Electus I
img img Electus I img Capítulo 5 El origen de todo
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Capítulo 6 Llegó el momento img
Capítulo 7 Una historia del pasado img
Capítulo 8 Vuela o muere img
Capítulo 9 Cada 3000 años img
Capítulo 10 La bendición del ángel img
Capítulo 11 Marissa img
Capítulo 12 La Gran Batalla img
Capítulo 13 El hogar de las Seeles img
Capítulo 14 Tamati img
Capítulo 15 Dos Reinas img
Capítulo 16 Encantamiento img
Capítulo 17 El regreso de la reina img
Capítulo 18 Una gran actuación img
Capítulo 19 Arpía img
Capítulo 20 Príncipe encantado img
Capítulo 21 Desde la Somba img
Capítulo 22 Planes img
Capítulo 23 La reina ha muerto img
Capítulo 24 Coronación img
Capítulo 25 Un precipicio, una prueba y una visita inesperada img
Capítulo 26 Un visitante img
Capítulo 27 Importante decisión img
Capítulo 28 Revelación img
Capítulo 29 Aclaraciones img
Capítulo 30 De elegida a guerrera img
Capítulo 31 Epílogo img
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Capítulo 5 El origen de todo

Habían pasado tres días y Mia aún se encontraba en trance a causa de toda la energía que estaba recibiendo tras la muerte de su madre.

Su padre no se había movido de su lado ni un segundo, estaba atento, cuidándola hasta de su propio fuego, que al igual que sus otros nuevos poderes aparecían por momentos arrasando todo a su paso. La mente de Mia se encontraba en otro mundo, uno desconocido para él y del que poseía pocas respuestas.

Neahm también estaba allí ansiosa, a la espera de que la chica despertara, el tiempo que esta tardará en reaccionar era la medida del poder que estaba heredando de sus ancestros. No todos los Regium obtienen en su totalidad el poder de sus antepasados, solo obtienen el que estos desean otorgarles.

Estaba segura de que hasta ahora nunca nadie había estado durante tanto tiempo en aquel trance y eso la asustaba porque por alguna razón los espíritus le estaban dando a Mia el poder para enfrentarse a lo que sea que el destino le tuviera preparado.

Los días fueron pasando lentamente, ellos dos siempre se mantuvieron en la habitación, alternándose para vigilar que todo estuviera bien. Solo Selafiel entraba y salía para llevarles comida a ambos y ver si había algún progreso en Mia.

⊱✿⊰

Raziel ya empezaba a desesperarse y el pánico se estaba haciendo presente, el miedo a que nunca abriera los ojos, lo torturaba constantemente. Una semana y nada, aún su pequeña no despertaba, él tenía que hacer algo. Pasó horas repasando su conocimiento sobre las especies que tenían el poder suficiente para despertar a seres como Mia que se encontraban en algún tipo de trance mágico, leyó y buscó leyendas que le ayudaran a traer a su hija de regreso, pero nada de lo que encontraba le servía.

Neahm podía sentir el poder de Mia crecer cada vez más, la conexión que ellas tenían la dejaba sentir el miedo que tenía la chica al no entender lo que sucedía con su mente y su cuerpo. Durante todos esos días ella se había dedicado a leer libros para buscar una respuesta del porque la chica estaba aún sin volver a la realidad. Pero del mismo modo en que pasaban los días, pasaban los libros por sus manos y aún no tenía una respuesta para todas esas incógnitas que albergan su mente.

Estaba por darse por vencida cuando tomó en sus manos el último libro que había traído consigo de la biblioteca de aquel lugar. Pero con un simple toque una corriente electrizante corrió desde su mano por todo su cuerpo. Le fue imposible esconder una sonrisa porque aquello significaba que el libro la había reconocido por tanto era de su reino.

Rápidamente lo abrió y comenzó a leer, pero sus esperanzas fueron desapareciendo a medida que leía y aun así no encontraba lo que buscaba. Dejo ir un leve suspiro y pasó la página, con mucha lentitud leía cada palabra, le ardían los ojos pero le daba igual, para ella Mia era parte de su familia y sería capaz de dar su vida por ella.

-Raziel mira esto -Se levantó y caminó hasta donde se encontraba sentada con un imponente libro frente a ella. Miró donde mostraba su mano pero no, no vio nada, solo veía imágenes de ángeles que para él no tenían ningún significado

-No entiendo nada, porque me enseñas una foto de -leyó el pie de la foto -Selafiel y su primer amante, es que acaso te gustan ahora los chismes Neahm -La miró arqueando una ceja.

