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Acerca de

Cuando en un momento de dolor, descubres un gran amor. La lucha por el amor en medio de la lucha por la vida. Vive cada día como único, como si mañana no existió. La fe puede faltar, pero Dios siempre estará presente.

Capítulo 1 Conociendo al paciente

NARRA CIÓN ENZO

Entro al hospital para otro turno.

- ¡Buenas noches, Fátima!

Nuestr a dulce recepcionista sonríe cuando me ve.

- ¡Buenas noches, doctor Aguiar!

Me dirijo por el pasillo hasta el vestuario de los médicos.

Entro y voy a mi casillero.

ACHERON PELIGROSO

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Lo abro y meto mi mochila dentro. abro la cremallera

y lo dejo abierto mientras me quito la camisa.

Saco mi camisa blanca y mi bata de laboratorio de la

maleta y guardar la que era.

Antes de ponerme la ropa, voy al fregadero y lavo la

rostro.

-Enzo...

Veo entrar a Mauricio con cara de cansancio.

- ¿Cambio difícil?

- Mucho.

Es oncólogo pediátrico. el hospital donde

trabajamos tiene su propia ala para pacientes

con cáncer

Yo también soy oncólogo, pero atiendo a adultos.

- Sigo sin aceptar el hecho de que un puro y

lleno de vida quedo así por una enfermedad

muy cruel.

Se sienta en el banco y comienza a quitarse la ropa.

ACHERON PELIGROSO

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- Hay gente que no merece pasar

tanto sufrimiento Mauricio, pero pasan.

Me seco la cara y camino hacia él, sentándome a su lado.

lado.

- Mi madre siempre me decía: No cuestiones la

Voluntad de Dios. Él sabe por qué.

Le doy una palmada en el hombro y me pongo de pie.

- Pensando en ello dejé de preguntarme por qué

ciertas personas sufren.

Poniéndome la camisa y la bata de laboratorio, cierro el

la puerta de mi armario.

- Voy a mi turno.

- Entonces pasa a ver a mis hijos, por favor.

- ¿No tienes un pediatra en tu sala hoy?

- Tener...

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Voltear los ojos.

- Pero no me gusta la forma en que Gilberto trata a mi

pequeña.

- Puedes dejarme ir allí.

Salgo del baño y me dirijo al mostrador.

central.

- ¡Doctor Aguiar!

Cássia, la médica responsable de Oncología,

enfoques.

- Sra. Lins.

Él sonríe y se apoya contra el mostrador, mirándome.

- ¿Hacerse cargo del turno ahora?

- Sí.

Respondo mirando los gráfcos. Lo siento si

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acercarse y permanecer indiferente.

Ella ha estado invirtiendo mucho para que nos vayamos y yo vengo

difícil de ignorar.

Cassia es la esposa del dueño del hospital y la última

Lo que quiero es problemas y dolor de cabeza.

- ¿Qué piensas de un desayuno al fnal de tu día?

de servicio?

Agarro mis gráfcos y lo miro a la cara.

- No creo que a tu esposo le gustaría verme con

el medico

Cojo un bolígrafo y esbozo una sonrisa.

- ¡Disculpe, Dra. Lins!

***********

Entro en el pasillo de la sala de adultos. Jessica me mira y ahora

sonreír.

Ella es la enfermera que me acompaña en mi

cambio.

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- ¡Buenas noches, doctor Aguiar!

- ¡Buenas noches, Jéssica!

Caminamos uno al lado del otro por el pasillo.

- ¿Cómo están las cosas aquí?

- El señor Benjamin sigue siendo el mismo.

Empiezo a reírme en su cara.

El Sr. Benjamin está en la etapa terminal del cáncer.

en el pulmón

Aún sin poder respirar y casi sin fuerzas,

intenta seducir a Jessica.

- ¿Cuál fue la diversión del día?

Ella comienza a reír.

- ¿Crees que levanté la mano para ver el acceso y

¿¡empujó su mano a mi pecho!?

f

Mi risa sale fuerte y trato de controlarme.

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- Dijo que la mano estaba pesada y necesitaba apoyo.

- Pero, ¿y si realmente no pudiera sostener su mano?

- Dr. Aguiar, si me hubiera apoyado

Lo creería, pero el bastardo siguió adelante. dio un apretón

fuerte.

Me detengo frente a su puerta.

- ¿Lista para ver a tu novio?

- ¡Para! Eso no es divertido.

Dice palmeándome el hombro.

Abro la puerta del dormitorio y entro. Sr. Benjamín

tan pronto como ve a Jessica sonríe.

- ¡Buenas noches, señor Benjamín!

Me mira y me guiña un ojo.

- ¿Esta todo bien?

Dice que sí con la cabeza.

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- Escuché que le estás dando trabajo a la

nuestra enfermera.

- Ella es difícil...

Susurra con la máscara en la cara y empiezo a reír.

