Capítulo 3 La fortuna del Alma

Bosque Parte III

Ana en la oficina del comisario comienza con su testimonio - Entramos mi esposo y yo. Queríamos ir al medio de la torre por el ascensor. El iba a buscar desde el medio hacia arriba y yo desde el medio hacia abajo. Pero el ascensor se cerró. Mi esposo quedó encerrado y yo buscaba la forma de sacarlo. Luego vinieron los gritos. Yo imaginé que se trataba de un truco para asustarnos y los ignoré. Después de eso la energía se fue. Todas las luces se apagaron y me empecé a desesperar. Y lo que culminó con mi paciencia fue la explosión. Fue ahí cuando me desmayé. Había humo por todos lados. No sé cuánto tiempo pasó. Desperté y mi esposo había salido del ascensor. Fue en ese momento cuando salimos de la torre y nos enteramos de lo de Luis. - Alberto mira al oficial y le comenta - Bueno. Parece ser sincera. Y su versión coincide con la de su marido. - Ana se levanta para retirarse. El comisario le pregunta - Quien le dijo que podía irse? - Ana le responde - Que más puedo hacer aquí? Ya le dije todo lo que sé - El oficial con impaciencia le dice - Eso no es suficiente para demostrar que usted no es la asesina. Cómo podemos saber que no fue usted quien lo hizo? - Ana le responde con desesperación - Porque yo no lo hice! Usted no tiene como demostrarlo. En lugar de acusarme vaya y busque a los delincuentes que bastante tenemos en esta ciudad. Yo tengo cosas que hacer. Puedo retirarme o no? El oficial golpea el escritorio. Respira profundo y le dice - Váyase. Pero sepa que la tenemos en la mira - Ana sale con la frente en alto de la oficina, Carlos se encuentra afuera de la comisaría y le pregunta - Estás bien Ana? - Ella aún con cara de orgullo le responde - Si. Pero nos vamos ya dónde Hilda - Carlos se sorprende y le pregunta - Que? Que haremos dónde esa mujer? - Ana le responde - Esa mujer es muy sabia. Ella tiene las respuestas - Carlos la mira aún con duda.

Mientras tanto Marian se sienta en la silla de los interrogados empieza a hablar - Mi mami, Ari y yo entramos a la torre. Nos separamos. Yo decidí subir por las escaleras mecánicas para buscar en otro nivel. Busque en el área donde se ubicaba una vieja fuente. En ese momento comenzaron los gritos. Era muy extraño. Tenía miedo. Ya había caminando bastante. Entonces se apagaron las luces. Oía pasos. Golpes, gritos. Era muy confuso. Seguí corriendo y encontré el área de los ascensores. Oía que alguien gritaba desde adentro. Luego se oyó la explosión y por último el grito más fuerte. Supongo que fue el de Luis. Luego de eso. Todo se llenó de humo. Corrí al balcón de la torre y con las luces exteriores puse divisar la salida por las escaleras de emergencia. Fue por allí por dónde salí. - El oficial estaba seguro de que ella decía la verdad. Y le pregunto - Estás segura de que solo viste eso? Nada más paso? - Marian recuerda la imagen de la figura blanca pero decide no contarlo y responde - Si. Solo eso vi- Alberto le dice - Gracias Marian. Ya te puedes retirar - Marian era una joven muy educada. Ella sale y se despide agradeciendo -

Ella se encuentra en la sala de espera con María y la abraza - Mami, tenía mucho miedo - María sostiene una de sus mejillas y le pide que se calme. Marian ya más calmada le dice - Mami, hay algunas cosas que quiero que me respondas - María la mira con cara de sorpresa.

Mientras tanto Moisés continúa su conversación con el gato. - Yo necesito que estos dos hombres estén bien armados. Necesitan un cambio de imagen. Pero de eso me encargo yo. Saca de su chaleco una bolsa con varios billetes dentro de ella y entregandosela al gato le dice - Está es la primera parte - cuando logre hacerme con lo demás te entrego otra - El gato mira el contenido de la bolsa, La guarda y le responde - Así se hacen los negocios. - El gato le entrega una tarjeta con un número telefónico y le dice - Aquí está mi número de teléfono. Es temporal. Llámame esta noche y me das las instrucciones. Tengo entendido que la siguiente búsqueda será mañana. No? - Moisés le responde - Asi es. Eres muy astuto gato. No esperaba menos de ti. - Mientras decía esto. Se retiraba. Subía a su camioneta y desde la ventana le dijo - Esperen mi llamada. Este será un muy buen negocio. - Dicho esto. Enciende su camioneta y se va.

