Capítulo 7 Molesta y astuta

Austin:

Me toman a mi por malo, cuando no saben que ellos fueron los que me hicieron así.

Mi mente aún estaba tratando de reaccionar a que diantres acababa de pasar con esa necia, ¡de donde ha salido!. Se atreve a acercarse a mi y echarme un café, así por la cara, ¿Qué clase de maniática ha venido a estudiar en esta universidad? Que yo sepa, los que están locos van a un manicomio o algo por el estilo ¡no vienen aquí a tocarme los cojones para hacerse los interesantes! y para colmo dice que yo he empezado primero ¡de que locura estaba hablando!.

Acababa de volver de Irlanda y ya tengo a admiradoras locas por detrás, haciéndose la interesante, fuerte, dura e inigualable para que caiga en sus garras. ¡Déjala!, si no va a conseguir nada, solo acabara humillándose mas, porque no le voy a tolerar esta ni ninguna otra.

Observando de reojo mis pintas y las ganas que tenía de ir a darle unas cuantas a esa, acabe por alzar un grito fuerte lleno de odio y intolerancia a todos los que miraban sin quitar ni un ojo de mí. Cristina, la chica con la que me líe por la noche, estaba tan apegada a mi tratando de calmarme que acabe por soltarme de ella ya que no estaba en si, tenía unas ganas de golpear al primero que me dirigiese una palabra que lo flipas.

Empezamos fatal para ser un lunes, primer día.

Caminando de regreso a mi deportivo me fijé, en las ruedas de las que hablaba la necia esa, detenidamente deduci que la boba hablaba de que la había salpicado o algo por el estilo. Y que yo sepa, el coche me lo lleve ayer, cuando fui al bar, tras ello fui a la mansión de Cris, una nueva de la uni con la que me líe ayer y al día siguiente vine aquí. No recuerdo haber pasado por ningún charco de barro.

Definitivamente estaba loca y quería mi atención.

Dirigiéndome para subir y ir a cambiar mis asquerosas pintas de lo lejos veo el Audi R8 de Asher, mi mejor amigo, parecía que estaba con Arthur, mi primo y buen amigo mío.

Iba a irme, pasando de ellos pero cuando me vieron tuve que detenerme. Saliendo del auto, camine hacía ellos, Arthur era de mi edad su cabello era negro oscuro al igual que sus ojos, su tez morena por el verano le daba una atractiva apariencia a decir verdad, en general, desde siempre hemos sido así en relativo a la vestimenta lujos y todo. No es cuestión de presumir ni riquezas simplemente, somos así, crecimos así.

-hombre el Irlandés-Arthur se alegro demasiado al verme salir y detenerme enfrente a mi auto pero al fijarse ambos en mi apariencia parecía que se reían entre sí.

No era para nada gracioso.

-buen baño de café te has dado tío-continuo Arthur parecía burlarse indirectamente de mis pintas y el repentino cambio de color de mi camiseta de blanco a marrón. Repito, menos mal que el café no estaba caliente, sino se habría más que liado.

-mejor no preguntéis-puse los ojos en blanco teniendo que soportar semejantes tonterías por culpa de una desconocida loca.

-¿Qué paso? Cuenta, cuenta-la curiosidad de Asher me ponía más nervioso de lo que estaba-un pájaro me ha dicho que una chica nueva fue la que te lo tiró y montó un gran espectáculo al que apenas pudiste responder ¿es eso cierto?

-¿espectáculo?-espete de mala manera-querías decir humillación de ella a si misma. No digas bobadas, ¡que espectáculo ni cuentos!, esa esta loca, se piensa que sigue en el pueblo de donde viene, empezó ella saliendo de la nada, con lo tranquilo que estaba, tirándome un café encima de mi móvil que lleva un rato sin querer encenderse.

-oh iPhone 13 al carrer, ya te estas buscando uno nuevo-ante la actitud de ambos parecía como que yo era el malo de la historia y eso me estaba planteando algo-Por cierto, mis respetos a esa chica-continuo Arthur, tan tranquilamente olvidando que teníamos clase aunque a decir verdad, como solo era la presentación daba igual, ya que llevamos metidos aquí cuatro años por lo que no hay diferencia-. Al fin aparece alguien que se atreve de esa forma contigo

-nadie se va a atrever conmigo, esa estaba motivada en su momento e incluso se le subió la adrenalina por el cuerpo, en un par de días vendrá llorando arrepentida rogando mi perdón-añadí muy seguro de mis palabras.

