Estaba sentada en ese banco tranquila hasta que sentí un coche pero no cualquier coche ese coche que creí haber quemado un dia, me di la vuelta y no me confundi ese era el coche. Seguí observando la ciudad cuando sentí que alguien se sentó a mi lado.
Víbora: sabes pensaba que no venias a este lugar.
Aria: siempre vengo aquí cuando necesito pensar