El secreto de su voz
img img El secreto de su voz img Capítulo 4 Cap|2.
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Capítulo 6 3. (Parte 2) img
Capítulo 6 Cap|4. img
Capítulo 7 Cap|5. img
Capítulo 8 4. (Parte 2) img
Capítulo 8 EL RECUERDO DE MIGUEL img
Capítulo 9 Cap|6. img
Capítulo 10 5. (Parte 2) img
Capítulo 10 Cap|7. img
Capítulo 11 5. (Parte 3) img
Capítulo 11 Cap|8. img
Capítulo 12 Cap|9. img
Capítulo 13 Cap|10. img
Capítulo 14 6. (Parte 2) img
Capítulo 14 Cap|11. img
Capítulo 15 EL INCENDIO img
Capítulo 16 Cap|12. img
Capítulo 17 Cap|13. img
Capítulo 18 Cap|14. img
Capítulo 19 Cap|15. img
Capítulo 20 Cap|16. img
Capítulo 21 COMO SI FUERAN SOMBRAS img
Capítulo 22 Cap|17. img
Capítulo 23 Cap|18. img
Capítulo 24 SENTIMIENTOS SIMILARES img
Capítulo 25 SEGUNDA PARTE: Verdades Ocultas img
Capítulo 26 Cap|20. img
Capítulo 27 Cap|21. img
Capítulo 28 PRIMER AMOR, PRIMER BESO. img
Capítulo 29 Cap|22. img
Capítulo 30 Cap|23. img
Capítulo 31 NO TODO ES LO QUE PARECE img
Capítulo 32 Cap|24. img
Capítulo 33 Cap|25. img
Capítulo 34 Cap|26. img
Capítulo 35 Cap|27. img
Capítulo 36 Cap|28. img
Capítulo 37 Cap|29. img
Capítulo 38 Cap|30. img
Capítulo 39 Cap|31. img
Capítulo 40 Cap|32. img
Capítulo 41 Cap|33. img
Capítulo 42 EL VESTIDO LILA img
Capítulo 43 Cap|34. img
Capítulo 44 EL INTERROGATORIO img
Capítulo 45 TERCERA PARTE: El Juego de Natalie img
Capítulo 46 Cap|36. img
Capítulo 47 Cap|37. img
Capítulo 48 SENTIMIENTOS ROTOS img
Capítulo 49 Cap|38. img
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Capítulo 4 Cap|2.

Me estaba asustando todo eso. Mis manos temblaban mientras caminaba, seguí leyendo. Respiraba pausadamente tratando de relajarme, pero solo temblaba.

[Escucha lo siguiente. Las notas ya me aburren. Pero no te asustes. Respira tres veces antes de entrar]

Respiré tres veces. No porque él me lo pedía, sino porque necesitaba hacerlo.

Coloqué la mano en la manecilla de la puerta y la abrí suavemente. Había una radio encendida. "Presiona reproducir" estaba escrito en ella.

Luego comencé a caminar alrededor de la radio con desespero y miedo.

La radio se encontraba en el medio de la habitación y al parecer era de batería, no estaba conectada a nada. Tomé un último respiro y me agaché, con mi cuerpo temblando. Mi mano izquierda empuñada la coloqué cerca de mi boca. Era tan espantoso lo que estaba sintiendo en ese momento. Me llené de valor y apreté reproducir.

¡Hola Nita!-gritó, después hizo silencio.

Mi corazón se exaltó y comenzó a latir muy fuerte. La impresión fue muy dura. Su voz estremeció mi cuerpo y colapsó mis nervios en cuestión de segundos. Segundos funestos que estaban a punto de hacerme sollozar.

[Mejor no grito más.

No fue mi intensión asustarte, perdón.

Bueno, perdón debí decirte minutos después de nuestra discusión y no lo hice.

Ahora es tarde].

Tirada, en el suelo traté de pasar el susto. Por mi mente solo había pensamientos opuestos y confusos. ‹‹¿Tarde? ¿A qué se refería? Él aún podía venir y decírmelo››.

