Capítulo 3 Reencuentro (primera parte)

La oficina de William estaba en el piso treinta y cinco. Todo el piso estaba vacío excepto la oficina. La singularidad del piso era que las paredes eran todas ventanas francesas. De pie allí, se podían ver las bulliciosas calles de la ciudad y todo tipo de gente.

En ese momento, frente a una de esas ventanas se encontraba una figura esbelta, vestida con un traje informal negro, con una copa llena de Chateau Lafite en la mano. Fue el vino más famoso del mundo.

Un golpe en la puerta llamó su atención. Se volvió cuando un joven entró en la habitación. "Señor. Shen ", gritó.

El rostro de William carecía de expresión mientras miraba a su asistente Devin Mu.

"¿Qué?" Aunque la voz de William era tranquila, era un tono firme.

Devin Mu le entregó un documento a William y le dijo: "Sr. Shen, muchos periódicos, revistas y programas de televisión han llamado para preguntarles si pueden darles tiempo para una entrevista ".

William frunció ligeramente el ceño. "No es necesario que me preguntes sobre este tipo de cosas en el futuro. Sabes, estas sesiones de entrevistas son lo último en mi lista de prioridades ".

Devin Mu asintió. "Si señor. Shen. Hoy hay otra cita. Tiene una cita con el Sr. Lionel Wang a las ocho de la noche.

Lionel Wang era el director ejecutivo de Wang Group. La reunión fue por la tierra en el lado occidental de la ciudad. William sonrió. "Entendido. Estás despedido ahora. Vuelve a tu trabajo ".

Devin Mu se dio la vuelta y se fue. El área de la oficina de William era grande. Se quedó solo unos segundos junto a la ventana. Luego regresó a su escritorio y echó un vistazo al documento que Devin Mu le acababa de dar.

Cayó la noche. Alrededor de las ocho, el restaurante SURB estaba tan tranquilo.

Era el lugar favorito de los jóvenes. La comida y la bebida aquí eran caras.

En una cabina privada en el lado izquierdo del segundo piso, William estaba sentado allí con una taza de té en la mano. Parecía inexpresivo. Lionel Wang estaba sentado frente a él. Los acompañaban otros empresarios.

"William, ¿crees que podamos adquirir la tierra en el oeste de la ciudad?" Preguntó Lionel Wang. Era un viejo conocido del padre de William y también sabía que la tierra era realmente valiosa. Si el Grupo Wang tuviera la oportunidad de tenerlo, serían los más beneficiados. Le sonrió significativamente a William. Estaba decidido a obtener la tierra.

William miró fijamente a Lionel Wang. No pudo evitar sentir pena por las personas que siempre lo consideraron un buen hombre.

"Señor. Wang, como usted sabe, muchas empresas compiten por la tierra. Venga a la subasta y veremos quién se queda con la tierra ", dijo William con voz firme. Estaba tan seguro mientras hablaba. Una sonrisa astuta jugaba en las comisuras de su boca. Su comportamiento de hecho puso a otros un poco nerviosos.

Lionel Wang le devolvió la sonrisa. "Venga. No hablemos de negocios mientras bebemos ". Levantó su copa para alegrar el ambiente.

Las cejas de William se fruncieron juntas. Si su padre no le hubiera pedido que asistiera a la fiesta, tal vez ya se habría ido. Se aflojó un poco la corbata y no dijo nada.

"Anne, ¿dónde estás?" La voz de una mujer joven llegó desde fuera de la puerta. Al escucharlo, William se distrajo un poco. Sonaba familiar. Aunque nunca le importó recordar la voz de nadie, en particular sabía a quién pertenecía esta voz.

Fue la chica que conoció esa noche. William la vio a través de la puerta. Aunque no se habían visto en muchos días, la reconoció de un solo vistazo. Parecía haber bebido mucho porque se veía mal. William siempre había sido un buen observador.

En el pasillo, Flora estaba tan borracha que sus ojos empezaron a cerrarse. Se suponía que iba a cenar con Anne. Pero cuando Anne mencionó el nombre de Ivan, Flora no pudo evitar contarle todo a su amiga y empezar a llorar. Para ocultar su dolor, bebió mucho. Anne incluso dijo que le daría una paliza a Ivan. Hace solo unos momentos Flora se fue al baño.

Después de salir, Flora no pudo encontrar su puesto privado. Se acercó a la puerta que encontró primero y leyó el número con atención. "Habitación 201". Ella se rió, señalando el número. "¡Si eso es!" Después de decir eso, giró el pomo de la puerta torpemente.

Pero cuando abrió la puerta, no vio a Anne por ningún lado. Dentro había tres hombres sentados y tres mujeres coquetas en sus brazos.

'¿Errar? ¿Dónde está Anne? Flora frunció el ceño confundida. "¿Ana? ¿Dónde estás?"

Los hombres sentados adentro no pudieron evitar reír cuando vieron entrar a una joven tan hermosa. Uno de ellos se puso de pie y caminó directamente hacia Flora. Miró con atención a la extraña mujer. Casi parecía una estudiante de secundaria con un vestido blanco y sin maquillaje.

"Chica, ¿a quién estás buscando? ¿Estás sola? Únete a nosotros." El hombre sonrió con maldad aprovechando la oportunidad.

Tan pronto como el hombre tocó el rostro de Flora, se sintió incómoda. Una sensación repugnante se apoderó de su cuerpo.

"¿Quién eres tú?" Flora parpadeó para ajustar su visión. Había bebido demasiado y ahora se sentía mareada. Si no se hubiera apoyado contra la puerta, ya podría haberse caído. Pero inconscientemente, ya sabía que el hombre frente a ella no era un buen hombre. Dio un paso atrás y trató de salir de la habitación.

El hombre pareció haber notado que ella estaba tratando de irse. Se apresuró a agarrar la mano de Flora y la atrajo a sus brazos. "Chicos, no esperaba conocer a una mujer tan maravillosa hoy. Apuesto un millón a que todavía es virgen. "

"No lo sabrás hasta que lo veas por ti mismo", dijo uno de los otros hombres con una sonrisa tímida. Se inclinó hacia adelante y forzó un beso a la mujer en sus brazos.

Flora luchó por alejarse de él. Cuando escuchó la conversación entre los dos hombres, comprendió su intención. Se pellizcó para agarrarse, pero el hombre era tan fuerte. No podía deshacerse de él. El hombre la abrazó con más fuerza.

"Vamos, déjame besarte". Al mirar su piel clara frente a él, Paul Ling sintió ganas de besarla.

"¡No! Vete. Vine aquí buscando a mi amigo. No te metas conmigo. ¡Ana!" Flora gritó de miedo, pero la única respuesta que recibió fue una risa cruel.