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Está historia cuenta con su propio sistema judicial, si eres sensible y te gustan los libros de puro romance, está no es tu historia advierto. La Teniente tiene un buen corazón y alma libre, así como un gatillo seguro siendo una de las mejores francotiradoras reconocidas en el mundo, solo que ahora su gatillo está a servicios de cuidarlo a él... El científico de la mafia roja, Alexander Slova. Uno de los mejores químicos de todo el mundo y capaz de hacer desaparecer a una nación con uno solo de sus cilindros bioquímicos. Las mafias lo siguen, los gobiernos lo buscar, la Teniente es su única opción....

Capítulo 1 1

Hungría, 9 de enero, 20:45 pm

1,2,3 _ Fueron tres golpeteos contra el suelo, puedo recordar aún.

_ ¡Dispara ahora! _ advierte, pero yo solo veo a tres chicos que jaquearon la página equivocada.

_ ¡Están desarmados señor! _ hablo _. Están desarmados _ repito.

La base de datos del FBI jaqueada por tres chicos, una de las bases de datos más protegidas en el mundo. Aun así, ningún archivo fue extraído gracias a los cortafuegos. Pero era un delito, y había que encontrarlos, era un trabajo para DELTA.

_ Cumpla la orden, teniente _. Mi dedo estaba en gatillo, el tiro asegurado, aun así, la detonación no vino de mí.

Justo detrás, estaba él.

Los cuerpos cayeron, solo tenían 17 años, junto a ellos una laptop y encriptado, un mensajes de amenaza, si no lo hacían matarían a sus familias.

_ Estaban desarmados _ se repite en mi mente _. Raúl ...

_ Eso no importa, teniente, nuestro trabajo es eliminar las amenazas primero ...

Luego de esa noche muchas cosas cambiaron. Digamos que nunca volví a verlo igual.

Por la muerte de tres civiles desarmados el capitán Raúl Sánchez fue removido de su puesto bajo investigación, fue alegado que no había señales de que no hubiera peligro de armas. Gracias a esto el capitán salió libre y se reincorporó a su puesto, pero con un año de penalización en su derecho de ser ascendido.

Todo quedó cubierto, enterrado como si tres vidas inocentes no se hubieran perdido. Fueron amenazados, tres chicos obligados a hacer algo que les costaría la vida, aun así, ellos fueron los únicos que pagaron el precio.

6 meses después.

_ Teniente, la orden es clara, llegó el momento...

Mantengo la posición sin perder la concentración, abro el armario y veo los cables, cientos de ellos para ser precisa.

– Esto es un mierdero – aviso reacomodando mi cámara corporal para que vean lo que yo.

_ Debe encontrar el correcto de inmediato, no hay mucho tiempo –. Daila habla por la otra línea y comprendo que su posición en el techo es peligrosa, pero, en estas cosas no es bueno meter prisa.

_ Sé que algunos de ustedes pretenden tomar una buena cerveza saliendo de aquí –. Utilizo las pinzas para acomodar mientras me abro paso entre los cables procurando buscar el mío _. Pero si corto el incorrecto estaremos bebiéndola en pedazos en el infierno _ le aclaro a mi equipo y nadie dice nada más _. Eso pensé _ mascullo más para mí, aunque ellos puedan escuchar.

La respiración se me va haciendo más pesada, este no solo es el armario de los cables de luz, aquí están también las alarmas y los mecanismos de defensa de esta jodida base. De todas las que hay tenían que meterse en este bunker de porquería de la guerra fría.

_ Lo tengo _. Siento la chispita de emoción cuando lo tomo y me apresuro a hacer un pequeño corte en el, lo suficiente para unir el metal a mi cable y de inmediato la imagen se muestra en la table en mi brazo _. El laboratorio, lo tengo _ les aviso teniendo ahora un ventajoso acceso a todas las cámaras del lugar.

_ ¡Entonces muévanse! _ Raúl da la orden de inmediato y todos lo siguen, una ventaja de ser el capitán, nadie discute tus ideas desequilibradas, justo como la última que tuvo de meternos aquí.

Digamos que el conseguir acelerar el ascenso a cambio de ganar reconocimiento en misiones suicidas es buena idea, aunque alguno de nosotros muera por ello.

El escuadrón ingresa y me limito a abrir cada puerta que necesitan y a desactivar cada alarma que pueda activarse. El ingreso es rápido y limpio, en pocos minutos están adentro.

_ Teniente, ¿puede mantener la señal? _ indaga y solo medio sonrío en respuesta antes de hablar.