- Sigue intentándolo, que una hora ella cae en tu

encantos

- Dra. Aguiar...

Jessica dice riendo, poniendo sus manos en sus caderas.

- Me gusta la forma determinada de nuestro amigo. Solamente

Creo que deberías darle una oportunidad.

El Sr. Benjamin sonríe y sé que ella nunca

Me involucraría con él por dos razones.

Es nuestro paciente y tiene 82 años, el triple de la edad de

su edad.

- Cualquier cosa que presione el botón.

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- ¡Derecha!

Su voz es débil y salimos de su habitación.

Camino a través de algunas camas familiares, solo para

saber cómo son y comenzar ofcialmente mi turno.

- Parece que tenemos un nuevo paciente.

Veo el gráfco de Larissa Martins. ella es nueva

solo tiene 27 años.

- Larissa se registró hoy. leucemia descubierta

esta semana, pero no permanecerá hospitalizado

para el tratamiento todavía.

Jessica dice con ojos tristes.

- Un mes antes de tu boda.

Siento una opresión en el pecho.

- ¿Sin marcar?

- Sí. Dijo que no quiere casarse enferma. Querer

recuperarse y casarse bien. No pretendas ser una carga

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para el futuro marido.

Analizo algunas de sus pruebas.

- Los exámenes están incompletos.

- Sí. El Dr. Lins ya ha pedido hacer los demás y

estamos esperando los resultados.

Nos dirigimos por el pasillo hasta su habitación. En

puerta del dormitorio, veo una señora y un hombre de

mi edad discutiendo. Probablemente la madre y

prometido del paciente.

- No podré quedarme a su lado así.

Casi grita y la mujer llora aún más.

- Larissa necesita todo el apoyo posible en este

difcultades. No puedes abandonarlo.

El hombre está nervioso y ella está triste.

- No puedo perder mi vida al lado de Larissa.

Dios sabe cuánto tiempo estará en tratamiento y

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si sobrevivirá.

La ira crece en mi pecho. mi voluntad es

echa a este idiota de este hospital.

Los dos notan mi acercamiento y el de Jessica.

y deja de hablar.

- ¡Buenas noches!

Digo deteniéndome frente al idiota.

- ¡Buenas noches!

- Soy el Dr. Aguiar, el médico responsable de esto.

cambio.

La señora se acerca.

- ¿Alguna noticia sobre los exámenes de Larissa?

- Todavia no. Estoy esperando su regreso.

Ella baja la cabeza llorando.

- Necesito ir.

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El idiota me pasa y se aleja.

- José...

La mujer llama, pero él la ignora.

- Lo siento mucho. Ha sido difícil para todos

La situación de Larissa.

Tomo tu mano con ternura.

- Si no quiere quedarse, no lo obligues. tu hija no

no merece la piedad de nadie. Ella no eligió quedarse

enfermo y si no lo acepta así es porque no

merecer.

- ¡Gracias!

Sonrisas y suspiros.

y p

- Soy Deise Martins, madre de Larissa.

- ¿Entramos a ver a su hija?

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- Por supuesto.

Entramos y la habitación está a oscuras. caminamos hacia

camilla y veo a una hermosa joven, acostada y durmiendo.

Su piel es muy blanca y su nariz es perfecta. Sus

Los labios son llenos y muy rosados.

Tiene el pelo largo y oscuro. Me acerco

más y mientras la tenue luz ilumina tu

cara, veo pequitas que la dejan quieta

más encantador

- SRA. Martín...

La llamo y ella suspira. Con difcultad se abre

los ojos.

Luego, hermosos ojos azules me miran fjamente. me pierdo

en el azul puro y tranquilo de tus ojos.

Creo que nunca había visto un azul tan hermoso. ¿Está por ahí?

se parece a un ángel.

Parpadea un par de veces, tratando de mirarme.

- ¡Oye!

Su voz es tranquila y dulce.

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- ¡Oye!

Una sonrisa llega a tus labios y me atrapo

sonriendo también.

- Tú sabes mi nombre, pero yo todavía no sé el tuyo.

- Enzo... Enzo Aguiar tu médico.

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NARRA CIÓN DE LARISSA

UNOS DÍAS ANTES

Mi despertador empieza a sonar y lo apago.

levantarse y estirarse por todas partes.

Hoy tengo una sesión de fotos de un bebé y

Necesito llegar temprano al parque para ver si puedo arreglarlo.

un lugar tranquilo y pacífco. lavarme la cara y

Me siento extremadamente cansado. mi cuerpo es

dolorido y me doy cuenta que llevo mucho tiempo en esto

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cansancio excesivo. Me pongo mi ropa y me doy cuenta

algunos moretones en la pierna y el vientre. No me

Recuerdo haber golpeado en ninguna parte.

Me calzo las zapatillas y me ato el pelo.

Me veo a mí mismo en el espejo.

Estoy deprimido y pareciendo enfermo. Esto no es bueno.

