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-¿No vamos a hablar del baile que le acabas de montar al guapo musculoso que estaba en el sofá? - se hizo notar Teressa.
-Ese hombre hizo que me moje con solo mirarlo - susurro para ambos - y lo siento pero lo quiero en mi cama esta noche.
Levanto la mano hacia la barra y cuando el bartender me observa le hago una seña para que traiga otra ronda de los mismos tragos.
-Y yo quiero al que tiene a los lados - dice Santi mirando hacia allí descaradamente y sonriendo.
-¿Estás coqueteando? - pregunta Tess.
-No lo hago.
-¡Claro que lo haces! - chillo.
-Bueno, tal vez solo un poco - se rinde - pero es que está hermoso.
Volteo hacia los hombres con disimulo y miro al chico que mi amigo tiene en la mira.
Ojos azules, rapado, con buena musculatura y ropa apretada, lo bastante como para saber que entre su pantalones hay algo que a mi amigo le puede gustar o asustar.
-¿Le das o recibes? - escucho a mi amiga preguntarle.
Sin embargo, mis oídos dejan de captar la música o la plática. Mis ojos vuelven a caer en el hermoso hombre de cabello oscuro que me atrapa con la tempestad que carga en los ojos.
Él hombre toma su vaso y lo lleva a sus labios dando un trago sin despegar sus ojos de los míos, mi entrepierna palpita y el que pase tan lentamente su lengua por sus labios quitando los residuos del alcohol provoca que mis pechos se noten ansiosos.
-Sus bebidas - llega el bartender.
Un cóctel extra queda en nuestra mesa mientras el chico se alista para irse.
-Disculpa - lo detiene Santi - el cóctel no lo pedimos.
-Es un orgasmo, se lo envía el caballero del apartado tres en el sillón - y se va.
Los tres observamos el sillón y el chico rapado levanta su trago hacia mi amigo, Santi sonrojado toma el cóctel y le responde.
-Más te vale que lo lleves a tu casa esta noche, ese hombre te grita sexo hasta con la bebida - dice sin aliento mi amiga - y a tu casa, porque el depa lo voy a usar yo.
-Dios, ¿le envío un trago también? - pregunta él - ¿O me acerco?.
-Acércate - digo.
-El trago - contradice Tess.
Ambas nos miramos y reímos.
-Puedes hacer lo que te parezca más cómodo, pero debes interactuar con él en menos de diez minutos o pensará que no le interesas - digo robando su cereza de la copa.
-Y dile que no te gustan las cerezas - dice Tess quitándome la mitad.
-¿Cómo están pasándola? - pregunta Matt llegando a la mesa y sentándose junto a Tess.
-Bastante bien, gracias por dejarnos venir con Teressa - digo siendo amable.
Mi amiga me sonríe y el pide un trago antes de pasar su brazo por el respaldo de la silla de Tess.
-Es un placer, cuando nos conocimos habló sobre ustedes y me pareció un honor conocerlos.
Miro a Santiago y este me observa de la misma manera. No hablamos de los otros con alguien de una sola noche.
-¿Te habló de nosotros? - le pica mi amigo sonriendo con maldad a Tess - vaya que el honor es nuestro.
-¿Por qué lo dices? - curiosea el chico.
-Te sorprenderías si lo supieras - susurra.
-¿Perdona? no te escuché bien.
Santi abre la boca para hablar pero el chico de las bebidas interrumpe.
-Señor - le dice a Matthew dándole un vaso con brandy y dejando la botella en la mesa.
¿Señor? Pero si parece de mi edad.
-Hey amigo - llama Santi - ¿puedes prestarme un boli?
El chico busca en su pantalón y le entrega el boli a Santi, este toma una servilleta y escribe rápidamente en él, lo dobla y se lo da.
-Dáselo al rapadito bonito del sillón en el apartado tres - dice casi sin aliento - y trae otra ronda de tragos.
-Si señor.
El chico se va y yo chillo junto a mi amiga.
-¡Le diste tu número! - acuso riendo.
-Santi tendrá sexo esta noche - canturrea Tess.
Matt aprovecha y se acerca a nuestra amiga y le susurra algo al oído logrando que se muerda el labio.
Doy mis tangas más caras a que le dijo que no sería la única que tendrá sexo esta noche.
-Ya vuelvo, voy al sanitario - digo y me pongo de pie a la vez que Baby Boy de Beyoncé comienza a sonar.
Salgo del VIP por detrás del bar y me desvío de mi destino. Sentí su mirada al ponerme de pie y se que me seguía a una distancia prudente. La música sigue escuchándose y el cartel de "fuera de servicio" no impide que entre al apartado que deja ver una sala de estar con vista al resto de la discoteca.
Observo todo y se que nadie puede verme, todos están concentrados en lo suyo como para mirar hacia arriba perdiendo su tiempo.
-Existe una leyenda - su voz hace que mi piel se erice y su acento marcado logra que mis pezones se endurezcan - donde Kama era considerado la versión hindú de Eros, el dios de la atracción sexual, el amor, la procreación y el sexo.
Sus pasos acercándose logran que mi respiración se vuelva errática.
-Se dice que cuando Kama estaba a días de casarse con Rati, la diosa de la pasión y la lujuria, él vio a una criatura tan hermosa que lo hipnotizó con sus ojos hermosamente anormales y la figura digna de una diosa - Su aliento rozó mi nuca, logrando que suelte un suspiro y que coloque mi mano en el cristal para sostenerme - Kama se sintió atraído a tal nivel de acercarse a tal bestia hermosa solo para citarla.
Huele a cuero, madera y algún tipo de licor fuerte pero exquisito.
Estimulante, oscuro y atractivo.
-¿Qué pasó luego? - pregunté en un hilo de voz.
-Kama y la bella criatura se encontraron y a escondidas consumaron ese anhelo sexual que tenían desde que se vieron - su mano acarició mi brazo y mi entrepierna humedeció mi panti. Un beso en mi hombro me hizo jadear.
-El día de la boda Kama citó a la hermosa criatura para un último encuentro, pero ella no se presentó - me di la vuelta y lo observé.
Dios santo y bendito, no sabes cuanto te rezaré de hoy en adelante.
Era el hombre más hermoso que había visto en mi vida.