Mi nombre es Elena, una mariachi humilde.
Mi vida dio un giro de 180 grados cuando mi hermana mayor, Sofía, la más dulce y sencilla de nosotras, se convirtió en la octava prometida del primogénito de la poderosa familia Mendoza, y desapareció para siempre.
La prensa, comprada por el dinero de los Mendoza, declaró su muerte como "suicidio por estrés", un destino que también les tocó a las siete prometidas anteriores.
Los Mendoza, intocables, se salieron con la suya y mi propio padre, un humilde panadero, fue amenazado y silenciado, negándose a vengar el honor de mi Sofía.
