Ciudad Norte...
-Mamá, ya me voy a la escuela–Grito con mi mochila en la mano antes de salir de la villa Cheng.
Se qué dónde quiera que esta mi madre, niega con la cabeza, porque siempre
que salgo la dejo sin tener tiempo de responder.
Mi nombre es Ayla y siempre soy un poco despistada. No por nada mi padre me dice que me parezco a mi madre y que lo traicione porque de pequeña parecía ser como él.
¿Amores? No, no. No conozco esa palabra y mucho menos sinónimos. Hace años, cuando tenía 4, cometí el error de confesar mis sentimientos a un hombre casado.
Un hombre que me ganaba, ¿en qué pensaba?, ¡Soy una estúpida! No debí de confesar mis sentimientos y así todavía podría verlo aquí.
Mi padre dice que a estas alturas él ya ha de tener un hijo y una esposa. Noticias de él ,ninguna, y yo... yo solo le guardo rencor por haber destrozado mi frágil corazón. No lo amaba de verdad, no era para que se fuera, ¿a quién engaño?, si cada noche sueño con su maldita cara entregándome mi regalo de cumpleaños".
Tengo novio solo por despecho, no me agrada, a tal grado que no le he dado un beso. Muy santa, no, todas las noches sueño con mi primer amor tocando lugares que a nadie le permito tocar.
Un hombre que incluso es capaz de rozar mis labios en mis sueños y de solo pensar en el me siento un poco caliente.
Ciudad Sur...
Me siento en frente de la silla de él vicepresidente, observó la vista que tengo delante y me aflojó la corbata, la vista a través de la ventana es maravillosa. Sin poder evitar recuerdo la vez en la que ella me confesó su amor.
"Ayla, te traigo tu regalo, no se si te guste", me puse a su altura y le sonreí.
Ayla me vió con sus ojos brillantes (como siempre) y agarró mi regalo, me dió un beso en la mejilla y me susurro "Tío Lark, cuando crezca me casaré con usted"
"¿Qué?" pregunte desconcertado
"Cada vez que lo veo me pongo nerviosa. Mamá dice que no me puedo enamorar de alguien mayor..."
"Ayla, tu madre tiene razón, entre tú y yo hay una gran brecha de edad. Eres como una bebé para mí".
"Entonces usted no quiere a Ayla"
"Eres muy pequeña, cuando crezcas te darás cuenta de las estupideces que estás diciendo", me puse de pie y pase con indiferencia al lado de ella.
"Tío Lark...", me llamo Ayla y la ignore para reunirme con unos amigos. Jamás les preste atención, me era difícil concentrarme en sus temas, en su fiesta de cumpleaños solo le preste atención a ella.
Lo sé, la lastime y eso no es lo peor, después de 15 años me culpo por eso.
Nombre: Lark.
Antes que nada soy un hombre soltero y enfermo mental.
Por desgracia me enamoré de una niña, sí, yo enamorado de una bebé, bueno no era tan bebé, ¿Se imaginan el grado de enfermedad?
No puedo regresar a la Ciudad Norte por su bien. Cuando regresé en un futuro ella estará felizmente casada y solo me presentaré para darle mi bendición.
Sé que su padre me matará y por eso es mejor mantenerme al margen, no es que sea cobarde, pero ese amor ya se convirtió en obsesión y no sé lo que soy capaz de hacer, o mejor dicho lo que pueda hacer cuando la tenga cerca.
Un hombre casi cuarentón y ella una niña que apenas a de tener unas 20 primaveras ¿Un dulce amor también? No.
¿Un amor posesivo y brecha de edad? Sí.
¿Te atreves a leer mi historia de principio a fin o tienes miedo?