[No sabes cuánto daría por tener otro segundo más contigo].

Me incliné hacia delante y me arreglé.

‹‹¿Qué ocurre?››. Se oía triste, nostálgico, su voz se quebraba a cada segundo.

[Te dije que me escucharías, y aquí me tienes. Ahora presta atención y haz todo lo que pida al pie de la letra. Me enteraré si no lo haces].

‹‹¿Qué es todo este juego?››.

Él dejó de hablar y yo me comencé a preocupar. Moví mis piernas y las crucé. Dejé las cartas al lado de la radio y esperé intrigada a que él siguiera hablando.

Estaba escuchando sonidos de autos chocar.

‹‹¿Qué era ese sonido?››.

Algo subía y bajaba en mi interior.

[Esto es lo último que escuché de la calle en donde fui feliz.

El accidente de aquel día yo lo vi].

Me hizo recordar el accidente. Lo ocurrido con Julián una hora después de que Sebastián se despidiera de mí.

●●●

Venía corriendo por todo lo que Sebastián me hizo, pero me detuve. Por mi lado pasó una ambulancia en dirección a mi vecindario. Corrí detrás a ver qué pasaba. Cuando llegué, era el auto del papá de Julián Torres, acababa de chocar con un camión. Me coloqué las manos en la cara de la impresión.

Había mucha gente cerca. Se escuchaban gritos. Eran de la madre de Julián. Pero el esposo estaba con ella, así que él no manejaba. Volteé hacia el carro. Los paramédicos iban a sacar a alguien. Había sangre en el vidrio del auto.

Julián tenía la cara destrozada y toda su ropa llena de sangre. Había muerto a escasos metros de su casa.

●●●

Aquel día fue muy desastroso para muchos. Todavía en mi mente se mantenía viva la imagen de Julián ensangrentado.

[Pobre Julián, no debió reaccionar de esa manera. Ellos no tenían la culpa, más bien debió agradecerles].

Sentía que había un mensaje oculto detrás de esas palabras.

[Natalie... al comenzar a reproducir este CD no hay vuelta atrás, quiere decir que estás dispuesta a todo. Hay reglas que debes cumplir y seguir. No importa el resultado. Será para tu beneficio.

Te llegarán cosas de mi parte. Allí te diré qué hacer y cómo hacer cada cosa. Y con información sobre lo que debes realizar y todo lo que no sabías de mí.

Estoy tan pendiente de ti, Natalie.

En estos momentos estoy cerca de ti.

Escucho tu respiración.

Veo tus ojos y deseo profundamente estar tan presente aquí.

Haz todo lo que pida. Me lo agradecerás...]

Me quedé asombrada con todo aquello que estaba escuchando. Sonaba frío y calculador, lo desconocía completamente. Los nervios comenzaban a atacarme nuevamente. De un momento a otro estaba lloran-do.

Mis manos temblaban y sentía miedo. Dejé todo tirado en el suelo y salí corriendo. Con mi mano derecha tocaba las paredes para sostener-me. Recogí las llaves del auto temblando.

‹‹Esto es una broma de mal gusto››.

No podía controlarme, no sabía lo que me sucedía.

Tenía un gran nudo en la garganta, quería dejar de temblar y sentir todo eso, pero se me hacía difícil. Abrí la puerta de la cabaña bruscamente, con mis piernas flaqueando de los nervios y mi mente resignada a lo que pudiera o no descubrir. Corrí hasta el auto.

Me recosté del carro al llegar, trataba de controlarme y estar tranquila. Me subí. Introduje la llave, pero no encendía. Estaba comenzando a exasperarme. Intenté de nuevo encenderlo, pero solo conseguía intentos fallidos, no quería encender. Coloqué las dos manos en el volante. Mientras lloraba.

-¿Por qué a mí? Dejen todo esto. ¡Paren!-grité llorando.

Mi celular sonó y me exalté, por temor a lo que pudiera leer en el mensaje.