_ Ya está hecho _. Me separo del closet sin que la falta de cable unidos me impida tener acceso a las cámaras _. Su sistema es mío, señor.

Señor, porque a pesar de ello no se me permitió cambiar de unidad, mucho menos de escuadrón, si no testificaba en su contra no había un motivo coherente de por qué solicitar un cambio.

Y lo admito, fui débil, él era el hombre que amaba, mi equipo. Hace un tiempo hubiera disparado cualquier bala por él, pero esa noche conocí mi límite.

_ Bien, muévase hacia el laboratorio, llegaremos primero que usted, pero ....

_ No lo creo, señor _ rebato e imagino que no va a gustarle nada.

_ ¿Qué estás diciendo teniente? _ se escucha fuerte y claro.

_ Que los planos que robamos estaban equivocados _. Observo los auténticos en la table y de inmediato comparto el acceso a ellos al equipo _. Ustedes están demasiado lejos, yo solo a 15 metros del laboratorio.

_ ¡Carajo! _ gruñen en la línea y solo queda el silencio absoluto, si hay algo que a Raúl no le gusta es un mal plan preparado.

_ Avanza, nosotros llegaremos _ acepta, aunque en cada una de las letras le siento sus pelotas comprimidas.

Digamos que si hay algo de lo que él disfruta es ser el centro de la gloria, y justo ahora, como él lo ve, yo tengo el premio mayor porque me lo ha entregado.

El largo pasillo sin guardias hasta la entrada del laboratorio deja en claro que esta gente estaba muy segura de que de aquí no salía nadie, y supongo que pensaba que nadie sería lo suficientemente idiota como para entrar a una de las guaridas de la mafia roja, una de las mafias más sangrientas de la historia, creo que no contaron con que nosotros estamos locos y somos suicidas, y encima nos pagan por ello.

Me toma menos que nada encontrar la entrada, con cuidado paso la puerta principal, el lugar es como un gran sótano, me asomo por la barandilla y observo al tan nombrado científico. Digamos que en la foto que nos dieron se veía bien, pero el tipo en persona está mejor que eso. Una lástima que mi misión sea matarlo.

Saco el rifle y ajusto la mira a mi objetivo, sin viento, buena iluminación, 11 metros de distancia, podría hacerlo con los ojos cerrados.

La bata blanca manchada, la camisa debajo de ella también, sin duda alguna no ha salido del laboratorio en día, así que queda claro la prisa, la cabeza de la ojiva sobre la mesa, y los componentes siendo colocados por él. La está terminando, y no es una bomba cualquiera, es una química. No sé qué contiene ese líquido dentro del cilindro de cristal, pero lo rojo y viscoso deja en claro que es algún patógeno letal.

Varios hombres circulan a su alrededor, algunos llevan expuesta la marca de la organización, el tatuaje en su cuello, así que no solo traban para la mafia como científicos, son soldados. Nueve hombres cuento en total, me sería difícil acabar con todos antes de que alguno escape con la cabeza de la ojiva.

El tiro tendrá que ser limpio, la misión es clara, acabar con el cerebro, con él, antes de que más de esas cosas sean creadas, del resto, solo dijeron que termináramos con los que nos estorben, las bombas que colocamos alrededor del perímetro harían el resto del trabajo.

_ Teniente, esté lista _. Presiono la radio en respuesta ya que no puedo hablar _. Estamos fuera, el disparo será la señal para que entremos.

Coloco el dedo en gatillo, un tiro limpio. Miro por última vez a mi objetivo, y ...

Su mano se mueve hacia uno de los bolsillos sacando la jeringa, observa a su alrededor y sin que nadie lo note vacía el contenido en la ojiva.

_ ¿Qué mierda...?

_ Teniente, ¿qué ocurre? _ insisten del otro lado.

_ Él está haciendo algo _ intento explicarlo, pero creo que ni yo misma sé lo que estoy haciendo.

_ Eso no importa, hágalo _ brama.

Y juro que estoy dispuesta a cumplir mi orden, pero hay algo que me grita que aguarde un poco más, solo un poco mientras lo veo introducir la mano en el cuerpo del misil y de manera sigilosa verter unas gotas de agua en los circuitos, y una leve chispa sale.

Uno de los hombres más cercano lo observa y él simplemente finge que no es nada, y no creo que eso que esté haciendo le de más rapidez o efectividad a ese misil.

_ ¿Qué decían los informes sobre él? _ susurro arriesgándome a que me detecten, pero mi instinto me dice que debo saber.

_ No importa teniente _ ladra y digamos que Raúl no está de humor hoy.

