Me rindo a tus encantos
img img Me rindo a tus encantos img Capítulo 1 Intento de asesinato
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Capítulo 9 Ve a casa con él img
Capítulo 10 Viviendo juntos img
Capítulo 11 Calumnias img
Capítulo 12 Escuchar a escondidas img
Capítulo 13 Accidente img
Capítulo 14 Una sensación extraña img
Capítulo 15 La casa de los Stevenson img
Capítulo 16 Vámonos de aquí img
Capítulo 17 Rebecca estaba sola img
Capítulo 18 Acuéstate conmigo img
Capítulo 19 Ese tipo es despiadado img
Capítulo 20 Nos vamos a casar img
Capítulo 21 Una chica interesante img
Capítulo 22 Demasiado avergonzada img
Capítulo 23 Un buen trato img
Capítulo 24 Sígueme la corriente img
Capítulo 25 ¿Dije algo malo img
Capítulo 26 La sensación de opresión img
Capítulo 27 Un cuñado con malas intenciones img
Capítulo 28 No tientes tu suerte img
Capítulo 29 Qué estaban buscando img
Capítulo 30 Siempre me has deseado el mal img
Capítulo 31 Vámonos a casa img
Capítulo 32 El acta de matrimonio img
Capítulo 33 Quedar embarazada lo antes posible img
Capítulo 34 Aprovecha la oportunidad img
Capítulo 35 Su primera vez img
Capítulo 36 Un beso img
Capítulo 37 Estar preparada lo más rápido posible img
Capítulo 38 Calumnias img
Capítulo 39 Arruinar su reputación img
Capítulo 40 Contraataque img
Capítulo 41 Tu tiempo libre img
Capítulo 42 Las cámaras de vigilancia en la oficina img
Capítulo 43 Por qué te ayudaría img
Capítulo 44 Coqueteando y huyendo img
Capítulo 45 Deseo innegable img
Capítulo 46 Maldiciones img
Capítulo 47 Provocación img
Capítulo 48 Notificación emergente img
Capítulo 49 Preguntar lo que quería en realidad img
Capítulo 50 Qué están haciendo img
Capítulo 51 Quién era esa mujer img
Capítulo 52 Más poderoso de lo que pensaba img
Capítulo 53 Las imágenes fueron manipuladas img
Capítulo 54 Dejarla ir por ahora img
Capítulo 55 Conoce a Bagot img
Capítulo 56 El abuelo de Martin img
Capítulo 57 Familia complicada img
Capítulo 58 La ceguera se puede heredar img
Capítulo 59 Espía desconocido img
Capítulo 60 El control de su familia img
Capítulo 61 Cambio de planes img
Capítulo 62 Arcadas img
Capítulo 63 El bebé no es suyo img
Capítulo 64 No puedo divorciarme de él img
Capítulo 65 Ridículo img
Capítulo 66 La única opción img
Capítulo 67 Ella me dio una pastilla img
Capítulo 68 Los efectos de la droga img
Capítulo 69 Por favor, ayúdame img
Capítulo 70 Embarazada de verdad img
Capítulo 71 Noticia impactante img
Capítulo 72 Armar una escena img
Capítulo 73 Un as bajo la manga img
Capítulo 74 Estás herido img
Capítulo 75 Quedarse con el bebé o no img
Capítulo 76 Tengo el informe de tu chequeo médico img
Capítulo 77 No se puede dar a conocer img
Capítulo 78 Nada de qué preocuparse img
Capítulo 79 Copiar las imágenes de vigilancia img
Capítulo 80 El padre del bebé img
Capítulo 81 Tengo pruebas img
Capítulo 82 Háblame de frente img
Capítulo 83 Extraño tu sabor img
Capítulo 84 Será nuestro pequeño secreto img
Capítulo 85 Todos los videos han sido manipulados img
Capítulo 86 Ella no podía tener a ese bebé img
Capítulo 87 Desaparecida img
Capítulo 88 Yo también soy tu hija img
Capítulo 89 Debes hacerlo de nuevo img
Capítulo 90 Hecha a la medida para mí img
Capítulo 91 Deseo intenso img
Capítulo 92 Faltan dos meses más img
Capítulo 93 Grace viene a comprobar img
Capítulo 94 Crear algunas oportunidades para ellos img
Capítulo 95 Haría todo por saber la verdad img
Capítulo 96 No era suficiente img
Capítulo 97 Para obtener el dinero img
Capítulo 98 Una aventura del pasado img
Capítulo 99 Dónde había quedado la computadora img
Capítulo 100 Llegar al fondo img
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Me rindo a tus encantos

RANDALL PEARSON
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Capítulo 1 Intento de asesinato

"Esa mujer es infértil. ¿Y si mejor te divorcias de ella?".

