Capítulo 5 ¿La estoy obligando ¡Yo sí, y qué!

Me levanto a las 7AM para iniciar mi jornada...

¿Tenía deseos de despertarme?

¡Por supuesto que no!

Me gusta ser el jodido holgazán que es despertado a las 12AM con el desayuno en la cama. Sin embargo, tengo un nuevo propósito, convertirme en un hombre nuevo.

No solo ser el CEO multimillonario porque su padre le heredó la fortuna, que todos hablen de lo capacitado que tengo para llevar las riendas de mi negocio...

Me arreglo para ir a la oficina. Hoy es el puto día de la pérdida oficial de mi firma en Brasil...

Por lo que al parecer, ser un hombre exitoso, será pospuesto.

Llamo a Adán, necesito que me lleve a la oficina... Tengo dinero que perder...

-Buen día, señor Lucio, ¿va a desayunar hoy?-Me aborda con su habitual cara de santurrona Emy, mi ama de llaves.

-Buenos días, Emy. -, sí, hoy tendré un mal día, me gustarían unos waffles. -, gracias. -Le comunico sin sonreír. No he amanecido lo suficiente agradable para tener una conversación larga con ella.

-¿No le parece que es demasiado dulce?-Me inquiere y levanta una ceja con gesto indescifrable.

¿Por qué tiene que ser tan igualada?

¡Joder!

Emy es una mujer de aproximadamente 35 años, está soltera... Y no es demasiado difícil de mirar...

Ni sería un sacrificio follar con ella.

Pero... Su carácter es un asco. Es impertinente y chismosa como ninguna... Y una mensajera personal de Kiara, mi madre...

Por lo que siempre he pasado de sus servicios adicionales. A pesar de haberle escuchado anteriormente hablar con una de sus compañeras respecto a mi cuerpo, y el color de mis ojos...

En una ocasión, Lilian, la mujer que se encarga de hacerle los encargos a Emi, manifestó que yo tenía un buen paquete...

Estuve a punto de ofrecerme darle una probada... Pero me contuve, a pesar de que Lilian si está buenísima, y es mucho más joven...

Tengo debilidad por las jovencitas... ¡A mis 29!

Pero Maryam... Es mi puto norte.

Después de desayunar los waffles que tuve que volver a pedir a la fregona de Emi, me observo un par de veces en el espejo, y me aproximo al garaje, ya es bastante tarde... Pero creo que nadie querría llegar temprano si va a pagar. Es del asco.

-Buen día, ¿está todo bien hoy?-Me pregunta Adán y abre la puerta trasera de mi Bugatti Veyron.

-Perfectamente, Adán. -, ¿podemos ir nuevamente al Bronx antes de llevarme al trabajo?, por favor. -Le ordeno con amabilidad.

-Sí... Pero es un poco peligroso merodear a esta hora por ahí... -, ya hemos comentado que no es un sitio seguro... -, ¿no le parece más factible ir en la tarde?-Me interroga Adán con expresión avergonzada.

-Por supuesto que no. -, iremos ahora mismo, y ya estamos demorando demasiado, arranca, Adán. -Le digo ofuscado, detesto que las personas no sepan seguir órdenes.

Adán y yo nos dirigimos nuevamente al Bronx, siento una especie de ventarrón en el pecho...

Si mis cálculos no fallan, veré a Maryam.

Entramos por los vecindarios, y nos encaminamos justo al espacio donde sabemos que vive mi amada pesadilla...

¡Y ahí está!

Caminando para tomar el bus.

Le hago una seña a Adán, indicándole que le invite a venir con nosotros... ¡Y si se niega, que la traiga igual!

Adán levanta los hombros con fatiga, pero se mueve hasta el rumbo que va tomando Maryam.

Veo desde el auto como forcejea con ella para traerle junto a mí...

Hasta que susurra algo en su oído y Maryam deja de querer separarse de él, ¿se puede ser más habilidoso?

-Hola, feliz día Mary. -Le saludo con socarronería apenas se sube a regañadientes al auto.

Adán se encuentra afuera, en la puerta. Esperando alguna orden.

-Sube Adán, vamos a la empresa. -Suelto con gracia, los ojos de Maryam me están fulminando.

-¡¡¡¿Qué cree usted que hace, Lucio?!!!?-, no quiero ir a ninguna parte, es un cabronazo y un delincuente, ¿cómo se atreve a obligarme a subir a su cochino carro con ese mono que trae como guardaespaldas?-Grita Maryam y sus manos no dejan de sostener el asiento delantero, incluso actuando como una maniática se ve completamente hermosa...

-No pasa nada, señorita Maryam. -, solo me gustaría tener una conversación a solas con usted... -, y que cambie un poco su actitud conmigo, ¿sabe que soy su jefe, no?-, podríamos llevarnos muy bien, si usted coopera conmigo, créame que mis intenciones no son malas. -Le digo con tranquilidad, me acerco a ella cada vez más y sus ojos siguen siendo ávidos, sin embargo, se suavizan a medida que termino de hablarle, y toman un brillo que no logro identificar.

-No tenemos nada en común, usted no querría más que cogerme, y aunque seas un hombre malditamente atractivo, no estoy dispuesta a convertirme en su nueva adquisición de fin de semana. -, tengo otros planes, y muchos compromisos. -Enuncia Maryam y alza su cabeza con elegancia, dejándome una mejor visión de sus tetas...

¡Dios mío!

Esta mujer va a matarme de un infarto...

Siempre la he idealizado como una santa... Su rostro angelical, la delicadeza con la que se pasea por el área contable con esos ceñidos y exquisitos pantalones de vestir negros... Y esas sugerentes blusas de lino que dejan ver la sombra de su brasier, ajustado a su hermosa espalda morena...

¡Necesito estar dentro de ella!

Escucharla decir palabrotas, y manifestar que le parezco atractivo... Resulta como un agasajo para mi paladar...

Después de todo, no le soy tan indiferente a Maryam...

¿Eso es un avance, no?

-Te juro que mis intenciones no serán solo follar contigo, Maryam. -, aunque sin duda alguna, esa estaría entre mis prioridades, todos los días. -Espeto con acritud y toco su mandíbula con la yema de mis dedos, Maryam no me baja la mirada y nos quedamos alrededor de 5 segundos mirándonos mutuamente...

La química está ahí. Lo demás es historia...

Por primera vez, no estoy mintiendo.

-No puedo permitir que usted me siga acosando. -, es un delito, Lucio. -, conoces un montón de mujeres con grandes tetas que puedes convertir en tu diversión de fin de semana, no necesariamente tengo que ser yo la idiota...

Pero ahí está el dilema, otra vez... Maryam no es sólo una mujer de buenas tetas, es mi anhelo más grande. Y la voy a conquistar.