Mi boda será en 2 meses y medio y no

Puedo enfermarme ahora.

Tomo una respiración profunda y me dirijo a la cocina para tomar m

desayuno.

Tan pronto como entro a la cocina, veo a mi madre.

sentada bebiendo su café como de costumbre.

Me acerco con cuidado y la abrazo, dándole un

beso en tu cara.

- ¡Buen día madre!

- ¡Buenos días, Larisa!

Él sonríe y me mira.

- Estás abajo.

- Yo se.

ACHERON PELIGROSO

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f

hor- Hasa. estado enfermo muchas veces en poco tiempo

La miro riendo.

- Fue la gripe.

- Trabajas mucho. Creo que es bueno hacer un

batería de exámenes antes del matrimonio.

- ¡Estoy bien!

Me siento y empiezo a servirme.

- Tenemos esta semana para la prueba fnal de tu

vestido.

- Sí...

digo emocionada.

Estoy emocionada y muy feliz con mi matrimonio.

con José

Llevamos tres años juntos y creo que estaremos

muy felices.

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Abrimos juntos el Estudio de Fotografía y estamos

planea tomar un curso en Londres el próximo año

llega. Pasaremos seis meses allí.

- ¿José ya buscó fotógrafo para la boda?

Empiezo a reír y sé que va a odiar mi idea.

- Nos vamos a fotografar.

Levanta una ceja mirándome.

- No va a funcionar. ¿Y durante la ceremonia?

- ¿¡¿¡¿¡¿Uno mismo?!?!?!?

Ella comienza a reír.

- No discutiré. La boda es tuya.

- ¿Papá dijo cuándo viene?

Puedo verla estar triste. mis padres se separaron

cuando tenía doce años, pero aún está claro que

se aman.

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Simplemente no aceptan las diferencias. solo espero que no

sé así con José.

- Se va a tomar unas vacaciones y vuelve dentro de treinta días.

- ¡Derecha!

Me levanto y beso su frente.

- ¿Te vas a comer esto?

- No tengo hambre.

- Por eso se enferma tan a menudo.

Tomo mi mochila y mi maleta con mi

equipos

Huyo de su conferencia y salgo corriendo de la casa.

Puse mis cosas en el baúl de la bicicleta y puse mi

casco.

Me subo a la moto y nada más ponerla en marcha escucho sus ronq

Amo la libertad sobre dos ruedas y me gusta el viento

golpear mi cuerpo me pone eufórico. Yo sigo

al parque, corriendo suavemente por las calles

de Campinas.

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Tan pronto como llego, observo el lugar tratando de encontrar

un espacio hermoso y tranquilo.

Lucas solo tiene un año y será el primero

prueba.

Encuentro en un rincón un árbol perfecto y al lado

unas fores preciosas.

Empaco mis cosas y pongo las cosas que voy a

necesita en el suelo sobre una toalla.

Arreglo mi lente y veo llegar a los padres con

mi pequeño Lucas. Él es tan guapo y sonriente.

- ¡Buenos días, Larisa!

- Buenos días, Suzana y Nuno.

Me acerco a mi pequeño modelo.

- Buenos días, mi pequeña.

Él sonríe con su mano sobre su boca.

Lo tomo en mi regazo y voy a la esquina que arreglé

para la sesión

Lo bajo y le entrego algunos juguetes.

- Quiero esa hermosa sonrisa para mí, en Lucas.

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Haz feliz a la tía Larissa.

Me alejo y empiezo a tomar fotografías.

Después de dos horas de ternura extrema,

Lucas empieza a llorar y sé que está cansado,

así como yo.

-Creo que el material que tengo ya es bueno.

Les digo a los padres mirando algunas fotos en la cámara.

- ¿Cuánto tiempo hasta que todo esté listo?

Suzana pregunta abrazando a su hijo.

- En dos semanas el material estará en tus manos.

- ¡Maravilloso!

Se van y yo empiezo a recoger mi

cosas. Cuando pongo mi maleta en mi espalda, todo

Comienza a girar y no veo nada más.

************

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Escucho un grito de angustia y abro los ojos

asustado.

Estoy acostado y siento un dolor en mi brazo.

Miro a mi alrededor y veo que estoy en una habitación

hospital y tiene un ataque en el brazo.

- Larisa...

Mi madre sale de la esquina de la habitación, viniendo a mi

dirección.

Puedo ver en su cara que estaba llorando.

- ¿Qué sucedió?

- Te desmayaste.

Pasa su mano por mi cara.

- ¿Por qué lloras?

Ella comienza a llorar aún más y la puerta se abre. Una

Entra el anciano médico.

- ¡Hola Larisa!

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- ¡Hola!

- Soy el Dr. Ferreira.

Se acerca y me mira con pena. no me gusta cuando

mírame así. La última persona que me miró

también mi padre, advirtiéndole que estaba

separarme de mi madre.