En la comisaría Alberto se asoma a llamar a María Sofía a la oficina. Ésta pasa y sentándose le dice al oficial - Nunca he estado en una situación así. Por favor indíqueme que hacer y lo hago - el Oficial le responde - Bueno. Por ahora necesito que me diga todo lo que recuerda de lo sucedido anoche. Todo lo que nos pueda servir para identificar al culpable - María Sofía se queda pensando y empieza a hablar - Bueno. Lo primero que hice luego de entrar a la torre fue dirigirme a las oficinas principales. Pensé que ese era un buen lugar para ocultar la reliquia. Fui revisando una por una. Hasta que oí un grito muy extraño. Era como de una mujer. Luego salí corriendo afuera. Antes de llegar a la entrada las luces se apagaron y no podía ver nada. Yo tenía muchísimo miedo. Y supongo que los demás también. Porque los gritos no se detenían. Después de eso sentía pasos en el piso de arriba. En las habitaciones. Ahí estaba Luis. Lo sé porque al entrar lo ví que iba en esa dirección. Después de eso todo se iluminó con la luz de la explosión. Vi personas corriendo pero no podía distinguir quienes eran con el humo. Y el ruido me dejó completamente aturdida. Era un infierno. Creo que fui quien estuvo más cerca de la explosión. Después de eso puse salir gracias a que la energía eléctrica regresó. Tenía mucho miedo pero logré salir. Es todo lo que puedo decirles- El oficial le pregunta - María Sofía, pudiste distinguir la voz de quienes gritaban? - Ella le dijo que no, a lo que el preguntó - Y Tu fuiste una de las que gritó? - a lo que ella también responde que no. El oficial se levanta y le dice - Bueno señorita. Gracias por su colaboración. Ya puede retirarse. Pero esté atenta a nosotros por cualquier llamada o cualquier información - María Sofía le responde - Está bien señor comisario - antes de irse le dice a Alberto - Abogado, Manténgame informada sobre lo que pase con el cuerpo de Luis. Yo me haré cargo de su funeral - Alberto la mira y le dice que estará a pendiente de ello. María Sofía sale y el oficial con dudas mira a Alberto y le dice - Es muy extraño. Todo coincide. Todo parece perfecto excepto por una cosa. Todos afirman haber oído gritos. Pero ninguno afirma haber gritado. - Alberto le dice - Es cierto. Esperemos a las declaraciones de Ariadna. Alberto se levanta a buscarla pero ella toca la puerta y pasa - Creo que es mi turno - Dice Ariadna.

Mientras María Sofía sale de la comisaría se encuentra con Marian y María. Ellas la interceptan y María le pregunta - María Sofía, te dijeron algo a cerca del funeral de Luis. - Ella le responde, si. Bueno, precisamente le acabo de decir a Alberto que yo me haré cargo del funeral. Probablemente será esta tarde. Pero yo te llamaré y te avisaré. Probablemente será en el panteón de la familia. - Marian le agradece y ésta se retira. Entonces María le pregunta a Marian - Y bien hija, que me quieres preguntar? - Marian le responde - Esperemos que Ari esté presente. Pero tranquila Mami. Todo está bien mientras estemos juntas -

Mientras tanto en la oficina del Comisario Ariadna testifica - Solo recuerdo haber entrado directamente a la Cocina. Estabamos seguras de que ahí estaba la reliquia ya que a mí me tocó el mapa de la torre. No sé si debía decirles eso - El oficial le recalca que debe decirles todo lo que les sirva de apoyo. Ella continúa - Bueno. Mami y yo nos dirigimos a la cocina. Empezamos a buscar y no encontrábamos nada. Luego mi mamá encontró la reliquia y fue en ese justo momento cuando todo empezó. Era como si alguien nos vigilara. Las luces se apagaron. Mami se separó de mi. Oia gritos. Fue horrible. Yo entre en crisis y solo podía llorar. Luego todo empeoró cuando oí la explosión y casi muero con el grito de Luis. A duras penas pude salir. Yo caminaba sin saber a dónde iba. - El oficial le pregunta - Eso es todo lo que viste? No viste nada fuera de lo normal? - Ariadna le pregunta - Como? Usted cree que de verdad apareció un fantasma en la torre? - El oficial le responde - No. Pero no te preocupes niña. Te aseguro que atraparemos al culpable y pagará por sus crímenes. Ya puedes irte.- Ariadna le dice - Yo también espero. Porque yo logré encontrar una reliquia. Eso me pone en peligro. Mis hermanos harían lo que fuera por quedarse con la torre - Dicho esto se retira de la comisaría. De esta forma los interrogatorios terminan. Ariadna se encuentra con su hermana y su Nana. Juntas se abrazan y se retiran del lugar. El oficial en su oficina recibe una llamada y después de atenderla le dice a Alberto - Alberto, Ya pueden retirar el cuerpo del joven. Y usted ya puede irse. Pero sepa que estamos tras la pista de ese asesino. Esto no puede quedarse así- Alberto le da más gracias y se retira del lugar.

