Amor Doloroso
img img Amor Doloroso img Capítulo 5 5 Hagamos una apuesta
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Capítulo 10 Juelz me ha salvado. img
Capítulo 11 Esperando que vuelvas a suplicarme img
Capítulo 12 El amor es débil. img
Capítulo 13 Ella tiene una deuda conmigo img
Capítulo 14 El niño es tuyo, ¿Tú confías en mí img
Capítulo 15 No hagas esto... img
Capítulo 16 Duele demasiado img
Capítulo 17 Un estado crítico. img
Capítulo 18 Lo mereces. img
Capítulo 19 La verdad saldrá a la luz. img
Capítulo 20 Credence, déjame ir img
Capítulo 21 Ha sido tan doloroso amarte img
Capítulo 22 Bien juega quien mira img
Capítulo 23 ¿Estás feliz ahora img
Capítulo 24 Nunca puedes despertar a una persona que finge estar dormida. img
Capítulo 25 Secuelas graves img
Capítulo 26 Yo mismo educaré a mi mujer img
Capítulo 27 ¿Estás dispuesta a hacer cualquier cosa img
Capítulo 28 La amabilidad de apagar el fuego por usted img
Capítulo 29 ¿De verdad crees eso img
Capítulo 30 Un doloroso beso img
Capítulo 31 Celos img
Capítulo 32 ¿Qué intentas hacer img
Capítulo 33 ¡No! ¡Déjame ir! img
Capítulo 34 Un trato img
Capítulo 35 Atrapado en un gran dilema. img
Capítulo 36 Causando problemas. img
Capítulo 37 ¿Tienes el corazón roto img
Capítulo 38 ¿Realmente eres tan miserable img
Capítulo 39 Verdaderamente me das asco. img
Capítulo 40 Una amenaza. img
Capítulo 41 Estás equivocado. img
Capítulo 42 Algo sospechoso img
Capítulo 43 Investiga inmediatamente img
Capítulo 44 Siempre hay una solución para los problemas img
Capítulo 45 ¡No me toques! img
Capítulo 46 Demasiado Desagradable img
Capítulo 47 ¿Qué intentas hacer img
Capítulo 48 El dolor de su recuerdo img
Capítulo 49 Latidos img
Capítulo 50 Arriesgando su vida con esas actuaciones img
Capítulo 51 Cambia de hombre y de estilo de vida img
Capítulo 52 ¿Podrías abrazarme img
Capítulo 53 Todo calculado img
Capítulo 54 Si quieres jugar, jugaré contigo img
Capítulo 55 Credence, no lo hagas. img
Capítulo 56 ¿Estás feliz ahora img
Capítulo 57 Odiaba a aquella mujer en frente de ella. img
Capítulo 58 Un peón. img
Capítulo 59 Demasiado Cruel img
Capítulo 60 Un pensamiento maravilloso. img
Capítulo 61 ¿Puedes hacerlo img
Capítulo 62 La Odia Tanto img
Capítulo 63 Me Duele Aquí img
Capítulo 64 Estas fueron las instrucciones del señor Scott img
Capítulo 65 Dispuesta a hacer cualquier cosa por ti img
Capítulo 66 Debía entregarse a él cuando él quisiera img
Capítulo 67 Perdió el control img
Capítulo 68 Huecos img
Capítulo 69 Imposible img
Capítulo 70 Desaparecida img
Capítulo 71 Dolor era lo único que sentía img
Capítulo 72 De cerca img
Capítulo 73 ¿Cansado de vivir img
Capítulo 74 Deténte allí, no te acerques más img
Capítulo 75 Será doloroso, tenga paciencia img
Capítulo 76 Simple pero salvaje img
Capítulo 77 ¿Quieres intentarlo ahora img
Capítulo 78 Abrumado ante aquel repentino suceso. img
Capítulo 79 ¡Te costará demasiado! img
Capítulo 80 Soportando el dolor que le causaba. img
Capítulo 81 81 img
Capítulo 82 82 img
Capítulo 83 83 img
Capítulo 84 84 img
Capítulo 85 85 img
Capítulo 86 86 img
Capítulo 87 87 img
Capítulo 88 88 img
Capítulo 89 89 img
Capítulo 90 90 img
Capítulo 91 91 img
Capítulo 92 92 img
Capítulo 93 93 img
Capítulo 94 94 img
Capítulo 95 95 img
Capítulo 96 96 img
Capítulo 97 97 img
Capítulo 98 98 img
Capítulo 99 99 img
Capítulo 100 100 img
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Capítulo 5 5 Hagamos una apuesta

"Credence", tosió Rosalie como al pasar en cuanto notó su comportamiento anormal, "todo es mi culpa. No debería haberme enamorado de ti, y no debería haberte contado todo lo que Dorothy hizo a tus espaldas. Todo es mi culpa. Por favor, no la fuerces más. Ella se preocupa mucho por ti; es por eso que quiere usar al niño para ganarse tu corazón... Dorothy, lo siento mucho...", dijo con ojos llenos de ambigüedad, sollozó y no pudo terminar sus palabras pues se atragantaba.