-Eso no es lo que yo veo, estas de broma cierto -él negó con la cabeza y su rostro se veía confundido por no entender nada -. Estos libros son de historia, cada uno es sobre la historia de cada reino del submundo y este en específico es de Ganondorf.

-Cómo es eso posible -Tomó el libro en sus manos y lo ojeó pero solo era capaz de ver un montón de garabatos relacionados con mitos y leyendas de los ángeles caídos -yo no veo lo mismo que tú -Neahm cogió el libro de regreso

-Bueno pues escucha esto -se aclaró la garganta -cuando el rey Mort liberó a Ganondorf de los demonios y del rey oscuro, los envió con ayuda de Fairud Bolek a lo más profundo del inframundo -Ambos se miraron, nunca nadie había oído aquella historia y su madre no se la había contado -. El rey apenas tenía fuerzas para reparar lo que quedaba de su reino por ello con ayuda de la magia de los líderes de todos los clanes, la banshee unió la magia del rey con la vida del reino, asegurando muchos años más de vida para todos los habitantes y sus futuras generaciones.

-No entiendo nada, que tiene que ver esto con Mia

-Calla, déjame terminar -Dejó ir un suspiro y continúo leyendo -El rey oscuro furioso no solo por su derrocamiento sino por la solución tan inteligente que encontró el rey lanzó una maldición a los regium del reino. Mort para fortalecer aún más su magia utilizó sus últimas fuerzas para cambiar el orden de la naturaleza. Cada vez que un rey muriera su espíritu se ligaría a la magia del heredero y al reino así asegurarían por más tiempo la seguridad de todo su pueblo. Tras la muerte del rey, la princesa Salúa se convirtió en reina y con ella mantuvo los secretos de su padre, pasando de generación en generación y quedando en el olvido la maldición del rey oscuro. De la que desde entonces nadie sabe nada.

-¿De qué maldición habla? Jamás he oído algo igual. ¿Cómo es posible que esto esté aquí? Los ángeles no podemos entrar a vuestro reino a menos que seamos convocados.

-No lo sé Raziel, pero por algún motivo alguien no desea que esto se sepa, fue muy inteligente esconder esto con ustedes

-¿Qué más dice?

-Ahí acaba, creo que quién lo escribió nunca lo terminó deja una marca al final de cada capítulo y éste es el único que no la tiene

-Yo no puedo ver la marca, así que muéstramela -ella tocó su mano y puso en su mente la imagen de un sello plateado con dos alas una blanca y otra negra alrededor habían marcas extrañas que sabía que estaban en el idioma de otro lugar del submundo, pero de cuál era desconocido para ella -alejó su mano y miro el rostro de Raziel estaba tan confundido como ella.

-Jamás he visto algo igual, pero las alas de Mia se volvieron blancas y negras cuando ocurrió todo -Ambos se miraron y el temor estaba presente, cosas malas se aproximaban tan rápido que no les daba tiempo analizarlas.

-Debemos prepárala, Mia debe aprender a luchar, a defenderse, presiento que la respuesta a todo esto está en ella. Puedo sentir como mi madre trata de comunicarse conmigo y si estoy en lo correcto en cualquier momento llegará un mensajero.

-Algo raro está sucediendo y no me gusta nada

-Ni a mí -ambos miraron a Mia, su cabellera roja caía sobre su rostro, se veía tan en calma, tan relajada por un momento su padre agradeció que ella estuviera ajena a todo lo que sucedía, aún no sabía cómo le contaría toda la verdad sobre su madre, para él hablar de aquel tema era algo sensible y delicado.

Se acercó a la cama, se sentó en una esquina y con una mano le hizo caricias en el cabello a su niña, para él seguía siendo su pequeña y tenía miedo por lo que le esperaba, se sintió culpable porque una parte de todo lo que ella vivía era culpa de él y de su madre. Alejó esos pensamientos, no podía pensar así, gracias a los acontecimientos de su pasado había obtenido lo que ningún otro ángel había conseguido en millones de años, su propio hijo, de su propia sangre.

De repente sintió como la cabeza de su hija se movió, rápidamente la miró y esa sonrisa cegadora tan característica de él iluminó la habitación, al fin, pensó.

Mia había despertado, la chica abrió los ojos, asustada, así se encontraba. La ayudó a sentarse, se veía mareada y cómo sino entendiera nada a su alrededor.

Ella lo miró y al ver un rostro conocido y de alguien a quien tanto amaba, sonrió. Solo eso bastó para que el supiera que a pesar de todo el tiempo que estuvo inconsciente, a pesar de que su mente viajó por otros mundos, su Mia aún estaba ahí, sana y salva. Él se aseguraría de que así continuara al menos por un buen tiempo.

                         

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