Capítulo 4 Tu Trampa Es Mi Trampa

-Tonto-. Le gritamos los tres al mismo tiempo.

-Esto definitivamente es una broma-. Habló Dina -estúpido, este diario debe tener algo-. Sacudió el pequeño libro -unas pilas o algún tipo de cable o pantalla tecnológica, que lo haga hacer eso...-. comenzó a revisarlo, jalando sus tapas, pero no encontró nada extraño o abultado así que lo soltó dejándolo caer de nuevo en la cama donde previamente estaba después de que Eitan lo tomara.

-¿Pero lo que paso en la biblioteca?-. Preguntó Thiago asustado.

-Ya viste las noticias-. Respondió Eitan haciendo un extraño movimiento con sus manos -un temblor normal como todos, algo extraño ya que nunca había temblado por estos lugares, ahora solo hay que averiguar de quien es esta broma, ya que nadie de nosotros lo hizo-. Alzo el diario y lo agitó de nuevo -tengo un plan.

-¿Ah sí?-. Pregunte sentándome en la cama algo mareada, tenía tantas ideas locas que paseaban por mi mente.

-¿Cuál es ese plan?-. Preguntó Dina alzando su ceja izquierda como si existiera un cable qué pudiera estirarla hacia arriba.

-Dejaremos el libro de nuevo en la biblioteca, donde se encontraba antes, esperaremos a que alguien o el alguien que lo llevo ahí para que lo encontráramos lo tome-. Nos miró a todos con una sonrisa y continuó -así sabremos quien hizo la broma.

Thiago lo miró como si no hubiera entendido, yo golpe mi frente con la palma de mi mano y luego observe a Dina que negaba.

-No podemos estar todo el día en la biblioteca Eitan, todos están trabajando en el lugar tratando de acomodar lo destruido-. Lo mire e hizo una mueca aprobando lo que decía.

-Pero puedo dejar mi cámara y así será aún mucho más fácil, podemos vengarnos después-. Sugirió Thiago, esa si era una buena idea -si alguien nos pregunta decimos que olvidamos dejar el libro y ya...

-Esa es una buena idea-. Thiago y Eitan chocan sus manos como niños exploradores en una exitosa misión, mientras Dina y yo negábamos sonrientes, revoleo los ojos mirándolos, sin duda el causante de esto tendría problemas.

-Al salir de la biblioteca, tomamos la cámara y nos vemos aquí, si el diario no desaparece tendremos que esperar algunos días-. Todos asintieron con satisfacción, deseando ver al causante de esto aunque sean varios días de espera la venganza será la mejor planeada de todas.

Después de una charla sobre nuestro planes por la mañana hubo un debate en quien debía quedarse el diario, ninguno de nosotros quería arriesgarse a tener un susto de muerte. Lo único que se nos ocurrió fue arreglar el asunto como chicos maduros y responsables... jugando piedra, papel y tijera.

Todos desenfrenados en mi habitación cerrando los puños frente a nosotros, rogando por no perder comenzamos el conteo.

-¡¡3!!... ¡¡2!!... ¡¡1!!...-Dina, Eitan y mi persona sonreímos con gran alivio, mirando la cara de horror que había puesto Thiago al darse cuenta de su mala elección por dejar su puño intacto, mientras nuestras manos se extendían en forma de papel.

-Vaya suerte la mía-. Refunfuña sin ganas, arrebatándole el diario a Eitan quien sonreía con mayor burla. Dina lo codea con suavidad.

-Si te sigues burlando-. Señalo con enojo -te lo llevaras tu-. Eitan alza sus manos en señal de rendimiento mientras sonrió a tal acto, su puchero de "yo no fui" era demasiado gracioso.

-Bueno, ya debo irme...

-Nosotros también-. Interrumpió Dina a Thiago mientras frotaba sus manos y abría la puerta para salir.

-Si, creo que ya es algo tarde-. Me pongo en pie una vez más detrás de ellos -nos vemos mañana a las 9:30 am-. Los tres asintieron sin decir nada más. Después de despedirnos me dirigí a mi habitación de nuevo, necesitaba descansar después de un largo día lleno de tragedias y bromas pesadas.

(...)

Estaba llorando, pero no sabía la razón. Tirada en aquel piso en mi antigua casa de Canadá, dejaba caer ríos de lágrimas sobre mis mejillas, ¿Qué me pasa?, no me duele nada, ¿Como llegue aquí?

-Suryen....

Me despierto por el ruido de una batidora, mis ojos se sentían húmedos y por alguna razón no recordaba lo que estaba soñando, aun así ese vacío en mi pecho era igual al que sentía hace meses desde que llegue a este lugar, parece que mi mente se enfrasca a no revelarme los sueños o pesadillas y según mi estado de humor me enrollo mucho en ello. Rasco mis ojos, está vez el reloj marcaba las 8:30 am, casi brinco de la cama pensando que llegaría tarde a clases -admitan que a todo mundo suele pasarle eso-. Hasta que recordé que era sábado y el plan que tenía con los chicos debía llevarse a cabo. La biblioteca de la escuela siempre está abierta, este día no era la excepción, ya que todos andan corriendo de aquí para allá, arreglando el lugar para iniciar las clases, también que algunos profesores envían alumnos a realizar tareas e investigaciones para tener algunos puntos extra, salvando su pellejo cada año. Me levanto algo perezosa, caminando al armario, tomo un pantalón negro y camiseta de tirantes floja que trae un top incrustado para no dejar piel expuesta, luego unas bragas y un sostén negro de mis favoritos. Entro a la ducha rápidamente, ya se me hacía tarde con base a la hora acordada así que en cuestión de quince minutos estaba lista, coloque mis tenis blancas rápidamente y las até con fuerza justo para salir corriendo a la cocina.