Ana y Carlos llegaron a la casa Hilda. Una anciana vidente con grandes poderes psíquicos para ver el futuro y sus consecuencias. Ana acudía a ella frecuentemente. Sobre todo en las situaciones más desesperantes. Tocan la puerta y una joven de cabello corto la abre y les dice - Buenas tardes. Quienes son ustedes? Tienen una cita previa? - Ana se disponía a Responder pero desde dentro de la casa, una voz inquietante. Como e una mujer que fuma mucho dijo - Dejala pasar David. Yo la estoy esperando. - Ana le dice al joven en la puerta - David, Ya oíste. - Y la mira levantando una ceja. David, el hijo de la vidente. Abre la puerta y los dos pasan. Carlos le sonríe cordialmente a David mientras pasa. Al llegar al consultorio encuentran una habitación llena de antigüedades. Figuras e imágenes propias de actividades esotéricas. Una mesa en el centro con un extraño jarrón y una escultura de un pequeño anciano tallado en madera. Ahí estaba Hilda. Una anciana con apariencia extravagante de cabello rebelde y siempre usando lentes obscuros. Como si la luz le molestara en sus ojos. Ellos ya habían estado en ese lugar. Por lo que sabían que hacer. Carlos siempre se quedaba en la entrada de la habitación y Ana se sentaba frente a la anciana Hilda. Nunca se saludaban. Hilda con solo notar su presencia se percataba de todos sus problemas. Ana después de sentarse le dice - Hilda, Estoy aquí por un problema familiar - Hilda le responde - Lo sé. La muerte... - Ana voltea a Mirar a Carlos con algo de miedo. Luego regresa la mirada a Hilda y le pregunta. - No era precisamente ese el problema. Sino la disputa que hay por la herencia de mi padre. El ha inventado una forma ridícula de competir por la herencia. Y me siento en desventaja. ¿Que puedo hacer para quedarme con esa fortuna? - Hilda toma arena del jarrón. Extiende la mano hacia Ana. Ella toma la mano de la anciana y entre las dos empuñan la mano. Hilda se quita sus lentes con la otra mano y le dice - Tu ya conoces la forma de ganar. Pero te advierto. En cada rincón de tu aura. Solo veo muerte. Y si continúas en ese juego. Solo eso atraerás. Solo una cosa más te diré, estás impregnada del aroma de la muerte. Y si quieres evitarla; Olvida todo y vete lejos. - Ana suelta su mano, se levanta y le dice - Esto es ridículo. Es absurdo. Yo soy una heredera. Nadie tiene porque morir. Yo tengo que quedarme con todo! - Hilda le responde - Ese deseo de poder es el que los destruye. Lo he visto muchas veces. Tu solo piensas en ti misma. Hay un heredero detrás de ti que te ama y ni siquiera en el piensas. - Ana se queda atónita con esas palabras, con mirada perdida suelta una lágrima. Pero con firmeza y orgullo se voltea a la bruja y le responde. - Nosotros encontraremos la forma de quedarnos con todo sin que la muerte toque a nadie - Al decir eso se dispone a salir. Hilda le dice antes de eso - Mujer. La muerte ya empezó. Y tú lo sabes... Es más. Dentro de unos momentos será enterrada su primera víctima - Ana con enojo respira profundo y le dice - Gracias por tu servicio Hilda, te haré llegar tu buena paga. Cómo siempre - Al decir esto se van de la casa. Hilda la mira salir y le dice a David - Hijo, prepara un hechizo de limpieza. Esa mujer dejó la casa impregnada con la fragancia de la muerte -

Llegada la tarde. Los herederos se preparaban para el funeral de Luis. En el Panteón del alma se encontraban María Sofía, Ingrid, Zaul, María, Marian y Ariadna. Junto a unos pocos conocidos de la familia. María Sofía se encontraba cerca del cajón donde yacía el cuerpo sin vida de Luis. Ella se acercó y lo miró con mucha nostalgia. Recordando su infancia en el orfanato y luego en la mansión del alma. Junto a sus demás hermanos, su Nana y su padre. Ella recordaba que los demás siempre trataban de burlarse de él por ser el menor y ella siempre lo defendía. En ese momento sus recuerdos son interrumpidos por la voz de Ingrid - María Sofía. Tal vez no me recuerdes. Yo soy Ingrid, la hija del señor Zaul. En serio lo siento mucho. Tú pareces una muchacha muy fuerte. Pero estoy segura de que en el fondo estás afectada con todo esto - María Sofía vuelve su mirada hacia Ingrid y le dice - Gracias. Y si se quién eres. Haz ayudado mucho en todo esto - Ingrid le responde - Hago lo que puedo - En ese momento Marian y Ariadna también se acercan a la conversación y Marian abrazando a Ariadna les dice a todas - No hay un precio para tanto dolor - Ariadna añade - Luis y yo éramos los menores. Teníamos eso en común. Siempre estábamos llorando por los demás. - María Sofía añade - Y ahora nosotras lloramos por el. Marian la mira con algo de comprensión y nostalgia. Ingrid intenta consolarlas diciendo - Tal vez está en un lugar mejor - Marian le pregunta - Tal vez? - y ella responde - Bueno, mi don nunca ha sido consolar a la gente. Hago lo que puedo - Todas ríen como si por un momento olvidaran el dolor que están pasando. María al notar esto se acerca y les dice a Marian y Ariadna - Hijas, acompañenme por un café - al retirarse, Ingrid y María Sofía se miran entre ellas extrañadas. En ese momento una camioneta se estaciona en la entrada del panteón. Y de ella se bajaba Moisés junto a dos hombres muy bien vestidos pero con un rostro que daba miedo. Ellos junto a Moisés se acercan al lugar del funeral. Pero Moisés se detiene en el camino y les dice - Escuchen bien. - El ratón mira al sordomudo con una sonrisa de picardía. Moisés se retracta y dice - Bueno, Ratón, Oye bien tú y luego dile esto a tu compañero. Tu qué sabes cómo comunicarse con el - El ratón Le responde - Bueno jefecito, a él le dicen sordomudo. Pero la verdad es que es solamente mudo. Pero la gente al sentirse confiada de que no oye nada, suelta los secretos sin inseguridad. Y esto sirve de mucha ayuda al patrón para enterarse de las cosas - Moisés se ríe y recordando que está en un funeral se detiene y les dice - Bueno. No les puedo decir Ratón y Sordomudo delante de la gente. Sería algo ordinario. Sin ofender. Así que desde ahora serán Eduardo y Victor - El ratón se agrada por esto y dice -Yo soy Eduardo - Moisés chasquea los dedos y dice - Perfecto. Entonces Ratón ahora eres 'Eduardo' Y Sordomudo, ahora eres 'Victor'. Vamos a la fiesta. Estén atentos a todo - Continúan caminando y en ese momento pasan al lado de ellos Ana y Carlos. Ana nota la presencia de sus guarda espaldas y los mira de forma despectiva. Zaul al notar el pequeño roce entre hermanos se acerca a Ingrid y le dice - Hija, vamos a la cocina y veamos en qué podemos ayudar - María Sofía los mira y luego mira a sus hermanos recién llegados.