-bueno el drama del año haber como termina-añadió Asher

-que va a terminar si acaba de empezar-repito no sabe con quien esta jugando-. Os dejo voy a ir a buscar algo para cambiarme, vendré luego.

Despidiéndome de mis amigos me monte en mi deportivo y arranque el coche mientras conducía pensaba en aquella chica, esta estúpida de hace un momento, no se quien era pero me daba muy mala espina y no se porque. Tendré que librarme de ella en cualquier momento porqué negándolo o no, se parece a..., ella, Elena. Su rostro ovalado y muy blanco con las mejillas bastante rojizas y levantadas combinados con esos ojos verdes oscuros que transmitían paz y armonía a cualquiera que los viera, todo lo contrario a lo que necesito en este momento. Pero bajo esa cara de ángel, hay mucho que sacar y yo, exclusivamente lo haré poco a poco. Acabará volviendo a la casa de su madre llorando, no solo por lo del café sino porque a buen momento tiene que aparecer alguien que me recuerda a quien una vez lo fue todo para mi lo cual por su culpa, no se diferenciar lo bueno de lo malo para mi y para el mundo.

Por eso hago lo que me plazca.

Llegando a la mansión, subí a mi cuarto, entrando al baño, me di una ducha fría rápida para quitarme el puto olor a café, es un poco extraño pero, me gusta el café, sin embargo no soportó el olor. Tras ducharme, envolví mi parte baja con una toalla y salí del baño llendo a mi armario, saque un pantalón gris de chándal y una camisa blanca muy similar a la que llevaba, ahora para que me ensucien otra vez. Mientras que en los pies me cambie de zapatillas ya que estas también estaban sucias.

Esta necia me va a amargar la existencia fijo.

Observando mi móvil el cual aun seguía apagado sin querer encenderse, suspiré de mala manera y acabe por coger las llaves de mi deportivo nuevamente y me fui otra vez, volviendo abajo, me di cuenta que la mansión estaba vacía al parecer mi hermano no estaba, acababa de recordar que había olvidado lo de la locura del matrimonio de este, asunto que tendré que lidiar más tarde y también mi madre, no se le veía. Seguramente estará en la empresa, en fin gente de negocios.

Observando por un segundo el jardín, volví a recordarla, la de noches que pasábamos ahí hablando de nuestras locuras sin cesar teniéndola entre mis brazos sin querer soltarla nunca y como la besaba y desnudaba cada vez que me entraba ganas.

No tuviste piedad Elena de mi, todo lo que pasamos, fue solo un pasatiempo para ti, me pregunto como puedes dormir por las noches con el odio que te detesto todos los días de mi existencia empezando por deshacerme de todo lo tuyo. Pensé mientras recordaba como ayer lancé por los aires la pulsera, nuestra pulsera, en una de las calles por donde vivía Cristina.

A medida que conducía me fijaba en el paisaje las grandes carreteras, lo típico de Nueva York, una ciudad cuya luz se apago el día que todo cambió.

Llegando a la universidad de Columbia, nuevamente aparqué el coche en los estacionamientos junto con los de mis amigos y más chavales de la uni, saliendo me dirigí por el pasillo de la entrada hasta llegar a las escaleras, deseando cruzarme con esa boba en cualquier minuto para calentar mi mala racha en ella, acabe cruzándome de nuevo con Asher y Arthur, los cuales no parecían de muy buen humor.

-Austin-exclamó Asher poniendo rostro de incógnito-. La chica esa de la que hablabas es la misma loca del taxi de ayer.

-¡no me jodas!-me reí-¿debo de hacerme el sorprendido? ¿Qué te esperarías de alguien como ella?

-la he visto de lejos y me acordé de ella tras preguntar que había pasado a unas chicas que estuvieron en escena, esta vez te doy la razón tío, tenías que ver la locura de ayer, iba a casi a estrangularme por adelantarme en un taxi.

-¿Qué os he dicho?-exclamé mirándolos a ambos

-A mi no me metáis en vuestras locuras-Arthur nos advirtió mientras nos miraba ambos de reojo

-Que yo sepa no he dicho nada-fingí una sonrisa.

Al instante el timbre sonó, por lo tanto teníamos clase, caminando hacia Estadística vi a Juillet, la mejor amiga de Elena, estaba en mi clase, o eso parece ella y mi ex, eran muy cercanas y ambos teníamos una buena relación pero ahora, parece que ya no lo es lo mismo porque acababa de pasar a mi lado y paso de mí completamente solo fijo su mirada castaña en Arthur y en mi de reojo.

