Capítulo 7 Llévame a un hotel

"Dime tu dirección", exigió Jacob con brusquedad, empujándola de regreso al auto.

Era el primer día de Lola nuevamente en la ciudad, por lo que Flora Lin se encargó de su alojamiento, y le envió la dirección a ella. Sin embargo, cuando tomó su celular, descubrió que se encontraba apagado y sin batería.

'¿Qué debería hacer?', se preguntó la chica.

"Puedes llevarme al hotel más cercano", indicó ella, finalmente.

"¿Hotel?, ¿quieres que te lleve a un hotel?", cuestionó el hombre, echándole una mirada cargada de lujuria, y sin ocultar la picardía que bañaba su rostro.

Aunque su corazón latió salvajemente contra su pecho, ella mantuvo una expresión indiferente y actuó como si no le afectara en lo más mínimo, no obstante, apartó la mirada. "Déjame en la entrada del hotel y me registraré yo sola. No recuerdo mi dirección, así que tendré que pasar la noche allí; mi agente irá a buscarme mañana", respondió ella.

Algo similar a la crueldad brilló fugazmente en los ojos del hombre. "Bien, entonces. Parece que esta noche tienes todo el tiempo del mundo para escuchar lo que tengo para decir, pues, como dije, tenemos algo importante que discutir", espetó él.

El hombre dijo esas palabras sin esperar a que ella se mostrara de acuerdo o en desacuerdo, solo fijó su mirada al frente y comenzó a acelerar.

Era posible que ella no supiera lo que estaba planeando, sin embargo, reconoció de inmediato la dirección que tomaron. "Espera. ¿Me quieres llevar...? ¿Allí de nuevo?", interrogó la cantante.

Jacob le dirigió una sonrisa astuta, mientras decía: "Bueno, tal parece que recuerdas todo con claridad".

"¡Detén el auto!".

Al exclamar, la voz de la mujer adquirió un tono urgente.

Por supuesto, él la ignoró y su respuesta fue pisar aún más el acelerador. La fría expresión en la cara de la chica, casi desaparece, al tiempo que ordenaba: "¡Te estoy pidiendo que detengas el auto! ¡Si no lo haces, abriré la puerta y saltaré a la carretera!".

"¿Vas a saltar? Me gustaría verte intentarlo", se burló él.

Tras escucharlo, ella lo fulminó con la mirada. "¡Bien!", ella escupió sus palabras y se giró en su asiento.

Luego, se desabrochó el cinturón de seguridad y abrió la puerta del lado de su auto, solo para ser tironeada hacia atrás de nuevo. "¡¿Louisa, estás loca?!", exclamó el hombre.

"¡Louisa lleva muerta mucho tiempo! ¡¿Cuántas veces tengo que decirte que me llamo Lola?! ¡Llámeme Lola, señor Jacob!", gritó la cantante.

.Ella jamás volvería a entrar a ese lugar que le producía pesadillas.

Incluso hasta el más mínimo pensamiento al respecto le provocaba un dolor agonizante, como si su corazón se hiciera pedazos una y otra vez.

Al percibir que algo andaba realmente mal, él rápidamente pisó el freno y, en el momento en que se detuvo, Lola no dudó en salir del vehículo.

"¡¿Qué estás haciendo ahora?!", bramó él. "¡¿Quieres aparecer en los titulares en tu primera noche de regreso?! Si caminas por la calle con ese aspecto, ¡definitivamente la gente se dará cuenta!", agregó el hombre.

"¡Ya es suficiente, Jacob! No necesito que te preocupes por si aparezco en los titulares o no", exclamó ella.

"¡No me malinterpretes, es no me interesa! ¡Tú nunca me importaste! Lo único que me preocupa es... Como dije, tenemos algo que discutir, ¿está bien? Necesito que cooperes conmigo en esta única cosa", aclaró él.

Finalmente, ella se detuvo en seco y miró hacia atrás, cuestionando: "¿Qué diablos es lo que quieres? ¡Solo dilo para que podamos terminar de una vez!".

Entonces, Jacob respiró profundamente, y lo soltó: "La abuela volverá en unos días".