[Sabía que tratarías de irte. Por eso le quité la batería a tu auto. No te escaparás tan fácil de mí. Devuélvete y mira los videos].

Me bajé del auto y me dirigí hacia la carretera. No quería ir a P.I.A.P., prefería irme caminando a casa o a cualquier otro lugar antes que volver, sonó de nuevo mi celular.

[Si yo fuera tú, no haría eso... ¿Qué pasa, Nita, no confías en mí?]

-¡Ya basta con estos mensajes!-grité girando hacia mi alrededor-. ¡¿Qué quieres de mí, Sebastián?! ¡Muéstrate y deja este juego de niños!

Caí al suelo, mi cuerpo temblaba.

Mi vida era suficientemente mala, como para que me hicieran esto.

-Tú no eres así ¡¿Qué te hice?!-grité a todo pulmón y agaché la cabeza.

Sonó mi celular.

[No llores, amor.

Tú no me has hecho nada. En cambió yo a ti te he hecho mucho daño.

No tengas miedo. Yo estoy contigo aunque no me puedas ver. Solo ve a la cabaña y mira el video, te lo suplico].

Hice silencio mientras estaba sentada en el suelo. Buscaba una razón lógica para todo eso. Sebastián estaba usando un juego muy espantoso para llegar a mí. Me levanté del suelo y comencé a caminar hacia la cabaña.

Me sequé las lágrimas y continué.

Subí los escalones respirando profundo. Abrí la puerta y pasé. Sonó una vez más mi teléfono informando un mensaje de texto.

[Ponte cómoda...]

Rodé el mueble, y lo coloqué frente al televisor. Encendí el DVD e introduje el CD y me senté. La pantalla estaba en negro, pero ya comenzaba a aparecer unas fotos de Lisa, Sebastián y yo cuando éramos pequeños. Derramé unas lágrimas al recordar esos momentos. Él comenzó a hablar.

[Aquí comenzó todo. Mí llegada al pueblo...]

Lo estaba viendo, mantenía la misma mirada y su cabello despeinado, como si de un niño rebelde se tratase.

‹‹Algunas cosas nunca cambian››.

Él agachaba la mirada, como si no quisiera que lo miraran, o que no pudiera sostenerle la mirada a alguien más.

[Sabes, Nita. Tú me impulsaste a seguir luchando. Por ti no me quería dejar vencer. Jamás conoceré a alguien como tú. Pero te fallé].

De sus ojos salieron unas lágrimas y se las quitó. Tenía un nudo en la garganta al ver que él estaba a punto de llorar.

[Mi intensión nunca fue hacerte daño, pero esa no era mi decisión.

Por mi culpa destruí un futuro y una vida perfecta para ti. Tal vez no entiendas de qué hablo, pronto lo sabrás y tal vez entiendas que eso fue lo que ocasionó todo.

No quería asustarte. Tuve que planear todo muy bien. Cada detalle para que no me descubrieran e intentaran quitarte esta oportunidad].

‹‹¿Quiénes te van a descubrir, Sebastián?››.

[Creo que mereces saber la verdad].

Él hizo silencio. Se colocó las manos en la cara y respiró profundo antes de hablar otra vez.

[Comenzaré... ¿Recuerdas a Manuel Cervantes, el chico introvertido de primaria?]

Sí, sabía quién era. Era un chico a quien todos molestaban por ser gordo e ir vestido de negro, casi siempre.

[Por él comenzaré todo este enredo.

Él no era introvertido después de todo. Era frío y calculador. Una máquina de maldad que tuve la desgracia de conocer. ¿Te acuerdas de aquel día en que me acerque a él?

Nita, tú me preguntaste por qué me había acercado a él. Pero allí comencé a decirte mentiras.

Te mentí.

