Invasión: Sangre y Guerra Libro I
img img Invasión: Sangre y Guerra Libro I img Capítulo 5 Mejor nunca significa para todos II
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Capítulo 6 Mejor nunca significa para todos III img
Capítulo 7 Ratonera img
Capítulo 8 Ratonera II img
Capítulo 9 Ratonera III img
Capítulo 10 La vida en la noche img
Capítulo 11 La vida en la noche II img
Capítulo 12 La vida en la noche III img
Capítulo 13 Una serie de eventos desafortunados img
Capítulo 14 Una serie de eventos desafortunados II img
Capítulo 15 Escalera en espiral img
Capítulo 16 Escalera en espiral II img
Capítulo 17 Escalera en espiral III img
Capítulo 18 Escalera en espiral IV img
Capítulo 19 Enterrando el pasado img
Capítulo 20 Enterrando el pasado II img
Capítulo 21 C'est la vie img
Capítulo 22 C'est la vie II img
Capítulo 23 C'est la vie III img
Capítulo 24 Retorno img
Capítulo 25 Retorno II img
Capítulo 26 Retorno III img
Capítulo 27 Mirando el abismo img
Capítulo 28 Mirando el abismo II img
Capítulo 29 Mejor que ellos img
Capítulo 30 Mejor que ellos II img
Capítulo 31 Un día más un nuevo plan img
Capítulo 32 Un día más un nuevo plan img
Capítulo 33 Alma oscura img
Capítulo 34 Alma oscura II img
Capítulo 35 Herida Abierta img
Capítulo 36 No sabe cuánto tiempo ha pasado II img
Capítulo 37 Epílogo: Toda maldad nace en el corazón humano img
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Capítulo 5 Mejor nunca significa para todos II

-Está bien, Catarina. Desde hoy y en efecto inmediato has sido promovida, ya no perteneces a rescate y primeros auxilios, estarás en combate en mi unidad. Lo que hiciste ayer fue imprudente, riesgoso y

desobedeciste una orden... Sin embargo, también fue valiente. Salvaste la vida de la niña y la mía. Con el adecuado entrenamiento podrás llegar muy lejos.

"¿Que?".

»Voy a cerrar esta bóveda -continúa-, así que sube y alístate para salir. Tendrás a un pupilo a tu mando, te encargarás de instruirlo y hacer que cumpla con el manual de la resistencia para no ponernos en riesgo. De ahora en adelante tendrás más responsabilidades, pero también mayor participación. Aumentarás el número de horas de entrenamiento con Owen, eres buena con la espada. Ahora sube, ya te alcanzo -se gira dándole la espalda en señal de que ha terminado de hablar.

La joven se limita a asentir para dar a entender que escuchó y comprendió lo que el hombre dijo, aunque aún le cuesta creer que es cierto. Dando la vuelta camina hasta las escaleras sin dejar de pensar que ahora pertenece a la unidad de combate. A Thomas le hubiese encantado. Siente un nudo formarse en la garganta ante el pensamiento de su amigo, Es inevitable, cualquier cosa siempre lo llevará a él. Respira hondo y comienza a subir. Escucha el clic de todas las luces apagarse abajo y también escucha los gritos de súplica del Convertido.

En la bóveda, el hombre amarrado en la silla se retuerce con violencia sin importarle que la plata queme su piel.

- ¡No me dejes aquí! ¡No te atrevas a dejarme encerrado! ¡Te mataré maldito! -grita con desesperación al ver que el hombre con el parche se dispone a marcharse.

~****~

El salón huele a avena caliente. El estómago hambriento de Catarina no aguanta más y ruge sonoramente en protesta. Se acerca a la hilera del comedor y sin mucho afán, pero definitivamente hambrienta, agarra un buen tazón de avena caliente con dos panes recién horneados. Se sienta en una mesa en el rincón más apartado. El lugar favorito de Thomas. Tiene una amplia vista de todo el panorama y por tanto se puede ver a la perfección lo que los demás hacen: con quiénes hablan, con quiénes se juntan y quiénes definitivamente están muy juntos.

Mientras devora la avena sin mesura, permite que los pensamientos de lo recién ocurrido invadan su mente. Combate, está en la división de combate con Jenkins. Thomas y ella muchas veces hablaban hasta tarde de lo emocionante que debía ser. Hacían apuesta de quién mataría más Convertidos o quien decapitara más Originales. Ella tendría la oportunidad, pero él no está para compartirla. Él jamás estará allí.

-Disculpa... -Una voz ya familiar saca a Catarina de sus pensamientos.

Levanta la vista y se encuentra con los enormes ojos de Amy. -¿Puedo sentarme a tu lado? -pregunta la chica, sosteniendo en las manos su propia ración de comida.

Está muy tentada a decir que no, pero con la boca llena de pan asiente. Amy coloca su tazón de avena junto al suyo y se sienta. Trata de enfocarse en comer, pero puede sentir su mirada puesta en ella, haciéndola sentir incómoda.