Los ojos de la mujer se iluminaron de un momento a otro, junto a una buena medida de sorpresa tras escucharlo. "Quieres decir que la abuela se recuperó, ¿verdad?", preguntó ella.

La única inquietud en el fondo de su mente en aquellos últimos dos años había sido la abuela, todo lo demás quedó abandonado en su pasado. Por suerte, se las arregló para adquirir fragmentos de noticias sobre ella de vez en cuando, cosa que le ayudó a continuar con calma y mantenerse concentrada en su carrera.

"Ella ya está casi recuperada, pero... No se puede exponer a ninguna conmoción. ¿Puedes ver la importancia de que hable esto contigo? La abuela no tiene idea de que te fuiste hace dos años, durante todo este tiempo pensó que estabas estudiando en el extranjero", expuso su ex-esposo.

Tras escucharlo, ella frunció el ceño, desconcertada y tomada por sorpresa. "Y el que le dijo esa mentira fuiste tú, ¿no es así?", indagó la cantante.

Claro que tenía que tratarse de él, y ni siquiera lo negó.

La salud de la abuela era delicada desde mucho antes y, probablemente, esa era la razón por la cual la familia Gu mantuvo el divorcio en secreto, ya que, tales noticias podrían haberla afectado negativamente.

"Quiero ver a la abuela", declaró ella.

Realmente, había extrañado muchísimo a la anciana.

"Por supuesto, puedes verla cuando quieras, no te detendré. Sin embargo, como ya mencioné, debes cooperar conmigo. Mencionar nuestro divorcio está estrictamente prohibido, tienes que fingir ser mi esposa frente a la abuela para que no se preocupe". Él hizo una pausa entonces, lanzándole una mirada perspicaz, que duró más de lo que a ella le hubiese gustado y, luego, continuó: "No querrás que la salud de la abuela empeore, ¿verdad?".

Lola analizó sus opciones, y opinó: "Como sea, no podremos ocultar la verdad por mucho tiempo".

"Ah, no es la gran cosa, la abuela únicamente se quedará por unos días antes de volar a Suiza. Solo necesitamos fingir durante su estadía", sostuvo el hombre.

"¡No, yo no puedo hacer eso!".

La chica se negó súbita y firmemente, sacudiendo la cabeza repetidas veces. "No existe manera...", agregó.

"¿Por qué no?, ¿estás diciendo que no te preocupas por la abuela?", cuestionó él.

Ella continuó negando con la cabeza, sus ojos estaban empezando a arder de cierta manera. En ese momento, vislumbró un taxi acercándose por el final de la calle y se apresuró a detenerlo, saltando dentro del auto e indicándole al conductor que acelerara, antes de que Jacob pudiera hacer cualquier cosa para detenerla.

"¡Louisa, detente!", exclamó el empresario.

Sin embargo, ya era demasiado tarde. Todo lo que pudo hacer fue observar las luces traseras del taxi desvaneciéndose en la distancia, se sentía tan furioso que pateó la llanta de su propio auto, exclamando: "¡Mierda!".

En el interior del taxi, Lola lloraba intensamente, como si se hubiera roto una presa dentro de ella, y las lágrimas junto al dolor llegaron en torrentes que parecían no tener final. ¡Ella ya no quería ser Louisa!

Pero, aun así, ese hombre seguía insistiendo con que hiciera el papel de su esposa.

¡Era imposible!

No era capaz, siquiera, de pensar en ello.

Sin importar lo que sucediera, ella nunca más se acercaría a esa villa, especialmente a esa habitación que alguna vez llamó habitación matrimonial.

Puso sus brazos alrededor de su propio cuerpo y apretó el agarre tan fuerte que sus uñas se clavaron en su piel, no obstante, ella no sintió dolor.

Para cuando Flora Lin la encontró, ella había llorado tanto que su maquillaje se corrió y manchó toda su cara. Sin decir una palabra, colocó un abrigo sobre los hombros de la mujer en tal sensible estado, instándola a seguir adelante. "Te llevaré a casa", le dijo con suavidad.

