Corazón que miente.
img img Corazón que miente. img Capítulo 3 Recordando viejos tiempos
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Capítulo 6 Sábado por la noche img
Capítulo 7 Atracción img
Capítulo 8 Celos img
Capítulo 9 No intentes intimidarme img
Capítulo 10 La reunión de la Hermandad img
Capítulo 11 A la mañana siguiente img
Capítulo 12 Encuentro en el restaurante img
Capítulo 13 No van a quitarme a mi hija img
Capítulo 14 Coqueteando con otra img
Capítulo 15 Falsa esperanza img
Capítulo 16 Un monstruo que soñaba que podía poseer a un Ángel img
Capítulo 17 Ella era la única a la que él había querido siempre img
Capítulo 18 Esos ojos que podían verlo todo. img
Capítulo 19 Un fin de semana relajado img
Capítulo 20 Como se atrevía a tocar así a su mujer img
Capítulo 21 Invitación de cumpleaños img
Capítulo 22 Liesel era suya e iba a reclamarla como suya img
Capítulo 23 Ojos negros contra verdes. img
Capítulo 24 Cuánto tiempo soñó con este momento img
Capítulo 25 No estaba segura de poder resistirse a sus encantos img
Capítulo 26 Los celos lo dominaron img
Capítulo 27 No quiero hablar contigo img
Capítulo 28 Que tú también me amas sería un buen comienzo img
Capítulo 29 Vaya ego que tienes cariño. img
Capítulo 30 Su mounstro aulló de dolor img
Capítulo 31 Los Dunham pertenecen a la Hermandad img
Capítulo 32 La mujer que era su hogar img
Capítulo 33 No podía dejar de pensar en él img
Capítulo 34 Desde siempre has estado enamorado de mi esposa img
Capítulo 35 Ángelus img
Capítulo 36 Otro en tu lugar ya habría cerrado los ojos img
Capítulo 37 Intento de secuestro img
Capítulo 38 ¿Creo que ya puedes dejar de fingir que te importo img
Capítulo 39 Steiger, si quieres obediencia, cómprate un perro img
Capítulo 40 Confía en que puedo protegerte img
Capítulo 41 Estaba muy, pero muy lejos de casa img
Capítulo 42 Él lobo necesitaba tocar su piel img
Capítulo 43 Yo de todas formas voy a morir img
Capítulo 44 Se alegraba de verlo con vida img
Capítulo 45 Su corazón se hacia falsas ilusiones img
Capítulo 46 ACASO LO HABIA IMAGINADO img
Capítulo 47 Deja de ser un cabrón img
Capítulo 48 Tuve sentimientos por ti img
Capítulo 49 ¿Qué pasaría sí... img
Capítulo 50 Tus cambios de humor comienzan a marearme. img
Capítulo 51 Una fría despedida. img
Capítulo 52 Remordimientos img
Capítulo 53 Ella dijo Sí, a estar con él img
Capítulo 54 Hola para ti también img
Capítulo 55 Un golpe bajo img
Capítulo 56 Su infierno personal aquí y ahora. img
Capítulo 57 Qué diablos img
Capítulo 58 Proyecto Mutatio img
Capítulo 59 Te invito a cenar está noche img
Capítulo 60 Preciosa img
Capítulo 61 Besame img
Capítulo 62 Eres el fuego que quema mi piel img
Capítulo 63 Siempre voy a volver a ti. img
Capítulo 64 ¿Tan rápido te aburriste de mí img
Capítulo 65 Corre img
Capítulo 66 No estoy dispuesto a entregar a mi hija img
Capítulo 67 Ese día te llevaste mi corazón contigo img
Capítulo 68 Les encanta complicarse la vida img
Capítulo 69 Ahora es mi turno del postre img
Capítulo 70 ¿Quieres ser mi novia img
Capítulo 71 Ella esta en grave peligro img
Capítulo 72 Ella tomó la decisión de irse img
Capítulo 73 ¿Qué carajos estaba pasando img
Capítulo 74 No la merecía img
Capítulo 75 En cautiverio img
Capítulo 76 Mantener la esperanza en su corazón img
Capítulo 77 La Hermandad es poderosa img
Capítulo 78 No estás tan indefensa... img
Capítulo 79 Quiero a mi hija de regreso img
Capítulo 80 Hora de conocer al presidente. img
Capítulo 81 Ni tú ni nadie va a poder impedirlo img
Capítulo 82 Un traidor en la manada img
Capítulo 83 La manada decidiría su destino img
Capítulo 84 El secreto mejor guardado contra la Hermandad img
Capítulo 85 Títere img
Capítulo 86 Desde la ultima vez... img
Capítulo 87 No recuerdo nada img
Capítulo 88 El hombre de ojos negros img
Capítulo 89 El varón más peligroso que jamás había visto img
Capítulo 90 Chocolate img
Capítulo 91 El lobo deseaba marcarla img
Capítulo 92 Recuerdos img
Capítulo 93 Derek iba a odiarla img
Capítulo 94 Es tu turno de hacerme el amor img
Capítulo 95 Tenemos que hablar img
Capítulo 96 No soy la persona que ustedes piensan. img
Capítulo 97 Exponiendo al traidor img
Capítulo 98 Mi amor de hermana no me ciega img
Capítulo 99 Eres la hija que nunca tuve img
Capítulo 100 Soy el hombre a la que amas img
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Capítulo 3 Recordando viejos tiempos

