La Esposa Virginal del Alfa
img img La Esposa Virginal del Alfa img Capítulo 5 La orden de encierro
5
Capítulo 6 Cabalgando img
Capítulo 7 El proceso sagrado img
Capítulo 8 El aullido del lobo img
Capítulo 9 Shilah y el lobo de ojos rojos img
Capítulo 10 Maldición inquebrantable img
Capítulo 11 Complaciendo al Alfa img
Capítulo 12 Hora de rescatar a Shilah img
Capítulo 13 Shilah y el Rey Dakota img
Capítulo 14 La cuarta esposa del Alfa img
Capítulo 15 La nueva esposa img
Capítulo 16 ¡No lo permitiré! img
Capítulo 17 Las hermanas del Aquelarre Rojo img
Capítulo 18 ¿Acaso tengo un descendiente img
Capítulo 19 La quinta habitación img
Capítulo 20 Todo lo que quiero es marcarla como mía img
Capítulo 21 Ella no se lo merece img
Capítulo 22 La boda img
Capítulo 23 La alcoba de la nueva esposa del Rey img
Capítulo 24 Una nueva esposa img
Capítulo 25 Tres noches img
Capítulo 26 La botella misteriosa img
Capítulo 27 El peor desayuno de su vida img
Capítulo 28 La cena img
Capítulo 29 Bienvenida img
Capítulo 30 Sukie y Pishan img
Capítulo 31 La única img
Capítulo 32 ¿Realmente tenía que hacerlo img
Capítulo 33 Realmente la perdió img
Capítulo 34 El Rey todavía no tiene heredero img
Capítulo 35 Día de caza img
Capítulo 36 Silencio en el bosque img
Capítulo 37 Recompensa img
Capítulo 38 No era una coincidencia img
Capítulo 39 La preparación img
Capítulo 40 Camino a la reunión img
Capítulo 41 La reunión img
Capítulo 42 Garras llenas de veneno img
Capítulo 43 ¿Quién eres tú img
Capítulo 44 Poder de previsión img
Capítulo 45 Té de hierbas img
Capítulo 46 Sueño img
Capítulo 47 Vuelta a casa img
Capítulo 48 La verdad img
Capítulo 49 El té de Shilah img
Capítulo 50 El secreto del té img
Capítulo 51 Nueva orden img
Capítulo 52 El té de la Reina Chaska img
Capítulo 53 Gracias img
Capítulo 54 Fue el té de Shilah img
Capítulo 55 Las mentiras de Sukie img
Capítulo 56 Acusación a Sukie img
Capítulo 57 Eso estuvo muy cerca img
Capítulo 58 Quiero que desayunes conmigo img
Capítulo 59 Desayuno con el Rey img
Capítulo 60 En busca de hojas img
Capítulo 61 Shilah fue atacada img
Capítulo 62 La verdad tras el ataque img
Capítulo 63 Camino al Palacio de las Brujas img
Capítulo 64 Última advertencia img
Capítulo 65 ¿Quién es la culpable img
Capítulo 66 Estás despierta img
Capítulo 67 El plan img
Capítulo 68 Solo quiero ayudar img
Capítulo 69 Raro y asombroso img
Capítulo 70 El viaje img
Capítulo 71 La manada Red Moon img
Capítulo 72 Bay img
Capítulo 73 Incriminando a Shilah img
Capítulo 74 Tarde en la noche img
Capítulo 75 Terriblemente mal img
Capítulo 76 Condenada img
Capítulo 77 La verdad sobre el anillo img
Capítulo 78 La llegada de la luna llena img
Capítulo 79 Rey desafortunado img
Capítulo 80 El lobo blanco enfurecido img
Capítulo 81 El lobo blanco img
Capítulo 82 Nadie más había sido capaz img
Capítulo 83 El lobo del Rey vulnerable img
Capítulo 84 Una cita img
Capítulo 85 Una cita a solas img
Capítulo 86 Se sintió extremadamente diferente img
Capítulo 87 Es el Rey img
Capítulo 88 Yo no soy un dios img
Capítulo 89 Es el momento de probar algo nuevo img
Capítulo 90 Una deliciosa sopa img
Capítulo 91 Una noche muy larga img
Capítulo 92 La historia del Rey Alfa img
Capítulo 93 Necesito tu ayuda hoy img
Capítulo 94 Te enseñaré a montar a caballo img
Capítulo 95 Aprendiendo a cabalgar img
Capítulo 96 Una flor img
Capítulo 97 Llegada al clan de Lord Ryder img
Capítulo 98 Una luz brillante img
Capítulo 99 Nuevas sensaciones img
Capítulo 100 Tutora img
img
  /  3
img

Capítulo 5 La orden de encierro

La Reina Chaska salió del carruaje con los hombros totalmente erguidos a la vez que miraba a su alrededor.