- Dime lo que tengo.

Mi mamá toma mi mano y la aprieta fuerte.

- Las pruebas mostraron leucemia.

Lo miro a la cara, todavía no estoy seguro de haber oído bien.

- No puede ser.

- Los exámenes son 100% seguros.

Cierro los ojos sintiendo que me duele el pecho. Mi

lágrimas comienzan a caer por mi cara y mi

la madre los limpia con cuidado. no puedo estar con

leucemia. me voy a casar pronto y no

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Puedo estar enfermo

- Las pruebas que hicimos no indican el tipo de

leucemia ni como es su cuadro clínico.

Abro los ojos al doctor.

- Así que no puedes decirme cuánto tiempo tengo para

¿la vida?

- No hables así, hija.

Respiro hondo tratando de controlar el llanto.

- ¿Cuándo hago los exámenes?

- Te derivaré al hospital de São

Pablo. Tienen su propia Ala para este tipo

de enfermedad

- ¿Necesitaré un trasplante de médula ósea?

- Larissa todo dependerá de tus exámenes y de la

diagnóstico. Su médico revisará sus pruebas y

se procederá al mejor tratamiento.

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Se abre la puerta y veo a José, viene a mi

dirección y tus ojos preocupados acaban conmigo.

como le voy a decir que tengo una enfermedad

extremadamente doloroso y que no puedo

¿sobrevivir?

- ¿Cómo estás?

Sostén mi cara mirándome.

- Voy a estar bien.

susurro sintiendo mi pecho apretado. Mi madre

suspira y camina hacia él.

- Hablemos afuera.

Agárralo del brazo y sácalo. El médico

tratar de explicar cómo va a hacer mi referencia a

el hospital de São Paulo. No puedo escuchar nada.

Solo pienso en cómo serán mis días y cómo me va

hacer mi tratamiento durante la boda. voy a

pierdo el pelo si voy a quimioterapia y

mi vida terminará.

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Cierro los ojos angustiado con mi futuro. O

doctor al ver mi sufrimiento, dice que va a hablar

con mi madre y se va.

Unos segundos después, escucho pasos y

Mantengo los ojos cerrados.

El toque de mi mano ya me dice que es José.

mis ojos y verlo perdido.

- ¿Cómo vamos a hacer?

Pregunta en voz baja y asustada.

- Suspender la boda.

- ¿Está seguro?

Asiento con la cabeza.

- No quiero casarme enferma. no quiero cargar

este peso a nuestra vida matrimonial.

Suspira y me imagino que está aliviado. siento un

agarre en mi corazón.

Esa no era la reacción que esperaba de él, pero

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Ignoro la sensación de alivio que sintió.

"¿Qué querías Larissa? Que te abrazara y

dijo que no importa la enfermedad, que seguirá

amar y querer casarse. "

Ignoro mi irritación y me quedo en silencio.

- Voy al estudio a terminar algunas cosas.

- ¡Derecha!

Me besa la frente y se va dejándome sintiendo

de abandono

*******************

TIEMPO ACTUAL

El cansancio aumentó y José se alejó. llamada

preguntar cómo estoy y decir que está huyendo en

Estudio.

Miro por la ventana de mi dormitorio, sentado en mi

cama.

- Tienes que ser fuerte.

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Mi mamá dice entrando a mi habitación. Reloj

mi maleta en tu mano.

- José nos llevará a São Paulo.

- ¿Decidió presentarse?

Respira hondo y se acerca.

- No ha sido fácil para él, Larissa.

Mi madre siempre fue la defensora de Joseph.

nuestras peleas ella lo defendió.

No quiero pelear. De hecho, mi deseo era

siéntate aquí esperando todo

para terminar.

Sin querer discutir, me levanto y salgo de la habitación.

mi cuarto y mi madre me sigue.

Salgo de la casa y veo a José esperando afuera del auto.

Abrázame y besa mi frente.

- Todo estara bien.

Susurra y sin decir nada me subo al auto.

ACHERON PELIGROSO

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****************

El viaje fue agotador y me dolía todo el cuerpo.

Dormí una buena parte del viaje, pero todavía tengo

dormir.

Al llegar al hospital nos recibe el Dr.

Lins. Una doctora rubia, un poco alta y bien

conservado. Debe tener entre 45 a 50 años. ella hace el

mi hospitalización por los exámenes y dice que

en función de su respuesta, analizará si el

la hospitalización será defnitiva para el tratamiento aquí o

llevado a otro hospital.

Me envían a una habitación y durante el

camino, veo niños y adultos en etapas

enfermos de cáncer avanzado. mi corazón se aprieta

y me imagino aquí como ellos, luchando por

sobrevivir.

entro a mi cuarto y en segundos enfermeras

ingresar realizando los exámenes complementarios de

sangre.

- Larissa te enviaremos al examen.

médula ósea.

Sin cuestionar, solo sigo las instrucciones y

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Espero los trámites.

