Capítulo 4 4

Faro me sirvió un martini antes de sentarse en el sillón frente al mío en mi despacho. - Tienes un aspecto horrible, Cassio.

Le dediqué una sonrisa tensa. - Otra noche sin dormir.

Dio un sorbo a su bebida y me miró con desaprobación. - Di que sí a Rizzo. Necesitas una esposa. Puedes tener una en menos de cuatro meses. Te quiere desesperadamente en su familia, salvándole el culo, si no, no habría esperado todas estas semanas a que te decidieras. Estoy segura de que ya podría haber encontrado otro marido para su hija.

Me bebí la mitad de mi martini de un trago. - Casi catorce años entre nosotros. Te das cuenta de que tendré que esperar a que la chica cumpla dieciocho.

- Entonces tendrás que casarte con una viuda. ¿Realmente quieres a una mujer que ya ha estado unida a otro hombre después de lo de Gaia? - preguntó en voz baja.

Hice una mueca. La mayoría de los días intentaba olvidar a Gaia, e incluso Daniele dejó de preguntar por su madre al darse cuenta de que no iba a volver. Ha estado muy callado desde entonces, sin decir una sola palabra.

- No", le dije con severidad. - Nada de viudas. - No sólo no quería arriesgarme a que se repitiera, sino que todas las viudas del mercado tenían hijos y no quería que mis hijos tuvieran que compartir su atención. Necesitaban todos los cuidados y el amor posibles. Estaban sufriendo y, por mucho que lo intentara, yo no era la persona que podía darles lo que necesitaban.

- Por el amor de Dios, llama a Rizzo. ¿Cuál es el problema? La niña pronto será mayor de edad.

Le miré.

- 'Otros hombres matarían por tener la oportunidad de volver a tener a una joven sexy en su cama, pero tú te haces el 'pobre de mí' cuando te la ofrecen en bandeja de plata.

- Si no fuéramos amigos de la infancia, te arrancaría un dedo por ese tono", le dije.

- Me alegro de que seamos amigos", dijo Faro levantando la copa.

***

Después de otra noche de llanto, llamé a Félix por la mañana. - Hola, Félix. Soy Cassio.

- Cassio, qué placer. ¿Supongo que has tomado una decisión sobre un enlace con mi hija?

- Me gustaría casarme con ella. - Esa no era exactamente la verdad. Ella era la única opción para salvar mi cordura. - No puedo esperar. Sabes que tengo dos niños pequeños que necesitan una mamá.

- Por supuesto. Giulia es muy considerada. ¿Podríamos organizar la boda para principios de noviembre, el día después del decimoctavo cumpleaños de Giulia?

Apreté los dientes. - De acuerdo. Me parece razonable.

- Me gustaría que la conocieras antes, para que podamos discutir los detalles del banquete. Va a ser mucho trabajo organizar una gran boda en tan poco tiempo.

- ¿Insistes en una gran fiesta?

- Sí. Giulia es nuestra única hija, y mi mujer quiere organizar algo especial para ella. Con nuestro hijo, no puede planear todo lo que le gustaría. Sin mencionar que, considerando nuestro estatus, será una reunión social importante, Cassio.

- No puedo involucrarme en la planificación. Ya tengo bastante con lo mío, así que tu mujer tendría que hacerlo todo.

- Eso no será un problema. Discutamos los detalles cuando vengas, ¿de acuerdo? ¿Cuándo puedes hacerlo?

Sybil pensaba pasar el fin de semana en mi casa para vigilar a los niños. - En dos días, pero no puedo quedarme mucho tiempo.

- Perfecto. Tomaste la decisión correcta, Cassio. Giulia es maravillosa.