Dejo caer un suspiro mientras termino de anudar los cordones de mis zapatillas.
- Vamos niña, llegaremos tarde dice Madisson estirando de mi brazo.
Estamos en el patio, la verdad es que siente una temperatura agradable, estoy ensimismada contemplado las canchas cuando una voz chillona me saca de mi mundo.
- Señorita Mary Lizbeth Hamilton, está en este mundo? Baje de las nubes. Dice la profesora de gimnasia
Todas las chicas comienzan a reír, menudo día llevo ya!! Y todavía faltan dos clases para terminar.
Vamos a hacer dos grupos. Madisson y Eva den un paso al frente y elijan a sus compañeras.
Solo espero que Alisson me elija hoy a sido muy buena conmigo y no conozco a nadie más. Aveces siento como si todas me ocultaran algo. Pero supongo que serán imaginaciones mías.
Solo quedamos cuatro chicas, de verdad que está situación me hace sentir incómoda es como si nadie nos quisiera en su equipo. Y ni si quiera saben si se me da bien o mal el deporte. Simplemente no me conocen.
- Liz, dice Madisson
Puff, un suspiro sale de mi boca. Me acerco a mi equipo.
- Te iba a elegir desde el principio solo quería hacerte sufrir un poco
Dice Madisson mientras me dedica un guiño.
Que graciosa, digo para mi. Lo único que hago es devolverle una sonrisa.
- Que empiece el juego. Dice la profesora.
Es un partido de voleibol. Hace mucho que no juego, espero acordarme de las reglas. Pero vamos que básicamente es devolver la pelota, mandarla a su campo e intentar que no caiga al suelo.
Llevamos un rato jugando, la verdad lo estoy pasando bien, ganamos por cinco puntos pero en cualquier momento eso puede cambiar.
Desvió mi mirada a la cancha de fútbol, y veo que llegan un montón de chicos. La mirada de un chico se clava en mi y mi mirada en él.
Mis manos empiezan a sudar, mi corazón martillea con fuerza dentro de mi pecho. Pero que me pasa esto es nuevo, nunca me había sentido así.
Ni si quiera me doy cuenta que la pelota viene hacia mí. Me golpea en la cara tan fuerte que caigo al suelo de espaldas.
Estoy aturdida, mi nariz sangra y duele una barbaridad.
- Liz... Liz me escuchas estás bien. Dice Madisson preocupada.
- Si creo, aunque igual me rompí la nariz. Digo avergonzada.
- Señorita Hamilton,se encuentra bien, llevenla a la enfermería. Dice la profesora frunciendo el ceño.
Antes de marcharme la profesora me entrega una toalla y la pongo sobre mi nariz, la cual no deja de sangrar.
Madisson me acompaña, hacia la enfermería, estoy un poco mareada la verdad. Me agarró un poco a ella por miedo a caer otra vez.
- Liz, que pasa te gusta Evan dice con una sonrisa pícara.
- Quién es Evan? Pregunto confundida.
- Vi, como vuestros ojos no se apartan el uno del otro. Dice para inmediatamente comenzar a reír.
- Bueno, yo... no se es guapo y sentí algo raro dentro de mi. Pero gustarme no se, ni si quiera lo conozco. Digo avergonzada.
- El sábado y el domingo son nuestros días libres así que estoy segura de que lo conocerás. Bueno siempre y cuando tengas un permiso de tus tutores.
- Entonces no creo que salga, mis tíos no sé si me dejaran la verdad, es que no si quiera los he visto nunca. Digo apenada.
- No te preocupes yo hablare con la directora. Dice mientras pasamos a la enfermería.
- Bueno no hay nada roto, solo es el golpe. Tendrás la zona morada e hinchada unos días. Tomate estos calmantes cada ocho horas. Dice la enfermera mientras me da un blister de pastillas.
Llegamos a la habitación, me miró en el espejo y mi cara es horrible. Con lo bien que había comenzado y encima veo a ese chico tan guapo y hago un ridículo espantoso. Que pensara de mi.
Me han dado libres las dos últimas clases así que voy a dormir un rato.
Más tarde vendrán las chicas y me acompañaran a cenar o por lo menos eso ha dicho Madison. Bueno "Madi" que me lo ha recalcado varias veces.
He ido a ducharme, no había nadie pero era como si tuviera la mirada de alguien clavada en mi. Un escalofrío ha recorrido mi cuerpo.
Nunca me han gustado las duchas, ojalá y pudiéramos tener duchas individuales. Pero para mí desgracia no es así.
Voy por el pasillo, hay varias chicas me miran por encima del hombro y cuchichean sobre mi.
Pronto empezamos digo para mi. Llegó a la habitación y las chicas me están esperando.
- Vaya cara, te sientes bien. Dice Cris preocupada.
- Si.. me despiste en gimnasia y la pelota me golpeó.
- Se despistó por Evan. Dice Madi con una sonrisa pícara.
- En serio Mister macizorro se fijó en ti? Dice Cris sorprendida.
- Bueno solo nos miramos digo tímidamente.
- Solo dice, se la comió con la mirada. Dice Madi.
- Que suerte hija, todas las chicas están locas por el, ni si quiera nos mira. Dice poniéndome una mueca.
No creo que sea para tanto, estamos en el comedor es la hora de la cena. Veo como las demás chicas me miran y me señalan. Eso me hace sentir incómoda.
- El sábado celebraremos tu cumple en el pueblo. Dice Madi sonriendo. Esta muchacha nunca deja de sonreír.
- Bueno no se, necesito conseguir un permiso para salir, además no dispongo de dinero. Así que creo que mejor me quedaré aquí. Digo cabizbaja.
- Nada, el dinero es lo de menos yo tengo de sobra dice Cris, lo pasaremos genial.
- Chicas, creo que todas me miran, no les caigo demasiado bien.
- No te preocupes seguro que en unos días cambian de opinión. Dice mi amiga la risueña.
Eso espero. Este internado me produce una sensación rara pero por otra parte llevo solo un día aquí y ya hice dos amigas.
He conseguido más en un día que en los últimos tres años...