Sábado 6 de la tarde, un día nublado en aquel barrio de mala muerte, los perros ladran, los motociclistas pasan como si estuvieran en una persecución, en una de las tantas casas que se encuentran en aquel barrio sale una jovencita muy apresurada, al parecer va tarde a su trabajo como casi todos los viernes, tratando de hacerle la parada al bus que la lleva a su destino, rasgos finos y uniforme de mesera, hablamos de Abril.
-Aun no eh comido nada, por Dios muero de hambre, hubiera comido en la cafetería de la universidad, pero, en fin, si no trabajara tranquilamente hubiera comido algo, pero tengo que trabajar para poder comer, y lo demás que sigue empezar a buscar un lugar para hacer mis practicas graduarme y bla bla. -La chica iba hablándose a si misma.
Abril bajo rápidamente del bus que la dejo frente al centro de convenciones, esta vez daría servicio a un evento político donde la gente mas fina de la ciudad era la invitada de honor. La joven pasaba disimuladamente entre la gente para que el jefe del grupo de meseros, el señor Berna no se diera cuenta que llego tarde.
-Perdón, perdón con permisito. -topaba con las personas por su caminar tan apresurado.
-No, aquí viene el jefe, me volteare disimuladamente para que no vea que eh llegada un poco tarde, aunque me tiene que comprender, mis demás compañeros pueden llegar temprano porque no estudian. - pensó.
La joven Sintió un escalofrió pues sentía acercar al señor Berna, le tocaron su hombro y volteo sorpresivamente.
-Oh eres tú Bianca creí que eras el señor Berna, casi me da un infarto.
-Tranquila Abril no te espantes jaja soy yo, ¿ahora por qué te demoraste? - Le pregunto con carcajadas su mejor amiga Bianca, una chica muy alivianada y simpática.
-Ya sabes, la escuela, estoy tratando de buscar algún lugar para hacer mis prácticas, pero no encuentro algún lugar ideal en donde pueda comenzar, la maestra Olivia quien también será mi tutora me aconsejo que pidiera informes en el corporativo MOREAUM, tiene contactos allí, pero creo que seria demasiado ese lugar para mí. – Abril le comento a Bianca y agarro una copa de la barra para simular que ya estaba trabajando, pues ahora si veía acercarse al señor Berna.
-Jovencitas que hacen aquí, hay demasiada gente sin servicio y siguen llegando más, no las quiero ver platicando, tu Bianca ve a la mesa del papá del gobernador y tu Abril ¿dónde te habías metido? Acomoda esas copas y sírvelas. - Le dijo en tono molesto y estresado el jefe de meseros.
-Si señor, es, es lo que hacíamos. - La chica se puso nerviosa.
-Bueno Abril te dejo o se molestara más el señor Berna ya sabes cómo es de enojón. - Le dijo Bianca.
Abril tomo la bandeja con las copas y mientras repartía a los comensales sentía una tensión muy incómoda, pues la mayoría de invitados eran ejecutivos, políticos y magnates de muy avanzada edad acompañados de mujeres jóvenes en ropa de diseñador muy sugerente. A excepción de un apuesto caballero que la miraba desde lejos, él se encontraba sin acompañante, en una mesa con otros ejecutivos de alto rango.
-Hola buenas tardes ¿Ya los atienden caballeros? -Abril llego con una sonrisa y sentido de amabilidad a la mesa de ese hombre, puso las copas en el centro de la mesa mientras las iba llenando de champagne.
-Muchas gracias que amable señorita. - Le dijo un anciano que estaba sentado en esa mesa.
-Por nada, si se les ofrece algo estaré por la barra me pueden hacer una señal, yo los atenderé. -La mesera se dio media vuelta.
Cada persona tomo su copa y entre su platica de negocios, Adam amigo de ese hombre sin acompañante interrumpió su platica para hablar sobre mujeres.
-Por lo que veo esta reunión no es tan aburrida como la última a donde fui, nada de bebidas nada mujeres, y las mujeres el día de hoy sobran, no se diga el champagne. - Comento Adam mientras le daba un sorbo a su copa
-Tienes razón Adam, eso es porque la primera vez, el evento fue publico ante la prensa, sabes muy bien que los políticos deben de quedar bien ante su pueblo, esta vez no hay prensa somos libres, si no, mi mujer me mata por verme con esta lindura. - dijo el ancianito de casi ochenta años que tenia a una dama de compañía sobre sus piernas.