Encontré a papa haciendo el desayuno (como siempre), beso su mejilla y él lo devuelve con uno en mi frente mientras yo tomaba un vaso con jugo de naranja y dos tostadas llenas de jalea por ambos lados, las cuales ya estaban servidas por mi padre.

-¿Vas alguna parte hoy?-. Metí un enorme mordisco a la tostada y me mantuve calmada para no delatar alguna cosa sobre nuestro plan y alguna cosa rara de magia que alterara a mi padre.

-Ire con los chicos a la biblioteca-. Bebí rápido el jugo, luego termine mi tostada -nos vemos más tarde...

-No, espera-. Me volteo a verlo estaba nervioso -hoy... hoy iré a cenar con Kristen-. Alce mis cejas, me acerque mirándolo confundida.

-Siempre cenas con ella los fines de semana papá ¿Por qué me lo dices así?-. Entre cerré mis ojos -¿Por qué estas nervioso?-. Él rasco la parte de atrás de su cabeza, aclaraba su garganta cada tres segundos.

-Bueno, es que yo... yo-. Su voz era baja y su mirada iba a todos lados menos a mi -tal vez quiero decirle a Kristen que sea mi novia y viva aquí... con nosotros.

-Ah-. Respondí tranquila, mi padre me miró confuso como si no hubiera entendido -era es...-. Abrí los ojos como platos al procesar de nuevo lo que había dicho, quería decir algo pero no salía nada, ni siquiera mi respiración.

-Suena loco-. Miro a mi padre preocupado -pero quiero intentarlo ella... ella es especial para mi-. Alce mis cejas aún más.

-Papá, ¡¡estás loco!!-. Grité -esta bien que la quieras pero ¿vivir aquí?, ¿con nosotros?, es que acaso ya olvidaste a mi madre, ¡Oh! sí perdón, lo olvide, ni yo se de ella-. Sabía que había llegado muy lejos y me arrepentía, olvide las veces que me decía que era mejor olvidar, no sufrir más, era solo el impacto de que tendría a otra mujer en la misma casa amando a mi padre y esa no sería mi madre. Mis ojos se humedece, una gran electricidad recorre mi cuerpo hasta la punta de los pies y retumba en mi cabeza, ¿qué pasa?, intenta hablar pero antes de que pueda hacerlo lo detengo -lo siento, yo...-. No pude más y salí de ahí, mis ojos no tardaron en dejar salir las lágrimas. No debí decir eso a papá, él siempre me consiente, si no hablaba de mamá evitando el tema era porque aún le dolía, fui muy desconsiderada ¿cómo tomara esto Thiago?, limpio mis lágrimas antes de llegar a Eitan con su auto, parece que tengo jaqueca -sí, Eitan ya tiene auto y licencia por ser mayor de edad, un regalo de su padre por sus buenas notas según dijo Dina, además de un "puedo hacerlo mejor"-, de color negro, un automóvil perfecto, el modelo era lejano para mis conocimientos pero sabía que Eitan lo cuidaba como si fuera un bebé.

-¿Ocurre algo?-. Preguntó Eitan saliendo del auto, vestía una pantaloneta blanca, una camisa negra que le quedaba muy bien, se veía guapo, tenía unas vanz negras algo desgastadas de tanto usarlas, abre la puerta para que yo entrara, sonreí por su gran caballerosidad, entre, luego hizo lo mismo volviéndose hacia mí para obtener una respuesta, ¿desde cuando me duele la cabeza?.

-No es nada, solo algo cansada-. Mentí y trate de sonreír pero en vez de eso solo salió una mueca.

-¿Segura? No te vez..-. Hizo silencio cuando Dina llego y se sentó al lado mío en la parte de atrás. Lleva un lindo vestido color lila y unas sandalias negras que hacían juego con el color de sus uñas.

-Hola-. Sonrió pero luego frunció el entrecejo al verme con más detenimiento -¿estás bien?-. Asentí y ella miro a Eitan que se encogió de hombros.

-Hola-. Sonreí esta vez mejor -si estoy bien, solo cansada.

Ellos asintieron casi sin creer en mis palabras, nos pusimos en marcha, Thiago tenía el diario así que no había nada de qué preocuparse. Llegamos a su casa en cinco minutos, este salió con el diario en sus manos envuelto en un tipo de bolsa, su cara expresaba enojo y tristeza. No quería verlo, así que me limite a ver por la ventana, no era un acto muy maduro pero el cómo podía reaccionar conmigo me daba miedo.

Thiago entró y tomo lugar en el asiento del copiloto como era su costumbre, resopla con fuerza cuando coloca su cinturón, sentía que la tercera guerra mundial se hacia presente pero esta no sucedió... "aún" pensó mi subconsciente.

