Club Cuervos negros
img img Club Cuervos negros img Capítulo 4 Omnisciente
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Capítulo 55 OMNISCIENTE img
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Capítulo 65 OMNISCIENTE img
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Capítulo 4 Omnisciente

Bienvenidos al Club Cuervos Negros,

Evento privado, solo por invitación.

Nicholas miraba el rótulo negro y dorado. Ese club era su lugar de escape cuando las cosas en casa se ponían difíciles. Y no debido a su novio, uno de esos hombres calientes como el infierno. No. Sino que su hambre por más muchas veces era abrumadora.

En general, Nicholas siempre sentía que algo le hacía falta. Sexualmente activo, quería más que solo coger por placer, quería una conexión. Y ya tenía a Damon, así que sabía que sus necesidades serían cubiertas solo por una mujer.

Los coños eran los suyo, rasurados, rosados, casi virginales. Un coño muy usado, como los de las sumisas más antiguas no, porque amaba la inocencia en aquellas que recién se empezaban a meterse al mundo de las sumisas. Mientras caminaba, con interés se encontró mirando a todos en el club, sexo en cada esquina, sumisas que se ofrecían a él y el sexo era formidable, porque las que iban a buscarlo sabían que un buen follón era parte de lo que ofrecía.

Tenía una relación estable con un hombre increíble, Damon. Y ambos estaban listos para avanzar, para buscar a alguien más, específicamente una mujer. Y esta debía ser especial, pues tendría que aceptarlos a ambos. Por eso mantenían su trabajo en el club Cuervo Negro, ubicado en las afueras de la ciudad. Su compañera debía, como ellos, disfrutar del sexo.  

Aunque había sumisas regulares, que eran las que prefería, porque ya sabían lo que le gustaba y sabían complacerlo, no sentía nada con ellas. La tercera no aparecía aún.

Pantalones de cuero, pecho descubierto. Nick se sentía en su ambiente. Su amigo Ryder lo esperaba y se reunieron a solas antes de que empezara a trabajar.

-Te tengo una hermosa sumisa. Es mi mejor amiga, Olivia, estos días que estuviste fuera te perdiste de verla en el área de recepción. Wolf la ha proclamado suya, pero es abierto a verla con Amos, pues ella lo quiere. Por cierto, la verás usando una máscara.

-¿Por qué?

-Tiene serios problemas, que más adelante entenderás. Pero por nada del mundo le pidas ver su espalda.

-Ella lo quiere acostada.

-No, pero lleva camiseta, es abierta al frente para mostrar sus senos.

-Y así cubrir su espalda.

-Sí.

-Vamos entonces.

-Está en una de las salas con Wolf.

-¿En cuál sala? ¿Es la misma Oli de Damon? ¿La que ha querido presentarme, pero es un pajarillo herido y no quería presionarla?

-Sí.

-Sé que la ha tomado bajo su ala, la cuida.

-Hoy ella lo aceptó y sabe de ti. Y de verdad van en una relación más allá de Amo/Sumisa. Sabe cuánto ansía esto, por eso no va a participar, pero observará. Está en la sala dónde puede ver una escena y tocarse.

-¿Ella me quiere a mí? No entiendo.

-Es complicado, mírala primero y luego te explico.

Decir que la curiosidad lo mataba, sería poco. ¿Si ella era suya, Wolf compartiría? Porque ambos se amaban, pero era consciente del nivel de obsesión de su hombre con aquella joven. 

Para él, el concepto de compartir no era raro, tenía a Damon y buscaban una mujer para integrarla a su estilo de vida, pero no sabía si siendo su famosa Olivia, Damon estaría abierto al compartir.

Nicholas se acomodó en la sala de control, las cámaras de la sala voyerista llamaron su atención, porque la mujer que estaba ahí dentro era preciosa. No le veía el rostro, lo tenía cubierto tal cual le dijo Ry. Pero notaba sus caderas, sus senos grandes y su coño, rosado y apetitoso. Estaba de piernas abiertas, tocándose mientras veía a la otra pareja.

Nicholas no esperó más y dejó que Ry entrara con ella primero, unos minutos después se unió a ellos. La sumisa le esperaba de rodillas, parcialmente desnuda.

-Hola, sumisa. Ven a mi regazo cariño.

La joven ni siquiera lo dudo. Sintió la mirada de Wolf y supo que había que ir con cuidado.

-No me desnudaré, pero es evidente mi erección, quiero... Necesito saber si eres capaz de llevarme a la locura. Estoy aburrido de las sumisas y busco una fija, para dentro y fuera del club. ¿Aceptarías algo así? ¿Ambos lo harían? -le dijo mirando a Wolf-

-Amo a Olivia, Nick. Pero te amo también y sé que ella tiene otras necesidades también. Si ella es para ti, si ambos conectan, será lo que siempre he querido. Ahora los dejo a solas, cuídala por favor.

Nicholas miró a Olivia.

-¿Lista, sumisa?

-Si, señor.

-Entonces, la prueba de fuego cariño, vas a ganarte el puesto. Fuera bragas y siéntate en mi regazo. Cabálgame la polla, si te desvisto, si te cojo, entonces eres la ganadora. Puedo tocarte y no vas a protestar. ¿Palabra de seguridad?

-Rojo, señor.

La voz de esa mujer, ligeramente ronca y suave puso a su polla en acción, eso era nuevo. Nunca le había pasado, era raro, muy raro.

-¿Te gusta el sexo, Olivia?

-Si, señor.

-Entenderás Olivia, que no me gustan las mentiras. Una mentira me hace hacerte cosas que no te gustan. Vamos de nuevo, ¿te gusta el sexo?

-Quiero tratar.

-Eso suena mejor. Vamos, muéstrame qué tanto quieres el puesto.

-¿Tengo libertad de tocarlo?

-¡Demonios, sí!

            
            

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