Mientras tanto en la cocina. Zaul le da una bandeja metálica a Ingrid con muchos vasos con café recién hecho. Ella la toma con sus manos y al notar que está caliente la suelta y Alberto, quien acababa de llegar la toma con un pañuelo y la deja junto a un mesón cercano a ellos. Rápidamente le pregunta a Ingrid - Estás bien? - ella sorprendida le responde - Si. Es que no había notado que ya habías llegado. Tardaste un poco - El le respondió - Alguien tenía que traer al cura - Alberto le deja su pañuelo y se retira. - Ya va a comenzar la despedida - Dice.

Ingrid toma el pañuelo y suspira. Luego se queja de dolor por las leves quemaduras en sus manos.

Mientras tanto el cura rezaba y daba las últimas palabras para Luis. Todos parecían realmente tristes. El cuerpo de Luis fue enterrado y una lápida con una inscripción que decía 'Luis Robinson' fue puesta sobre su tumba. Todos esperaron un momento. Luego se dieron la vuelta para irse. Excepto Ana quien miraba todo el panteón como buscando algo - Alberto lo nota y le pregunta - ¿Que estás buscando Ana? - a lo que ella responde - Nada - Moisés le dice a Alberto - ¿Tú qué crees empleado? Está ubicando los posibles lugares donde pueda estar la reliquia - Alberto sorprendido y enojado les pregunta - Y ustedes pretenden continuar con esa tontería? - Todos se quedan en silencio - Alberto añade. - Nunca había conocido gente como ustedes... Pues bien, están en todo su derecho de continuar su búsqueda. Pero yo no me hago responsable por lo que suceda. Miren a su alrededor, toda esta gente murió y nadie se trajo nada a la tumba. Y acaban de enterrar a su hermano. Un asesino está suelto y ustedes solo piensan en dinero - Ana le dice - Alberto. Eres el abogado de la familia. No deberías aundar en el terreno de lo personal. Danos todas las directrices para la próxima búsqueda. Porque no se los demás. Pero yo si necesito esa herencia - Alberto la mira y respirando profundo y con impotencia responde. - La próxima búsqueda deberá ser la noche de mañana. A las 6 de la tarde todos deben estar en cualquiera de las entradas del bosque del alma. A las 6 de la mañana finalizará la búsqueda. Sí en ese lapso de tiempo nadie encuentra la segunda reliquia. Habrán perdido esa propiedad. Es todo lo que tengo que decirles. Hasta luego - da la vuelta y se retira.

Moisés, Victor y Eduardo suben a la camioneta y mientras Eduardo manejaba le pregunta - Jefe. Tengo una duda. Para que quiere usted un Bosque? Quien querría ser el dueño de un montón de tierra y monte? - Moisés le responde - Tu trabajo no es preguntar. Es protegerme. Sin embargo te responderé... Ese no es un bosque común. Es una atracción turística con mucho prestigio. Muchos visitantes vienen y pagan por caminar en el y tomarse fotos. A parte de eso hay una cabaña en el que sirve como hotel para personas extravagantes y aventureras. O también para la familia. Es una propiedad que genera dinero a diario. - Eduardo sorprendido le responde - Entiendo. Menos mal somos tres. Así tendremos más probabilidades de hayar la reliquia -