-Hola-. Su voz sonaba apagada -¿Había discutido con su madre también? Podía sentir que me miraba, pero no lo mire ni hable para no estallar.

-Hola-. Respondieron Eitan y Dina algo incómodos.

-¿Tú también estas cansado?-. Pregunto Dina con un tono de voz extraño.

-No-. Respondió Thiago seco, Eitan hizo un sonido con su garganta y luego se puso en marcha dejando la conversación atrás. Yo solo seguía viendo por la ventana, a veces apretaba los ojos tratando de no imaginar cosas, esto no era bueno, era temprano -9:45 am-, las gotas de lluvia caían una y otra vez en la ventana tan fuerte que parecían trozos de hielo. Después de unos largos minutos llegamos al instituto, Dina saco dos grandes paraguas que estaban debajo de los asientos, uno se lo dio a Eitan y el otro a Thiago, como grandes caballeros debían sacarnos del auto como princesas, al menos eso fue lo que parloteo Dina, encerrada en su mundo de como existen los príncipes azules y el destino de encontrar a tu hilo rojo de por vida.

La lluvia era cada vez más intensa, Dina comenzó a castañar sus dientes y a maldecir por a ver traído un lindo vestido, Eitan abrió el paraguas apenas salió, abrió mi puerta colocando el paraguas para no mojarme aun así el frío hizo que mi piel se erizara al instante, algunas gotas tocaban mi piel por la intensidad del viento, tome la mano que Eitan me tendía y corrí a sus brazos para no mojarme. Mire a Dina que ya iba muy adelante con Thiago, la llevaba casi en sus brazos como una verdadera princesa. Eitan cerró la puerta y abrazo mi cintura con su brazo libre pegando me a él, me sonroje tal como un tomate maduro, mal por mí, al igual que yo se sonrojó. Caminamos rápidamente, la lluvia ya no era lluvia era una tormenta, Eitan me alzo en dos ocasiones para que no me mojara en dos enormes charcos mientras él los saltaba como entrenamiento de basquetbol. Sonreí ya que era divertido, él solo negaba sonriente al verme como me divertía, me sonrojo un poco cuando nuestros ojos se conectan, tan brillantes como la luz. Justo cuando me baja me reúno con Dina y Thiago quienes nos esperaban en el umbral de aquella puerta principal, ni siquiera lo mire solo me apresure a llegar a la biblioteca.

Llegamos a paso apresurado, Eitan y Thiago colocaban la cámara en un estante probando el ángulo en que debía estar para captar toda la escena, el libro en otro ya qué el viejo con telarañas no se encontraban por ningún lugar, de seguro lo había desechado cuando hicieron la limpieza. Terminaron en una hora más o menos, tal vez unos minutos más ya que la cámara era un poco difícil de ocultar, decidimos ir a dar una vuelta, la lluvia o mejor dicho la tormenta había empeorado, para nuestra dicha, no habíamos topado con nadie, el instituto se encontraba vacío a excepción del guarda y los maestros en una sala de juntas cerca de la dirección, como si nada hubiera pasado. Nadie nos vio llevando en ejecución el plan de Thiago y Eitan, lo que fue más un alivio no dar explicaciones del libro misterioso. Todo estaba limpio, ni una migaja de desorden en aquellos pasillos por lo que se notaba que todos los profesores y algunos alumnos habían trabajado duro toda la noche. Todo parecía estar exactamente igual a como estaba, hasta la biblioteca, ¿cómo paso tan rápido?

-Suryen-. Llamó Thiago tomando me desprevenida -Suryen espera-. Llamó de nuevo, me tomó del brazo cuando vio mi intento de huir, Dina y Eitan me miraban extraño, yo seguía con la mirada al frente, no quería verlo, no porque tuviera la culpa o estuviera enojada, solo no quería soltar la sopa y generar una guerra contra su madre como yo lo hice con papá -¿Pueden dejarnos solos?-, Dina asintió, jalando a Eitan que aún dudaba si hacerlo o no -necesito aclarar algo con ella-. Volvió a intentar al ver que Eitan no se movía pero este solo se movió sin decir nada cuando quiso.

-¿Qué pasa?-. Pregunte sin tono de voz alguna y por primera vez lo mire a los ojos.

-¿Qué te ocurre? Estas muy rara, me evitas ¿qué te hice?-. Sus ojos eran tristes y su cabello estaba despeinado -¿acaso no quieres que mi madre se acerque a tu padre?, porque si no lo recuerdas yo soy su hijo... me duele que no me diga lo que pasa, que salga con Sedrik y ni siquiera recuerde a mi padre, evita el tema cada vez que quiero saber de él-. Sus ojos estaban húmedos al igual que los míos, él sentía lo mismo que yo, ninguno de los dos sabía sobre su padre y madre. Me siento como una estúpida, solo pensando en mí, cuando los demás están peor que yo, ¿Qué pasará cuando se de cuenta de la propuesta de papá a Kristen?, ¿cómo tomará esa noticia?, ¿igual que yo? no creó, aunque siete meses no es mucho, conozco a Thiago, hará un drama, y yo no quiero eso... lo abrase mejor dicho me lance sobre él y no pude evitar llorar.

