Amante Fatal, Justicia Inevitable
img img Amante Fatal, Justicia Inevitable img Capítulo 9
9
Capítulo 10 img
Capítulo 11 img
Capítulo 12 img
Capítulo 13 img
Capítulo 14 img
Capítulo 15 img
Capítulo 16 img
Capítulo 17 img
Capítulo 18 img
Capítulo 19 img
Capítulo 20 img
Capítulo 21 img
Capítulo 22 img
Capítulo 23 img
Capítulo 24 img
Capítulo 25 img
Capítulo 26 img
Capítulo 27 img
Capítulo 28 img
img
  /  1
img

Capítulo 9

Natalia POV:

-Dicen que el original cuesta una fortuna -dijo una mujer.

-Pero Lázaro Morales lo acaba de comprar por un millón -respondió otra.

Todos los ojos se posaron en Pilar.

Ella parpadeó, luego recompuso su sonrisa.

-Oh, Lázaro es tan detallista -dijo, su voz forzadamente dulce.

Las mujeres asintieron, sus ojos llenos de envidia.

-¡Qué afortunada eres, Pilar! Tu esposo te adora.

Pilar sonrió, hinchada de orgullo.

Qué estúpida, pensé.

Fingí un tropiezo. Me tambaleé, "sin querer", hacia el grupo de Pilar.

Extendí mi mano para "sostenerme".

Mi manga se deslizó, revelando la pulsera de diamantes.

Brillaba bajo la luz, un destello deslumbrante.

La conversación se detuvo en seco. Las sonrisas de las amigas de Pilar se congelaron.

Las palabras de Pilar resonaron con una ironía brutal.

Pilar me miró. Sus ojos se fijaron en la pulsera. Su rostro se puso pálido.

La mirada de Pilar se llenó de un odio mortal.

-¡Tú! -siseó.

Bajé la cabeza, fingiendo vergüenza.

-Lo siento, ¿la asusté? -dije, mi voz suave, pero mis ojos la desafiaban.

Pilar no pudo soportar la humillación. Tomó a Lázaro por el brazo.

Lo arrastró hacia el balcón. Su rostro era una máscara de furia.

Lázaro se mantuvo impasible.

Pilar, con el rostro surcado de lágrimas, regresó sola. Me lanzó una mirada llena de veneno.

Se fue de la fiesta, seguida por el murmullo de los invitados.

Sabía que esto no terminaría aquí. La victoria tiene un precio.

Mientras caminaba a casa, un coche negro se detuvo a mi lado. Dos hombres salieron.

-La señora Muñoz quiere hablar contigo -dijo uno de ellos.

Mi corazón se apretó. Pero mi rostro se mantuvo sereno.

Me arrastraron a un callejón oscuro.

Esto es parte del juego, pensé, con una extraña calma.

-La señora Muñoz está muy molesta porque perdiste el regalo de su esposo -dijo uno de ellos.

El otro sacó una navaja.

-Si no te alejas de Lázaro, tu bonito rostro quedará irreconocible.

Discretamente, marqué el número de Lázaro.

Grité.

                         

COPYRIGHT(©) 2022