*******************

Estoy mintiendo y exhausto. todo mi cuerpo esta

Me duele y no puedo mantener los ojos abiertos.

- Te dejaremos descansar.

Dice mi mamá, besando mi frente. abro uno

f

Miro y veo a José mirándome fjamente.

- Regresa a Campinas. Alguien tiene que cuidar

Estudio.

Suspira y se acerca.

- ¿No me necesitarás?

- No. Entregar el material de Lucas que está en el

mi casa lista.

Tal vez el pequeño Lucas fue mi último

trabajo.

José quiere desesperadamente irse de aquí, puedo ver

ACHERON PELIGROSO

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en tus ojos.

Me besa en la frente y se va con mi madre. yo puedo

escuchar a los dos hablando y cada palabra dicha por

él rompe mi corazón en pedazos. Ya no

soportando más el dolor del cuerpo y el dolor del corazón,

Cedo al cansancio y trato de dormir. siento a alguien

mirandome.

- SRA. Martín.

Una voz gruesa resuena en mi oído y me imagino que es

un médico más.

Mi vida será así ahora. doctores y

enfermeras por todas partes.

Intento abrir los ojos, pero la luz no me deja.

mantenerlos abiertos.

Tan pronto como lo abro completamente, veo a un médico joven.

Demasiado joven para ser tan importante en esto

hospital.

Tiene cabello negro, piel blanca y hermosa.

ojos verdes. Un hombre guapo. alto y estatura

atlético.

- ¡Oye!

ACHERON PELIGROSO

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digo mirándolo fjamente.

- ¡Oye!

Me mira de otra manera. No con

del. Parece admiración y cariño.

Me encuentro sonriendo como un tonto por no sentir

piedad en tus ojos. Eso me deja feliz.

- Tú sabes mi nombre, pero yo todavía no sé el tuyo.

- Enzo... Enzo Aguiar tu médico.

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NARRA CIÓN ENZO

La joven Larissa intenta levantarse y yo me posiciono

junto a ti, tomándote del brazo y ayudándote.

Tu piel está fría, pero aún siento un calor en

mis dedos cuando lo toco.

- Tienes mucho frío.

- Estoy cansada. De hecho, estoy cansado.

Ella se queja, sonando poco dispuesta, abatida.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- ¿Te estás hidratando?

Sus ojos azules me miran fjamente.

- El agua es lo único que mi cuerpo tolera en

hora.

Su voz es ronca. Tus labios son ligeramente

abierto y veo pequeñas grietas.

Extiendo la mano y toco sus labios. ella cierra los ojos

disfrutando de mi caricia y que automaticamente

se mueve en un lugar determinado de mi cuerpo, que

debería aparecer ahora.

Su boca es blanda, aunque seca y debe ser

maravilloso para besar.

Tomo una respiración profunda y retiro mi dedo.

- Tu boca está seca. Todavía no bebo agua

sufciente.

- Beberé más agua entonces.

Sonrío agradablemente.

- Tus exámenes aún no han llegado, así que aún no.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

Pude evaluar su estado real.

Un golpe en la puerta nos interrumpe. Fátima da

La recepción llega sonriendo.

- Sra. Martins.

La madre de Larissa se aleja hacia la puerta. Las dos

hablar y no se ve bien.

- Larissa, salgo un rato y vuelvo.

- ¡Derecha!

Jessica me mira y sonríe.

- Necesito llevar estas carpetas al mostrador.

enfermería.

- Me quedaré un poco más. creo que la Sra.

Martins tiene algunas dudas.

Larissa sonríe mirándome. Jessica se va, dejándonos

a solas.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- ¿Cómo lo haces?

La miro fjamente, sin entender la pregunta.

- Desde que me enteré de mi enfermedad, todos

miran con pena. como puedes mirarme y no

tienen el mismo aspecto que los demás?

p q

Me siento en el borde de la cama, manteniendo mis ojos

en eso.

- ¿Por qué sentiría pena por ti?

- Porque probablemente voy a morir.

suspiro y en un acto algo intimo la abrazo

mano.

- ¿Quien dijo?

- ¡Sea sincero, doctor Aguiar! cuales son mis

posibilidades de cura?

- Conmigo siendo tu médico es 100%.

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Se ríe y me gusta el sonido de su risa.

- Un médico engreído.

- Un poco.

Le guiño un ojo y me levanto.

- Creo que solo se eligen personas fuertes.

por Dios para soportar tal enfermedad.

Ella me mira de cerca y eso me gusta.

- ¿Cómo puedo sentir pena por las personas guerreras que

tanto apoyo? ¿Cómo puedo sentir pena por

guerreros que incluso al fnal de la batalla, casi

perdiendo, me sonríes agradeciéndote por todo?

Tus ojos brillan.

