Capítulo 4 Entrevista

Entrevista

- ¿Esta lista para la entrevista? -escribió.

De que me estaba hablando... ¿entrevista? Tenía muchas dudas en aquel momento y estas disiparon un poco el miedo...

- ¿Cuál entrevista? -respondí.

-La que me hará... así es el pacto.

- ¿Pacto?

-Sí, usted me invoco.

Nunca haría algo así-pensaba-, ¿Quién en su sano juicio invocaría al diablo?

-Yo no lo invoque.

-No, pero en su mente si y aquí estoy para contestar sus preguntas a cambio contestara las mías.

Todo esto me sonaba muy familiar, pensé por un momento y recordé aquel video... ¡Sí! Era exactamente igual... y la imagen...

- ¿Cuál será su primera pregunta?

No sabía que preguntar, es que aun ni siquiera podía asimilar este hablando con el... tenía muchas cosas en mi cabeza, pero al mismo tiempo ninguna...

-No sé... -Fue la respuesta más sincera que pude dar en aquel momento.

-Bueno, entonces comenzare yo...

Me parecía bien, aunque... que podría preguntarme, que será aquello que le causaría intriga a un ser como él.

- ¿Cuál será? -Estaba expectante.

- ¿Cómo se siente?

– ¿A qué se refiere?

- ¿Cómo se siente tener miedo?

- ¿Miedo?

-Sí...

Esto le causa intriga-Pensé-, No sabría cómo describirlo... ¿Por qué pregunta eso?

-Es que yo, no puedo sentir miedo... cuando fui creado, el miedo fue suprimido en mi ser, solo conozco el amor y la tristeza.

Quede sorprendida, aunque fuera algo tonto, tenía mucha lógica, algo tan cotidiano para nosotros era completamente incomprensible para él, es como si un ciego de nacimiento preguntase por como son los colores...

Intente ser lo más objetiva posible para poder responderle.

-El miedo es como un obstáculo... que a veces nos impide hacer ciertas cosas o tomar decisiones en algunos momentos por no obtener resultados buenos para nosotros, por ejemplo, sentir miedo a las alturas porque podemos caer y morir...

-Entiendo... muchas gracias.

Sentí que mi respuesta había sido muy satisfactoria para él, y ya tenía algunas ideas para preguntarle, a estas alturas el miedo que sentía se había transformado en intriga.

- ¿Qué edad tienes?

-El tiempo para nosotros es relativo, no existe, su precepción está basada en pasado, presente y futuro.

-Pero ¿Tienes un día en el que naciste?

-No un día, sino un momento, un instante como aquella luz emitida, un destello en el universo.

- Y ¿tienes un momento final?

-No.

-Entonces ¿Eres inmortal?

-No...

-No entiendo, dices que no tienes un momento final, pero tampoco eres inmortal, ¡te contradices! -Comenzaba a frustrarme por no comprender todo ello.

-Mi existencia no se basa en un estado físico o temporal, puedo existir hasta que su voluntad así lo desee.

-Cuando dices "su voluntad" ¿se refiere a Dios?

-A quien llaman Dios, si, el me creo y también puede destruirme.

-Y ¿Por qué no lo ha hecho?

-Porque me perdono... su amor por sus hijos es benévolo...

-Entonces ¿Puede volver con él?

-Sí, pero no lo hare.

- ¿Por qué? -Mi curiosidad estaba en aumento.

-Porque cometí el pecado más grande...

-Se refiere a ¿desafiarlo?

-En cierta manera, si...

-En la biblia dice que quería ser como él, que sintió envidia.

-Sí, así podría llamarse, quería ser igual a él.

-Pero ¿Igual en qué sentido?

-Hacer lo que él hizo.

-Se refiere a ¿La creación?

-Sí.

-Ósea... los demonios.

-En este mundo llaman así a mis hermanos, ángeles que se unieron a mí, mi envidia nos condujo a una guerra y fuimos desterrados...

-Me gustaría saber más sobre esa historia.

-Hoy no, acabo la entrevista.

- ¿Qué? ¿Tan pronto? ¿¡Hola!?

