No soy Él.
img img No soy Él. img Capítulo 5 ¿Esto es real
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Capítulo 6 ¿Les decimos img
Capítulo 7 Tal vez no exista un mañana, amor img
Capítulo 8 Él no img
Capítulo 9 Fría y cruel verdad img
Capítulo 10 ¿Crees que a él le gustaría esto img
Capítulo 11 Te fuiste img
Capítulo 12 Vive para atrapar al culpable. img
Capítulo 13 Lo siento img
Capítulo 14 Eres una máquina. img
Capítulo 15 Sólo sé feliz por él. img
Capítulo 16 El sentimiento es mutuo querido esposo img
Capítulo 17 ¿Desagradable img
Capítulo 18 Somos amigos, Dalia. img
Capítulo 19 Eres mi esposa img
Capítulo 20 Él lo hizo estando roto img
Capítulo 21 ¿Linda img
Capítulo 22 Nos volveremos a ver img
Capítulo 23 Sólo bésala. img
Capítulo 24 Te besé pensando en él. img
Capítulo 25 Mentí img
Capítulo 26 Absolutamente img
Capítulo 27 Es tu amiga, no mía img
Capítulo 28 El problema soy yo img
Capítulo 29 Estoy enamorado img
Capítulo 30 ¿Por qué no eres feliz img
Capítulo 31 Llámame así toda la vida. img
Capítulo 32 No más que tú img
Capítulo 33 Una recién relación img
Capítulo 34 ¿Es eso el amor img
Capítulo 35 Luego matarme img
Capítulo 36 Es la verdad. img
Capítulo 37 Todos lo querían. img
Capítulo 38 Te hubieras casado con ella. img
Capítulo 39 Créeme si quieres. img
Capítulo 40 Te amo. img
Capítulo 41 Muy lejos. img
Capítulo 42 Positivo. img
Capítulo 43 Lo arreglaré. img
Capítulo 44 Sin sospechas. img
Capítulo 45 Pronto no. img
Capítulo 46 Fírmale el divorcio img
Capítulo 47 Está embarazada. img
Capítulo 48 Pero me mintió. img
Capítulo 49 Irnos img
Capítulo 50 Tanto que me siento tonto. img
Capítulo 51 ¿Dónde conociste a esa loca img
Capítulo 52 Tú eres mi todo. img
Capítulo 53 ¿Era ella img
Capítulo 54 Te lo compensaré. img
Capítulo 55 Cuidado con los frenos. img
Capítulo 56 Ups img
Capítulo 57 Es mi esposa. img
Capítulo 58 Lo amo. img
Capítulo 59 De todas las noches, una guerra de amor. img
Capítulo 60 No soy Él. img
Capítulo 61 Radiante sonrisa. img
Capítulo 62 Epílogo. img
Capítulo 63 Nota de autora. img
Capítulo 64 Prólogo -Pequeña Mía. ¡Ya publicado! img
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Capítulo 5 ¿Esto es real

POV: Antonio.

Miro a las tres personas que tengo en frente esperando que me digan lo que tienen que decir. Mi hermano está al lado de mi padre, como siempre la mano derecha de la familia.

A sus veintisiete no ha hecho más que trabajar afanadamente y divertirse cuando le da la gana.

-Tú eres la solución, Antonio -empieza mi padre.

-¿Cómo?-pregunto confundido.

-Te tienes que casar.

Si no estuviera mirando a mi padre fijamente a los ojos, me hubiese estallado a carcajadas, pero su expresión es muy seria.

-Ni de bromas -aclaro. Por nada del mundo me casaría con alguien que no sea María José, mucho menos tendría el valor de lastimarla de esa manera, es mi tesoro más preciado.

-Si lo harás hijo -interviene mi madre.

-¿Por qué yo?

-Te toca hacer algo por la empresa -dice mi padre.

Frunzo el ceño mirándolo con incredulidad.

-¿Es en serio? ¿Poco he hecho? Soy la figura de la empresa, soy como el personaje, entiendo que Antony se haya encargado siempre y no lo niego pero no puedo.

