- ¿Eso es lo que te preocupa? ¡¿Tu ex prometido, se casa con quien te dijo que era su prima cariñosa y tú estás tan calmada cuando el malnacido te envía una invitación del cumpleaños de él?! - grita Cataleya al borde de un colapso por tanta presión en su cuerpo.
- Cálmate un poco.
- No puedo calmarme. Necesito cortarle la polla para poder sentir que ha pagado lo que hizo.
- Cata, ¿por qué eres tan violenta cuando solo es una invitación?
- No es la invitación, es la osadía de él al mandarla. ¿Qué se cree él? Viene a jugar contigo por tres años, después, te pide matrimonio con la puesta de sol como testigos en la hermosa playa de acapulco y al día siguiente se casa en el mismo lugar que te lo propuso, como si nada pasara.
- Lo sé, no necesitas recordarme ello. Menos, cuando pasó hace menos de cuatro meses.
- Es que allí fue cuando debiste dejarme contarle los testículos. Si lo hubiese hecho, no tendría el atrevimiento de mandarte una invitación por su cumpleaños.
Debo reconocerlo, así como ella coloca la situación, tiene razón. Si le hubiese hecho algo, no se atrevería a tanto. Pero, entonces ella estaría presa y él aunque no llevaría la mejor parte, seguiría siendo parte de nuestras vidas, cosa que no quiero.
- Cata, recuerda que tu presión arterial se sube cuando te enojas demasiado.
- Si me dejaras cortarle los testículos, mi presión arterial mejoraría - murmura Cata sentándose o más bien, derrumbándose en el sillón a mi lado.
- Sí, estoy segura que eso haría. Pero, no vamos a enfocarnos en cosas sin importancia. El pasado, allá debe quedar. Así que, no nos preocupemos, la justicia divina existe.
- Y la terrenal también, así que, optaré por esa. Dime, ¿Dónde es la fiesta? Para saber a donde tengo que ir con el machete.
- Mujer, baja tres rallas a tu violencia. Tú no eras así. Tendré que bloquear Netflix y el cable. Estas viendo muchas series de mafiosos y locos que matan horriblemente.
- Como están las cosas, sería bueno tener un amigo así, para que le de un buen susto y que así, no se atreva a invitarte a sus malditos eventos.
- Sé como dejará de invitarme.
- ¿Cómo?
- Iré a la fiesta. - murmuro y eso ha e que mi amiga me observe como si me hubiese salido un tercer ojo o algo más terrorífico.
- ¿Estás loca? -pregunta después de salir del asombro.
- Posiblemente lo veas así, porque no crees que sea capaz de hacer que se arrepienta de lo que ha perdido. Pero, lo haré. Su intención es humillarme, recalcar que esta mejor con su esposa adinerada y que yo siempre quedaré como el mal recuerdo de su novia pobre con la que jugó a su antojo. Pero, puedo mostrar lo contrario.
- No tienes nada que mostrarle a él. No lo vale.
- No lo hago para que él me de el valor que crea es para mí. Lo hago porque yo también deseo restregar en su cara que dejarme de él, fue la mejor decisión de mi vida. Ahora tengo un trabajo en una de las empresas más grande de entretenimiento y eso, aumento mi sueldo.
>> Ya no soy la mujer que él dejó hace cuatro meses. Pueda que él este monetariamente mejor que yo, porque su esposa es adinerada. Pero, no me supera en fuerza. Porque todo lo que hasta ahora tengo, fue porque lo luché y con mi propio esfuerzo lo logré. Eso es lo que le voy a mostrar.
- Eres increíble, amiga - dice Cata aplaudiendo orgullosa - Tú no perdiste, él fue quien te perdió y gracias a eso, ganaste y mucho.
- Eso es lo que quiero mostrarle. Quiero que comprenda que no es para tanto. Quiero que comprenda que lo he olvidado y que estoy muy bien sin él y por eso, iré a la fiesta.
- Muy bueno tu argumento, pero, no creo que sea buena idea.
- ¿Por qué?
- Él es patético extraño. Porque, ¿quién hace una fiesta de disfraces en junio? - pregunta Cata y yo ruedo los ojos.
- En realidad, es una fiesta relacionada a una época en especifico. Esa donde usaban vestidos pomposos que los de la alta clase los diferenciaba de la servidumbre.
- ¿Es esa época donde usaban pelucas extrañas? - pregunta Cata y yo asiento - Vaya, si que buscan la manera de reclamar que es adinerado.
- Lo necesita. Los hombres sin buena herramienta, necesitan compensar sus faltas con dinero. Su urgencia en alardear es tan grande que te da una idea clara de cómo lo tiene. - digo encogiéndome de hombros y mi mejor amiga sonríe complacida por mi dato revelador.
- Bueno, analizando las cosas, ir no es tan mala idea. Es tu único medio para encontrarte con él y por ello, sería buena idea que te vistas radiante y causes muchos supimos a quienes puedas. Así, también golpearías su ego y todo lo que puedas.
- Si que quieres verlo sufrir.
- Es mi deseo antes de descansar y mi primer pensamiento en la mañana. Porque verlo sufrir causará mi alegría más grande.
- A veces me das miedo, Cata - pregunto angustiada.
- Soy bastante vengativa. Eso es todo. Ahora, iré a descansar, mañana me espera un día largo en el set. Pero, después de eso, iré a buscar el vestido más radiante que puedas usar. Porque si vas a ir, debes marcar la diferencia hasta en los accesorios que llevas.
- Cata, no es necesario.
- Soy embajadora de varias marcas, estoy segura que van a darme buenas prendas para la gran noche. Así que, no te preocupes, no será algo costoso. Solo debes cuidar tu piel y todo estará increíble.
- Cata, no creo que...
- No digas una sola palabra más. Ya está decidido, me haré cargo de todo y tú no tendrás que preocuparte por algo más.
- Pero, no hay que exagerar tanto. Si descubre que mi salario no me alcanza para llevar cosas costosas, quedaré en ridículo.
- No va a pasar. Te llevaras mi tarjeta ilimitada y podrás darte tu noche de chica adinerada.
- Sabes que no hablo de eso.
- Nadie más lo va a notar. Recuerda que en la tarjeta te dejan claro el tipo de ropa que vas a usar y que debes llevar antifaz. Además, dudo que alguien más sea conocido para ti, si es una fiesta tan fina.
>> Así que, puedes fingir un poco si lo deseas. Después de todo, ¿qué hay de malo en entrar en el juego del disfraz? Hasta donde sé, actuar no es un delito. Así que, no debe haber algún problema si disfrutas de una noche sin pensar en facturas o cuanto puedes gastar de tu salario.
- Cata, no creo.
- ¿Cuándo es la fiesta?
- Tres días. - murmuro al saber que no voy a ganar con ella.
- En tres días que veas cuan distinta te veras con lo que prepararé para ti. Ya después, volverás a ser tú. La cómoda y trabajadora Selena Thompson, ¿de acuerdo? - me pregunta y yo asiento.
- De acuerdo.
- Perfecto. Ahora, a dormir. Mañana tenemos trabajo.
- Esta bien - murmuro para después despedirme de ella.
En mi habitación, analizo todo lo que ha pasado y al no encontrar lógica, niego hasta que me calmó, recordándome que el que él no esté en mi vida, es lo mejor que pudo haberme pasado.