No me sorprendo que muchas chicas que vienen al club me den esas miradas risueñas y me coqueteen sin vergüenza mientras pasan con las mejillas sonrojadas. Es algo normal a lo que ya estoy acostumbrado, y como no soy un tipo egocéntrico ni nada por el estilo, les dedico una sonrisa amigable empezando a caminar para reunirme con Joseph que seguro se encuentra por la cancha de tenis.
Saludo en el camino a unas cuantas personas que la verdad he logrado reconocer a travez de los años en los que he venido aquí antes de caminar un poco más y no solo ver a Joseph, está mi hermano menor de 15 años junto a mamá. Esto hace que mi mal humor se esfume un poco, mi vida es algo agitada y cuando tengo el momento de estar con mi familia eso me hace sentirme de una manera difícil de explicar. No sabía que iban a venir y eso hace que en mis labios se forme una sonrisa.
─ ¡Ya llegó Tobías!─ avisa mi hermano al acercarse haciendo que mamá me note, lo miro y le doy ese abrazo y choque de puños como hemos hecho desde que hemos tenido uso de razón.
─ ¿Qué te parece encontrarnos aquí?─ me dice divertido, es un chico muy travieso, siempre lo ha sido, le encanta venir al club a enamorar a las chicas, hay que tenerle no un par de ojos encima si no varios más. Le encanta hacer travesuras y meterse en esos pequeños problemas que hacen que a mamá le den migraña.
─Eso ni se pregunta Andrew.
Le desordeno su cabello y escucharlo quejarse, mamá se acerca y me envuelve en ese abrazo de oso que suelen dar las madres como si no estuvieran satisfechas de un abrazo breve, se lo devuelvo complacido.
Mamá ha sido la razón por lo que soy como soy, por la que he llegado hasta esta cima y porque es la primera persona que siempre confió en mi potencial, es una mujer que vale oro en mi vida. Por ella haría cualquier cosa en este mundo.
─Tienes ojeras bonitas─ me dice mirándome una vez deja de abrazarme.
─Es que imagínate, me las tatue─ me sonríe antes de darme un beso en la mejilla─ Que gusto verte mamá─ le digo sincero.
─El gusto es mío cariño─ me dice y sonrío.
Joseph aclara su garganta para hacerse notar, me acerco y nos saludamos. Es un gran tipo, no me puedo quejar del entrenador que tengo, el hecho que haya tenido mucha paciencia conmigo eso dice mucho de el. Pero eso no quita que a veces se vuelva un dolor de culo, como en estos momentos en lo que me ha hecho venir a entrenar cuando debiera estar durmiendo unas horas más.
─Llegas un poco atrasado, eso te incluye los minutos perdidos de entrenamiento─ me avisa cuando abro el cierre de mi equipaje adonde se encuentra mis raquetas bajo su atenta mirada. ─ ¿De acuerdo?
─Sí, como si fuera comerse un dulce, entendido─ le digo sarcástico y mi hermano ríe.
Entro en la cancha cuando veo que hoy se trata de calentamiento y que solo debo golpear todas las pelotas que se encuentran en un pequeño cesto. Inicio en cuanto Joseph me avisa al mirar la hora en su reloj costoso y luego estoy concentrado en lo que hago. Amo el tenis, desde niño me he dado cuenta que me ayudó en muchas pesadillas literal para saber que es mi paz, me hace sentir en casa y que nada podría hacerme sentir temeroso. Es como cuando encuentras algo que te hace sentir tan bien, que no puedes dejar de hacerlo, porque hasta tu cuerpo lo siente.
No sé cuanto tiempo llevo en lo mismo porque una vez termino de golpear todas las pelotas Joseph me trae otro cesto más y estoy ya muy sudado.
─Oh no, hay viene el real dolor de culos─ escucho a mi hermano decir mientras lanzo una pelota.
─ ¡Los modales Andrew!, es la novia de tu hermano─ lo regaña mamá avergonzada, puedo ver a Joseph divertido reprimiendo una risa y alza las manos cuando ve que lo miro.