No fue por compasión, ni por hacer buena caridad. Fue por amenaza. Dos días antes mi padre y yo íbamos por la calle del Sr. Milton. Discutía con mi padre, sobre un tema bastante delicado. Nos quedamos cerca del poste de luz hablando. Él quería que entendiera el por qué de nuestras mudanzas y lo importante que era, no hablar de nuestro pasado con nadie. Manuel escuchó todo y salió corriendo. Yo me quedé mirando hacia el callejón al percatar que alguien estuvo ahí. Mi padre al parecer no percibió nada extraño y se dispuso hacer una llamada, así que no quise decirle a papá sobre lo que acaba de suceder. Era un niño, tenía doce años, no creí que eso me traería problemas. Al día siguiente recibí un correo de un remitente desconocido, decía que sabían el secreto de mi padre. No le presté atención, pero a lo largo del día seguían los correos. En la noche lanzaron una piedra por mi ventana que rompió el vidrio].

Me coloqué las manos en la cara tratando de recordar algo que conectara. ‹‹¡Ya recuerdo!››.

Esa noche había escuchado un ruido muy fuerte y lo llamé. Sonaba muy nervioso. Me dijo que jugaba con una pelota y lo rompió sin querer. Hasta ese momento venía a saber que aquello no era cierto.

[No fue una pelota. La piedra decía que mi familia se destruiría, mi padre quedaría en la quiebra y mi madre regresaría a la cárcel. Me asomé a la ventana, pero no había nadie. Unos minutos después recibí un mensaje que decía que hablara con él frente a todos.

No sabía con qué intención era, yo solo quería que no se supiera lo de mi padre. Pero mi miedo causó tus lágrimas.

Yo me acerqué a él. Muy calmado me dijo que si lo seguía nadie caería. Para mi padre era importante que eso no se supiera y cómo le diría yo que todo ahora estaba en manos de Manuel. Decidí callar y hacer lo que él me pidiera.

Mi mundo se desmoronó al decir "Sí, acepto el trato". Esa noche cuando te dije que te fueras con Lisa, te inventé que estaba muy cansado. La verdadera razón era porque en una hora ellos pasarían por mí].

‹‹Yo no quería irme y lo sabes ¿Quiénes eran ellos?››.

La intriga estaba creciendo en mí, así que seguí mirando muy atenta.

[Me recogieron en casa y me llevaron a un lugar muy extraño, en donde nunca había estado. Pero mi mayor sorpresa fue ver allí a esa persona].

‹‹Pues yo pasé esa noche sola, al rato el papá de Lisa la llamó para que saliera con él. Yo me quedé esperando tu llamada de costumbre, que nunca sucedió››.

[Esa persona me engañó. Después me obligaron a entrar a una tienda y robar].

‹‹¿Tú robaste?››, me asombré.

[Yo temblaba de los nervios, pero para ellos era normal. ¿Ahora entiendes quiénes eran los culpables de los robos de esas semanas? Lo que nunca entendí de todo eso, es que ninguno de nosotros tenía necesidad de robar. El dinero era lo que más nos sobraba, creo que todo era un intento de rebeldía.

Manuel, detrás de esa apariencia callada, le gustaba la maldad, y lo demostraba cuantas veces podía. Aquella noche con una navaja cortó un poco el brazo de uno de los chicos, no había un motivo, solo lo hizo para demostrarnos quién mandaba. Los demás se reían. Yo lo miré y luego con la más amarga decepción miré a esa otra persona y no entendí su maldad. Yo, de la impresión no hablaba, qué podía decir, solo era un simple peón en aquel juego de ajedrez].

‹‹¿Quiénes pudieron ser tan malos para hacer eso? ¿Quién era esa persona a parte de Manuel? Me gustaría saber quién fue el chico que cortaron... no puedo recordar a alguien con ese antecedente en la escuela››.

[Su rostro era distinto al que conocí. Todavía me pregunto ¿Cómo fue capaz de engañarme así?]

La pantalla se puso en negro, yo miré a ver si era un error del DVD, no lo era. Él había dicho que mirara los videos, pero solo había un disco compacto. Me levanté y comencé a buscar por la mesa y los cajones, no había nada más, los cajones estaban vacíos y en la mesa solo estaban los sobres que previamente había leído. De pronto comenzó a sonar una música hermosa. Me volví a sentar y miré al televisor.