Mientras tanto Ingrid aún en el panteón ayuda a su padre a limpiar el lugar y le pregunta - Papá. Que aquí no deberían haber empleados? - Zaul le responde - Hija. En todas las propiedades de los Robinson hay empleados. Pero todos están en un receso ya que actualmente se está decidiendo quien será su nuevo jefe. Y todo esto depende de lo que pase después de la búsqueda. Por ejemplo, si Ariadna logra quedarse con la torre. Ella será nuestra nueva jefa. Y así en cada propiedad. Solo a mi se permite estar presente en todas estas actividades por ser el empleado de más confianza del don - Ingrid reflexiona y le pregunta - Entonces tu conoces muchas cosas de esta familia papá. Quizá hasta sepas dónde están algunas de las reliquias. Deberíamos ayudar a María Sofía. Esa muchacha es muy buena - Zaul se sorprende por este comentario y suelta sin querér dos tazas de sus manos. - Hija! No debemos meternos en ese asunto

Eso es cosa de ellos. Nosotros solo somos empleados. La señorita Ana a cada rato lo dice. Incluso a Alberto se lo dice. Así que es mejor mantenernos al margen de todo eso. Mejor deja de preguntar locuras y ve a guardar las tazas antiguas a la bodega. - Ingrid lo mira con algo de molestia y le dice - Perdón! Solo era una pregunta...- Ingrid toma las tazas y de dirige a la bodega. Estando ahí ubica las tazas en la parte superior de una de las grandes vitrinas. Y mientras lo hacía una figura blanca pasa por la puerta. Ingrid a penas pudo mirarla. Pero se llenó de miedo y salió de la bodega. Buscó a Zaul y le dijo. - Papá, creo que ví algo. Mejor vámonos - Zaul con sorpresa le responde - Que viste hija? - Ellas lo toma de la mano y lo saca del lugar diciendo - Vamos! -

Al mismo tiempo en un café cercano a la casa de María se encuentran Marian, Ariadna y María. La hermana menor mira el lugar y les pregunta - Vamos a tomar más café? - Marian le responde - No. Es que hay algo que quiero preguntarle a Mami y quiero que tú estés aquí presente para oír su respuesta - Ariadna y María se sorprenden y María pregunta - Que es eso que me quieres preguntar hijita? - Marian mira a Ariadna y dice - Es que es muy extraño que hayas conseguido la reliquia en esa torre tan grande. Francamente, yo pensé que nadie la encontraría. Es como buscar una aguja en un pajar. - María respira profundo y con cierto alivio le dice - Era eso. Pensé que ibas a preguntarme otra cosa - Ariadna complementa su frase preguntando - Como por ejemplo? - María le responde - Nada Ari, cosas mías. Y bueno, yo encontré la reliquia porque el mapa de Ari era el mapa de la torre. Y porque intuí que la podía encontrar en ese lugar. Recuerden que yo conviví mucho tiempo con el don. Y conocía sus manías y sus costumbres. Por eso las ayudo. Tengo una idea de dónde puede estar cada reliquia. Sino yo me quedara en la casa y la mandara a cada una con dos muchachos del barrio - Mientras decía eso se reía. Marian le dice sonriendo - Bueno, era eso. Ahora vámonos. Antes de que nos traigan el menú. - Ariadna se ríe y se va con María. - Marian se detiene un segundo en la caja del lugar a comprar golosinas. Mientras miraba salir a María y Ariadna con su típica mirada de ojos entrecerrados. Como si sospechara algo.

Por fin llegó el momento de la segunda búsqueda. El bosque del alma tenía una entrada principal en la que se encontraban Alberto, Ingrid, Zaul, María Sofía, Mariangel y Reinaldo. Tenía otras cuatro entradas. En una de ellas se encontraban Carlos, Ana, Moisés y sus dos guarda espaldas. Y en Otra se encontraban María, Marian Ariadna y su Madrina Alicia.

En la entrada principal Zaul llama a Alberto y a Ingrid. Le entrega una llave a cada uno y les pide que vayan a las otras dos entradas. Y que a las 6 de la tarde abran las puertas para que de inicio la búsqueda. Así lo hacen. Zaul se dirige a la puerta 3. En la que están Ana y los demás. Ingrid por su parte se dirige a la Puerta 5. En la que están Marian y los demás.

Los herederos al verlos llegar imaginaron que la búsqueda empezaría pronto. Llegaron las seis de la tarde y las puertas se abrieron. Los herederos entraron sin imaginar lo que les esperaba. Todos estaban ansiosos. Y en seguida se dispersaron por el hermoso bosque del alma. Ana y Carlos decidieron ir al área de los árboles con rostro. Nombrados así ya que durante con su crecimiento. Fue tallada una cara en cada uno con una expresión diferente de la otra. Era difícil pero les pareció que debían empezar por el lugar más difícil y terminar en el fácil. Que sería la cabaña. Moisés se adentró y se acercó al riachuelo. Hizo una pequeña reunión y les dijo a sus guarda espaldas. - Esto es lo que haremos - Victor, te quedarás conmigo y me ayudarás a buscar. Y tú Eduardo irás a buscar en el área de los árboles gigantes. - Eduardo le respondió - Porqué se llama así? - Moisés le respondió - Porque son árboles especiales que crecen más de lo normal. - Eduardo le respondió - Entiendo - y se fue solo al área asignada por su jefe. Mientras Moisés y Víctor seguían buscando en las orillas del riachuelo. María Sofía se encontró sola en la cabaña. Que estaba muy cercana a la puerta principal del bosque. La cabaña era pequeña. Seria fácil buscar ahí. Entonces ella entró. Encendió las luces y empezó a buscar.

