Capítulo 4 Déjala ir (segunda parte)

Los ojos de Hogan se entrecerraron en un instante. "Dime qué te dijo exactamente."

"Ella dijo que nunca aceptaría nada de ti sin importar qué. Incluso te regañó ... " Jasper vaciló un rato. Pero luego, continuó en voz baja, "Ella dijo que la estabas poniendo de los nervios".

Hogan estaba conmocionado y furioso al mismo tiempo.

Nadie se había atrevido a decirle eso.

Celia ya fue lo suficientemente valiente como para rechazar la invitación del Grupo Yin. Ahora, incluso lo miró con desprecio.

"¡Envía dos guardaespaldas a su casa ahora mismo! Tómala, le guste o no. Incluso si tienes que atarla, ¡hazlo! "

Las palabras de Hogan enviaron un escalofrío por la espalda de Jasper. Celia definitivamente estaba condenada esta vez.

Hogan siempre había sido arrogante y seguro de sí mismo. Nunca toleraría a nadie que desafiara su autoridad más de una vez.

Seguramente le daría una lección a Celia.

Después de un tiempo, los guardaespaldas llevaron con éxito a Celia a su oficina.

"¡Déjame ir!" ella gritó. Los dos guardaespaldas la empujaron frente a Hogan.

Hogan se apoyó en su silla y miró a Celia de arriba abajo sin decir nada. Su postura era tan acogedora. No parecía enojado, sino digno.

"¿Por qué no viniste al Grupo Yin?" Su voz era baja y profunda, pero su tono sencillo podía hacer que alguien sintiera una inexplicable sensación de presión.

Las personas en la sala que lo conocían contuvieron la respiración. Pero Celia simplemente lo miró y dijo: "¿Por qué debería venir aquí? ¿Por qué debería aceptar tu caridad? "

El aire dentro de la oficina se congeló en un instante. Estaba tan silencioso que cualquiera podía oír caer un alfiler.

Todos bajaron la cabeza, aún conteniendo la respiración. Celia miró a Hogan con indiferencia, sin mostrar ningún signo de miedo en absoluto.

Hogan parecía tranquilo por fuera. Pero en el fondo, estaba hirviendo de rabia mientras pensaba interiormente: '¡Cómo te atreves a oponerte abiertamente a mí! Te enseñaré una lección que nunca olvidarás. Me aseguraré de que al final te conviertas en una mujer obediente.

"No es una organización benéfica en realidad. Sé que te lo debo, así que solo quiero compensar lo que he hecho ", dijo en voz baja.

Sin embargo, su tono aún sonaba dominante.

Era como si le estuviera ordenando a Celia que no rechazara su oferta.

"¿Por qué tienes que hacer esto?" Los ojos de Celia se llenaron de ira y confusión esta vez.

Hogan simplemente le hizo oídos sordos. En cambio, hizo un gesto con la mano y ordenó a los guardaespaldas: "Llévenla a cambiarse de ropa. Debe empezar a trabajar como mi secretaria ahora ".

En un instante, los guardaespaldas arrastraron a Celia fuera de la oficina.

No le dieron ninguna oportunidad de tomar represalias. "¡Déjame ir! Me estas lastimando."

Celia luchó pero falló. Finalmente, la sacaron de la oficina, su voz enojada resonó en el pasillo.

Todos en la compañía se tensaron excepto Hogan. Todavía parecía tranquilo mientras sus labios se curvaban en una sonrisa juguetona. Se juró a sí mismo que dominaría a Celia y dejaría que se sometiera a él obedientemente.

Cuando Jasper vio la sonrisa en el rostro de Hogan, se le erizó el vello de la nuca.

Después de un rato, Maria Wang corrió hacia Hogan y le dijo con vergüenza: "Sr. Yin, la señorita Su se niega a cambiarse de ropa. Ella no quiere trabajar en nuestra empresa ".

Hogan enarcó una ceja.

Maria Wang mostró los uniformes de los empleados en sus manos y agregó: "Mira, ella ya ha roto dos uniformes".

Él solo asintió.

"¿Por qué no quieres trabajar en el Grupo Yin?" Celia se dio la vuelta cuando escuchó una voz baja detrás de ella.

Hogan caminaba lentamente hacia ella. Fue solo ahora que se dio cuenta de que llevaba un traje hecho a mano bien hecho a medida que lo hacía lucir extremadamente guapo y elegante.

Pero ella no podía admirarlo. Sabía que era una bestia disfrazada de ser humano.

"¿No quieres trabajar aquí por mi culpa?" Hogan estaba al lado de Celia.

"¡Vete a la mierda!" ella rugió. Luego dio un paso atrás instintivamente.

Mirando el rostro que había estado atormentando sus sueños estas últimas noches, realmente quería matarlo ahora mismo.

Celia había estado haciendo todo lo posible por olvidar esa noche, pero siempre volvía a su mente.

Hogan le había quitado la virginidad con tanta crueldad y violencia. Tenía toda la razón para odiarlo a muerte.

"Oh, no sabía que tengo un impacto tan profundo en ti".

"Piensas demasiado en ti mismo."

Celia estaba tan furiosa ahora. Ella lo miró mientras apretaba los dientes.

"Siempre crees que todo el mundo se muere por trabajar en tu empresa. Pero déjame decirte ahora mismo que estás equivocado. Algunas personas, incluido yo, desprecian trabajar aquí. Prefiero ir a la escuela que trabajar aquí ".

La verdad era que, además de odiar a Hogan, una de las razones por las que Celia se negó a trabajar en el Grupo Yin fue porque recibió una oferta de la Universidad S. Y el nuevo semestre comenzaría en más de un mes a partir de ahora.

Obviamente, Hogan sintió una fuerte sensación de hostilidad después de escuchar sus palabras.

"¿Quieres ir a la escuela?" preguntó con burla. "¿Qué tiene de bueno ir a la escuela? ¿Puede darle la seguridad de que encontrará un buen trabajo? En el Grupo Yin, puede recibir un salario que puede comprar todo lo que desee. ¿Por qué perder el tiempo yendo a la escuela? "

Celia se irritó más con sus palabras y ahora lo odiaba aún más. Aunque su tono era tranquilo, la arrogancia y el orgullo eran muy evidentes.

Cualesquiera que fueran sus razones, no podía abrir su mente para escucharlo.

Celia apartó la cabeza de Hogan, pensando que él no valoraba la educación en absoluto.

Ella no sabía que se graduó de la Universidad de Harvard.

"¿Qué pasa? ¿Me equivoco?" Hogan la miró fijamente con valentía.

No permitiría que Celia lo descuidara por completo.

"Tú..." Celia se quedó sin palabras. No importa lo que dijera, sabía que sería inútil. Entonces, ella lo apartó y dijo: "La gente como tú nunca lo entenderá".

Hogan vio como Celia escapaba de él.

Ella pensó que él no la entendería.

Tal vez a sus ojos, él era solo un pobre hombre rico.

Las venas azules se hincharon en su frente.

Esta vez, Maria Wang corrió hacia él nuevamente y dijo nerviosamente: "Sr. Yin, la señorita Su trató de escapar, pero pudimos atraparla. Sin embargo, ella insiste en irse. Ella no quiere quedarse aquí por más tiempo. ¿Qué debemos hacer?"

Esta fue la primera vez que Hogan deseaba desesperadamente tener a una mujer en la compañía. Tenía miedo de fallarle.

"Déjala ir", respondió Hogan con una leve sonrisa en su rostro.

No importaba si Celia quería irse ahora. Él se aseguraría de que ella regresara a él voluntariamente y le suplicara que la dejara quedarse.