Escribía, pero ya no tenía respuesta y como por arte de magia, toda la conversación se borró en un parpadeo... observe la hora, y acababa de transcurrir un minuto, me frote los ojos creyendo que estaba mirando mal, confirme con la hora de mi laptop y efectivamente estaba correcta, el tiempo había transcurrido muy, muy lento, pareciese se hubiera detenido, deje mi teléfono a un lado, me quede pensando toda la noche en aquella conversación, las palabras divagaban por mi mente constantemente... sin contar el hecho que Lucifer había hablado conmigo, no podía contarle a nadie, no tenía pruebas y aunque las tuviera, nadie me creería... aun ni yo misma puedo creerlo completamente, ¿mi falta de sueño estará haciendo tenga estas alucinaciones? Me quede acostada repasando cada detalle de aquel acontecimiento, el reloj corría sin darme cuenta hasta que los rayos de luz se asomaban por entre las cortinas de mi ventana...

La humanidad se ha guiado por el egoísmo, buscando un beneficio sin importar pasar por encima de los demás, los he observado desde su nacimiento, aquel día quede fascinado con su creación, los ame desde el primer instante.

No había dormido nada, ¿Quién podría después de aquel suceso? Afortunadamente ya era fin de semana, no había clases y estaba prácticamente libre, entonces no me afectaría mucho el haber pasado en vela la noche, total mis ojeras de las noches anteriores cubrían perfectamente el hecho de no haber dormido, pero aun así decidí tan siquiera dormir un par de horas antes que empezara la rutina de todos los sábados... hacer aseo general para que la casa quede impecable, ya era una costumbre familiar con mi hermana y madre; lavar paredes, limpiar ventanas, lavar el baño, bueno y así lo demás... habían días en los que entraba la decoradora interna y movíamos los muebles, el comedor junto a algunos estantes para darle un nuevo toque a la sala, algo parecido a lo que hacemos de vez en cuando en la habitación.

Caí profunda en un par de minutos, cuando menos escuche la voz de mi madre quien se encontraba en la cocina preparando el desayuno, desperté algo desorientada, no recordaba de nada si había soñado tan siquiera algo... tome mi celular, tenía una que otra notificación, nada importante, así que las pase por alto y lo deje a un lado.

Me dirigí al baño para arreglarme un poco, antes de salir al comedor, debía disimular, aunque fuera mínimo mi rostro que estaba hecho un desastre, sin contar que todavía tenía la ropa puesta del día anterior, me cambie por algo más holgado y cómodo, cogí en mi cabello una cola y salí de mi habitación, salude a mi madre quien aún estaba en la cocina.

-Buenos días- Le abrace por la espalda.

-Hola hija- me dio un beso en la mejilla- Despierta a tu hermana, ya voy a servir.

-Está bien- me retiré de allí y fui a la habitación de mi hermana que quedaba junto a la mía.

Al llegar a su puerta, esta tenía seguro, así que le toque para despertarla, en eso la abre casi que al mismo tiempo en que toque y estaba ella frente a mí con una sonrisa enorme en su rostro, sin contar que ya estaba arreglada justo para salir.

-Hola hermanita- Sonreía mucho.

La mire algo sorprendía-, ¿Y eso? - alce mi ceja, en señal de duda.

- ¿De qué?

Mi expresión fue más que evidente, mirándola de arriba a abajo haciendo un movimiento también con mis manos...

-Ah, no es nada... saldré con Daniel -sonrió.

La mire nuevamente con mis ojos entre abiertos.

-Salir... -Seguí mirándola fija y sospechosamente.

-Ay bueno ya... ya sabes -susurro y luego guiño su ojo.

-Está bien -Sonreí- Aun no me hagas tía - Subí mi tono con una sonrisa maliciosa.

-Sshh -Me tapo la boca con sus manos-, No me dejaran salir por su culpa.

Solté una carcajada.

-Relájate-coloque mi mano en su hombro-, tu secreto está a salvo conmigo- Le guiñe un ojo-, Hoy por ti, mañana por mí.

Ella me mira con sus ojos entre cerrados algo seria, luego sonríe.

-Vale- se aleja de allí con una enorme sonrisa dirigiéndose a la cocina a saludar a mamá.

Por un breve instante había olvidado por completo todo lo que había sucedido unas horas atrás, restarle importancia y enfocarme en el mundo que me rodea ayudaba a hacer a un lado mis pensamientos y no tener tanta confusión, pero sabía toda esta calma no duraría mucho tiempo, porque mi curiosidad me recordaba cada tanto aquella conversación haciéndome más y más preguntas las cuales solo habría una forma de responder, debía volver a hablar con él.

            
            

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