Su doncella también salió rápidamente y corrió a su lado.

Ina, por su parte, estaba un poco sorprendida. Así que.... ¿Se trataba de la Reina? Shilah, quien había estado observando todo desde lejos, no quiso acercarse de ninguna manera.

De repente, los bonitos ojos de Chaska se oscurecieron cuando vislumbró finalmente a la dama que se encontraba frente a ella.

"Así que... ¿Eres tú quien está despotricando contra mi carruaje?", preguntó la Reina, examinando de pies a cabeza a Ina.

Su elocuencia era bastante encantadora, pero Ina no la estaba admirando en absoluto. En lugar de ello, se amargó aún más al escucharla pronunciar esas palabras.

"Su carruaje derramó barro sobre mí", sostuvo ella, enojada. Y, tras ello, instantáneamente, Chaska le propinó una fuerte bofetada en la mejilla.

"¡Ahh!", jadeó Shilah desde el lugar en donde estaba.

Ay, no...

Ina se quedó completamente atónita, al tiempo que se pasaba la mano por la mejilla.

¿Qué había sucedido? ¿La Reina la acababa de abofetear? ¿Esa mujer le había puesto la mano encima?

"Y debes ser realmente estúpida como para pararte frente a mí y quejarte al respecto", dijo Chaska, mientras que la escena ya estaba atrayendo mucha atención de la gente alrededor.

"De cualquier manera, ¿qué tiene de especial tu vestido? Estoy bastante segura de que mi caballo es mucho más caro que eso que llevas puesto", agregó la Reina.

Luego de esas palabras, hizo una pausa y dio un paso más hacia la chica.

"No eres más que una plebeya asquerosa. Sin embargo, tienes suerte de que hoy me encuentre de buen humor. De lo contrario, me habría asegurado de regresar al palacio con tu cabeza en mi bolso", sentenció la mujer.

Y tras esa declaración, se dio la vuelta y se alejó para buscar lo que quería, mientras que su doncella caminaba detrás de ella.

Ina, por su parte, estaba profundamente conmocionada, con su mano todavía puesta sobre su mejilla. ¿La Reina la había abofeteado? ¿Ella realmente...? ¿La abofeteó?

Durante toda la escena, las mujeres del mercado murmuraban y temblaban. Por un momento, Shilah pensó en acercarse para consolarla pero, dado que no quería resultar agredida por ello, permaneció en el lugar donde estaba.

Ina estaba hirviendo de ira; su pelaje estaba comenzando a salir de su piel.

No, ella no podía transformarse. No en ese momento. Si se atrevía a atacar la Reina, definitivamente, garantizaría su pena de muerte.

Por ende, se dio la vuelta al instante y comenzó a alejarse, mientras que Shilah la seguía en silencio con la pesada canasta.

*

"¡Madre! ¡Madre!", gritó Ina, tan pronto como entró en la casa.

Si tan solo ella hubiese podido tener los poderes de una bruja, estaba bastante segura de que habría hecho que las paredes se derrumbaran simplemente con su rugido enojado.

"¡Madre! ¡Padre! ¿Dónde están?", gritó de nuevo y, esta vez, su madre bajó corriendo por las viejas escaleras.

"¿Ina? ¿Cuál es el problema?", preguntó la mujer, agitada.

"¡Absolutamente todo es el problema, madre! ¡TODO!", exclamó la chica, completamente alterada.

Entonces, la mujer se apresuró a bajar para notar la mancha en el vestido de su hija junto con la rabia escrita en su rostro... Ella jamás la había visto en tal estado.

En ese momento, Shilah entró apresuradamente, sosteniendo la canasta.

"Ina, ¿qué sucedió?", cuestionó su madre.

Su profundo gruñido también logró atraer a sus hermanos al piso de abajo, pero ella no tenía idea de que su padre no se encontraba en casa en ese instante.

"¡Observa el estado en el que me encuentro, madre! ¡Tan solo, mírame!", rugió Ina, al tiempo que intentaba calmarse para poder explicar lo sucedido.

"Cuando estaba en el mercado, el carruaje de la Reina derramó barro sobre mí. Y, en el momento en que me quejé, ¡ELLA ME ABOFETEÓ!", concluyó la chica.

Al escucharla, todos jadearon debido a la sorpresa.

"¿Dijiste que la Reina te abofeteó? ¿De verdad?", preguntó Vanessa, su hermana menor.

"¿Cuál de las Reinas lo hizo?", intervino su madre.

"¡La Reina Chaska!", respondió la chica, con la mandíbula apretada y mucha rabia en su voz.

"¡Ay, Dios mío! ¡Ella es la Reina mayor!", exclamó Vanessa, jadeando.