-No te enojes con papá, ni conmigo y mucho menos con Kristen-. Me abrase más a él y este me abrazo colocando su cara en mi cuello -a nuestros padres les duele hablar sobre el tema y tendremos que hablar con ellos cuando estén listos, aunque sea precipitado sé que papá la quiere mucho, no la va a lastimar, sé que ella hará lo mismo.

-Suryen-. Thiago me separo de él, luego limpio mis lágrimas mientras yo lograba tranquilizar me... -nunca me enojaría con nadie por esto que está pasando, solo no me evites, si lo haces pensare que estas molesta, ni que me fuera a vivir contigo, ¡¡Por favor!!-, hizo un sonido con los labios, lo mire asustada, no quiero imaginar su reacción de verdad -ellos solo se ven para cenar y se que son novios, me alegra ver a mamá feliz, pero no vuelvas hacerme esto-. Asentí asustada y lo notó frunció el ceño -¿qué pasa?-. Yo solo negué mientras tragaba el nudo de la verdad, me abrazó de nuevo en un intento de arreglar las cosas pero dentro de mi sabía que esto no acabaría bien.

Esto que acaba de decir no suena nada bien, Thiago se va molestar conmigo, eso me va herir más que nada es mi mejor amigo, a los dos nos afecta que no nos hablen nada de nuestros padres y actúen como si nada. Pasamos horas caminando por toda la institución hasta que Dina se cansó, tuvimos que volver a la biblioteca con nuestros corazones casi saliendo de nuestro pecho a causa de los nervios. Cuando llegamos no estaba el diario y eso nos hace sonreír con maldad lo atraparemos, haremos una broma peor que la suya, eso sin contar las amenazas que Eitan tenía preparadas.

-¿Tienen problemas?-. El lado celoso de Dina salió a la luz, lo podía ver en sus ojos.

-Solo de nuestros padres-. Susurre para que este no escuchara -no te preocupes Dina, no tengo otras intenciones-. Esta incrustó su codo en mis costillas con suavidad, intento no burlarme de su cara morada al igual que una uva el color de su piel no ayudaba a tapar la vergüenza.

-Cállate-. Anuncio lo más bajo posible pero no hablamos más del tema.

Thiago despegó la cámara después de mil cables por desinstalar, luego de este delicado trabajo salimos, directo a mi casa como habíamos quedado, el diario no estaba. La lluvia no había parado pero no era tan fuerte con hace unas horas, Dina me paso el paraguas sin decir nada para adelantarse con Thiago que la tomaba de la cintura y la llevaba alzada para que no se mojara sus pies. Sabía lo mucho que ellos se gustaban, no quisiera que ella mal intérprete las cosas, no sé por qué no se declaran de una vez, busco a Eitan pero ya estaba en la lluvia sin esperarme, abrí el paraguas rápido y corrí a su lado para taparlo pero me aparto delicadamente, extrañada vuelvo acercarme para cubrirlo de la helada lluvia pero esta vez me empujó fuerte arrojando mi cuerpo a un charco de agua helada como el hielo que me mojo por completo, el golpe hizo que me cimbrara la cabeza mil veces aumentando el dolor hasta mis ojos. Eitan se percató de lo sucedió volviéndose asustado a mí, su cara llena de temor corrió a levantarme, me deje ayudar porque me dolía el trasero por tal golpe, ahora estaba empapada y enojada.

-¡¡Pero que...!!-. Me interrumpió.

-Lo siento, lo siento en serio-. Su mirada iba de arriba abajo preocupado -¿te hiciste daño?.

-¡¡OLVIDALO!!-. Grite enojada tirándole el paraguas en su pecho mientras él lo tomaba y yo salí corriendo al auto ahorrando las ganas de no abofetearlo unas mil veces, mi corazón parecía un zapateo sin fin.

-¿Pero qué te paso?-. Preguntaron Dina y Thiago sorprendidos, Dina intento ayudarme pero para este desastre no había más arreglo que cambiarse de ropa.

-¡¡Pregúntaselo al idiota de Eitan!!-. Dije enojada -espero que mi padre no me vea así, porque no me va a matar a mi si no a Eitan-. Murmuré con enojo.

-¡¡Oye!!-. Reprochó Dina pero le di una mirada asesina advirtiendo que no estaba de humor y esta volteo la cara disimulando un silbido, Thiago la imitaba. Eitan llego y sin mirarlo se que trato de decir algo pero no lo hizo ya que recibió dos golpes por parte de Dina y Thiago que hacen que casi me tire a reír pero no podía gracias al titubeó de mis quijadas por el frío. Eitan arranco no sin antes voltear a verme por el retrovisor a cada segundo, deseaba estar en casa debajo de mi edredón para calentar mi frío y helado cuerpo de aquella fría lluvia. De nuevo en casa, subimos a mi habitación -punto de encuentro único-. Saco una nueva ropa intentando no temblar fallando en el intento y entro al baño mientras los chicos me esperaban para ver el vídeo. Me di un baño con agua tibia mi cabeza empezó a doler, algo que no pasaba desde hace mucho, ya podía imaginar a mi padre "es por tu bien, debemos mudarnos para que tú salud mejore y no empeore" cierro los ojos y sacudo con suavidad mi cabeza dentro del agua para espantar ese pensamiento, no quería más mudanzas, termino mi baño temblando más por el frío, secando mi cabello con el secador para entrar en calor pero esto nuevamente era imposible, el agua había sido pequeñas cuchillas de hielo penetrando mi piel, hasta encontrar mis huesos haciéndolos temblar, me visto con una pijama de conejitos color gris que tapaban mis brazos y pies para dar calor.