- No me veo tan fuerte. Tal vez Dios me tiene

f f

débildada estay quiere enfermedad llevarme no pronto. por ser fuerte, sino por ser

- Larissa, no puedes pensar así. si empieza

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

con ese tipo de pensamiento, su tratamiento no

avanzará

Suspiro al ver a la frágil mujer frente a mí.

- Tu trato es una unión de tu fuerza, tu

ganas de ganar y drogas.

- No sé si quiero tratamiento. Estoy pensando

seriamente sobre dejarlo todo, volver a casa y

deja que todo termine.

No puedo creer lo que acaba de decir. mirar

silla de ruedas en la esquina de la habitación. ella hizo algunos

procedimientos que dejaban tu cuerpo cansado,

pero necesito mostrarle un lugar.

- ¿Puedes levantarte un poco de la cama?

Me mira y suspira.

- Me duele el cuerpo.

Camino hacia la silla de ruedas y la empujo cerca

de Larisa. Me acerco a ella y respiro hondo.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- ¿Puedo sostenerte?

Ella esta sonriendo.

- ¿Qué vas a hacer?

- Mostrarte un mundo más allá de lo que estás viendo.

Ella levanta los brazos.

- Él puede.

Envuelvo mis brazos alrededor de ella, ella me abraza

en el cuello.

Mi nariz está en tu cabello y siento tu dulce

oler.

Cierro los ojos tratando de calmar mi cuerpo.

La levanto de la cama y la coloco en la silla.

Se acomoda y agarra una sábana que la cubre.

piernas.

- ¿Listo?

- Sí...

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

Empujo su silla fuera de la habitación.

Camino con ella por el pasillo y Jessica me mira.

asustado.

- ¿A donde va?

- Dar una vuelta.

Ella sabe a dónde voy. Siempre voy allí después

visitas a la habitación.

Tomo el ascensor y subo dos pisos. larissa yo

mira por el rabillo del ojo.

- ¿Sueles secuestrar a tus pacientes?

- Sólo aquellos con tendencias suicidas.

Ella se ríe y yo también me sorprendo riendo.

Las puertas del ascensor se abren y ella sonríe.

- Es el ala de los niños.

Toda la pared tiene dibujos de animales.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- Sí...

- ¿Qué pretendes traerme aquí?

Empujo su silla hacia el salón principal.

- Es la hora de cenar. Y hoy es miércoles.

Tan pronto como entramos en el pasillo, abre una enorme

sonreír.

Los niños están riendo y sentados en un enorme

toalla en el suelo.

- ¡Tío Enzo!

Melissa dice corriendo hacia mí. abajo y el

Lo tomo en mi regazo.

- Vine a verte y ver si te estás portando.

Mira a Larissa y luego a mí.

- ¿Y tu novia?

- No...

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

Respondo con una risa y la bajo de mi regazo.

Melissa tiene seis años y fue diagnosticada con

PerdióTumor sucerebr cabelloal. durante la quimioterapia y los usos.

tiara de princesa

- Tu eres muy bonita. Tus ojos son increíbles.

Dice acercándose a Larissa.

- ¡Gracias! Usted también es muy bonita.

Larissa observa las luces en el brazo de la niña y

sus ojos se llenan de lágrimas.

- Tú también estás enfermo, ¿verdad?

- Sí...

Larissa susurra con voz ahogada. Toronjil

salta en tu regazo, en la silla de ruedas.

- No tengas miedo. Pasará y sonreirás

mucho después de todo esto.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- ¿Lo juras?

Melissa muestra una gran sonrisa.

- Hay días en que estarás muy triste y te

sentir mucho dolor.

El pequeño me toca la cara suavemente.

paciente negativo.

- Cuando eso pase, ven a verme. te prometo

hacerte sonreir.

Larissa besa la cabeza de Melissa.

- ¿Realmente puedo correr hacia ti?

- Sí. Seremos mejores amigos para siempre.

Ella trata de salir del regazo de Larissa, pero la agarra.

- Quédate un poco más conmigo.

Larissa pregunta y abraza a Melissa.

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

- Creo que puedo empujarlos a ambos.

Empujo la silla más cerca de la toalla.

- ¿Quieres comer algo?

SRA. Martins observa todo.

- No tengo hambre.

- Come mi pastel. Él es tan caliente.

Melissa salta de su silla y se dirige a un

relleno de bizcocho de chocolate.

- Una pequeña pieza.

Pregunta y el pequeño toma al más pequeño, volviendo con

cuidar y entregar el pastel.

Larissa comienza a comer en pedazos pequeños.

Camino alrededor de los niños para ver si están bien.

Aparentemente Gilberto no cagó nada, hizo el

ser genial.

Por lo general, evita estos días. me acerco al

ACHERON PELIGROSO

PELIGROSOS NACIONALES

enfermera.

- ¿Dónde está Gilberto?

- No vino hoy. Paula está de servicio en su lugar.

- Se explica su día feliz.

La enfermera no puede soportarlo y se ríe.