"Pero, ¿cuál sería su razón para abofetearte si simplemente te quejaste? ¡Eso no está bien...!", pronunció su madre.

"¡Ah...! ¡De no ser por el hecho de que ella es una Reina y tenía guardias rodeándola, no me habrían importado las consecuencias y la habría desollado viva! Pero, te lo juro madre, lo prometo por los protectores de las siete montañas, ¡ME VOY A VENGAR! ¡Es una promesa!", sentenció la joven.

Y, tras ello, Ina subió las escaleras completamente enojada.

De esa manera, un silencio de suspenso se apoderó de la habitación durante unos segundos.

"En realidad, no debería ser una sorpresa", comentó Evo, de repente.

Él era el único hijo de la familia.

"Escuché que la Reina Chaska es bastante malvada y que tiene muy mal temperamento", agregó el chico.

"¿Y qué se supone que estás mirando tú?", espetó su madre de repente, refiriéndose a Shilah, quien había permanecido allí de pie observando durante todo el tiempo que duró la conversación.

Entonces, en completo silencio, la chica bajó la mirada y se marchó.

**************

Mientras tanto, dentro de una gran habitación, espaciosa y bien decorada, se podían observar a dos mujeres y algunas doncellas, de pie y luciendo serias.

Allí, también se encontraba la Reina Nosheba sentada sobre la cama, con los ojos hinchados, mientras que las dos mujeres se encontraban a su lado, tratando de convencerla de que tomara en brazos a su bebé.

"Por favor, Mi Reina", suplicó la mujer que sostenía a la bebé.

"Entiendo cómo se siente en este momento, pero esta sigue siendo su hija. Ella necesita su toque maternal y que usted la alimente. Por favor...", continuó la misma mujer.

"Odio repetir mis palabras, Ahiga", expuso la Reina, con voz ronca.

Su voz era totalmente áspera y llena de dolor.

"Llévate a esa maldición lejos de mí. ¡Yo no quiero una niña, quiero un NIÑO!", exclamó la Reina.

Luego, tomó uno de los platos de caramelos que tenía a su lado y lo tiró al suelo, rompiéndolo en muchos pedazos.

Este ya era el quinto plato que rompía.

Ahiga, ese era el nombre de la partera. Llevaba más de una hora suplicándole a la Reina que tomara en brazos a su hija, pero ella no quería escucharla; comenzó a comportarse como una mujer desquiciada desde que se enteró que había dado a luz a una niña.

"Pero, ¿dónde quiere que esté la pequeña? ¿No le importa en absoluto?", interrogó Ahiga preocupada, ante lo que Nosheba la observó.

"No me importa, Ahiga. Puedes llevarla a donde mi madre, para que así pueda reunirse con su hermana. ¡No quiero tener a ninguna de mis hijas a mi alrededor!", espetó ella.

"De acuerdo, está bien. Usted puede enviarla a donde su madre cuando sea mayor de edad, pero por ahora, ella no es más que una bebé y necesita ser alimentada. Por favor, Mi Reina, le suplico en su nombre. Por favor, se lo ruego... No olvide que la llevó en su vientre durante nueve meses, y tampoco olvide que usted también es mujer. Por favor, se lo suplico...".

En ese instante, otra presencia se sintió en el lugar cuando se abrió la puerta y entró la Reina Chaska.

Debido a lo amplia que era la habitación, la puerta estaba bastante lejos de la cama, así que a Chaska le llevó algo de tiempo identificar el patético rostro de Nosheba, mientras que su doncella la seguía.

A la vez que su pecho subía y bajaba pesadamente, Nosheba fulminó con la mirada a la otra mientras se acercaba.

"Saludos, Mi Reina", tan pronto como Chaska llegó cerca de la cama, las mujeres y doncellas alrededor se inclinaron ante ella.

"¡Oh! Saludos a todas ustedes", al escucharlas, la mujer sonrió, y acto seguido, observó nuevamente a Nosheba, intentando poner una mirada triste.

"Hola, Reina Nosheba...", pronunció entonces.

"¿Qué es lo que quieres?", respondió esta de inmediato, cerrando sus manos en puños al mismo tiempo que Chaska disimulaba su sonrisa.

"Querida, mantén la calma, yo no estoy aquí para causar problemas. En realidad...", luego, la mujer hizo una pausa y se volvió hacia su doncella, indicándole que procediera con la canasta de frutas.

"Vine a traerte esto", agregó.

Seguidamente, la doncella hizo una reverencia, mientras que colocaba la pequeña canasta sobre la cama junto a Nosheba.

"Cuando escuché que ya habías finalizado tu parto, decidí ir rápidamente al mercado para comprarte algunas frutas, así puedes comértelas y refrescarte...".

Antes de que Chaska pudiera terminar de pronunciar aquellas palabras, Nosheba tomó algunas de las frutas dentro de la canasta y las arrojó en su dirección.