CAPÍTULO 2

-Recordando viejos tiempos -él fue el primero en hablar.

Derek metió sus manos en los bolsillos del pantalón y se obligó a mantenerse justo donde estaba parado, adentrarse en esa habitación envuelta con el aroma de ella sería una locura.

Ella elevó una ceja y dio un respingo, captando la indirecta de esa frase que le recordaba a la última vez que se vieron. Ese día estaba marcado con fuego en su memoria.

-Hola -Fue todo cuanto pudo decir sin que el sonido de su voz traicionara su estado de ánimo en tensión.

-No contestaste mi pregunta -presiono, impaciente por ver su reacción.

«Cabrón».

-No sé de qué estás hablando.

«Mentirosa».

-No tengo problema alguno en refrescar tu memoria -Dio unos pasos dentro de la habitación, acechando. Queriendo que ella dijera "si" a revivir ese momento justo antes de que la chiquilla que había sido se fuera, dejándolo con su sabor en su boca.

«Cómo sería besar a la mujer». Se preguntó.

El corazón de Liesel terminó de desbocarse. El nudo en su estómago se deshizo y un calor líquido le invadió el cuerpo entero. Quería llorar de rabia, porque él estaba jugando con ella. Manipulándola para tenerla como a otra más de sus muchas admiradoras.

«Ya no más».

Él era frío, distante y completamente peligroso, demasiado para su tierno corazón, Derek Von Steiger escucharía unas cuantas verdades y sabría de paso que aquella chiquilla tonta que había sido, la que estaba prendada de él, era muy diferente a la mujer en la que ella se convirtió.

-Tú... -comenzó a decir mientras avanzaba hacia él, señalándole. Su voz, una furia.

-Liesel no sabía que vendrías a la junta cariño - la llamo Grace.

Grace es la madre de Derek y Tatiana, nada que ver con su arrogante hijo, pero sí muy parecida a su querida amiga Tatis. Esa señora es un amor andante. Liesel se alegraba mucho de verla.

Derek vio la sonrisa amplia y sincera que se instaló en el rostro de Liesel, siseo un gruñido bajo al sentir la furia de los celos que lo invadieron por su propia madre. La envidia no era un sentimiento noble del cual sentirse orgulloso, pero fue preso de ella, al comprobar que era su madre y no él, la culpable de despertar esas emociones tan puras en ese bello rostro.

