Capítulo 4 Mis piernas

Todavía puedo ver la mirada en los ojos de esa mujer y el sonido del disparo.

explotando en el aire bajo el vertiginoso desierto. Me despierto en la cama sudoroso y siento una mano suave tocar mi

brazo. "Está bien, coronel MacBride", me dice la voz y todavía

Estoy confundido tratando de entender lo que pasó. - ¿Donde estoy? – cuando hablo, me duele la garganta y siento la

boca seca. - En el hospital base de Bagram – responde ella con seriedad. Logro concentrarme en ella, es una mujer de unos cuarenta años, Enfermera del Ejército de EE. UU. ella me empuja contra almohada y vuelve a la cama. "Tengo sed", le digo. "Llamaré al médico para que te vea... Me duele todo el cuerpo. Dejo escapar un gemido cuando me muevo mis piernas, me duele mucho la pierna derecha y cuando miro hacia abajo,

Veo que estás vendado. Cierro los ojos y fashes de lo que pasó

ven a mi mente Estábamos en una patrulla con el pelotón en

afueras de Kabul, más al norte cuando sufrimos un

emboscada. Cierro los ojos con más fuerza y ​los abro todos a la vez para no

recuerda lo que pasó después. Miro a mi alrededor y hay silencio, todavía es de día. Tiene una

cortina a mi alrededor y no sé si hay más soldados allí o si

alguien murió. Tomo una respiración profunda y paso una mano por mi cabello. Mío

la mano derecha también está vendada. Se abre el telón y un médico

aparece, miro su placa y dice: JK Hamilton. "Coronel MacBride", me saluda, "como si

¿sentir? "Terrible", le respondo de mal humor, "cuánto tiempo ha pasado

¿estoy aqui? "Hace más de quince días", responde y se me acerca.

examinar. - ¿Quince días? Pregunto confundido. Parece imposible que haya estado fuera tanto tiempo.

aire. Sin embargo, por el dolor que siento en la pierna, estoy seguro de que fue

mucho peor cuando me encontraron. El médico hace lo que es habitual,

me dice que abra la boca, me revisa la presion arterial y se ve con esa luz

molesto dentro de mis ojos. "Sí, tuviste suerte, sobreviviste y te quedaste solo con

algunas quemaduras en la pierna y las manos. lo guardamos

sedado para que su recuperación fuera mejor. Recuerda que

¿ocurrió? "Algunas cosas son borrosas, pero recuerdo lo que

me trajo aquí ¿Qué pasa con el resto del pelotón? – pregunta con

preocupación. Estaban bajo mi mando, si algo pasaba,

nunca me perdonaría. "Quizás deberías descansar ahora", dijo el doctor.

aconseja - ¡Es una orden! – Exijo que me diga la verdad. - Algunos hombres resultaron gravemente heridos. en total fueron

cinco. - ¿Quién? "Tyrone Marilyn perdió un brazo, Dean.

Maison perdió un ojo, Brian Osbourne perdió una pierna y

Todd reina [5] perdió la mano – responde dejándome atónita. "¿Y dónde están?" - Debido a las graves lesiones, fueron trasladados a hospitales.

en otras bases, coronel –responde serio–, los que no

heridos ya han sido enviados a casa. Solo queda el soldado Ian

Gordon. - ¿Lo que le sucedió? -Perdió parte de la pierna izquierda, señor. ellos los

guardado aquí - explica solamente. Lo siento por Ian, solo tiene dieciocho años. Claro que

También lo siento por los demás. Pero Ian es el más joven de los

pelotón y el día de la tragedia se asustó porque era su primera

Redada.

- ¿Puedo ver-lo? - Quiero saber. "Sí, cuando quieras, seguro que en cuanto te sientas

mejor – indica el médico –, tus quemaduras aún están frescas,

así que debes tener mucho cuidado por ahora. Miro mi mano y mi pierna vendada.

tobillo hasta la mitad del muslo. Duele, debe haber hecho un

daños terribles "Haremos saber a tus superiores que estás despierto".

me informa, "Tu familia está preocupada. Me imagino la presión que mi padre ejercía sobre mis superiores.

por causa de eso. "¿Dónde están mis cosas?" - Lo miro a él y al

enfermero. "Yo creo en la alacena, se los traigo señor"

la enfermera advierte y se retira. - Gracias - digo gracias y me enfrento al doctor -, ¿cuándo tendré

¿alto? - En unos días como mucho, tu recuperación ha sido

sorprendente – dice – te dejo descansar, vuelvo luego

tarde para verlo. Asiento y se va. Minutos después, regresa la enfermera.

con mis pertenencias. "Lamentablemente, tuvieron que rasgar su uniforme, coronel".

ella explica, pero haré que te traigan uno nuevo. Me entrega la mochila que siempre llevo conmigo. - ¿Puedes ayudarme? - Pregunto. "Todavía me duele la mano". Ella asiente y se estira para tirar de la cremallera. "¿Que necesitas?" "Mi celular", respondo. La enfermera me mira interrogante, los celulares

no tomes ese lugar "¿Tienes el cargador? ¿Puedes enchufarlo por mí?" –

Me aprovecho de la buena acción de la mujer. Ella sonríe y hace lo que le pido y el dispositivo comienza a cargarse y

entregarme - ¿Necesitas alguna cosa más? - Por ahora no. Gracias. "Conseguiré tu medicación, vuelvo enseguida". Miro el teléfono cargándose y respiro hondo, va a tomar un tiempo.

millones de años hasta que tenga una carga completa. nada funciona bien

en este lugar inhóspito. Lo coloco en el mueble de metal al lado del

cama y sentarse en la cama. Mi cabeza da vueltas pero no puedo

sentado aquí mientras el mundo exterior está en movimiento. Saco las piernas de la cama y siento un dolor horrible.

en la pierna derecha. - ¡Tonterías! - Maldigo. Aparentemente, las quemaduras eran intensas, de lo contrario,

no me habrían mantenido sedado durante tanto tiempo. pongo mi pie izquierdo

en el suelo y cuando coloco el pie derecho como apoyo es como si