Afecto Absurdo Por Ti
img img Afecto Absurdo Por Ti img Capítulo 2 Casada
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Capítulo 16 James img
Capítulo 17 Tío John img
Capítulo 18 Una nueva amiga img
Capítulo 19 Más bofetadas img
Capítulo 20 Nunca la olvidaré img
Capítulo 21 ¿Qué pudo haber salido mal img
Capítulo 22 Mira lo que hiciste img
Capítulo 23 La tía Nina img
Capítulo 24 Mi pequeña img
Capítulo 25 Imbécil img
Capítulo 26 Amo a mi esposo img
Capítulo 27 Es imposible img
Capítulo 28 ¿Estás saliendo con James img
Capítulo 29 Le gustas a mi tío img
Capítulo 30 Qué estúpido img
Capítulo 31 Encuentro en el baño img
Capítulo 32 Puedes mirarme todo lo que quieras img
Capítulo 33 Puedo ser tu hombre img
Capítulo 34 Un auto nuevo img
Capítulo 35 Venganza img
Capítulo 36 La cena img
Capítulo 37 Satisfecho con su servicio img
Capítulo 38 Invertiré img
Capítulo 39 Me encargaré de ti más tarde img
Capítulo 40 La mujer de John img
Capítulo 41 Se arrojó a sus brazos img
Capítulo 42 Gratitud verbal img
Capítulo 43 Se siente tan bien img
Capítulo 44 Llamarlo por su nombre img
Capítulo 45 Todo en esta vida se paga img
Capítulo 46 Vete al infierno img
Capítulo 47 Solo pasaba img
Capítulo 48 No es asunto mío img
Capítulo 49 Vivian Ye img
Capítulo 50 Amor de la infancia img
Capítulo 51 Es mío img
Capítulo 52 Está celosa img
Capítulo 53 ¿Estás con otro hombre img
Capítulo 54 Ojo por ojo img
Capítulo 55 Un hombre necio img
Capítulo 56 Abuso de poder img
Capítulo 57 Autocrítica img
Capítulo 58 ¿John es tan débil img
Capítulo 59 La prometida img
Capítulo 60 Mi alce lo mordió img
Capítulo 61 Otro caso de suicidio img
Capítulo 62 Un hombre tranquilo y gentil img
Capítulo 63 Asesinatos en serie img
Capítulo 64 Una paleta dulce img
Capítulo 65 Divorciarse img
Capítulo 66 La secta de los mendigos img
Capítulo 67 Pistas img
Capítulo 68 Caso cerrado img
Capítulo 69 No llegar a tiempo al divorcio img
Capítulo 70 Cena para tres img
Capítulo 71 Deshazte de ese auto img
Capítulo 72 Porque soy tu hombre img
Capítulo 73 El primer hombre y también el último img
Capítulo 74 Págalo tú mismo img
Capítulo 75 ¿Por qué tiene preferencia por Nina img
Capítulo 76 No me gusta img
Capítulo 77 Secuestro img
Capítulo 78 Ayúdame img
Capítulo 79 Ayuda img
Capítulo 80 Él no te tiene miedo img
Capítulo 81 Llamarla señora Shi img
Capítulo 82 Halagos img
Capítulo 83 Una invitación img
Capítulo 84 Ella está expresando su amor img
Capítulo 85 Cargarla de nuevo img
Capítulo 86 En forma y lo suficientemente fuerte img
Capítulo 87 ¿Era ella su perdición img
Capítulo 88 Conociendo a Noah img
Capítulo 89 No soy la amante de nadie img
Capítulo 90 Su esposa es Nina img
Capítulo 91 El único que no lo sabía img
Capítulo 92 Esta es la persona que amo img
Capítulo 93 Romper los papeles de divorcio img
Capítulo 94 Castigo img
Capítulo 95 No me gustas img
Capítulo 96 Vivian no es mi prometida img
Capítulo 97 Él tiene ventaja sobre ella img
Capítulo 98 La mudanza img
Capítulo 99 Engañar a John img
Capítulo 100 Un mastín tibetano img
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Capítulo 2 Casada

"¿Sabes siquiera lo que significa sinvergüenza, niña?". John se puso de pie de repente para arrojar el cigarrillo que sostenía al cenicero, y sin más, se acercó a Nina, quien se veía pequeñita en comparación con su alta figura. Este la rodeaba hasta un rincón, mientras la chica, de puños apretados, contuvo la respiración, sabiendo que ya no había vuelta atrás.