-Arthur ¿a esta que le pasa?-pregunte de mala manera mientras observaba donde se sentaba con toda la tranquilidad del mundo

-A mi no me mires-añadió el-. Yo no se nada

-ya ya tu nunca sabes nada-regresando sobre mi sitio el profesor Jackson entró el viejito de siempre que cada cinco segundos tenía un humor diferente, la clase empezó a medida que todos se incorporaban mientras que yo no podía evitar las ganas que tenía de hablar con Juillet sobre Elena, joder ¡otra vez lo mismo!

Tras esta clase, vinieron otras mas de informática, tecnología y matemáticas. Después de esas horribles cuatro horas que parecían ser eternas, ya era de tarde las tres casi, saliendo de clase, me detuve esperando a los chicos mientras un par de chavales me saludaban por mi regreso y otras chicas me daban los típicos piropos cansinos. Fijándome en Juillet quien salió detrás mía , trate de sacarle conversación.

-Juillet-exclamé haciendo que su atención se dirija hacia mi aunque en el momento se alteró

-¡tengo que irme!-añadió nerviosa mientras caminaba aceleradamente a la salida, su actitud era demasiado rara, como ha cambiado. Aunque no le culpo, a saber que le ha contado Elena, tal vez le hay dicho que la versión de la historia, yo he sido el malo. Saliendo de clase, camine hacia uno de los balcones que había cerca de mi auto para relajarme un poco antes de ir a casa y escuchar a mi bobo hermano con su palabreo de matrimonio.

-oye Austin ¿Qué hay?-hablando del rey de roma, aquí apareció de la nada mi hermano Jacob , el cual se sentó a mi lado mirándome de reojo cada cinco segundos al notarlo, tenía que hablar-.Pasaba por aquí y decidí verte.

-no te lo crees ni tu, haber habla ¿a que has venido?

-como me conoces chaval-respondió con una sonrisa de punta a punta en su rostro en combinación con aquel traje tan elegante que no le sentaba para nada venir con él a una universidad-. Hoy conocerás a mi novia-dijo metiéndose en el tema.

-ya estamos otra vez-me levante alejándome un poco de su vista para no provocar tensión-. ¿Es que hablo en chino o que te pasa? ¿Yo que tengo que ver ahí? No me apetece conocer a nadie.

-vas a venir conmigo Austin, no te hagas el duro, que yo sepa eres de la familia-si pero no técnicamente pensé

-esta bien pesado-exclame con la condición de ver hasta que punto era su inigualable novia.

-a las seis al the NoMad restaurant, ya sabes donde esta, así que no tardes.

-que si que si

-vas a venir-me recordó otra vez, regresando a su coche para continuar su camino.

-Dios mío ¿para que vuelvo?-exclamo en voz alta al fijarme en como este desaprecia en su Audi.

Levantándome del balcón y con pocas ganas de conversar con nadie, me fui a buscar algo para beber de mientras que esperaba a los otros dos los cuales ni sabía donde estaba, caminando por la parte de atrás llegue a la gran cafetería de la uni, donde solía venir con ella, siempre y normalmente a esta hora del día. Todo seguía igual que antes, la gente el ambiente, los piropos que me echan la popularidad, todo.

Aquí el único que he cambiado he sido yo, pero en verdad no me arrepiento para nada.

Comprando una botella de agua, me la bebí de un trago mientras regresaba a mi auto para irme porque sino mi hermano iba a darme su largita charla sino iba a lo de su cena o yo que se de que hablaba.

Aunque en cierto parte quiero ver, que clase de chica le "le ha robado el corazón" a mi hermano. No por curiosidad sino para echarla a ella y a su hermana de su vida antes de que lleguen.

Y por encima a su hermana, ¡es que vamos! Genial.

Subiendo en mi auto, vi a Austin correr hacia mi, este se detuvo esperando a que yo actúe o haga algo, así que sali del auto, me detuve enfrente de él y curioso ante su rostro tan desaparecido y en blanco le pregunte.

-¿Y ahora que pasa?-le pregunte esperando otro de sus dramas.

-esa chica está más que loca, ahora si que estoy contigo en esto, acaba de llegar y tenías que verla cuando se cruzo conmigo iba a matarme con los gritos, de ¡eres el loco del taxi y cosas así! Wtf ¿esto que es? ¿Quien se cree esta para levantar su tono?