Por otro lado, Ariadna se fue con su madrina al lugar de la cueva. Era una especie de túnel no muy profundo construido para experimentar lo que se siente estar hibernando como algunos animales.

Marian y María se quedaron cerca de la pequeña taquilla en la que se vendían los boletos para entrar al bosque.

En la entrada del bosque se quedaron Ingrid, Zaul, Mariangel, Reinaldo y Alberto. Este último les dice - No los voy a poner en peligro, así que lo mejor es que nos vayamos y regresemos mañana temprano - así lo hicieron. Mariangel y Reinaldo subieron cada uno a su auto y partieron. Ingrid y Zaul se fueron en el auto de Zaul. Y Alberto se subió a su auto. Justo antes de arrancar. Oyeron un grito de ayuda. Inmediatamente todos bajaron de los autos y se miraron unos a otros. Nuevamente se oyó el grito y Reinaldo dijo - Es María Sofía - Todos corrieron a la entrada principal del bosque. Y se adentraron en el. Sin pensarlo se separaron. Ingrid se quedó sola y solo podía correr por el bosque y cuando se dió cuenta estaba perdida. Oía los gritos y sintió la presencia de dos individuos acercándose a ella. Lo único que se le ocurrió fue esconderse detrás de un árbol y en medio de su miedo y desesperación oyó la voz de Ariadna decir - Eres muy mala para esconderte - Ingrid se alivió y salió de su refugio. Les dijo - Son ustedes. Casi me matan de un infarto - respiraba mucho mientras Marian le decía - Respira. Cansada no será de mucha ayuda - Ingrid les pregunta - Y donde dejaron a La señora María y a la otra señora - Ariadna le respondió - Están en un lugar seguro. Descuida. - Marian mira a Ingrid y le pregunta - Que haces aquí? Pensé que iban a esperar afuera. - Ingrid aún tratando de recuperar el aliento tras el susto le responde - Oímos un grito de María Sofía y corrimos a ver que pasaba. Pero cuando nos adentramos yo me desvié y llegué aquí. - Marian la mira con sus ojos entre cerrados y le responde - Entiendo - Ariadna añade - También lo oímos. Venía de la cabaña. Vamos allá - Rápidamente se dirigieron a la cabaña - mientras tanto María y Alicia conversaban sentadas en un banco cerca de la entrada del bosque a cerca de lo que sucedía. Alicia comenta - Dónde podrá estar esa reliquia? Ojalá la encuentren nuestras niñas rápido para irnos de aquí lo mas pronto posible. - Observa a María preocupada y le dice - Calmante comadre. Ese grito seguro fue porque la muchacha morenita vió una araña o algo así. Ya ves que todo se calmó - María respira profundo y más calmada le dice - Tal vez tienes razón Ali. Esas muchachitas son muy fuertes de voluntad. Sobre todo Marian. Fíjate que no les dió miedo ir a ver que pasaba. Y bueno, El Don era muy misterioso y le gustaban mucho las adivinanzas y los acertijos. Éste bosque es muy grande. Pero lo más probable es que esa reliquia esté en alguna de las estatuas que el mandó a poner a lo largo de estas tierras. Pero dentro de la cabaña hay una. Por eso todos van a ir en algún momento a revisar. Mientras terminaba de decir esto más allá en el bosque se encontraba Eduardo. Él Vió una de las estatuas. Ésta tenía puesto un collar que parecía antiguo. Al verlo, se lo arrancó y dijo - Esto debe valer una fortuna - Y una voz lo sorprendió preguntándole - Que tienes ahí? - Rápidamente lo guardó en su chaqueta y se volteó para responder. La voz era de Zaul, quien estaba acompañando de Reinaldo y al darse cuenta de que eran ellos - Eduardo respondió - Siento que eso no es asunto suyo, mejor ocupese de lo suyo - mientras lo decía se reía de forma grosera. Reinaldo le preguntó - Hermano, Un grito fuerte se oyó por todo el bosque. No te da curiosidad saber quién fue? Alguien está en peligro y necesita ayuda - Eduardo respondió - Yo no vine a cazar gritos ni a ayudar gente. Eso se lo dejo a otro. Yo tengo mi trabajo y voy a continuar con el. Así que permiso y buena suerte con sus gritos - Dijo esto y se retiró pasando por el lado de Eduardo quien pudo mirar su tatuaje detrás de su oreja. Zaul le dice a Eduardo - Esta gente no tiene remedio. Vámonos - dicen esto y se marchan en la niebla de la noche a la cabaña.