-Todos estamos relajados y contentos, menos Alex, ¿qué pasa Alex? Esta vez no vienes acompañado, o ¿tu plan es agarrar a cualquier mesera del lugar? - en tono burlesco le pregunto Adam a su mejor amigo que estaba frente de el, Alex Moreau.
-Adam, de verdad tu único tema de conversación ¿son las mujeres? - Alex le respondió en un sentido irónico ante su postura burlona.
-Calmado Ingeniero, solo nos extrañó, siempre has tenido a tu lado a las mujeres más bellas, y esta vez vienes solo. - Adam borro la sonrisa del rostro. Se hizo un silencio en la mesa por la tensión de estos dos.
Alex comenzó a carcajearse y los caballeros de su mesa lo miraron como si estuviese loco.
-Viste tu cara - exclamo -amigo, Adam no te pongas pálido, es una broma. - siguió riéndose a carcajadas y Adam le hizo dueto.
-Carai hombre, creí que te habías enojado, estaba a punto de no conocerte. - dijo el amigo de Alex
-Muchachos creí que habría una trifulca me hubiese sorprendido ustedes son mejores amigos. -comento un tipo más que los acompañaba en su mesa.
-No, no lo conoces este hombre también me ha hecho bromas pesadas. - Dijo Alex sobre Adam.
-Honestamente si me la creí, y con eso de que cambiaste a raíz de la muerte de tu padre. - Adam bajo un poco la voz. - pero ya que no estamos bromeando, ¿por qué vienes solo?.
-Te seré sincero con respeto a las damas que los acompañan, las mujeres de prepago ya me tienen harto. - comento el joven empresario
-Amigo, no me digas que tienes otros gustos, porque de ser así, sabes que lo respeto. – dijo Adam con sarcasmo.
-No es eso, pero en realidad quiero salir de la monotonía, con ellas es siempre lo mismo, las contacto, me acompañan a donde quiero, las llevo a la cama se llevan mi dinero y no falta la loca que insiste en que tengamos algo más como un hijo o una relación sentimental, y no es lo que quiero.
-¿De verdad estas harto o ellas están hartas de ti?. -Adam insistía en dudar sobre Alex. - Alexito serás bueno en los negocios, pero malo con las damas"
-No tengo por qué mentir Adam, quiero algo diferente y no me refiero a que mis preferencias son otras, simplemente, no me retes se lo que puedo ofrecer y juro que cualquiera me diría que si a lo que yo pida. – Alex arrimo su asiento para adelante y bajo la voz . -Por ejemplo, ¿vieron a la mesera que nos está atendiendo?"
-No, no Alex, a la mesera, a la que nos está atendiendo. - comenzó Adam a burlarse en voz alta. -No me decepciones, ¿tan bajo caerías?, tú siempre estás en las mejores ligas.
-Ves a que me refiero a algo distinto, alguien que no se haga la idea de tener algo más conmigo y no me haga perder el tiempo.
-Muchacho, pero si esa niña se ve sin gracia, esta toda flaca, le falta altura. - le dijo el ancianito que manoseaba a la joven que estaba sentada en sus piernas.
-Bueno, no la encuentro tan peor como otras con las que habías salido antes, pero, que vas hacer, ella es una mesera no una dama de compañía. -le dijo Adam extrañado.
-Quiero que sean testigos de lo ocurrirá, me acercare a ella. - Alex asintió con seguridad
-¿Piensas seducirla?.
-Seducirla, no, eso me llevaría mucho tiempo, llevármela hoy a la cama, es más fácil. -miro fijamente a Adam. - Si una Dama de compañía con dinero son fáciles, más lo será una mesera.
-Alex, ella no se ve como las que están aquí, probamente se asuste y se dé la vuelta. – con seriedad le dijo Adam a su seguro amigo.
-Eso me atrae más, y es lo interesante que no se mira del montón, pero tengo la curiosidad de como seria estando a solas.
De lejos miraba Adam de arriba para abajo a la joven mesera que atendía a otras mesas, saco un cigarrillo y un encendedor.
