Capítulo 2 CAP 2

Cuando Eileen abrió los ojos no esperaba haber vuelto a dos días antes de su muerte.

Se sentó en la cama y observó a su alrededor, parecía que había tenido un mal sueño. El sol atravesaba la ventana, recién había amanecido.

Corrió a enjuagar su cara y al regresar las criadas le ayudaron a arreglarse. Tan pronto estuvo lista bajo las escaleras y le pregunto al mayordomo...

-El príncipe Erick, ¿está en la mansión?– ella miró de reojo al mayordomo de mediana edad, él siempre estaba al pendiente del príncipe y cada vez que el príncipe volvía este no se le despegaba para nada. Al menos eso escucho de las criadas.

-No, su majestad, ¿se le ofrece algo?- pregunto el mayordomo dudoso y Eileen se dió cuenta que preguntaba por alguien al que nunca había visto, pero si sentido en las noches.

-No.- respondió mientras se acercaba a la pared y miraba las pinturas en ella- ¿Por qué no hay retratos del príncipe Erick en el palacio?- preguntó. Había visto los retratos de toda la familia imperial, menos del príncipe Erick y es que casi nadie hablaba de él.

-Si hay, solo una, está en el despacho de él. He oído que no le gustan los retratos.- respondió amablemente el mayordomo atrás de ella agachando la cabeza.

-¿Puedes mostrarme donde está?- Eileen se dió la vuelta y el mayordomo la guío hasta la puerta del despacho, todo estaba en silencio y solo se oían sus pasos.

Tan pronto el mayordomo abrió la puerta, se revelaron grandes cantidades de papiros y pergaminos. También habían algunos libros.

La tinta junto con las plumas estaban sobre el escritorio muy bien organizadas.

El mayordomo agarró un banco y lo arrastro hasta la esquina, luego se subió en el y hasta el final de los pergaminos escogió uno.

Este tenía unas tiras en color azul, después de tomarlo bajo del banco y se inclino entregándolo a Eileen.

-Gracias-. Dijo ella, después de extender el pergamino pudo contemplar el rostro más hermoso que no había visto jamás.

El príncipe Erick conservaba su aire de de realeza a pesar de tener una vestimenta de batalla, su cabello era negro como el carbón y resplandeciente como la noche. Sus ojos eran fríos como el hielo, en su semblante se distinguia una actitud tan dura como una roca. Sus brazos se veían firmes y fuertes, pero ella sabía lo calido que era estar en ellos.

Sus pensamientos recorrieron miles de kilómetros pensando en su aura, en como sería tenerlo en frente, acarició el pergamino con las llemas de sus dedos. Entonces alguien llamo a la puerta interrumpiendo tal momento.

-Pasen- solicito ella. Y escucho a las sirvientas susurrar entre ellas.

Las criadas le informaron que el príncipe la esperaba en el carruaje.

Entrego el pergamino al mayordomo y se dió la vuelta. Apenas y podía asimilar lo que pasó.

Sostuvo el vestido que tenía y se apresuro a ir con el príncipe.

Ese día, ella tendría un paseo con él en el cual necesitaba conseguir respuestas.

Cuando llegó al carruaje el príncipe ni siquiera se molestó en ayudarle a subir, fue en ese momento que comprendió que la única enamorada siempre fue ella.

-El lugar al que iremos es el mejor que verás en tu vida-. Aseguro el príncipe.

El hombre a cargo del carruaje hizo un movimiento con el lazo y seguido de esto los caballos comenzaron a avanzar.

Eileen quería hablar, reclamar, pero ¿y si todo era un sueño?

Cuando el carruaje se detuvo Eileen bajo con cuidado, al igual que antes él la había llevado a un campo cerca de una cascada.

Eileen espero a que todos a su alrededor se fueran para comenzar a hacer preguntas al príncipe.

-¿Tanto odias al príncipe Erick?- cuestiono y el príncipe que tenía delante se puso nervioso.

-Eileen ¿Cómo sabes eso?- el príncipe trato de acercarse a ella y de sostener su mano, pero ella lo evitó retrocediendo un paso más.

-¿Quieres quedarte con el reino y con todo lo que a él le pertenece, verdad?- volvió a interrogar.

-Eileen, ya que sabes eso debes de entender que no puedo permitir que tengas a ese hijo.

-No, este niño también es mi hijo. No dejaré que lo lastimes- afirmo ella y el príncipe reveló una sonrisa siniestra.

-Dejaras que se vaya, todo lo que tiene que ver con él, no es más que una mancha -. Con eso el príncipe se acercó a ella y por instinto se vio obligada a retroceder.

-No, no lo hagas- suplico. Pero fue en vano, él siguió acercándose a ella hasta que vió como se resbalaba y caía al agua.

Se escuchó un estallido cuando el cuerpo de Eileen hizo contacto con el agua. El agua salpicó mientras comenzaba a ser arrastrada por las corrientes.

'Si tan solo tuviera una oportunidad más comenzaría a remendar mis errores sin ser tan impulsiva. Y de esta manera me enamoraría del hombre correcto, del príncipe Erick'.

Después de decir esto en su interior sintió como se ahogaba y como se le iba agotando el aire poco a poco. Las burbujas comenzaron a salir de su cuerpo y después de luchar con la corriente se dió por vencida, su vestido era muy pesado al estar mojado por el agua.

Inesperadamente abrió los ojos una vez más, pero está vez para su sorpresa fue en otra era o tal vez en otro mundo. En donde el mundo y la era, eran totalmente desconocidos para ella.

-Hija, me alegro que estés bien y que ya hayas despertado- exclamó su madre cuando la vió. Eileen sintió ganas de llorar, la última vez que vió a su madre fue cuando tenía 5 años . Su madre había muerto de una enfermedad desconocida, pero en esta era no lo hizo.

-¿Mamá?- exclamó antes de aventarse a sus brazos, su aroma era tan familiar, se sintió tan relajada en ellos. Sus ojos se llenaron de lágrimas y los de su madre igual.

Después de que ambas se separaron Eileen contempló todo a su alrededor, era un cuarto blanco y ella tenía una bata blanca, estaba acostada en una pequeña cama. Se pellizco y al sentir dolor se dió cuenta que no era un sueño, pero nada de esto era lo que había vivido.

-¿Cómo llegué aquí?- dijo en voz alta.

-Tuviste un accidente de auto. Afortunadamente Adei te trajo a tiempo– respondió su madre.

-¿Accidente de auto?- pregunto ella confundida, nunca antes había manejado un auto.

-Sí, Alice Brooke, ¿en qué estabas pensando?- pregunto su madre angustiada.

Eileen comprendió algo, había vuelto a tener una segunda oportunidad de nuevo y está vez haría todo lo que estuviera en sus manos para no equivocarse de persona.

¿Lo logrará?

            
            

COPYRIGHT(©) 2022