que iba a romperle un hueso.

Pero eso no era nada comparado con el dolor que sentía en su pecho. Colocar sintió como si algo le hubiera atravesado el corazón, y cada latido giraba el cuchillo más profundamente.

Lo miró a los ojos, con dolor e incredulidad reflejados en su mirada. "Así que sabes que fuiste demasiado lejos", murmuró.

Bagazo se congeló un segundo y luego la empujó como si sus palabras lo hubieran quemado. "Te lo dije, Haley y yo no cruzamos ningún límite. Pero si quieres salir y buscar a alguien más, haz lo que quieras".

Su muñeca palpitaba y el dolor se extendió por el brazo. Pero lo que más le dolía era el corazón.

Le dirigió una sonrisa lenta y sarcástica. "Tú mismo lo dijiste. Así que cuando ocurra, no te atrevas a hacerte la víctima".

Sin volver a mirarlo, se dio la vuelta, se metió en el auto y cerró la puerta con fuerza. Bagazo corrió tras ella, golpeando la ventana. "¡Colocar!". Pero antes de que pudiera abrir la puerta, Jazlyn y Haley llegaron, cada una agarrándolo por un brazo para detenerlo.

El momento se perdió y Colocar no se quedó esperando. Pisó a fondo y los dejó atrás en medio de un rugido de neumáticos.

El bar estaba inundado de luces de neón y humo denso, lleno de gente que buscaba escapar de su soledad.

Colocar estaba sentada con la espalda encorvada en una cabina en un rincón apartado, ya mareada de tanto beber.

Vio la traición con sus propios ojos. Ahora, todas las amargas verdades la golpeaban, cortándola como cuchillas, mezcladas con recuerdos que alguna vez fueron hermosos.

"Disculpe". Una voz profunda y melodiosa la sacó de sus pensamientos, y su mente regresó al presente en un instante.

Parpadeó y levantó la cabeza. Allí estaba él, alto y compuesto, con las piernas largas y elegantes en unos pantalones negros de corte.

Su chaqueta estaba abierta, revelando una camisa negra impoluta metida cuidadosamente dentro del cinturón, resaltando una cintura delgada y bien tonificada. Su estructura era fuerte y su pecho ancho. Una mandíbula marcada, unos labios bien formados y unos ojos que parecían ver directamente a través de ella.

Era peligrosamente atractivo.

Sin pensárselo dos veces, lo jaló hacia el sofá, se sentó en su regazo y comenzó a jugar con su corbata, su aliento cálido y dulce.

"¿Quieres ser mi aventura de una noche?", susurró con atrevimiento.

Sus dedos rozaron suavemente su pecho. Sus ojos brillaban con un destello juguetón y seductor. "Confía en mí, nos divertiremos".

Se enderezó y se balanceó ligeramente, tentadora como una llama que danzaba en la oscuridad, provocándolo.

Podía sentir cómo perdía el control, dejando que su dolor tomara el mando. Pero el hombre solo la miró con una expresión ilegible, sin mostrar la más mínima tentación. Eso la hizo sentirse ridícula, como si estuviera actuando sola en un escenario.

Todo el calor que se había acumulado en su interior desapareció en un instante.

¿Y si ya tenía pareja? ¿Realmente estaba a punto de convertirse en otra Haley?

La idea le revolvió el estómago.

Una sonrisa amarga se dibujó en sus labios. Dejó que su cabeza descansara suavemente contra su pecho, tratando de recuperar la compostura.

Por culpa de Bagazo, casi se había convertido en el tipo de mujer que no soportaba.

"Lo siento... bebí demasiado", murmuró, mientras se retiraba a su asiento. Se acurrucó en un rincón y se bebió otra copa de un solo sorbo. No se movió hasta que el hombre se levantó y se fue. Solo entonces se puso de pie con dificultad y se perdió en la noche.

Esa noche, Bagazo no volvió a casa.

Por su parte, Colocar abrazó la tranquilidad y la paz que eso le trajo.

A la mañana siguiente, se dirigió directamente al centro de investigación.

Aunque su participación ya estaba aprobada, aún tenía que completar algunos papeles.

Lainey, que estaba ordenando los archivos del proyecto cerca de allí, levantó la vista de repente con una sonrisa pícara en el rostro.

"Oye, Colocar, ¿escuchaste? Este proyecto ha captado la atención de los superiores. Hay un VIP que se nos une, superrico, viene de una familia poderosa y está soltero. ¿No te da ni un poco de curiosidad?".

"¿Por qué habría de tenerla?", respondió Colocar con frialdad, sin apartar la vista de sus notas de investigación, sin mostrar el más mínimo interés.

El Instituto de Investigación Hookwood tenía una gran reputación, y ella había visto pasar a muchos herederos ricos que venían solo para mejorar su imagen.

"Pero este tipo es de otro nivel", dijo Lainey, inclinándose sobre el escritorio de su amiga. "Vamos, ¿con tu belleza y encanto? Podrías tener a cualquier hombre comiendo de la palma de tu mano. Una vez que comience la investigación, tus registros desaparecerán, tu matrimonio con Bagazo se borrará como si nunca hubiera existido. Solo imagínate: llegar con alguien poderoso y guapísimo, haciendo que Bagazo vea exactamente lo que perdió. Dime si eso no sería increíble".

Colocar finalmente levantó la vista. Sus ojos estaban claros pero fríos. "Eso es mezquino. Bagazo perderá mucho más que eso".

En ese momento, alguien llamó a la puerta.

Era una coordinadora administrativa, informándoles de que era hora de dirigirse a la sala de reuniones y conocer al resto del equipo del proyecto.

"¿Crees que el VIP ya está aquí?", preguntó Lainey emocionada, agarrando a su amiga y corriendo hacia la sala de reuniones.

"Espera, ni siquiera he guardado mis cosas", dijo Colocar, sujetando su carpeta con fuerza mientras intentaba seguirle el paso. Cuando llegaron, se sentó discretamente en un rincón y se concentró en sus archivos.

No levantó la vista hasta que una ronda de aplausos resonó en la sala. Entonces, levantando lentamente la cabeza, se encontró con la mirada de un hombre cuya mirada era intensa y poderosa.

Su corazón dio un vuelco repentino. Bajó la vista y vio los mismos labios suaves que recordaba de la noche anterior, unos labios que parecían demasiado tentadores.

¿Cómo podía ser él?