-De verdad se ve tan plana, decente y sin gracia, ¿Sabes, Alex por que no hacemos una apuesta? - Adam reto a Alex mientras fumaba. -Si ella acepta irse a tu cama yo te daré una gran suma de dinero, pero si ella te ignora la apuesta estará a mi favor.
-Me parece bien. -Alex se levantó de su silla y con una actitud segura se dirigió a la barra donde estaba Abril.
Abril se encontraba limpiando su bandeja para acomodar degustaciones, sintió que alguien toco su hombro, dio la media vuelta y volteo hacia arriba, en frente se encontraba un hombre muy alto de cejas abundantes de mirada profunda.
-Hola, disculpa que te moleste. - Alex no encontraba la manera de llegar al grano de lo que quería.
-Hola ¿En qué le puedo servir, todo bien en su mesa? -le dijo con singular amabilidad la mesera.
-Eh si, solo que te vi desde lejos y quería saber cuál es tu nombre, siento que eres muy interesante y quizás saliendo de aquí pudiéramos platicar.
-Disculpe, pero nosotros los meseros tenemos la norma de no dar nuestro nombre a gente extraña, mire, si se le ofrece algo desde su lugar me puede hablar y yo lo atenderé con gusto. - Abril se sonrojo y bajo la mirada.
-Lo sé, pero no necesitamos que nos atiendas a todos, solo necesito que me atiendas a mí. -Alex se acercó un poco más a Abril, bajo la voz para hacerle la siguiente pregunta. -De casualidad ¿vienes con ellas?"
Abril levanto la cabeza y le contesto firmemente pues ya sabia a donde quería ir Alex con esa sugerente pregunta.
-No joven, yo no vengo con ellas, yo vengo a trabajar, soy mesera, este es mi trabajo no me cofunda. -Continuando lo que hacía se dio la media vuelta molesta.
-Bueno, creo que empecé mal, ¿Qué te parece cambiar tu oficio solo esta noche por esta cantidad? - el empresario saco una chequera y una pluma del bolso interior de su traje y anoto muchos ceros. - ¿qué podemos hacer hoy por esto?
- ¿Que está usted suponiendo?, ya le dije que no me cofunda, aléjese por favor o le diré a mi jefe, y si lo que está buscando es pasar la noche con una prostituta, aquí hay una plaga de esas, pero a mí me respeta. -Abril alzo la voz, tomo la bandeja para atender otra mesa con la excusa de alejarse del tipo irrespetuoso.
Alex volvió a su mesa con su cheque y pluma en la mano.
-Y bien campeón, ¿cómo te fue? -Adam le pregunto a su amigo.
-Se hizo la difícil, le propuse pagarle todo esto, y no quiso. - Alex mostro su cheque a Adam y ambos comenzaron a reír.
-Definitivamente acabas de perder, mi buen Alex, lo sabía, creo que alguien tiene hartas a las damas de toda clase social. - Adam sínicamente extendía la mano. - Ese cheque es mío.
-Está bien esta vez ganaste, lo acepto, aun no quiero cerrar la apuesta, tratare de que me acepte y si la llevo a mi cama tú me darás el doble de lo que te di. -Alex, lo volvió a retar para no quedarse en vergüenza.
-Me parece perfecto te daré plazo de un mes, mejor, no ser tan malo, toma el año entero. -Finalizo Adam.
El reloj marcaba la hora de salida, el punto de reunión de los meseros es en la cocina entre todos unen sus propinas más su salario normal y recibir sus pagos, todos los invitados se fueron, Alex aun sin darse por vencido por mero capricho vio que un mesero se dirigía a la cocina y lo siguió, él se asomaba de afuera hacia dentro de la cocina para ver a la mesera que lo rechazo, los meseros iban saliendo uno por uno.
-Oye, tu, como se llama tu compañera. - Alex tomo del hombro a un joven mesero.
-Disculpe no le puedo dar su nombre sin su autorización. - El joven se negó.
-Y si te doy esto. -saco de su cartera un billete.
-Bueno, está bien pero no le diga que yo le dije, se llama Abril.
-Abril. -Volvió a sacar su chequera poniendo en blanco la cantidad, lo firmo y le puso nombre. -Hazme el favor de darle esto y dile que me encanto... su servicio.
Minutos después el joven mesero siguió a su compañera para darle su cheque en blanco, Abril noto que el cheque se lo firmo Alex Moreau y al reverso su número telefónico.