Capítulo 4 ERIOR 03

Erior.

Nada más llegar a casa y noto que Aurora no perdió tiempo. Recogió todas sus cosas y se largó sin ninguna explicación ¿Tanto mal le causé? No lo creo.

Camino en dirección a la cocina y en el transcurso cierro todas las cortinas posibles, no quiero que nadie vea mi estado tan lamentable. Saco lo necesario para hacer un emparedado y lo hago, doy un primer y único bocado y ya no quiero más, me siento mal y ni hambre tengo.

Guardo todo y apago el teléfono. No quiero verlo, aún no he borrado las fotos que tengo con Aurora.

Pienso en qué manera distraerme mientras dejo caer mi peso muerto sobre el sofá, por suerte recuerdo haber dejado alguno que otro problema a los chicos en clases y saco las hojas para ver quienes lo hicieron bien. Entre tantas hojas termina por caer un cuaderno negro a mis pies, arrugo el entrecejo pensando en que momento metí una biblia satánica entre mis cosas y por suerte, doy con el momento en que Mia se atrevió de nuevo a quedarse dormida en el aula.

Suspiro.

¿Acaso esa chica nunca va a aprender nada bueno? La mayoría del tiempo se la pasa durmiendo o diciendo disparates cada que pregunto algo.

Por suerte lo que restó del día se portó bien, supongo mañana se lo deberé de dar a primera hora.

Dejo las hojas por todos lados y comienzo a revisar una por una, a la décima la curiosidad me mata y opto por tomar el cuaderno entre mis manos y a echarle solo un pequeño vistazo. Solo uno pequeñito, ni que me fuera a dar diabetes por ver tanta poesía de amor o terminar en un rito satánico por leer cosas oscuras.

Acomodo los pies sobre la mesa y me preparo mentalmente para no llorar por cualquier cursilería que esa adolescente haya escrito en sus tiempos libres.

Las primeras tres líneas comienzan como una historia de amor con su "Mi príncipe te esperé por tanto tiempo" Empiezo a sentir nauseas pero por suerte no vómito solo por haberme ayudado temprano. Paso unas cinco hojas para ver de qué va la historia y una oración me deje en un breve shock.

"Erior, penetra más fuerte. ¡Más duro o no te daré mi coño esta noche!"

Detengo de inmediato todo. Y cuando digo todo es TODO, porque siento que hasta la respiración se me ha trancado.

Paso dos hojas más y quedo peor que antes.

"Quiero chupártelo hasta que acabes y cuando lo hagas, quiero que me corra tu semen en la cara"

El corazón se me acelera, estoy sudando y empiezo a tener una erección. No sé si será porque en varias partes de la historia aparece mi nombre o porque la chica que me obsequió los dulces tiene una mente mucho más pervertida que la mía.

- ¿Que carajos es lo que escribes Mia? -Digo, volviendo al principio para leer mejor.

                         

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