-¿Y bien? ¿Qué era lo que quería el jefe? -dispara al fin. Catarina hace un esfuerzo para no ahogarse con la avena ante la pregunta inesperada. ¿Por qué esa chica insistía en hablarle? ¿Será por lastima? Si es así estaba empezando a molestarse mucho. No es buena para relacionarme con la gente. Con Thomas era suficiente, nunca había necesitado estar rodeada de nadie más, con él tenía todo lo que necesitaba. Pero su amigo no era así, disfrutaba de la compañía grupal. Ella era consciente de que tenía otras amistades, pero ella era especial. -Estoy en la unidad de combate ahora -le contesta con algo de sequedad, la amabilidad no es su fuerte-. Owen me entrenará un poco más en el uso de arma blanca.

-¡Eso es fantástico! Nos viene bien alguien valiente como tú -dice la chica haciéndole un guiño.

Amy puede notar que después de mucho esfuerzo ha logrado sacar una sonrisa del rostro de Catarina y eso lo considera una victoria. Sabe lo mucho que los dos se querían, no porque alguna vez hubiese hablado con ella, sino por Thomas, con quien compartió algunos momentos. Es consciente de que no puede reemplazarlo, pero le daría a alguien con quien hablar, la soledad no es buena compañera.

-¿Ya te dieron a tu pupilo? -pregunta Amy.

"Vaya con que es algo general y yo sintiéndome especial". -No aún no. ¿Tienes uno?

-Sí, de los nuevos, se llama Gary, tiene más o menos mi edad. Traste y nervioso, me llevará un tiempo ponerlo en forma -responde Amy recostándose en la silla.

La mayoría de las personas rescatadas han pasado huyendo y escondiéndose desde el inicio de todo. Nunca han estado en combate, nunca han agarrado un arma. Controlar el miedo es la parte más difícil. Cada vez que un nuevo pelotón se une a cualquier resistencia, no importa la ciudad, se clasifican según sus habilidades: conocimientos médicos y químicos, conocimientos de armas, alguna habilidad en combate. Claro que también llegan personas con otro tipo de conocimientos. En misiones pasadas casi todos los rescatados eran personas mayores de cincuenta. Personalmente

Catarina se sorprendió de encontrar algunos de ellos con vida. Esas personas aportan un recurso muy valioso: la historia. El hecho de que el mundo haya cambiado no es excusa para no conocer su pasado. Así que en todas las sedes de la resistencia se da clases de historia a los más jóvenes. Junto con otras áreas en el caso de que no sepan leer, escribir, sumar y restar.

Cuando fue encontrada tenía diez años, no fue una alumna ejemplar en el colegio, pero después de lo de sus padres, se propuso aprender tanto como pudiese, si eso le ayudaba a sobrevivir y recordar el mundo en el que vivieron, un mundo lleno de luz y vida, un mundo en el que estaba completa.

-¿Catarina? -una voz la llama detrás de la mesa.

Voltea y ve a Ruth de pie, nota que Amy la mira con los ojos cargados de admiración.

-Es Cat -responde la chica.

-Como sea -dice la mujer con un dejo de fastidio en la voz-, ella es tu pupila, será tu responsabilidad de ahora en adelante. Tienen menos de dos horas para alistarse, vamos a salir pronto.

Una vez que termina de dar el mensaje y entregar a la niña, Ruth da media vuelta y desaparece en el gentío. Cat mira a su nueva pupila y el estómago le da un vuelco. Con una mirada tímida se encuentra la niña de cabello rizado que Thomas intentaba salvar. Solo puede pensar, "demasiado joven".

-Hola, ¿cómo te llamas pequeña? -le pregunta en el tono más amable que puede fingir.

-Fuiste quien me salvó ayer.

Otra vez el nudo en el estómago y una voz traicionera en la cabeza que grita con tristeza, "intentaba salvar a Thomas".

-Sí, ella fue -contesta Amy por ella al notar el incómodo silencio-, ahora se encargará de que aprendas todo lo necesario para sobrevivir, tienes que ser muy valiente ¿cómo es tu nombre?

-Ellen -contesta la niña con un poco más de seguridad. -Muy bien, Ellen.

Jenkins sabe que cada segundo de luz cuenta. Tiene que ser muy cuidadosos en lo que piensa llevar a cabo, mover tanta gente de un solo golpe, nunca es tarea fácil. Mira la hora en el enorme reloj que cuelga sobre la pared del fondo del gran salón y decide que ya es momento. Se pone en pie y habla.

-Su atención por favor... -Su voz silencia el lugar y hace que todas las miradas apunten a su figura. Lleva puesta otra ropa, a su lado como siempre, Owen y Alex-. Los camiones ya están cargados. El personal que viajará en ellos son los encargados de salud y cocina junto con los menores. Una vez que el vehículo haya realizado el primer viaje a salvo y no encontremos ningún inconveniente, recogerá en el camino a un segundo grupo. Pero lo más probable es que la mayoría realicemos el trayecto a pie. -Hace una pausa, el silencio es absoluto-. No será fácil. Sé que aún estamos sintiendo la muerte de nuestros compañeros en la última misión: Lizzie, Rheena, Javier, David, Lona, Thomas, Francis y Daniel. Todos murieron luchando por la misma razón: un mundo libre, un mundo sin invasores, sin Vampiros. Un mundo mejor, pero mejor nunca significa mejor para todos. Hay muchos que no lograrán ver ese futuro, pero eso no significa que dejaremos de luchar. Tienen treinta minutos ¡Alístense!

                         

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