Ana y Carlos por su parte - Detienen solo un segundo su búsqueda para mirarse mientras oyen en el grito. A lo que Ana dice - Trucos para distraernos. Sigamos -

Mientras tanto en la cabaña María Sofía se encuentra con Alberto y Mariangel. Alberto la mira muy asustada mirando hacia la ventana del segundo piso y le pregunta - Estás bien María Sofía? Mariangel le pregunta también - Que tienes? Estás herida? María Sofía responde - Yo ví algo. A alguien. Ahí. Y no era ninguno de nosotros - Alberto mira la cabaña y en ese momento una leve lluvia cae sobre el lugar. Mariangel les dice es mejor que entremos. Juntos se llevan a María Sofía dentro del lugar.

Moisés y Víctor en medio de la lluvia buscan un refugio. Entran en una tienda de campaña que Víctor había armado previamente. Se sientan a esperar que deje de llover y Moisés dice - Estúpida lluvia - Víctor lo mira y sacando un block de notas y un lápiz escribe; 'Tengo un mal presentimiento.' Moisés lo mira y le dice - No necesito actitudes negativas en este momento. Lo que necesito es saber dónde está Eduardo. Ya debió haber regresado para saber que vió y que encontró - Víctor escribe nuevamente 'Debe estar esperando que deje de llover' Moisés Lee el mensaje y le dice - Eso espero -

Mientras tanto Zaul, Marian, Ingrid, Ariadna y Reinaldo se encuentran en la entrada de la cabaña. Ingrid les grita - Dónde estaban?! - Zaul le responde - Entremos a la cabaña y hablemos ahí mejor -

Una vez que entran se encuentran en la cabaña con Mariangel y María Sofía quien ya se encuentra más calmada. Marian y Ariadna van con María Sofía y le preguntan que le sucedió. Alberto les responde - Esperemos a que esté más calmada. Ustedes están bien? - Ariadna le responde - Si. Solo estamos algo mojadas - Mariangel se levanta y dice - Es mejor que prepare café. Deben tomar algo caliente si se mojaron con la lluvia - Ingrid se ofrece a ayudarla.

Marian preocupada dice - Yo me tengo que ir. Debo buscar a Mami y a mi madrina. No sabemos cómo están ellas - Marian sabiendo que intentaría detenerla rápidamente sale de la casa. Reinaldo se va tras ella y bajo la lluvia la persigue gritándole su nombre. Ella no se detiene y Reinaldo no tiene más opción que abrazarla por la espalda ella le pide que la suelte y trata de safarse de los brazos de Reinaldo pero sus esfuerzo es inútil ya que el tenía mucha más fuerza que ella. El le pregunta- Si te suelto, me prometes que no vas a correr? - ella le responde agotada que si. El la suelta lentamente y le dice - Dime dónde están y yo las buscaré y las llevaré a la cabaña - mientras le dice esto. Le pone una mano en su mejilla. Y ella le dice - Están cerca de la entrada. En uno de los asientos de las taquillas - Ella mira a mano de Reinaldo y el la retira inmediatamente y le dice - Está bien dejar de ser fuerte por un momento. Vete a la cabaña por favor. - Marian se queda parada en la lluvia mientras él sale corriendo a buscar a María y a Alicia.

En ese momento algunos focos que estaban esparcidos por el lugar para iluminar se explotan por motivo de la lluvia. En la cabaña se asustan cuando solo una pequeña luz queda encendida y la puerta se abre misteriosamente. Todos asustados esperan ver quien entra y la voz de Eduardo se escucha - Buenas noches - dice.

Todos se extrañan al verlo y María Sofía le pregunta - Tu no eres una de las mascotas de Moisés? - El se ríe y le dice - No. Yo soy uno de sus asistentes. - Alberto le dice - Pasa y siéntate. Al momento llega Marian y todos preocupados le preguntan cómo se encontraba. Eduardo al mirar se impresiona y dice - A mi no me recibieron así. Mariangel le da una taza de café a cada uno mientras la última luz del lugar se apaga. Todos se llenan de miedo y Zaul dice. - Hay un sistema de luces de emergencia, pero para encenderlas hay que ir a donde está el cajetín. Yo puedo ir a encenderlo - Ingrid le dice - Es peligroso. Yo iré contigo - María Sofía y Mariangel dicen - Yo también! - Alberto toma las manos de Ingrid y les dice - Ninguna de ustedes irá. Los hombres iremos - Eduardo se ahoga y empieza a toser sin que nadie lo ayude y Alberto lo mira y le dice - Todos los hombres -

Al final del bosque la lluvia parecía cesar. En un banco se encontraban Ana y Carlos resguardados por la chaqueta de Carlos. Ana le dice - Que miserables parecemos - Carlos le dice - Al menos estamos juntos -

Ana recuerda las palabras de Hilda y le dice a Carlos - Yo no me voy a morir - Carlos extrañado le dice - Claro que no. Bueno... No ahora. Pero en algún momento tendrás que morirte amor - Ana se ríe y recuerda el motivo por el que se enamoró de él. Pero rápidamente cambia su semblante, ella odiaba parecer débil. Carlos al ver esto se entristece.