-Tu hermano se ha dedicado cuerpo y alma, te toca hacer algo -reclama mi padre.

-Les aseguro que lo haría sin pensar, pero tengo novia y la amo como a nada, lo siento muchísimo pero ella está primero que todo -me paro del sofá masajeando mi frente.

-No puedes hacernos esto -replica mi madre.

Llevo mis manos a mi cintura, todo la alegría que sentía se esfumó con sólo escucharlos.

-No, ustedes no pueden hacerme esto, con la única mujer que me pienso casar es con mi novia, eso que pensaba presentarlos justo hoy -suelto una risa sarcástica.

Giro sobre mis talones para abandonar la sala.

-¡Y la empresa!

Quiero gritarle que la empresa se puede ir al demonio si es por mí, pero ella sigue siendo mi madre aunque piense separarme de la mujer que amo. Subo las escaleras trotando y entro a mi habitación.

Mi respiración está agitada, sofocado empiezo a quitarme la corbata.

¿En serio esa era la solución que habían encontrado? Eso no pasará, ni en sueños me casaré, al menos no con una mujer que no sea ella.

¿Quién será? Piensan arruinar mi vida y la de esa chica quien sea que sea para bien de ellos, aunque siendo hijos queda para nosotros pero nada de eso me interesa si ella no está conmigo.

Zapateo el suelo lleno de ira, lanzo la corbata hacia la cama y procedo por sentarme al borde de espaldas a la puerta.

-Si tanto la amas puedo tomar tu lugar -escucho la voz de mi hermano detrás de mí, y siento como se acerca.

-Es lo único bueno entre lujos y dinero -dejo caer mi mano sobre mi pierna izquierda acariciando mi barbilla con la otra.

Siento su palma en mi hombro, y la cama hundirse despacio al él sentarse.

Tomo mi celular al lado de la lámpara de luz, me encuentro con tres llamadas perdidas de ella.

«Rayos»

Me gustaría devolverle la llamada, pero es muy tarde, prefiero dejarla dormir.

¿Habrá pasado algo? Si no fuera importante me hubiera enviado mensajes.

Suspiro con pesadez, la llamaré mañana.

-¿Sabes quién es la chica?-pregunto.

-No, recién me enteré, mi papá dice que es la hija de un buen amigo.

«Si claro, como siempre»

Busco una de las tantas fotos que tengo de ella para mostrársela.

-Wow, es hermosa -comenta ampliando la foto.

-No sabes cuánto la amo hermano, si un día me llegara a pasar algo, ¿la cuidarías por mí?

-Que dices, Anto -desordena mi cabello. -. Eres muy joven, recién tienes veinticinco años.

-Pero prométemelo, por favor -pido mirándolo a los ojos con seriedad. -. Que la cuidarías como si me cuidarás a mí, ella ha hecho de tu hermano el hombre más feliz del mundo, y si muero hoy te aseguro que lo haré sabiendo que viví, porque la conocí.

-Si que estás enamorado -dice lentamente, escaneando mi rostro. -. Lo prometo, delante de Dios -besa sus dos dedos. -. Promesa de hermanos.

-Un día te tocará, ella es fácil de colarse bajo tu piel y plasmarse aquí -toco mi pecho. -. Son dos años hermano, no puedo tirarlos a la basura, menos cuando sin ella no soy nada, un simple...

-¿Qué?-se aparta de golpe de mi lado. -. ¡Dos años!

Asiento.

Él suspira.

-Mañana después de la cena hablaré con papá, yo no estoy enamorado, sé que si ése matrimonio se realiza ambos serán infelices.

-No tienes que hacerlo, podemos buscar otra manera, además Dalia enloquecería -agacho la cabeza pensando en qué podría hacer, siempre hay otra opción o ¿no?

-Dalia sabe perfectamente lo que hay entre nosotros.

-Pero es muy posesiva, va y quiera matar a la pobre chica -digo con molestia.

Palmea mi hombro dándome ánimos.