De pie frente a la puerta, Rebecca Dixon sintió que todo el cuerpo se le congelaba; ni en sus sueños más alocados habría pensado que alguna vez escucharía a su suegra pronunciar tales palabras. Ella creía ser de su agrado.

¿Por qué de repente la estaba acusando de ser infértil?

En un principio, Rebecca se comprometió con Yosef Swain para que sus respectivas familias obtuvieran beneficios comerciales. Sin embargo, un mes antes de que se celebrara la boda, él sufrió un accidente automovilístico que le dejó una lesión tan grave en la pierna que estuvieron a punto de amputársela; todos le advirtieron a Rebecca que no debía casarse, pero ella pensó que era su deber cumplir con la promesa que hizo, así que formalizó el matrimonio a pesar de todas las objeciones que escuchó.

Llevaban casados más de un año, y Yosef había estado recibiendo fisioterapia durante todo ese tiempo; las circunstancias les habían impedido sostener relaciones sexuales por primera vez, pero ahora le estaban aconsejando a su esposo que se divorciara de ella por supuestamente ser infértil.

"El Grupo Dixon actualmente está atravesando por una situación bastante complicada. Tienen una deuda de más de mil millones de dólares. Timothy Dixon murió en un accidente, justo antes de que pudiera solucionar ese asunto. Me temo que Rebecca terminará heredando todos los problemas de la empresa. Si no te divorcias lo antes posible, esos problemas definitivamente afectarán a nuestra familia. La razón por la que permitimos que te casaras con esa mujer es porque queríamos que la familia Dixon y la familia Swain consolidaran una relación comercial sólida y próspera, no para que nos arrastraran hacia sus problemas. Dime, Yosef, ¿qué es lo que piensas hacer?".

Rebecca apretó los dientes mientras todo su cuerpo temblaba incontrolablemente; lo único que la hacía controlarse era pensar que su esposo se negaría, ¿o no? Hasta ahora, ella había dado lo mejor de sí para cuidarlo y ayudarlo con su recuperación; definitivamente había sido una buena esposa para Yosef.

"No hay prisa".

Mientras Rebecca seguía perdida en sus pensamientos, de repente escuchó al hombre negarse. Desafortunadamente, antes de que ella pudiera respirar aliviada, Yosef continuó: "Aunque la familia Dixon está en problemas, Timothy le dejó una gran herencia a su hija. Haré todo lo posible para persuadirla de que me lo entregue todo. Me divorciaré después de que eso pase".

'¡Yosef! ¡No puedo creer que tu madre y tú sean tan crueles!', pensó la mujer para sus adentros.

El cerebro de Rebecca se quedó en blanco, y la conmoción fue tanta que retrocedió inconscientemente, olvidando que había pasos escalones detrás de ella; tras dar un paso en falso, cayó al suelo de inmediato.

"¿Quién está ahí?".

Rebecca se levantó a toda prisa y salió corriendo.

"Es Rebecca. Seguramente escuchó nuestra conversación. No podemos dejar que se escape".

La noche era oscura y la lluvia cada vez se hacía más y más fuerte.

Por lo general, las calles siempre estaban repletas de gente y vehículos, pero al tratarse de una noche lluviosa, lucían completamente vacías; no había ni un solo auto a la vista.

La lluvia nublaba la visión de Rebecca, pero ella siguió corriendo a pesar de que sus piernas y pulmones ya comenzaban a arder.

De repente, unas luces destellaron frente a ella, obligándola a detenerse en seco; ella alzó una mano para bloquear el brillo que la cegaba.