En medio de la oscuridad, en la entrada de la cabaña, Zaul, Alberto y Eduardo se disponían a salir a encender las luces de emergencia. Ingrid le pregunta a Alberto - Seguro estarán bien? - el le responde - Si. Y cuando vuelva, me gustaría hablar contigo - Dice esto se va junto a los otros dos. Las mujeres quedan en la cabaña y Marian, María Sofía, Ariadna y Mariangel se miran entre ellas con una sonrisa sospechosa. Ingrid nota esta complicidad y les pregunta - Que pasa? - Ariadna le responde - Es obvio que se gustan - y Mariangel le responde - Yo estoy segura de que si. Sino fuera así te hubiera decapitado el día que interrumpiste la lectura del testamento - Ingrid le responde -Yo solo soy una empleada. No tengo oportunidad con el - Marian le responde - Sino fueras importante, no estuvieras aquí. - Mariangel le dice - Es cierto - Ingrid les dice - Bueno, mejor cambiemos el tema. Ustedes me están confundiendo más - todas ríen e Ingrid le pregunta a María Sofía - Dinos María Sofía, Porqué gritaste? Que te pasó? - María Sofía borra la sonrisa de su rostro y le responde - Es por algo que ví - Marian le pregunta - Que viste? - María Sofía agacha la cabeza y responde - No estoy muy segura. Yo entré a la cabaña, Revisé todo el lugar y no encontré nada. Incluso revisé en el segundo piso y no había ni señales de la reliquia. Tomé la decisión de salir y buscar en otro lado. Entonces cuando estaba ya afuera, frente a la cabaña vi la luz del segundo piso estaba encendida. Se podía ver a través de la ventana y yo ya la había apagado. Entonces una figura extraña apareció y fue cuando grité - Todas se asustaron y la curiosidad de Ingrid se encendió. Ella les dijo en seguida - Yo también ví esa figura en el panteón. Pensé que era mi imaginación. Pero veo que no es así. Algo anda por ahí asustandonos. En ese momento las luces regresan y asomándose por la ventana Ariadna le dice a Marian - Ya dejó de llover y la energía regresó. Deberíamos ir a buscar a Mami y a mi Madrina - Marian dice - Es verdad, Reinaldo ya debería haber regresado. - Mariangel dice - Zaul y los demás también. - Entonces Ingrid se levanta y les dice - Bueno, no sé ustedes. Pero nunca me quedó bien el papel de princesa encerrada en la torre. Así que yo iré a buscar a mi papá - Mariangel me dice, Yo iré contigo. María Sofía dice - Yo seguiré la búsqueda de la reliquia - Y Ari concluye diciendo - Pues vámos - Todas salen de la cabaña.

Cerca una de las entradas del bosque Eduardo le dice a Zaul y a Alberto - Tenemos horas buscando ese cajetín y no aparece. A demás, Ya la energía regreso. Yo mejor me voy a lo mío - Eduardo se separa de los otros dos y se marcha solo. Zaul y Alberto se miran. Alberto le dice a Zaul - Ese cajetín no existe verdad Zaul? - Y el responde - Así es. Yo solo quería Alejar a ese loco de las muchachas. No sé si se dió cuenta Joven Alberto. Pero ese muchacho está armado, y parece haber estado consumiendo drogas. Es más, es muy extraño que no esté con su jefe y su compañero. - Alberto se sorprende con la inteligencia de Zaul y le responde - Si. Yo noté algunas cosas. Pero lo mejor es que nos regresemos a la cabaña. - Dicho esto se disponen a regresar a la cabaña.

En ese momento un disparo se escucha en medio del bosque. Todos los presentes se miran unos a otros. Marian y Ariadna corren a buscar a Su Madre y a Alicia. Pero se encuentran con Ana y con Carlos - Que quieren ustedes? Pregunta Ana - Ariadna le grita - Nada. Encontrar a Mami - Otro disparo se oye rápidamente y los 4 se van juntos en medio de la niebla. Mientras tanto Ingrid y Mariangel corren buscando a Zaul y a Alberto y encuentran la tienda de campaña de Moisés. Pero dentro de ella se encontraba solamente Alicia. Al verla Ingrid le pregunta - Está bien? - Ella responde - Si. Pero me separé de mi comadre cuando oímos el primer disparo - Juntos se levantan y se van a buscar el resto. Moisés Y Víctor se encuentran con Ingrid y Mariangel. Moisés les grita - Que hacen aquí intrusas? - Mariangel le responde - Dónde están Zaul y Alberto? - Moisés le responde - Y yo que voy a saber? - Oyen un tercer disiparo. Se miran y corren al lugar desde donde vienen los disparos.

Cae el amanecer en el bosque y en la orilla del lago. Mariangel, Moisés, Ingrid y Víctor encuentran a María Sofía llorando con la reliquia en sus manos. Junto a ella se encontraba María con las manos ensangrentadas y el cuerpo sin vida de Eduardo. Llevando en sus manos el arma de dónde venían los disparos. Al momento llegan Ana y Carlos junto a Marian y Ariadna y por último llegan Zaul, Alberto y Reinaldo y al ver la escena se quedan sorprendidos. La búsqueda de las reliquias había dejado una víctima más en el bosque del alma.

                         

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