-¿Tienes ropa mía aún?-. Thiago se acercó al armario, no respondí por unos segundos recordando si aún tenía ropa de él ya que había devuelto la última en que me regaló una de sus camisas. Alzo mis hombros, arropándome con una colcha gruesa que había usado los chicos el día anterior, camine al armario en busca de ropa.

-Esta-. Anuncie afirmando que si tenía su ropa olvidando qué día pudo dejarla aquí -saco una pantaloneta beige, un suéter negro de tela suave ...salgo de la habitación en busca de una toalla en la habitación de mi padre volviendo para entregárselo a Thiago quien se lo entrega todo a Eitan y este solo entra al baño sin decir palabra, bufo con enojo, lo que hizo no tiene justificación y si lo hubiera el empujar a alguien no es manera de tratar con personas. Esperamos a que saliera para poder empezar con la venganza, el frío no dejaba mi cuerpo ni con tres mantas encima de mí, la cabeza quería estallar así que tome el tarro de pastillas que estaba en la cómoda y me trague dos sin líquido que ayudará a bajar solo me recosté a la pared cerrando mis ojos y extendiendo mis pienso en la cama, Dina y Thiago me miraban preocupados cuando de pronto abrí los ojos, esta migraña me está matando, tanto que ya sentía la temperatura en mi cuerpo y ojos ¿qué le pasa a Eitan? Si no me hubiera tirado no estuviera así en este estado, rogando por un pequeño sol que me rodeé como a la tierra.

-¿Suryen, estás bien?-. Dina se sentó junto a mi y coloco un brazo sobre mis hombros -te vez mal, ¿Quieres que llame a Sedrik?.

-N...-.Mi voz sonaba quebrada por el frío -estoy bien-, miento, me arropo más señalando mi computadora para iniciar con la revelación -con...traseña, 3334-. Ella asintió y fue hacia ella en la cómoda, Thiago al igual que yo estaba envuelto en una manta, pero no estaba muriendo de frío como yo, solo se sentó junto con Dina mientras la cubría con la misma manta y su brazo en excusa para acercarse mientras ella intentaba ignoraba siguiendo su trabajo de conectar la cámara con el clave de la computadora para poder ver el vídeo. Eitan salió del baño secando su cabello negro alborotado, se veía muy sexy y yo aquí muriendo con cara de "odio mi vida y quiero matarte". Él me miro preocupado da un paso para acercarse pero fruncí mi ceño y negué encogiendo también mis piernas para que no se acercara; ahora estaba mareada y no sabía si era el dolor de cabeza o la manera en que lo estoy rechazando muriendo por estar en sus brazos... maldito orgullo, ojala fuera real, a veces siento que traiciono a mis propios sentimientos, pero ¿a quién?

-Chicos no van a creer esto-. Escuchamos susurrar a Dina temerosa.

-¿Que?-. Preguntó Eitan y se acercó a ellos, después de unos minutos -¡¡pero que mierdas!!-. Gritó al instante, mi curiosidad casi iba a explotar, ¿Fue un estudiante?, ¿Un profesor con alguna clase de experimento?.

-El diario solo desapareció-. Dijo Thiago al ver que no me moví de la cama -solo se ve una luz y ya-. Alza sus brazos tirando la manta al suelo, Dina aún no se movía su cara expresaba horror y miedo. Esto debe ser una broma susurré para mí misma, alguien pudo sabotear la cámara...

Un estruendo en el techo me saco de mis sospechosos pensamientos, todos volteando a vernos con rapidez algo extrañados por tal ruido volvemos a ver el techo esperando escucharlo nuevamente pero nada sucedió hasta minutos después, sin aviso alguno el diario calló en la cama. Grite como una loca y me abalance sobre Eitan que estaba asustado al igual que los chicos por mi horroroso grito. Eitan me tomo la barbilla y me obligo a observarlo, él me miro preocupado.

-Estas ardiendo en calentura-. Lo mire con extrañes, ¿No lo había visto?, negué y señale mi cama. Eitan miro detrás de mí con extrañes -eso lo afirmaba, solo yo lo había visto-. Enseguida abrió sus ojos más de lo normal, asustado ante aquello que había apetecido, me pega a su pecho con fuerza mientras Dina grita similar a lo que hice hace un momento-. Esto debe ser una broma -dijo entre dientes, mientras intentaba separarme de su cuerpo.

