Las horas pasaron lentas para mi. Solo en pensar en el momento que tuve con Santiago mi corazón se acelera y siento mi cara roja.
Ya deja de pensar en eso y termina tu trabajo me digo a mi misma.
Santiago habia salido del departamento, lo escuché hablando por teléfono cuando me acerque a entregar los ultimos papeles de comprobacion, iba a reunirse con alguien en la recepción
Estuve tranquila este tiempo sola, sin nadie que me distrajera de mi trabajo.
Estaba dejando las ultimas cosas arregladas en mi escritorio. Me agache a recoger un lapiz que se me cayo debajo de el.
Escucho abrir la puerta y cerrar enseguida. Me paro de inmediato y al incorporarme estoy al frente de ese hombre que es tan sexual y tentador.
-Srta Carvajal, pense que estaba camino a su casa.
- Me quede ordenando el escritorio, ya he terminado y estoy por salir. Le digo sin pensar
- Tienes un escote lindo. Mirando el escote en mis pechos.
Me tapo al momento de escucharlo
-la pongo nerviosa srta Carvajal.
- no. Nerviosa no, incomoda si.
Este se ríe. Una hermosa sonrisa que me deja hipnotizada. Se acerca mas a mi sin dejar de ver mi cuerpo con deseo, sus ojos estan llenos de lujuria. Me siento en el borde la mesa, ya no tengo a donde huir.
Este se acerca y sacando un lapicero me empieza a tocar con la punta de el, desde mi hombro empieza la tortura, bajando y mirando lo que va tocando la punta del mismo. Se queda en medio de mi escote y dibuja pequeños circulos sobre mi piel.
Trato de quitarle la mano, pero es inútil, este sube mi mentón con la punta del mismo haciendo que lo mire.
-srta Carvajal, es usted una tentacion. Y a mi me gusta caer en ella, refiriendose a la tentacion.
- trago grueso. Y no puedo responder a su comentario.
- Quisiera que subiera a mi habitacion srta Carvajal.
Este hombre si es directo, no paso ni un dia y ya me esta invitando a su habitacion.
- Me rio. De nervios obvio. Y solo digo, no soy esa clase de persona que se mete en la cama de alguien nada mas por decirle que es tentadora.
El solo sonrie. Y acercándose a mi boca susurra sobre ellos. Las niñas como tu que fingen ser mujeres me caen mal. Al momento de tener una situación de entregar y recibir placer se cohiben.
Su comentario me deja fria, me acaba de decir que soy niña y lo peor, que finjo ser mujer. Esto no lo permitire.
No se como pude pero el que esta sobre el escritorio es el.
-Santiago, veo que estas acostumbrado a otro tipo de mujeres, lo digo en tono mas fuerte para que le quede claro.
.
Me acerco al igual como hizo conmigo y susurro sobre sus labios. No tengo la minima intención de mostrarte si soy o no mujer. Bajando mi mano por su pecho lentamente para luego llegar al miembro entre sus piernas.
Veo como su cara se sorprende al ver como llegué a el, lo acaricio por encima de su pantalón y le apretó diciendo. - Usted puede pensar lo que quiera de mi.
Acto seguido agarro mi cartera y lo dejo alli sin palabras. Camino con una gran sonrisa pensando en como lo dejé.
Imagino su cuerpo, si con tela se le podia sentir cada uno de sus abdominales, como seria pasar la mano sin esa camisa. Me sonrojo al pensarlo.