Entonces su cara se puso roja, y mirándolo furiosa, casi rugió: "¡No soy el tipo de persona que cree que soy!".

Cuando él se aproximó a ella, supo que algo andaba mal porque había algo en su fragancia que le hacía no querer alejársele.

Eso había roto todas sus defensas, haciéndolo cambiar su expresión por completo.

Debido al perfume, el cuerpo de Nina también se suavizó ante él. Era como si este los estuviera manipulando a ambos como marionetas.

"¡Es tu olor! ¡Me tendiste una trampa!". Evidentemente conteniendo su ira y sin pensarlo más, él la levantó porque no deseaba nada más que estar cerca de ella.

"¡No! Yo... Mm... ¡Suélteme! Yo... estoy...".

Ella estaba casada.

A pesar de que no sabía quién era su marido ni cómo lucía, ella había firmado el acta de matrimonio.

Sin embargo, John ya no quería escuchar ninguna de sus tonterías, así que solo la besó con todas las ganas que tenía. Tan pronto como lo hizo, su cuerpo se tensó, pues en efecto sus labios tenían un sabor increíblemente dulce.

"Suélteme...", pidió ella sollozando al tiempo que lo golpeaba en el pecho.

Nina era un poco fuerte, pero no más que la fragancia, la cual aumentaba enormemente sus deseos.

En un abrir y cerrar de ojos, ese hombre la estaba devorando por completo.

Por su parte, ella estaba tan asustada que palideció, pero las caricias de él le transmitían una especie de corriente eléctrica a través de todo el cuerpo, dejándola entregarse en silencio.

Un buen rato más tarde comenzó a amanecer.

Todo el cuerpo de la chica estaba adolorido. Parpadeó somnolienta mientras se daba la vuelta. Apenas vio al sujeto a su lado se alarmó.

¡No!

Ahogó un grito. ¡Aquello no podía ser!

Pensando en su estado civil, la mano de la joven tembló al tocar la mesita de noche. Todo lo que ella quería era investigar los casos de suicidio. ¿Cómo demonios iba a saber que entraría a la habitación del diablo?

El canto de los pájaros afuera la calmó en un segundo y la devolvió a la realidad.

Sabiendo que podía poner en peligro su propio matrimonio, se vistió a toda velocidad y se fue sin siquiera mirar al hombre que dormía profundamente a su lado.

Con suerte nunca se volverían a encontrar.

Una vez fuera del hotel pudo ver que no hubo ningún suicidio dada la falta de periodistas y personal corriendo, por lo que suspiró aliviada.

Aturdida, ella regresó a casa, donde pasó toda la mañana lavándose una y otra vez hasta que enrojeció toda su piel.

No era malo haber tenido una noche de pasión con un extraño; ¡el problema era que ella ya estaba casada!

Dos años atrás había firmado un certificado de matrimonio con un hombre que no conocía.

De hecho no sabía su nombre, altura, peso o edad ni nada.

Si no hubiera estado tan desesperada en ese momento, ¡no habría cavado su propia tumba así!

La ansiedad y la angustia la estaban invadiendo.

'¡Maldición!'. Un pensamiento repentino cruzó por su mente, con lo que corrió a sus cajones asustada y sacó un acuerdo.

Temblando de miedo, hojeó las páginas, recordando que había una cláusula relacionada con las infidelidades... Si tenía una aventura mientras el matrimonio aún era válido, ¿cuánto tenía que pagar?

Al encontrarla, se paralizó como si acabara de ser alcanzada por un rayo. "¡¿Veinte millones?!", chilló.

Nina se frotó los ojos para mirar de nuevo. Allí estaba escrito claramente que debía veinte millones de dólares, y para para colmo al final estaban su firma y huella digital.