"¡Sal de mi habitación ahora mismo! ¡Demonio!", maldijo ella enfurecida.

"No quiero nada que venga de ti, y tampoco quiero tu maldita presencia a mi alrededor. ¡Así que lárgate! ¡Ahora mismo!", añadió.

Finalmente, Chaska dejó escapar la sonrisa que había estado ocultando, dado que se sintió muy satisfecha al verla de esa manera.

"Nosheba, cálmate, ¿quieres? ¿Por qué estás tan amargada?", contestó con calma.

"¿Acaso hice algo malo al ir a buscarte algunas frutas? O... ¿Soy yo la razón por la cual diste a luz a una niña a la que su padre nombró "Malas Noticias"?".

En ese momento, los ojos de Nosheba brillaron.

"No... ¡No...!", espetó la mujer, para luego tirar toda la canasta de frutas al suelo.

"¡Te odio, Chaska! ¡Te odio! ¡Guardias! ¡Lárgate de mi habitación!".

Al escucharla, Chaska se rio de forma amenazadora y desdeñosa; de hecho, la risa fue tan burlona que destrozó a Nosheba.

Las matronas dentro de la sala pensaron en pedirle a la Reina mayor que se marchara, puesto que estaba molestando a la madre herida, pero ninguna quería hacerla enfurecer, ya que sabían que eso realmente podía ser mortal.

"Disfruta de tu dolor, Nosheba", añadió Chaska finalmente antes de marcharse.

********************

A la mañana siguiente.

********************

Ese era el amanecer de un nuevo día: el día sagrado. El día en que todos los leones de montaña que pertenecían a la manada Wind Walker debían permanecer encerrados.

Como de costumbre, se podía ver a Shilah en la cocina, intentando preparar la comida para la familia.

Ella no podía saberlo con certeza, pero parecía que algo andaba mal con uno de ellos.

Los había escuchado correr, e incluso llorar, pero como apenas formaba parte de la familia, no podía preguntar ni intentar entrometerse.

La chica se limitó a quedarse en la cocina, haciendo lo que mejor sabía hacer: cocinar.

El ambiente era muy tranquilo y silencioso, a diferencia de los días anteriores cuando podía escuchar las voces y los movimientos de los transeúntes.

Mientras que la comida se cocinaba en la olla, sobre la cocina de gas, la joven se dirigió hacia la ventana para echar un vistazo y, al notar lo sereno que se veía el ambiente, no pudo evitar sonreír. Lo único que aparecía en vista eran los pájaros volando. No obstante, eso hizo que Shilah se preguntara qué podría estar sucediendo allá afuera con el Rey. ¿Por qué él había ordenado un cierre total?

De la nada, la joven escuchó un grito y rápidamente se alejó de la ventana. ¿Qué podría estar ocurriendo?

"¡Pia!

¡Pia!", gritó Vanessa, A juzgar por la forma en la que había gritado, se podía notar que la chica estaba muy asustada.

"¡Oh, madre! ¿Qué hacemos? ¡Ella está perdiendo la conciencia!".

Pia, quien era la hija pequeña de la casa, estaba poniendo en una situación difícil a su familia, puesto que su enfermedad empeoraba cada vez más. Aunque ella había estado mostrando algunos síntomas de malestar el día anterior, la familia no tenía idea de que decaería tanto.

En ese instante, su padre se apresuró a sentarse frente a ella en la cama y la observó.

"Pia, por favor...", expuso enseguida la madre, haciendo una mueca.

"Toda la montaña está bloqueada", pronunció su padre.

"No podemos buscar a ningún médico ni comprar nada en el mercado, pero.... si pudiéramos conseguir algunas hojas de cáñamo, creo que hasta cierto punto, eso debería ayudar a calmar la fiebre".

"¿Hojas de cáñamo?", cuestionó Ina.

"Pero, no hay hojas de cáñamo, padre. Y no podemos conseguir algunas a menos que vayamos al área cercana a la cueva".

"¿Estás intentando decir que es imposible salvar la vida de Pia?", preguntó la madre, al mismo tiempo que lloraba.

"¡Por favor...! Alguien tiene que ir a buscar esas hojas".

"Pero, ¡eso no es posible, madre! ¿Se te olvidó que hay una orden de encierro dictaminada por el Rey? Se les pidió a todos que se quedaran en casa...".

"Pero, ¡mi hija se está muriendo!", gritó la mujer.

"Por favor, no puedo soportar esto...".

Pasó un largo rato mientras todos se miraban impotentes, y repentinamente, a Ina se le ocurrió una idea.

"Madre, ¿por qué no...? ¿Enviamos a Shilah a buscar las hojas por nosotros?".

                         

COPYRIGHT(©) 2022