Dicha casa era el departamento que inicialmente había arreglado como la vivienda de Lola.

Ya eran las dos de la madrugada cuando por fin llegaron, y la cantante fue directo a lavarse. Salió del baño después de un pequeño lapso, luciendo vulnerable y sonrosada, sus pies, por otro lado, estaban cubiertos con una gruesa gasa.

"No te preocupes, mis pies no se mojaron. De todos modos, son solo un montón de heridas leves, no deberían causar ningún problema durante la ceremonia de corte de cinta de hoy", habló con el rostro en blanco, casi de forma robótica. Parecía una persona totalmente opuesta a la mujer sollozante que salió a trompicones del taxi, apenas unas horas atrás.

"Sé que tienes una racha intensa, sin embargo, también debes cuidarte. Cancelé una entrevista que sería dentro de unas horas, la postergué hasta mañana. Deberías estar bien descansada para esta tarde, y así poder ir al evento como estaba planeado", informó su agente.

"Está bien", respondió la cantante, sin más.

"En cuanto a la firma del contrato...", comenzó a decir la otra.

De inmediato, Lola agitó una mano en el aire, para después pellizcarse el puente de la nariz, y exponer: "Flora, te di completa autoridad en todos los asuntos relacionados a mi carrera, especialmente durante mi regreso, lo cual significa que confío en ti, así que, puedes tomar las decisiones en cuanto a los contratos. Existen muchas compañías que no son tan malas, entonces, elige la que creas que es mejor. Después de todo, conoces el panorama de la industria del entretenimiento local mejor que yo".

Pese a estar ligeramente sorprendida, la respuesta de su agente fue tranquila y firme: "De acuerdo".

"¡Pero recuerda, mantente alejada del Gu Group!", le recordó la cantante, y no por primera vez. Ambas sabían que aquella familia extendía sus redes por todas partes, y ella no estaba lista para involucrarse con ellos todavía.

En especial con Jacob.

Al escucharla, Flora asintió, afirmando: "Haré todo lo posible para mantenerme alejada de ellos. Pero, ¿estás completamente segura de que no quieres aprovechar tu conexión con ellos, con Jacob Gu? Prácticamente, ellos podrían garantizar tu lugar en la cima, en el futuro. Muchas personas intentaron acercarse a él para ganarse un favor de su parte pero, eventualmente, todos fallaron. Tu verdadera identidad causaría revuelo, sin lugar a dudas, ¡eso realmente podría ayudar a aumentar tu popularidad!".

"¡Detente! Flora, te lo he dicho muchas veces, no insistas sobre algo a lo que he dicho explícitamente que no. De lo contrario, incluso si trabajas para él, ¡te dejaré! Ten en cuenta que eres mi agente, no debes hacer nada que pueda dañar mi imagen al extremo. Cuanto más me aleje de la familia Gu, mejor será tanto para mí, como para ellos", sostuvo Lola, su tono era decidido y no permitía lugar a discusión.

"Bien, no puedo hacerte cambiar de opinión", emitió la otra.

"No, realmente, no puedes hacerlo", recalcó la cantante.

Luego de eso, procedieron a discutir los siguientes eventos en su agenda, así como otros arreglos laborales. Al finalizar, Lola alcanzó su celular, que estaba cargando en un rincón y, sin ninguna razón en particular, terminó leyendo las noticias. Como era de esperar, el tema más alto en las tendencias no era otro que ella.

Gracias a algún milagro, por el que estaba profundamente agradecida, no se había descubierto ninguna asociación con Jacob.

Navegó un poco más, hasta que escuchó el celular de su agente sonar, entonces, se volteó para mirarla, pero ella salió enseguida a atender la llamada. En ese momento, Lola apagó las luces, realmente necesitaba dormir un poco.

Rodeada por la oscuridad, abrió su celular nuevamente y marcó un número que conocía de memoria. No obstante, en lugar de sonar el tono de llamada, fue recibida por la voz del operador: "El número al que usted ha marcado, está ocupado en este momento...".

Tras ello, una ligera sonrisita de autocrítica se dibujó en sus labios, y terminó por alejar el aparato.