-no te lo había dicho hace rato-exclame asombrado en parte por la actitud tan mala de él hacia ella, se lo habrá tomado muy mal, a saber que le ha hecho la loca esa, pero si el no quiere decir más detalles no voy a presionarle.

-lamento tener que dejar la conversación pero tengo que irme-interrumpí su discurso-. Me obligan a asistir a una cena de enamorados donde conoceré a la enamorada.

-¿Que?

-mejor no preguntes más cosas, ya te contaré-me subi a mi deportivo y fui a casa, al llegar aún no había nadie, mi hermano estará ocupado con esto a lo que me obliga ir, mi madre metida en cosas de negocios y mi padre ni idea. Saque un esmoquin de los más caros que tenía , recuerdo cuando mi hermano me lo trajo de un diseñador francés muy famoso, el año pasado y aun aún seguía sin tocar, a decir verdad tenía muchísimos más pero nunca me he puesto porque no soy de ir elegante ni que fuese un hombre de negocios que no tiene vida personal, a mi eso ya no me va, antes si pero ya no.

Tras vestirme me observe en el espejo, aquel esmoquin azul oscuro me hacía parecer más formal de lo que estaba pero como iba a un restaurante lujoso donde todos visten así pues no me queda más remedio que vestirme así. Me pase un poco de agua sobre mi pelo para tenerlo un poco menos desordenado y de la nada se me escapo una pequeña sonrisa de mi rostro y no se si era mala o malísima pero con ese concepto tenía que ver.

Tras esto, sali de la mansión y me dirigí al restaurante. Al llegar, me baje tras aparcar mi coche cerca de la entrada del restaurante, tras ello sali y camine en dirección a la puerta principal mientras me fijaba en la gran luminosidad de aquel lujoso y gran establecimiento con asientos tanto adentro como afuera, el lugar estaba rodeado de un gran campo de flores entre ellas margaritas, amapolas y rosas pequeñas, farolas enormes iluminaban aún más la entrada y sin olvidar de la alfombra roja de la entrada como si fuese una pasarela, camine hacia dentro con las manos metidas en los bolsillos y el ceño fruncido, desde lo lejos observe a mi hermano sentado de espaldas y enfrente suya una morena con ojos castaños y un hermoso vestido verde oscuro lo acompañaba, la chica era bastante atractiva desde lo lejos, parecía una auténtica señorita de negocios y odio tener que admitirlo, pero esta quedaba muy bien con mi hermano, me dirigí hacia ellos para acompañarlos y tratar de llevar el plan de mi mente acabo,hasta que acabe chocándome con alguien.

-¿tu otra vez?- exclamé al fijarme en la chica con quien me había chocado sin querer

-¿es esto una broma? ¿Me estás escorpión engreído?

¿Escorpión engreído? ¿Qué le pasa a esta? ¿No tiene un nombre mejor en que llamarme?

-no me llames así- añadí fijándome en su vestido azul claro de manga fina el cual dejaba al aire sus hombros y parte de su espalda junto esos tacones de unos diez centímetros de alto le hacía llegar a mi altura aunque la coleta alta hace que se ponga justo a mi altura, su rostro elevado y seguro me miraba de manera seria y controladora mientras que yo hacía exactamente lo mismo-. ¿Qué haces por aquí? ¿Has salido a cenar con tu noviecito? Ah, que no tienes-me burle

-muy gracioso-una falsa sonrisa se dibujó en su rostro aunque desapareció tras ello-. Quítate del medio estoy cansada-me aparté de su camino dejándole pasar, aunque no pude evitar no ponerle un pie para que tropezara y acabase cayendo al suelo de una vez. Ocurrió tan rápido que no pude fijarme en su reacción, pero al hacerlo, no pude evitar no reírme por dentro, estaba tirada en el suelo boca abajo con mucha gente mirandonos y cuchicheando entre ellos, la vergüenza se le notaba en el rostro y eso era de lo más, que pague por sus actos y tonterías.

-ya te lo dije- me agache a ella poniéndome a su altura, y susurrandole esta frase en su oído-.no estarás en paz conmigo, no me conoces, no sabes de lo que soy capaz-tras eso me levante viendo como su mirada y su rostro que no mostraba ninguna emoción me miraban apunto de fulminarme, le di la mano para qué se levantará como buen caballero que soy, y justo iba a cogerla, pero la desvíe y me la metí en el bolsillo-. Volviste a caer-añadí y entré adentro dejándola ahí y que se las apañe, conmigo ni ella ni nadie se atreve.

            
            

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