La Universidad de Roma. Un bastión de la élite, donde el mármol y el oro palidecen ante el brillo de sus estudiantes: herederos consentidos, jóvenes minados por la fortuna y tan caprichosos que su único idioma común es la ostentación de lujos y el poder del dinero.
En este ambiente de cuna de oro, llega Sofía Caruso, una joven latina cuya presencia es una anomalía. Su pase a esta prestigiosa institución no fue comprado; fue conquistado. Detrás de su beca hay años de lucha incansable y un sacrificio silencioso: la firme determinación de forjar un destino radicalmente distinto, lejos de aquellos que nunca supieron valorarla como hija.
Sofía aspira a un futuro mejor, pero lo que encuentra es una complejidad que jamás imaginó.
Todo comienza con el encuentro casual con los primeros de los hermanos Martileni. Ellos, herederos de una de las familias más poderosas y enigmáticas de Italia, ejercen una influencia tan vasta como su fortuna. Al conocerlos, Sofía se ve envuelta en una vorágine de emociones desconocidas: la calidez de la amistad, la firmeza de la confianza y, sin esperarlo, los primeros y confusos atisbos de un afecto más profundo.
Pero es la llegada de los tres hermanos restantes lo que la arroja a un abismo emocional. La joven se encuentra irrefutablemente atraída por los siete hermanos atando en ella una tormenta de sentimientos y sensaciones que jamás creyó posible experimentar, y que la desafían a cuestionar todo lo que sabía sobre sí misma.
Los Martileni son la definición de la perfección social: influyentes, admirados, intocables. Sin embargo, la fachada de su apellido oculta una verdad mucho más oscura y peligrosa. Un secreto que reside en las sombras de su impecable existencia y que, de ser revelado, podría destruir no solo su legado, sino también a cualquiera lo suficientemente cerca como para apreciarlo.
Para los Martileni, y para aquellos a quienes deciden acercar, la única regla es simple: la oscuridad debe permanecer oculta a los ojos de la sociedad.