Las luces comenzaron a acelerar hacia la chica; fue hasta ese momento que ella se dio cuenta de que se trataban de los faros de un coche.

Sin poder reaccionar a tiempo, el auto la golpeó y la envió volando hacia atrás; Rebecca sintió como si acabaran de romperla en pedazos, y el dolor era tan agudo que ni siquiera tenía las fuerzas suficientes para gritar.

El vehículo se detuvo y alguien salió de su interior; la persona se acercó para ver cómo estaba la chica.

"Señor Swain, parece que sigue viva. ¿Le gustaría darle el golpe final?".

Entonces sonó la voz de Yosef, quien respondió con un tono frío: "Sí".

El hombre caminó hacia su esposa con toda naturalidad.

Los ojos de Rebecca se abrieron de par en par; no sabía que ese hombre ya fuera capaz de caminar.

"No quería matarte, pero escuchaste todo. Te acabas de enterar de que tenía planeado divorciarme de ti, pero ahora creo que sería más conveniente quedarme viudo, ya que de esa manera me quedaré con todo el dinero y las propiedades que estén a tu nombre. Lo primero que haré será liquidar el Grupo Dixon y dejar que se vaya a la bancarrota. Al final no tendré que responsabilizarme de las deudas de esa empresa y ganaré mucho dinero".

Yosef sonrió antes de continuar: "Por cierto, ahora que estás a punto de morir, creo que te puedo contar un pequeño secreto. Después de que la familia Dixon comenzara a tener sus problemas económicos, encontré a alguien para reemplazarte. Se trata de Paige, tu mejor amiga. Ella se acostó conmigo antes de casarme contigo. De hecho, de las ocasiones en las que ha ido a nuestra casa para consolarte, también me ha consolado a mí, si sabes de qué hablo. Ahora ya está embarazada. Me casaré con ella después de enterrarte".

Yosef se inclinó para mirar el rostro de su todavía esposa. No pudo evitar lamerse los labios antes de decir: "Eres muy hermosa. Es una lástima que tu familia se haya ido a la ruina en el momento menos oportuno. Ni siquiera tuve la oportunidad de acostarme contigo una sola vez".

El hombre comenzó a excitarse mientras hablaba; él estiró una mano y pellizcó la barbilla de Rebecca. "¿Qué te parece si te quito la virginidad antes de que mueras? Si no lo hago, morirás virgen y no sabrás lo que se siente recibir placer de parte de un hombre".

¡Este sujeto era un verdadero bastardo!

Los ojos de Rebecca se pusieron rojos mientras su corazón se llenaba de dolor y odio.

Yosef, por su parte, procedió a tocarla en sus partes más íntimas; a pesar de que estaba experimentando un intenso dolor físico, la chica se las arregló para forcejear y resistirse. Justo en ese instante, vio venir otro auto.

Ella lanzó un cabezazo hacia Yosef, pero este último pudo esquivarlo; Rebecca aprovechó la oportunidad para levantarse y correr hacia el auto que venía.

El vehículo se detuvo de golpe, provocando que sus neumáticos emitieran un chirrido; la chica corrió hacia la puerta, y después de abrirla bruscamente, ingresó sin pensarlo dos veces.

"¡Por favor, ayúdeme! ¡Sáqueme de aquí! ¡Me quieren matar! ¡Intentaron atropellarme!".

Al no escuchar una respuesta, Rebecca se dio la vuelta.

Fue ahí cuando descubrió que los asientos delanteros y los traseros estaban separados por una ventanilla polarizada; de igual manera, se percató de que el asiento a su costado iba ocupado por un hombre.

El hombre agachó la cabeza. El interior del vehículo estaba casi a oscuras, pero la poca luz que se filtraba del exterior servía para delinear las facciones del hombre; Rebecca no pudo apreciar su rostro por completo, pero logró notar que había venas abultadas en su frente y llevaba las manos apoyadas en sus rodillas. Parecía que él estaba soportando alguna clase de dolor.

"¿Señor? ¿Le pasa algo? ¿Se siente mal?".

El sujeto habló con una voz que sugería que estaba soportando una inmensa agonía: "Hoy no tenía intenciones de lastimar a nadie, pero decidiste subir a mi auto".

            
            

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