Veo a Melissa aferrada al cabello de Larissa. ¿Está por ahí?

trata de trenzar y los dos se ríen.

La mayoría de los niños aquí están en tratamiento.

pesado.

Algunos están esperando un trasplante y otros están

recibiendo quimioterapia, pero lo increíble es que

siguen sonriendo como niños felices. larisa

mírame y sonríe. Ella es hermosa. creo que la mujer

más hermoso que he visto. se que vas a pasar

momentos difíciles, pensará en renunciar a varios

veces pero...

Mi corazón se aprieta. Ella merece ser feliz. Merecer

un hombre a tu lado que te ame independientemente

de todo.

Esa mierda no se merece a esta hermosa chica. ¿Está por ahí?

merece más. Te mereces a alguien que te trate bien.

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Que estés a tu lado en todo momento. Qué

hazla pensar en un hermoso futuro.

Casarse, hijos y un amor para toda la vida. Por uno

momento me imagino a tu lado en todo esto.

Aguiar esto está mal y nunca pasará. respiración

abajo y volver con las chicas.

Beso la cabeza de Melissa.

- Necesito recuperar a Larissa.

Melissa besa a la Sra. Martín.

- ¡Buenas noches amiga! Duerma bien.

Larissa la toma en sus brazos y la aprieta.

- ¡Buenas noches, Melisa!

La sigo fuera de la sala de niños. Entramos en el

ascensor y su silencio es inquietante.

Volvemos a tu habitación y te recojo con cuidado.

en su regazo.

Cuando sus brazos se envuelven alrededor de mi cuello ella

Empieza a llorar.

Su llanto es angustioso y lleno de dolor. No

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Puedo liberarlo.

Me siento en la cama con ella, que se acurruca en

mi computador.

Suavizo su espalda, sin saber qué hacer.

- Es tan injusto que estos niños pasen por esto.

susurro en mi pecho.

- Te lo dije... Solo las personas fuertes pasan por esto.

todo.

Sus ojos azules miran hacia arriba y me miran perdidos.

- No tendré fuerzas para todo esto.

Mi mano toca su cara manchada de lágrimas.

- Él va sí. Estaré aquí a tu lado siempre.

Superemos esto juntos.

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NARRA CIÓN DE LARISSA

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Apenas abrazo a Melissa, el Dr. Aguiar me saca de

de vuelta a mi habitación.

Todo el camino solo pude pensar en lo dulce

niñita. En el brillo de tus ojos, incluso antes

de tan ingrata enfermedad. ¿Cómo puede ella todavía

sonreír en medio de esta batalla contra la muerte?

Entramos a mi habitación y cuando envuelve su

brazos a mi alrededor, mis miedos surgen en mi pecho.

En el futuro seré como Melissa. Sin mi

cabello, teniendo días difíciles y sin saber si tendré el

mañana. Las lágrimas comienzan a fuir y

No puedo detener el hipo.

El Dr. Aguiar me envuelve aún más en sus brazos y

dejándome en su regazo, se sienta en la cama.

Sé que esto está mal, pero necesito sentirme tan mal

a salvo. Sorprendentemente tus brazos

siento como una fortaleza a mi alrededor.

- Es tan injusto que estos niños pasen por esto.

susurro acurrucado en su pecho.

- Yo ya dije. Solo la gente fuerte pasa

todo eso.

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Levanto mi rostro y por primera vez me enfrento a tu

ojos.

- No tendré fuerzas para todo esto.

Digo perdido en tu mirada.

Tu mano llega a mi rostro y con calma tu

los dedos limpian mis lágrimas.

- ¡Él va que sí! Estaré aquí a tu lado. Lo haremos

pasarlo juntos.

Tus palabras tocan mi corazón de una manera.

extraño. Acelera los latidos y algo se quema

dentro de él

Tus ojos bajan a mi boca y tu mano

está en la parte de atrás de mi cuello. Tu aliento golpea mi

cara y cierro los ojos. Por alguna extraña razón,

un sentimiento de que me vas a besar crece dentro

me.

Su mano sube a mi cabello y siento el calor de

cierra tu boca. No puedo abrir los ojos.

Tengo miedo de abrirlo y dejará de besarme. O

El ruido de la puerta abriéndose nos asusta y siento tu

girar la cara. abro los ojos y lo veo

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mirando a la puerta.

- ¿Esta todo bien?

Es la voz de mi madre.

Me mira y una sonrisa torcida y sexy estalla en su rostro.

labios.

- Me llevé a la Sra. Martins para dar una vuelta.

- Larisa...

le susurro.

- Llámame Larisa.

Entonces tu sonrisa se ensancha.

- No le gusta la Sra. Martins? a menudo llamo

mis pacientes por apellido.

Niego con la cabeza.

- Parece el nombre de una señora de ochenta años.

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Me río de una manera divertida y me doy cuenta de que todavía est

en tu regazo.

