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Estaba paseando tranquila por el bosque, pensando en cómo había cambiado de la noche a la mañana mi vida, mi papá era un licántropo, mis amigas de siempre también lo eran, ahora yo también y vivíamos en una manada con más personas como nosotros. Jamas pense que mi vida cambiaria asi, jamas pense que todo esto era cierto, siempre pense que solo se veía en cuentos de hadas o peliculas ¿Quién lo diría?
Ya habían pasado tres días desde que descubrí que Fran era mi mate, las cosas entre nosotros van muy bien, él es muy dulce conmigo. Fran en unos meses seria el nuevo Alpha de la manada y yo al ser su Mate seria su Luna. Por lo que me habían explicado, Fran seria el que estaría a cargo de la manada y yo sería como su reina por así decirlo, lo cual me ponia muy nerviosa, ademas de que la gente de la manada aún no me conocía muy bien y mi miedo a que me rechazaran, cada vez era más grande. Estaba hundida en mis pensamientos hasta que un olor muy desagradable llego a mí.
-Vaya vaya mira lo que tenemos aquí... al parecer tuvimos suerte- dijo una voz entre los arbustos, de a poco pude divisar a un chico salir desde las sombras con una sonrisa en el rostro, me concentré más viendo como sus colmillos eran más grandes de lo normal y sus ojos eran rojos, vampiros. Atrás suyo había otro chico más que tenía puesta una capucha no dejándome ver su cara.
- ¿Quiénes son? - pregunte retrocediendo de a poco.
Ya me estaba asustando todavía no sabía pelear del todo bien. El chico de la capucha me miro y pude verle la cara y esos ojos rojos, que yo los conocía como unos celestes como el cielo, era Charles uno de los del grupo de Aiden, él también me molestaba bastante en el colegio.
- ¿Celeste? Bueno no esperaba esto, pero tu sangre debe ser deliciosa -Dijo acercándose a mi amenazadoramente, haciéndome retroceder.
-No te combine -dije para acto seguido transformarme gruñendo amenazadoramente.
-¿Sos una Licántropa? eso no me lo vi venir.- Dijo riendo.
-Mejor... más diversión- dijo el amigo de Charles, posándose a su lado.
Ambos saltaron hacia donde yo estaba, pero fui más rápida que ellos y los esquive para después morder al chico que estaba con Charles, empezamos a luchar, pero desgraciadamente ellos sabían cómo moverse y eran mucho más ágiles que yo logrando lastimarme demasiado.
-Que lastima un lobo menos-dijo el amigo de Charles al verme ya cansada y con sangre en mi pelaje blanco.
Se abalanza hacia mí, pero un lobo negro y blanco salto desde atrás mío derribándolo y quedando arriba del vampiro mordiéndole el cuello haciéndolo gritar, levanto un poco su pata y le clavo sus uñas en el hombro, saliendo de encima de él y posándose adelante mío, tapándome con su cuerpo y gruñendo, no sabía quién era, pero me estaba protegiendo. Charles tomo a su acompañante y ambos se fueron como pudieron. El lobo se dio vuelta y me miro analizándome de abajo para arriba.
-Gracias por eso- dije en un susurro, algo cansada y adolorida.
-Tranquila, hay que proteger a los de nuestra especie, te transformaste hace poco ¿no? - Pregunto rotando un poco su cabeza a lo que yo asentí, escuchando la dulce voz de la chica en mi cabeza- Es peligroso que muestres tu pelaje, si alguien te ve y sabe del secreto irán a por ti.
-¿Qué secreto? ¿De qué hablas? - Dije confundida.
-No lo sabes...Deja que te muestre.
Pude observar como la loba frente mío empezaba a sacudir su cuerpo, haciendo que su pelaje cambiara de color a uno completamente blanco. Me quede asombrada mirándola.
-¿Cómo hiciste eso? - Pregunte sin poder creer lo que mis ojos veían. Viendo como volvía a sacudir su cuerpo haciendo que su pelaje volviera al mismo color que antes, pestañee muchas veces confundida.
-Arnold te explicara, ahora nos tenemos que ir debo llevarte a la guarida antes de que alguien te vea, si yo no te hubiese visto, quizás no estarías viva para contarlo. Vamos- Dijo para acto seguido posarse a mi lado y ayudarme a caminar por el bosque.
La loba me ayudo y me guío por el bosque llegando a un lugar en donde se podían ver demasiadas rocas y una cascada hermosa.
-Tenemos que ir atrás de la cascada, lo bueno es que tus heridas ya se están curando y casi no hay rastro de ellas- Dijo mirándome, dándome cuenta de que tenía razón- ¿Podes caminar sola? - Asentí- Okey seguime.
La seguí hasta atrás de la cascada, mirando encantada como caía el agua por ahí, volviendo mi mirada a la loba. Ella me miro para despues centrar su atención en las rocas frente a ella. Me acerque hasta quedar a su lado, mirando confundida las rocas ¿Por qué estabamos aqui? Vi como con la punta de su nariz tocaba una roca y esta se abría, pestañe un poco al sentir la luz abrupta que surgío de ese lugar. Cuando me acostumbre a la luz fue que pude apreciar un paisaje verde junto con el cielo celeste sin ninguna nube, haceindo que el sol brillara con fuerza, me quede sorprendida mirando ese lugar, intentando entender como ese lugar podía estar atrás de unas piedras.
-Es un portal, nadie sabe de esto, así que no lo digas. - dijo para después entrar a ese lugar.
La seguí, dándome vuelta sobresaltada al sentir un ruido, viendo como las rocas se cerraban, volví a mirarla a ella y estaba en una especie de montaña esperando hasta que fuera con ella. Al llegar a su lado pude ver mejor el lugar en el que me encontraba. Había un hermoso prado con lagunas y arroyos de agua por el lugar, habia mucha vegetación asi como tambien un gran bosque. Pero lo que más me llamo la atención fue que había varias casas y muchas personas, así como también muchos lobos blancos.
-Bienvenida al refugio de los lobos Blancos.