En cambio, las emociones oscuras, tenebrosas y sombrías, solo eran una de las muchas razones de las que por que se mantenía alejado de Liesel, ella era capaz de sacar a su monstruo interior y llevarlo hasta el límite permitido antes de salir a la superficie. Lo hacía sentir débil y lo odiaba.

-Hola Grace -camino hasta ella rodeando a Derek e ignorándolo a propósito, y fue directamente a sus brazos, necesitada de afecto en ese momento.

-Supe que volviste y estoy molesta porque no has pasado a visitarme.

-Regresé hace apenas unos días y ya sabes cómo es mamá.

-La entiendo, yo haría lo mismo si mi hija regresara a casa después de seis años de ausencia. ¿Volviste para quedarte?

Derek no necesitaba prestar atención, tenía el oído muy agudo y no es que las mujeres fueran discretas en la conversación, así que siguió fingiendo que esa conversación no le interesaba en absoluto.

-Yo... no lo sé - quiso volverse y decirle a Derek a la cara que no regresaba por él, que él ya no figuraba en el puesto número uno de su lista de cosas por hacer antes de morir. Había pasado la página y no perdería más el tiempo en imposibles cuando su propio reloj comenzaría a marcar la cuenta regresiva en cualquier momento.

Mantenerse concentrado durante la reunión fue algo muy difícil de lograr, el olor de Liesel aún no se había esfumado y la imagen de ella se negaba a alejarse de su mente.

El vestido blanco que se ajustaba en los lugares en que debía ajustarse, el cabello con un recogido muy pulido, su poderosa mirada de "vete a la mierda Von Steiger" y sus intensos labios rojos, hicieron que Derek por primera vez en años no estuviese totalmente concentrado en los negocios. De pronto su mente comenzó a divagar y se encontró pensando en el día que vio a Liesel por primera vez.

Derek no pudo apartar la mirada del hermoso ángel que se encontraba en su presencia, la escasa luz de luna no impidió que la viera claramente, el hermoso ser inmaterial lo miraba atento. Ojos verdes contra negro.

Ángelus. Pensó Derek, eso era la mujer frente a él.

-Un ángel -susurró contra el viento.

De pronto el monstruo en su interior rugió y se alzó en todo su esplendor como nunca antes. Derek apretó los puños haciendo un esfuerzo mayúsculo para poder contenerse. El monstruo la quería y sería tan fácil dejarse arrastrar por él en ese momento. Hombre y bestia anhelaban tocarla. El fuego bulló en su interior y tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no tomarla en ese instante.

«No eres un animal Steiger». Se recordó.

La odió un poco por hacerle perder el control de esa manera. Nunca en todos los años desde que el monstruo despertó con toda su fuerza, se sintió tan indefenso y vulnerable como en ese momento. Pero la hermosa criatura era la aparición más bella que hubiera visto jamás, la pureza de su mirada estaba destinada a proteger a los seres más inocentes, a todos excepto a él.

«Su propio ángel protector».

Quiso reír ante la ironía, nada más alejado de la realidad. Era ella quien necesitaba cuidarse del monstruo que había decidido cazarla.

Derek decidió que el monstruo que lo habitaba, no sería más fuerte que su determinación y su autocontrol. El monstruo deseaba ir hasta ella y tocarla, cerciorarse de que fuera real. Tomarla en sus brazos y cuidarla, protegerla hasta de él mismo, pero el hombre jalo la correa y tomó las riendas. Giró sobre sus pasos cuando se dio cuenta que, con cada uno, se acercaba más a ella, su ángel. Debía irse de ese lugar ahora mismo, por el bien de su ángel, pero sobre todo por el bienestar de él.

-Derek, Derek -escucho que lo llamaban.

«Maldición. -No debería estar pensando en ella - y menos ahora». Se recordó.

-Te decía que la compra del material para los nuevos embarcaderos se sale del presupuesto.

Solo la experiencia y su terquedad a no dejarse dominar por esa chiquilla traviesa que lo descolocó como nadie, le salvaron el trasero en la reunión.

            
            

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