Maldición.

Ahora no tenía escapatoria.

'Veinte millones'. Con sus manos temblorosas, se derrumbó en el suelo deseando que este se la tragara.

¿De dónde diablos iba a sacar el dinero?

¡No era como si ella hubiera querido engañar a su marido!

Al final tomó una decisión.

Se paró frente al espejo apretando los dientes y entrecerrando los ojos con frialdad, pensando que nunca volvería a ver a ese hombre, y si alguna vez lo hacía, entonces simplemente compraría su silencio.

En caso de que este se negara, ella lo amenazaría hasta más no poder.

Una vez que resolviera ese asunto, arreglaría sus papeles de divorcio porque ya no habría nada más que pudiera hacer.

Para ese entonces al fin obtendría lo que quería: libertad. Después de todo eso podría convertirse en una criminóloga calificada sin un esposo que la retuviera.

Al pensar en ello, la chica exhaló un suspiro de alivio.

A las diez de la mañana un hombre de traje y zapatos de cuero entró en la suite presidencial. Tenía unos veinticuatro años, llevaba lentes de montura dorada y un maletín en la mano.

El hombre era Henry Ye. No hace mucho, él había solicitado ser asistente del CEO del Grupo Time. Aunque consiguió el trabajo, en realidad era la primera vez que veía a su jefe, John Shi.

Este era el hijo menor de la familia Shi, de quien se decía que era muy poderoso e incluso increíblemente despiadado, tanto así que poseía la mitad de Ciudad Lexingport.

No bien su asistente abrió la puerta, vio a un hombre alto vestido con una toalla saliendo del baño. Este miró a Henry con indiferencia. "Ropa".

"Sí, señor John", dijo para enseguida llamar a alguien que le consiguiera un traje.

Mientras veía el sofá desordenado y la ropa desparramada, alcanzó a ver un zapato de mujer. Había finos rasguños rojos en la espalda de su jefe que lo hacían llegar a la conclusión de que este había disfrutado de una noche especial.

Con timidez, el chico se quitó los lentes, y unos segundos más tarde llegó la ropa solicitada.

John se paró frente al espejo con unos pantalones negros rectos hasta los tobillos y una camisa blanca con el cuello desabrochado que revelaba un poco de su piel.

Al subir la mirada, Henry pudo ver un rostro bien tallado y unos fríos ojos oscuros.

Apretando los labios con fuerza, el CEO comenzó a arreglar su cabello. Entonces sonrió satisfecho a su reflejo y procedió a ajustar los detalles pequeños de su ropa uno a la vez.

'Es un hombre increíblemente narcisista', pensó el asistente.

Al ver que su jefe estaba listo, el chico se enderezó. "Señor John, su padre pidió que fuera a casa esta noche".

"Arréglalo".

"De acuerdo. ¿Alguna otra cosa que pueda hacer por usted?", preguntó. 'Por ejemplo, ¿investigar a la mujer de anoche?'.

"Verifique los detalles sobre la mujer que vino anoche. Quiero saber todo sobre ella". John necesitaba descubrir la verdad.

La razón por la que James había enviado a esa chica era por su apariencia, pero recordó que ella mencionó haber recibido formación teórica únicamente.

Dado que él apenas acababa de regresar, necesitaba tener cuidado con esas cosas.

No mucho después Henry al fin había encontrado información sobre Nina, aunque no llenó más de media página.

Frunciendo el ceño, su jefe no podía creer que como un hacker, solo encontró tan poca información.

Cuando este le entregó el documento, tragó grueso con nerviosismo.

Él nunca había estado tan ansioso al averiguar información confidencial.

"Nina tiene 20 años. Es una estudiante de segundo año en el Departamento de Psicología de la Universidad L. No hay información sobre sus padres y parece que es hija única. Además, está casada", informó el asistente.

Si bien había algo en el nombre de la mujer que despertó la curiosidad de Henry, él no sabía qué era.

A John lo sorprendió lo de su estado civil, y pensando en la sangre en las sábanas, no pudo evitar sentirse confundido. '¿Es casada? ¿Acaso su marido es impotente?'.

            
            

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