-No te preocupes, encontraremos una solución.

El sueño no me llega, no puedo dejar de pensar en la descabellada idea de mis padres. Logro conciliar el sueño ya muy tarde.

[...]

A regañadientes me alisto para ir a la supuesta cena de reunión, tengo un humor de perro, hoy estuviera usando el traje que eligió ella para mí para hacer público lo nuestro. Y ahora tal parece que conoceré a la mujer con la que me quieren casar.

Escucho la puerta chillar y volteo para ver a mi hermano, lleva una camisa azul y un pantalón negro, está formalmente, tal parece que hoy no quiere asfixiarse con un traje.

-¿Vamos?

Asiento.

Salimos juntos de la habitación, abajo nos está esperando nuestros padres a quiénes ni quiero mirar.

Mamá está colgada del brazo de papá como siempre, su querida idónea, viste un vestido azul cielo que resalta su piel cremosa, cosa que ambos heredamos de ella, y de papá, yo heredé sus ojos.

Largo rato después, empiezo a sentir familiaridad con el camino, es como si nos dirigiéramos a la casa de María. ¿Acaso el padre de María me conseguirá una esposa? ¿O puede ser que María sea la chica? Mucha suerte sería.

¿Esto es real?

No, no, por más que quisiera no creo que sea así.

-Hermano -la voz de Antony me saca de mis pensamientos. Toca mi hombro y trato de relajarme. -. Vamos.

Paso mi mano por mi cabeza desordenando mi cabello negro. Bajo de la camioneta y sigo a mis padres que se adentran a la hermosa casa, sólo estuve tres veces dentro de esa casa.

A pesar de mi mal humor trato de ser amble y saludo con educación, al ver a su madre no puedo evitar pensar en buscarla con la mirada, muero por verla, no contestó mis llamadas ésta mañana, literalmente fue lo primero que hice al despertar.

Mi hermano sentado a mi lado trata de distraerme para que me calme, pero no puedo, es incómodo estar en su casa y no poder ni siquiera verla. Concentro mis ojos alrededor, la casa está pintada completamente de blanco y por fuera un anaranjado oscuro.

Los sofás son de un color azul cielo con cojines negros. A través de la puerta de cristal que conduce hacia el patio trasero puedo ver el reflejo de la piscina.

Suspiro, y regreso mis ojos hacia la sala, lo primero que veo es un vestido verde suelto, subo la mirada y me encuentro con sus ojos marrones que están rojos y con ojeras.

Nos quedamos inmovilizados mirándolos fijamente a los ojos sin decir nada. Ella está entregándole una bandeja a su madre pero se ha quedado frisada.

¿Qué habrá pasado? Es claro que estuvo llorando, me muero de ganas de pararme del sofá e ir a hablar con ella pero... siento a mi hermano apretar mi hombro, parece haber sentido mis intenciones.

Y que tal vez ya la reconoció.

Ella entrega la bandeja, y se apresura a regresar a la cocina.

Me cuesta relajarme, quiero hablar con ella, no me agrada la idea de que le esté pasando algo y yo no lo sepa, además, Dios, sus ojos estaban muy rojos, es claro que pasó largo rato llorando.

-Disculpen -me paro. -. Le pediré un vaso de agua a la señora...

-No hijo, puedo hacer que te lo traigan -me dice el señor García.

-Descuide, se lo pediré a María, no es nada -literalmente me lo saco de encima, y voy a la cocina que por suerte su madre no está ahí.

Está de espaldas a la encimera haciendo algo, el vestido verde queda sobre su rodilla, no tiene mangas y su melena castaño-negro cubre sus hombros. Mi cuerpo se arrastra hacia ella como un metal a un imán, aspiro el aroma de su cabello y mis manos se elevan por si solas como si algo más fuerte que yo me estuviera controlando.

-María -murmuro, colocando mis manos en su cintura.

Ella sobre salta asustada, gira entre mis brazos de golpe, y sin importar lo comprometedor que podría ser que nos vean así, la beso.

                         

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