"¡Rosalie Fisher, deja de actuar! ¡Eres la mujer más desvergonzada que he visto en toda mi vida!", se mofó Dorothy. Se puso de pie, caminó hacia Rosalie y, con una sonrisa imperturbable, dijo:

"En tu mente, solo soy una niña que papá y mamá adoptaron del orfanato, toda mi vida existe gracias a ellos, así que debo hacer todo lo posible para pagar su amabilidad, ¿verdad? ¡Es cierto, siempre estaré en deuda con ellos, pero a ti no te debo nada! No pienses en ser dueña del hombre que amo. ¡Él nunca será tuyo, nunca! ¡Solo ríndete ya!".

"Hermana, yo... nunca he pensado eso...". Rosalie se mostraba con una expresión asustada, y arrojaba lágrimas lastimosas por todo su rostro.

Credence dio un paso adelante y se paró frente a Dorothy; con gestos sombríos sentenció: "Tú no tienes la última palabra ni en conservar al niño ni en el divorcio".

Después de eso, sacó su teléfono móvil e impartió una orden. En respuesta, unos pocos hombres vestidos de negro, altos y forzudos, corrieron hacia Dorothy y la arrastraron hacia el quirófano sin dudarlo.

"¡No!", luchaba Dorothy por librarse de ellos mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas. Sin embargo, ella no era rival para esos hombres recios que la arrastraban al quirófano vacío, como si nada, mientras su cuerpo temblaba sin control.

Dorothy nunca imaginó que la llegada de su hijo, lejos de facilitar la relación entre ella y Credence, intensificaría el conflicto entre los dos. Mientras Dorothy se acercaba cada vez más a la mesa de operaciones, solo tenía un pensamiento en su mente: ¡escapar! Debía huir para proteger a su precioso hijo.

Desesperada, Dorothy hizo acopio de todas sus fuerzas y, en cuanto los hombres se descuidaron, de repente, se liberó de las ataduras y se tambaleó hacia la puerta. Ya no le importaba nada más; solo sabía que si Credence la atrapaba, de seguro perdería a su hijo.

Sin embargo, la esperaba la visión de Rosalie caminando hacia ella con una sonrisa provocativa en su rostro. Quiso detenerse, pero ya era demasiado tarde. Pronto, sintió un dolor agudo en el pecho, tan insoportable que se inclinó y se derrumbó en el suelo mientras perdía la consciencia poco a poco...

......

Cuando Dorothy recuperó el conocimiento, sintió una punzada de dolor insoportable y sus párpados pesaban tanto que no podía abrir los ojos. Luchó durante mucho tiempo antes de poder abrirlos: estaba en una sala. Pensó en su bebé, y de manera inconsciente posó una mano sobre su abdomen y lo acarició, con una mezcla de dolor y alegría. No importaba si Credence no la amaba; por lo menos, todavía tenía a su hijo.

Sin embargo, su alegría duró poco, de inmediato, Rosalie apareció frente a ella. La expresión de Dorothy se transformó casi al instante. Miró a Rosalie con el ceño fruncido y le preguntó:

"¿Qué estás haciendo aquí? ¿Quieres lastimarme de nuevo?".

De a poco su memoria regresó y Dorothy recordó la escena antes de desmayarse: Rosalie le había dado un fuerte empujón mientras nadie la veía; como resultado, Dorothy había caído al suelo desmayada. Dorothy sabía muy bien que su hermana, con quien había crecido, no era tan inocente e inofensiva como parecía.

Rosalie se acercó y se quedó con la vista fija en el abdomen de Dorothy durante mucho tiempo.

"Usé todas mis fuerzas para empujarte, pero no podía suponer que no fuera suficiente para hacerte abortar. Tu hijo ilegítimo es resistente, ¿eh?".

"¡A mí puedes lastimarme todo lo que quieras, pero no deberías intentar matar a un niño inocente!". Con los puños apretados, Dorothy miró a Rosalie directo a los ojos, sonrió con frialdad y dijo: "Supongo que conoces bien a Credence. Si le digo que tuviste algo que ver con el accidente de su padre, y que hace cuatro años, la razón por la que estuve en la cama con él también fue cosa tuya, ¿crees que todavía estaría enamorado de ti?".

"¿Piensas que Credence creerá todo lo que digas?". Rosalie abrió mucho los ojos de repente y gesticuló con exagerada inocencia. "Además, sin pruebas, solo arrojas calumnias. ¡Puedo demandarte en cualquier momento y meterte en la cárcel!".

"En tu corazón, conoces muy bien la verdad". Dorothy entrecerró los ojos y se mofó: "Ahórrame tus tonterías. ¡Algún día serás castigada por las cosas que has hecho!"

Rosalie permaneció en silencio, con una mirada despiadada en sus ojos. Como Dorothy era tan testaruda, parecía no quedar más remedio que hacerlo por las malas. Rosalie desvió la mirada y divisó un vaso sobre la mesa, lo recogió y luego aflojó su mano de a poco hasta dejarlo caer: el vidrio se hizo añicos.

Sacó un pequeño cuchillo de su bolso, caminó hacia Dorothy y, con aire de suficiencia, dijo:

"Parece que te niegas a renunciar a Credence. Bien, hagamos una apuesta. ¡Veremos a quién de nosotras elige!"

            
            

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