Apareció él y le dio stop a la radio. Por lo que veía, era la misma radio que estaba en la habitación. Tenía otra camisa puesta y se sentó frente a la cámara.

[Esa canción me recordó a ti cada día, es tan hermosa como tú... tan serena y alegre como tu voz. Se llama The Reason de Hoobastank, por si quieres escucharla mejor, eres mi única razón, Natalie. Pero no sé cómo comenzar esta parte].

Recordaba esa canción, la escuché un par de veces...

‹‹Si tan solo pudiera abrazarlo, poder decirle lo que siento. Recordar viejos momentos y tocar su cabello, por unos instantes››. Eso era lo único que pensaba mientras veía el video. Subí mis piernas al mueble.

[Siempre me encantó tu belleza. Tu mirada la tengo grabada en mi mente y cuando cierro los ojos es como mirarte en medio de las sombras... Tú eres diferente, recuerdo que no te gustaba la ropa de moda, solo algo con lo que te sintieras cómoda. No usabas maquillaje y cantabas en la coral de la iglesia, aunque muchos dijeran que era ridículo hacerlo.

¿Por qué nunca pude ser como tú? Vivías la vida a tu ritmo, sin darte cuenta de lo que los demás pensaran. Que envidiosos eran ellos contigo].

No pude evitar llorar con lo lindo que sonaba.

[En la secundaria todas las chicas se morían por estar siempre hermosas. Peleaban por ver quién era más bella. ¿Recuerdas la página de "Bellas & Feas" de Tim Herring?]

‹‹Una página tonta, que nunca vi››. No se me hacía justo que pusieran a las mujeres como objetos.

[Allí solo votaban los chicos. Yo sé que tú nunca la leíste.

Pero tal vez si la hubieras leído entenderías todo lo que te sucedió. Tú pasabas por el lado de esa lista evitando tropezar con alguna chica, que estaba loca por ver dónde estaba y de qué número.

Cada año era casi el mismo resultado, lo único que nunca cambió fuiste tú].

‹‹¿Yo? No entiendo. No iba a cambiar por una lista, eso era lo que hacían ellas››.

[Llegabas todas las mañanas a la biblioteca a terminar tus tareas, sin saber qué sucedía afuera mientras tú no estabas.

Recuerdo que esa lista comenzó en segundo de secundaria y desde ese entonces aún está vigente. Desde aquel momento, con tan solo cuatro meses de plazo, se veía si una chica había mejorado su aspecto.

Lo que nunca te dije, es que yo era parte del jurado].

Estaba sorprendida.

‹‹¿Tú? Pero si decía que odiabas lo que hacían con ellas. Cómo las mostraban y lo feo que se veía que un chico hiciera eso››

[Tim se tomaba cada chica en serio para la selección, y él era el que criticaba. Yo aún no entendía por qué era tan malo con ellas o por qué razón le gustaba verlas llorar.

Tengo una teoría... es un enfermo mental y un resentido con las mujeres.

Pero descubrir el porqué de aquello. Fue una de las cosas más crudas que escuché en mi vida. Era su odio tan grande, que era... como si él se alimentara de la debilidad de ellas.

Y una vez más, estaba esa persona presente en todo eso, mantenía una sonrisa irónica mientras hacia un juego con sus dedos, tocando una por una sus yemas con su pulgar. Cada día conocía un poco más de esa persona.

Ellos abusaban de su poder para herir a los demás y aunque yo lo hacía por obligación, la culpa era tan grande que dormir por la noche se me hacía difícil... aún hoy se me hace difícil.

Yo era el único del grupo que sabía de computadoras y me obliga-ron a crear la página más asquerosa de mi vida. Esa persona nos dio muchas cámaras fotográficas].

‹‹¿Por qué motivo querían ustedes cámaras?›› me pregunté, aunque intuía la respuesta, quería negarme a ese hecho.

[Teníamos que ir todas las noches a casa de las chicas seleccionadas a tomarles fotos. Me sentía un completo Voyeur].

            
            

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