-Definitivamente-. Susurro Thiago, que sostenía a Dina para que no se desmayara con tanto trabalenguas sobre brujerías y cosas extrañas que casi no entendía, la cabeza me daba vueltas y ya no recordaba que debía hacer solo me quedé quieta mirando un punto al azar en la camisa de Eitan. Eitan coloca un brazo en mi cintura, ahora estaba mareada, débil a causa de la migraña, él decía mi nombre pero este era muy lejano, no quería escucharlo solo cerrar mis ojos para no sentirme tan débil, quería dormir y estos solo empeoraban las cosas sacudiendo mi cuerpo para despertar; intento abrir mis ojos pero la visión es borrosa por lo que vuelvo a cerrarlos para perderme en la oscuridad... no quería sentir su tacto, quería ser abrazada pero ¿por qué me sentía así?, no tenía relaciones amorosas, ¿por qué siento que estoy traicionando alguien?, el me gusta pero siento que algo está mal conmigo.

(***)

-Esto es tu culpa-. Susurró Thiago con enojo, su voz era lejana pero aun así podía escucharlo, intento abrir mis ojos pero estos no responden -¿qué fue lo que paso para que los dos se mojaran?.

-Nada, solo me adelante ella se acercó yo la aparte, se acercó de nuevo y la aparte muy fuerte, de verdad no quería que pasara eso, no fue mi intención-. Susurró Eitan bajando más su voz algo inútil ya que hasta yo lo escuché -debemos llamar a Sedrik.

-Eres un tarado, ya entiendo porque te llamó idiota-. Susurró Dina, que se acomodó a mi lado, ahora que lo noto estoy en mi cama, envuelta en mi grueso edredón-. Ya lo intente y no contesta.

-Debe estar con mamá...-. Dejo de hablar cuando me moví y abrí poco a poco mis ojos. Estornudo varias veces recibiendo toallas por parte de Dina -de seguro las encontró en mi baño-, quien acariciaba mi espalda intentando darme calor.

-Lo siento-. Dije cuando pare y me cubrí con las mantas.

-Voy hacerte algo para que entres en calor ya regresamos-. Dina camino hacia Thiago y lo golpeó por el costado derecho, este asintió sobando su zona herida, estos chicos no tienen cuando...

-¿Estas bien?-. Preguntó Thiago antes de irse, yo asentí, Dina lo jalo de nuevo antes que pudiera hablar evitando acompañarla, segundos después solo se escuchó sus voces cuchicheaban sobre lo que era una indirecta y como nunca los hombres la notan.

-Lo siento mucho-. Me sobre salte cuando mire a Eitan sentado junto a mi entrelazando sus manos y moviendo su pie izquierdo mientras hablaba -no quería mojarte, tampoco empujarte tan fuerte soy un idiota-. Despeinó su cabello un par de veces, resoplando con arrepentimiento cada vez que intentaba mirarme-. Lo siento, por mi culpa estas así y...

-Tranquilo-. Mi voz sonaba quebrada, mi cabeza dolía sin alivio o mejora alguna, eso empezaba a preocuparme -ya... pa...so, en un...as ho...ras... estaré ...bien-. Me costaba hablar por el movimiento tan brusco en el que mis dientes chocan unos contra otros, a pesar de a ver dormido -no sabía exactamente cuanto-. El frío y la migraña no se iba. Sentía como sus brazos enrollaban mi cuerpo era cálido, el frío se iba poco a poco, algo extraño pero me gustaba y ok lo acepto me gusta Eitan ¿y qué?, bueno, él solo me ve como una amiga y lo dejo claro muchas veces... casi todos los días, a veces no me importa ser su amiga porque siento que mi corazón le pertenece alguien pero por otro lado a veces siento que me atrae con tanta fuerza, ¿será su físico?. Dina entró con una taza humeante de chocolate y Thiago atrás de ella con sus manos cruzadas en el pecho, algo serio mirando a Eitan quien ni siquiera prestó atención a sus malas miradas, Eitan se separó de mí y el frío volvió a mi cuerpo haciéndome temblar casi afirmando cuanto lo necesitaba pero era algo lejano tanto como atrapar una estrella con el dedo índice y pulgar, jamás vas a tomarla. Tome el chocolate que me había preparado Dina y luego en minutos deje de tener frío.

-Cuando te desmayaste-. Dijo al fin Thiago quitando la incomodidad que los tres hacían al mirarme como extraña cuidando que no derramará el chocolate o me desmayara de nuevo -el diario escribió esto-. Me tendió el diario abierto en una página específica, lo tomo con algo de temor a que este dispare alguna luz extraña y nos mate a todos con un nuevo temblor.

Los jóvenes magos, al viajar por el portal, un castillo encontraran.

la oscuridad adueñarse querrá de miles de entradas a este lugar.

La posición del trono, en el liderazgo de este mundo Manfort y como es hereditario ustedes siguen al mando.

Jacob Morgan, Kristen Smith, Sedrik Bloom y Keith Morgan como líder, mandataria de los jóvenes magos.

Ahora ustedes hijos de estos deberán seguir sus pasos, proteger ambos mundos del terror y maldad de un corazón empobrecido, Eitan Morgan líder mandatario...

M.M.W.B

Y otra vez esa firma extraña, esto era una muy mala broma.

