Pago, y enseguida se acercó a mi.
-Pensé que te subirías unas paradas antes que yo -comenté.
-¿Por qué haría eso yo? Sí yo vivo por aquí -quiso saber confundida.
Yo pongo los ojos en blanco no puedo y no pudiendo, creer que ella no pudiera pensar un solo segundo.
-Pues... porque sino ¿De qué otra manera me puedes pagar el boleto? -quise saber confundido.
-Pues, de último podríamos organizarnos para encontrarnos cuando tú salgas de la universidad y yo de secundaria ¿No te parece bien? -me pregunta con curiosidad.
Yo le había prestado atención, tenía puesto un uni forme que costaba en una falda gris y una camisa blanca. Aunque por encima llevaba puesta una chaqueta de cuero con algunos emoticonos pegados.
-Pues me da igual, me debes el boleto -dije, simplemente me quedé sentado en mi sitio.
La chica, la cual estaba embarazada y me había olvidado de ese detalle, me veía ofendida. Pero de igual forma: le cedo el asiento y ella me sonrío. Por primera vez, había sonreído y en ese instante me quedé plenamente perdido en los ojos color fuego que ella tenía en su mirada.
Me desperté, en el momento en el que le di el asiento. Y me quedé parado , un firme soldado. A regañadientes, tenía que sostenerme con firmeza; porque sino me podía desbalancear de un lado al otro.
O caer encima de la señora que estaba seria a mi lado. De vez en cuando, el colectivo frena en seco, y yo me tropezaba con esa mujer. La misma me miraba con aires de asesinato, pensaba que en cualquier momento me tiraría por la ventana y ese sería mi fin.
Matías muere, porque una mujer lo arrojó por la ventana.
No me pude evitar reírme de mis propios pensamientos , el problema fue que la mujer me miró de mala manera y Estefanía me miró confundida.
-¿Por qué sonríes..? -quiso saber levantando una ceja.
-Pues, porque me parece bastante gracioso imaginar mi muerte.
-¿Y a quién le parecería graciosa imaginar eso? -quiero saber con confusión.
-Pues porque pienso que de tantos tropezones que me esté dando con el autobús, me tirare por la ventana.
-Entonces si quieres te doy el asiento, yo me sostendré y no me estaría quejando , tú a cada rato.
-Oye... Yo no me estoy quejando a cada rato, no sé de qué estás hablando -pregunté anonadado.
-Tal vez no visualmente, pero estás muy no te la vio , mueve las manos con labios sismos a través de las manijas, y siempre estás pisando fuerte el suelo, y , si estuvieras dando tropezones al compás del reloj. Y eso es frustrante -comentó ella y la mujer que estaba a mi lado asintió dándole la razón.
Pongo los ojos en blanco sin poder creer que todos estuvieran en mi contra. En ese instante en particular, me sentía bastante bien A pesar de todo, era de las personas bastante positivas. Qué pensaban que todo podría salir adelante, con un poco de dificultad en ese instante en particular.
Me sentía bien, sentía que todo podía darse con el fruto del esfuerzo y la dedicación. Aunque a diferencia de otras veces, nunca hubiera imaginado ver un adolescente embarazada que sea gruñona. Estefanía ,s no me volvió a dar la vista en todo el viaje come hasta que finalmente a parecer era su parada porque se puso de pie.
Estaba tan cerca de ella con más que mis mejillas. Se volvieron rojizas. Se puso de pie, sin avisar entonces la tenía atrapada entre mi cuerpo, Ya que cada brazo estaba estirado sosteniendo una manija de la siento. Pude sentir Estefanía tragar saliva, incluso sus ojos se desviaron hacia mis labios.
Por un leve segundo pude sentir algo extraño cerca de ella. Incluso podría llegar a jurar, que mi corazón palpita va tan fuerte que se escaparía de mi pecho. No obstante, se mantuvo ahí quieto e impecable y simplemente seguimos ahí sin decir ninguna palabra. Aunque sin parar de vernos.
Todo en ella, me detonaba una especie de nerviosismo la cual no esperaba.
Quería despertar.en es instante , después de mucho tiempo y de idas y vueltas, al parecer estaba sintiendo algo extraño por esa mujer de cabello extraño. En cuanto se bajó, mis nervios, mi nerviosismo y mi incertidumbre cesaron notoriamente.
Me deje caer , si fuera un saco de papas en el asiento, y pude ver de reojo: aquella chica se desvanecía de mi vista hasta finalmente perderse en un . invisible. Puse los ojos en blanco, sintiéndome necesitan te bastante perezoso más la verdad que no me gustaba andar en colectivo ah pero era un buen modo de ahorro.
Además de que el boleto estudiantil era sumamente económicos, con lo que me salía un día de combustible sería básicamente una semana de viaje en colectivo. Suspiré , eso era lo malo de tener que mantenerte solo . ojalá tuviera la suerte de mis compañeros , las cuales los padres le cargaban el tanque lleno y ellos podían dar libremente sin tener que andar en colectivo resoplando , yo.
Pero bueno cómo será una de las desventajas de ser pobre. Creo que haría una bitácora del chico pobre que viaja en colectivo. Aunque no creo que alguien en este mundo, tengo el tiempo suficiente para leer unas tonterías de parte de un chico quiero pasar los 25 años suspira lo peor de todo es que tenía una hija la cual mantener. Ni siquiera me podía mantener yo, al menos la madre ayudaba en grande. Porque sino de otra manera , No sabría cómo lograr subsistir.
Al llegar a universidad , lo hice con pereza, siguiendo las miradas curiosas de los alumnos , al verme siempre despeinado y con la ropa desparramaba por doquier . el colectivero ,s había pasado a la parada del bus , Entonces tuve que correr , alma que lleva el diablo hacia la universidad.