Darse cuenta de que todavía estamos muy cerca. Me

Se levanta y se da la vuelta para ponerme en la cama.

Veo a mi madre ir al baño. Se inclina y

susurra en mi oído.

- Larisa...

Todo mi cuerpo se estremece.

- Que tengas buenos sueños.

Besa mi frente y me deja en la habitación con una

enorme sonrisa idiota.

¿Lo que acaba de suceder? me muerdo el labio,

sabiendo exactamente lo que pasó aquí.

Eso fue un pequeño juego de seducción y lo disfruté. Le gustó

mucho.

Creo que nunca tuve eso con José.

una pareja seca sin juegos.

Me acomodo más en la cama. que hago con mi

¿La vida con José?

Si pasas por todo esto y vuelves a mi vida

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normal, aún se guardará en mí tu

rechazo.

No sé si puedo superar esto y casarme con él.

Cierro los ojos y suspiro.

Pero ahora no es el momento de pensar en lo mío.

futuro. Ha llegado el momento de decidir qué hacer con

mi presente, con mi enfermedad. la puerta de

se abre el baño y sale mi madre con la nariz

Rojo.

- ¿Qué paso?

- Cualquier cosa.

Dice con una débil sonrisa.

- Mamá, no me mientas.

Ven caminando a mi lado.

- Sólo problemas burocráticos.

Yo sostengo tu mano.

- Cuéntame.

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Ella suspira, pero antes de que pueda hablar, suena su teléfono celu

- ¡Hola!

Responde rápidamente, evadiendo nuestra conversación.

- Está justo a mi lado.

Cierra los ojos.

- ¡Derecha!

¡

Extender el teléfono.

- Su padre.

Respiro hondo y cojo el teléfono.

- ¡¡¡Hola papá!!!

- ¿Cómo estás candidiasis?

Abro una gran sonrisa. me gusta cuando el

llámame por mi apodo.

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Papá siempre dice que cuando nací, tuve

enormes ojos que le recordaban a las ranas.

- ¡Estoy bien!

- Es una mentira.

Dice suspirando.

- No es fácil aceptar una enfermedad así, padre.

- Lo sé... Quiero gritarle a Dios.

- No haga eso. Todavía lo necesitaré en caso

hay una posibilidad de curación.

- Me voy a São Paulo ahora de madrugada.

- No es necesario, padre.

- Necesito que sí. Mi tordo está enfermo y lo necesita.

de mí.

- Solo ten cuidado con el viaje.

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- Puede dejar. Ahora toca el bar de tu madre.

Empiezo a reír.

- ¡Te amo papá!

- ¡Yo también te amo, hija!

Mi mamá levanta el teléfono y se aleja de mí.

Intenta hablar en voz baja, impidiéndome escuchar.

Algo salió mal. Puedo sentir que te tensas y

asustado.

Camina escuchando a mi padre.

- Cuando llegue, lo resolveremos.

Cuelga y vuelve a mi lado.

- Dime qué está pasando.

Su mano pasa por mi cara.

- Tu pacto.

- ¿Qué pasa con mi acuerdo?

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Ella suspira y me mira.

- ¿Cubren tratamiento pero no hospitalización?

- ¿Como asi?

Pregunto tratando de sentarme.

- Larissa se calma.

- ¿Cómo puedo calmarme? La hospitalización de la madre no

parte del tratamiento.

- Yo se.

Sus ojos se llenan de lágrimas.

- El costo de la hospitalización es alto.

Cierro los ojos molesto.

- Con lo que tenemos en el banco podríamos

Solo paga un mes aquí.

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- No...

digo frme.

- No utilizaremos nuestro dinero para

lo soportaremos

- Podemos vender nuestra casa.

La miro sorprendida.

- ¿Y tú dónde vivirás cuando todo esto termine?

Yo sostengo tu mano.

- Si muero, quiero que aún tengas tu casa y

ese dinero mamá. no puedo dejarlo ir

todo para mi

Ella comienza a llorar.

- ¿De qué me servirá todo esto sin ti?

Dice sollozando y me abraza.

Tu grito es como puñaladas en mi pecho.

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- Prométeme que no tocarás tu casa ni

en nuestro dinero.

- Larisa...

La tengo en mis brazos.

- No puedo prometer.

- Entonces no aceptaré el tratamiento.

- No haga eso.

Pregunta enterrando su rostro en mi cuello.

- Necesitas este tratamiento.

- Entonces prométemelo.

Tu silencio es una tortura.

- Prométemelo mamá.

- Yo prometo.

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Mi cuerpo se relaja con alivio. no puedo dejarla

perderlo todo, por algo que ni siquiera sé si me curará.

Ella se aparta y se seca los ojos.

- Acuéstate y duerme.

Dice besando mi frente.

- Pronto llegará tu padre y la paz desaparecerá.

Empiezo a reírme en su cara.

- Tu paz desaparecerá.

- Sí...

Voltear los ojos.

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