-Tenemos que averiguar, quien está detrás de esto-. Mire a los chicos dejando el diario en mi cómoda, paso una mano por mi cabello negando -esto es de locos, ¿Cómo podemos comprobar esto...?-. No termine de decir nada, el libro comenzó a dar vueltas en el aire y una luz salió de él cegando nuestros ojos como tanto temía hiciera en mis manos Dina y yo somos las únicas en chillar, todos se tiran de inmediato a mi pequeña cama haciéndola rechinar por el peso que se encuentra sobre ella, obteniendo brazos y piernas sobre calentado mi cuerpo, temblando está vez del miedo que esa cosa nos provoca (de lo que me salvé al poner el chocolate junto al diario). Después de varios segundos la luz desapareció lentamente, abrí mis ojos y un pequeño cuadro casi invisible iluminado mi oscura habitación, la luz de aquella lámpara aún iluminaba pero está no era suficiente para iluminar la densa oscuridad que emanaba el diario, como si fuera una tableta desprendía una pantalla cuadrada en el aire. De esta se empezaron a formar sombras aún sin quitar la iluminación, sombras que a los cuatro nos quitaron el aliento, era casi imposible de creer, aun debía estar dormida.

"Sé que te gusta" Esa era Keith la madre de Dina y Eitan, reproduciendo como un tipo de vídeo el diario comenzó a pasar sus páginas dejando a la vista más escenarios imposibles de creer.

"No, no me gusta ya te lo dije, Marie solo es una amiga" respondió mi padre, se veían más jóvenes, mucho más que ahora.

"Cuando te cases y seas padre no dirás lo mismo" Keith lo miró divertida.

"Yo... yo nunca tendré hijos Keith" sentí que mi corazón se rompía al escuchar tales palabras pero no debía creer nada, esto era algo irreal, un montaje, Keith comenzó a reír mientras este solo se a coloraba de congoja. "lo dices porque tú ya tienes uno y Kristen... Kris también" terminó con voz apagada.

"Entonces, si es niña Suryen y si es niño, mmm no se tal vez Edward, a Marie le encanta Suryen" papá abrió los ojos más de lo normal y negó con mucho nerviosismo volviendo ese color carmesí a todo su rostro, un tomate completo.

La pantallita se volvió blanca y de nuevo tiro otras imágenes.

"Vamos, ¿Por qué nadie dice nada?" Jacob caminaba de un lado a otro en un tipo de sala color blanca, con algunas sillas alrededor y varias personas junto a él.

"Ya basta, me mareas" intentó detenerlo un hombre extraño con dos niños en sus piernas intentando subir como si tratase de un tipo de escalera o montaña rusa.

"Y a mi me pones nervioso" hablo papá, sonreí al verlo tan preocupado aún con la confusión de lo que sucedía, ver aquel tipo de recuerdo aceleraba mi corazón. Desordenado su cabello y moviendo su pierna izquierda de arriba abajo cuando está nervioso...

"¡Oh! Vamos, no es para tanto" hablo el extraño.

"Maikol lo dices porque ya tú tienes un hijo y Kristen no está en esa cama trayendo un bebe al mundo" escuche a Thiago murmurar algo, mi corazón se movía cada vez más rápido; ese era el padre de Thiago, ahora que observo mejor esos niños son Eitan y Thiago. El hombre extraño llamado Maikol revoleo los ojos de forma pesada.

"Paranoicos" papá y Jacob negaron ante su comentario parecía que no simpatizaban mucho estos tres pero ¿Qué significa todo esto?.

"¿Jacob Morgan y Sedrik Bloom?" habló una de las dos ¿enfermeras? Qué se hicieron presentes, eran muy pequeñas, con nariz respingada, orejas largas y unas alas brillantes que la hacían volar "por aquí" hablaron ambas una voló a una puerta celeste y la otra a otra puerta de diferente color que no reconocí por la claridad. Jacob y papá se voltearon a ver encogiéndose de hombros cada uno entró en una puerta, después de unos segundos los dos salieron asustados.

"Ahí está tu hija" señalaron la puerta por donde salieron, hablando al mismo tiempo, se acercaron y golpearon al mismo tiempo sus hombros con sus manos "suerte" hablaron de nuevo.

Todo se volvió blanco de nuevo y las imagines se volvieron a otro sitio.

"¡¡Sabes que con él puedo tener mejores cosas!!" gritó una mujer algo conocida, quizá la ví en algún lugar junto a papá ya que es a él a quien grita.

"Si cruzas esa puerta, no volverás a ver a tu hija, ni a mi" mi padre la miró triste y con los ojos húmedos, mis ojos se llenaban de lágrimas, ella se parecía mucho a mi y eso que decía me dolía, no conocía por qué pero dolía. Estaba viendo mi reflejo de ahí el porqué la conocía.

"Ustedes no existen en mi nueva vida" salió en un abrir y cerrar de ojos. Mi corazón casi se detuvo tenía dolor ahora entendía porque a papá le dolía tanto hablar de esto, ella nos abandonó.

La imagen cambio a Maikol y Kristen.

"Nosotros somos tu familia" habló Kristen llorando "él es tu mejor amigo como puedes traicionarnos"

"Sabes que Sedrik se casó con ella solo porque tu lo hiciste conmigo" habló furioso "también sabes que me case contigo por ese escuincle, pero ahora yo estaré mejor sin ustedes y con la persona que de verdad amo además de seguirlo a él que si nos dará una vida..."