Entonces es ahí cuando veo a Melissa venir hasta nosotros con una enorme sonrisa conqueta y con lo que creo es un periódico en una de sus manos. Dejo de entrenar por que sé lo energética que es para venir a interrumpir mi entrenamiento, a veces creo que lo hace adrede para molestar a Joseph. Por eso no es muy querida por las personas que amo, le encanta ser el centro de atención y se hace de la vista gorda de muchas cosas que son buenas para mi o vienen de otro.
Cuando la conocí en realidad no era así, pero inmediatamente empezamos a ser reconocidos y por ganar campeonatos estoy seguro que la fama se le subió a la cabeza. Es algo posesiva en cuanto se deba a mi y no miento que van varias veces en la que discutimos que le digo que se acabó y me hace retractarme. Por eso mi hermano no la soporta, dice que es una manipuladora y tóxica conmigo.
─ ¡Amor!─ chilla cuando llega a mi, ni siquiera saluda a los presentes, frunzo el ceño molesto. Me roba un beso rápido haciéndose como mencione de la vista gorda y me muestra el periódico─ Has salido lo más guapo─ se escucha feliz, la miro con los ojos entrecerrados.
─Primero se saluda Melissa─ le susurro sonando molesto y muy avergonzado de que en realidad ya ni la reconozco, no sé como sigo con ella.
Ella nota mi mal humor y mi desconcierto y se pone algo tímida. Voltea para ver a mamá, Joseph y Andrew que no le demuestra una cara amigable.
─ ¡Hola a todos!─ saluda con una sonrisa forzada cuando me entrega el periódico antes de acercarse y saludarlos con besos y abrazos, mamá le devuelve el saludo y Joseph, menos Andrew que se aleja como si le pudiera dar alergias.
─ ¿Cómo estás querida?─ le pregunta mamá con una sonrisa sincera, se que hace un gran intento para no verme sentir más avergonzado de lo que ya estoy.
─Muy bien señora Rachel, ¿Y usted?─ le pregunta.
─Bien Melissa, y lo de señora te he dicho que puedes decirme solo Rachel─ le recuerda mamá.
─Ah cierto, disculpen no volverá a pasar─ dice avergonzada, y estoy seguro que no volverá a pasar porque creo que he llegado a mi límite.
Melissa se acerca sonriendo, no le devuelvo la sonrisa porque estoy peor de como llegué al club.
─Hablamos luego amor─ piensa darme un beso y esquivo mi cara, su beso da en mi mejilla, frunce el ceño molesta y se aleja.
La veo irse molesta mientras acomoda su falda deportiva de jugar tenis y su cola de cabello se mueve al compas de sus caderas.
─Creo que el aire ya se está poniendo agradable para mis bellos pulmones─ dice Andrew viéndola irse.
Me doy cuenta que sigo teniendo el periódico en una de mis manos, lo levanto para verlo. No me sorprende verme, leo lo que dicen sobre mi para saber si no dijeron algo fuera de lo común. Pero entonces algo llama mi atención, por lo que suelto mi raqueta para poder ver mejor el periódico con ambas manos.
Hablan sobre Alice Harvard, de lo buena que fue jugando en el 2006 y doy por aprobación que así es. También hablan sobre lo del accidente en el cual participó, eso fue una noticia que nos impactó en ese tiempo y después de eso no volví a verla de lejos como solía hacerlo, me gustaba verla jugar cuando eramos niños aunque ella no se diera cuenta e incluso recuerdo haber pasado muchas veces por la cancha deportiva de tenis de las chicas para saber si la veía, pero pasaron años y más nunca supe de ella hasta ahora.
Por alguna razón eso abre tanto mi curiosidad que escucho como Joseph dice que es lo que tan interesante estoy leyendo en un periódico como si me lo quisiera comer. Es el hecho que mas abajo se muestra una foto suya de como es ahora, no se ve su cara completo, solo se ve que va caminando muy tranquila ilusa de que la estuvieran fotografiando, su cabello sigue siendo rubio y tiene un buen cuerpo.
Creo que debería asimilar que esto me a puesto algo ansioso, ansioso por saber más de la vida de ella.
─Joseph─ le llamo.
─Dime Tobías─ me dice al acercarse.
─Necesito saber más de Alice Harvard─ es lo único que le digo al entregarle el periódico, y ponerme a seguir entrenando sumergido en mis pensamientos.