O más bien que la cabeza adornada con un tiro de gracia de un experto en bombas cargadas de toxinas quedarían bien en su expediente.

_ Que no se había identificado si él estaba con ellos o simplemente está siendo obligado _ Eimy rompe la cadena dándome la información.

_ Creo que intenta sabotearla ...

_ Eso no importa, ¡hazlo! _ Juro que luego de tantos años de entrenamiento cada célula de mi cuerpo me indica que debo cumplir la orden, como si todo en mí estuviera programado para ello, para obedecer, pero mi instinto esta vez no acompaña a mis reflejos mientras el disparo suena y la bala se incrusta en la cabeza del sujeto, el mismo que lo observaba y sacaba su arma dándose cuenta de lo que hacía.

_ ¡Corra! _ grito mostrando mi ubicación, dejando que los otros 7 hombres se preparen para venir a por mí, pero les facilito el trabajo saltando del barandal y cayendo sobre una de las mesas llenas de papeles.

El científico se mueve de inmediato y se apresura a tomar el cilindro, pero no se marcha, simplemente toma un martillo y comienza a golpear la ojiva y so sé qué carajo hace mientras los tipos se me vienen encima y los manejo como puedo mientras algunos caen debido a los disparos que llegan de arriba. Mi equipo está aquí, y es evidente que unos segundos estarán el de ellos también.

Hago que caigan de apoco mientras entierro mi navaja de combate en el cuello de uno y el abdomen de otro deslizándola hasta llegar a sus costillas y casi abrirlo como a un cerdo.

Paso al siguiente y el otro y en poco tiempo solo queda uno, mis manos aún gotean la sangre de los hombres mientras él presiona el cilindro contra su cuerpo cuando me acerco.

_ ¿Lo quieres para tu gobierno? _ pregunta en mi idioma aun cuando el suyo natal es ruso.

_ Quiero destruirlo, y que no se utilice con nadie _ respondo y le toma unos segundos mientras mi nombre resuena.

_ ¡Alina, carajo! _ truena tras mi espalda.

_ Tendrás que tomar una decisión ahora _ le advierto, ambos sabemos que el tiempo se acaba.

_ Júralo _. No es una petición, condiciona el acto mientras su barbilla señala el cuchillo en mi mano, sé lo que pide, no estará con ellos, pero sin duda alguna conoce las tradiciones de la mafia.

Tomo el cuchillo y con precisión corto la palma de mi mano _. Lo juro, no dejaré que nadie utilice ese cilindro.

_ Sea quien sea lo impedirás _ recalca y su insistencia y aclaraciones se vuelve molesta cuando tenemos tan poco tiempo.

_ Sea quien sea _ afirmo y solo entonces se mueve acercándose a mí, por instinto preparo el arma en mi mano, pero solo se toma el tiempo de tomar un maletín en el que envuelve el cilindro.

_ Vámonos _ me ordena y me quedo clavada del estupor _. ¿Qué esperas?, sácame de aquí, tengo que desactivar esto _ señala el maletín en su mano y decido hacer lo mío, porque justo ahora me estoy arrepintiendo de dejarlo con vida.

Eso y la mirada de mi flamante capitán que promete darme azotes por desobedecerlo mientras se apresura a cerrar su mano en torno a mi brazo con toda su fuerza.

_ Creí que había quedado claro que mis órdenes no se discuten _. La mirada de brilla, peligrosa, letal.

_ Creí que te había quedado claro que no disparo a inocentes _. Su agarre se afloja de inmediato, el resto del equipo solo se hace a un lado permitiendo el paso mientras hago que el ruso camine.

Digamos que las cosas no han sido fáciles para nadie desde ese incidente. Conozco su motivo para no dejarme ir, me quiere cerca, en donde puede comprobar que mi boca permanece cerrada sobre esa noche.

_ Si querías hacerlo enojar, lo has conseguido _ Eimy murmura mientras paso entre las filas y me gano la mala mirada de más de uno.

_ Ya está hecho _ advierto por si alguno piensa en completar lo que yo no hice, me respetan como su teniente, pero también saben quién soy y solo por las dudas les recuerdo _. Nadie lo toca.

Menuda mierda en la que me metí esta vez, observo mi mano aun ensangrentada en donde está la marca que yo misma me hice.

Carajo.

Solo espero que en serio me haya guiado mi instinto y no las ganas de fastidiarle el ascenso. Digamos que la rabia aumenta cada día que veo al hombre que no conocí por más que fue mi pareja por 5 años. Nunca sabré cómo pude ser tan siega, o es que él fue demasiado bueno mintiendo.

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