La imagen se borró y después nos dejó ver una sala muy lujosa con Keith, Jacob, Kristen se veía muy mal, al igual que mi padre.

"De aquí en adelante, nos separamos, mi hija no sabrá sobre este mundo" hablo mi padre "me importa un carajo lo que diga mi padre, tomare la posion, y le daré a mi hija otra, así los poderes no harán efecto en la tierra".

"Pero Sedrik..." dijo Jacob. "Manfort nos necesita Keith nos necesita."

"Lo siento Jacob, Keith, pero Sedrik tiene razón" hablo Kristen secando unas lágrimas, papá se iba acercar pero esta retrocedió "yo también me iré en unas horas, lo siento".

"Nos veremos cuando el destino tenga ganas de juntarnos" una lágrima apareció en su rostro cuando vio a Kristen alejarse de él "nos vemos Kris".

El diario se cerró y poco a poco la oscuridad se esfumó dejando la luz de mi lámpara por todos los rincones, el silencio era total estábamos en shock, ninguno o al menos yo podía creer lo que había presenciado. Estornude sin querer cinco veces dejando paso a un dolor de cabeza haciendo que perdiera el estribo por un momento. Thiago me sostuvo pasando un brazo por mis hombros.

-Volveré a llamar a Sedrik-. Habló Dina y tomó el celular.

-¿Estas bien?-. Thiago colocó su mano en mi frente y mejillas -estas ardiendo-. Cierro los ojos intentando negar pero Eitan es el segundo en tantear mi frente chasqueando su lengua con molestia.

-Lo siento-. Susurró tomando mi mano con suavidad, la electricidad se coló en mi cuerpo pero poco interesaba a causa de mi debilidad -esto es mi culpa-. Negué despacio, me sentía débil y la migraña era fuerte.

-Pas... me el frasco-. Señale un frasco de medicamentos color amarillo que dejaba ver la cantidad de pastillas diminutas hasta la mitad. Eitan me pasó el frasco un poco confuso mientras Thiago y Dina me miraban intentaban contactar a mi padre con su respectivo celular.

-Suryen-. Mire a Eitan de reojo -¿Qué son esas pastillas?-. Thiago movía su mano por mi espalda al ver que tenía escalofríos, yo solo me acurrucaba más a él y a las mantas.

-Desde que tenía 13 años sufro migraña, el doctor le advirtió a papá que no podía sufrir resfriados tampoco podía vivir en lugares muy fríos aunque nuestro último hogar estuvo en Canadá-, rasque mis ojos que ardían por la calentura y seguí -pero cada vez que nos cambia de un lugar cálido a otro enfermaba más, por alguna razón deje de enfermar a los 15, cuando vivíamos en Canadá no sé porque el frío me hacía bien, es la primera vez después de un dos años, que pasa de nuevo.

-Sedrik no contesta-. Habló Dina frustrada.

-No puede contestar seguro se descargó su celular-. Encojo mis hombros -está preparando una mudanza-. Thiago se separó de mí y me hizo verlo pero quite mi cara de su mano.

-No es lo que pienso o ¿sí?-. No podía responder mi cabeza quería explotar, también sabía cómo iba a reaccionar y no lo tomaría bien -¡¡HABLA!!-. Gritó haciendo que me sobre saltará, mi cabeza iba explotar me estaba mareando -¡¡TU PADRE NO SERÍA TAN ESTÚPIDO DE HACERNOS ALGO ASÍ A MI MADRE Y A MI!! ¡¡HABLA!!-. Gritó más fuerte y ahí fue donde levante mi vista hacia él.

-Thiago... cálmate-. Habló Dina con miedo, mis ojos se humedecían -Suryen no está...

-¡¡NO ME IMPORTA, SI ESTA BIEN O NO!!-. Abrí los ojos aún más y mis lágrimas no esperaron en rodar por mis mejillas -¡¡ELLA LO SABIA Y NO DIJO NADA, NO QUIERO VERLOS NUNCA MÁS, SOLO SON UN PAR DE ESCORIAS ARRUINANDO NUESTRA VIDA!!-. Eitan se paró de inmediato y empujó a Thiago furioso.

-No vuelvas hablar así de Suryen, ¿entendiste?-. Eitan se colocó junto a mi como lo estaba Thiago, yo sólo lloraba y miraba como Thiago me quería asesinar con la mirada, ¿qué paso con el "yo no voy a molestarme contigo"? -ella no tiene la culpa de su relación son mayores para saber lo que hacen y tú también lo eres.

-Yo...-. Me animé hablar, mi voz se escuchaba quebrada y no podía parar de llorar y eso aumentaba mi dolor de cabeza. El nombre de Derek vino a mi cabeza... ¿quién es él?, ¿de dónde ha salido ese nombre?.

Cerré mis ojos un momento intentando aliviar el dolor, estaba desvariando, abrí los ojos de nuevo en un intento de poder reaccionar pero todo daba vueltas, el dolor era intenso y doloroso. Lo último que recuerdo es a Dina y Eitan llamándome, discutiendo con Thiago mientras él hablaba con alguien por teléfono, luego de eso... todo es negro.

                         

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