Hicimos cosas de niños que nunca valoramos. Recuerdo que me encantaba la lluvia, correr sintiendo cada gota resbalarse por mi piel, mojar mi cabello y la ropa de marca que me compraban mis padres. De pequeña tenía una familia feliz, sueños y deseos. Hoy solo tengo un arma, una bala y un deseo insaciable por morir, por rendirme y dejar de sufrir en manos del monstruo que me compró.
Hace tiempo que no respiro. Me ahogo en una prisión creada solo para mí. Busqué una salida y acabé encadenada, entonces busqué morir, dejar de esperar a que alguien venga y me salvase, para aceptar que solo muerta él me dejaría ir.
Fui una niña de dieciséis años que tuvo que crecer. Soy una mujer de diecisiete años llena de miedos, destrozada por dentro, humillada, golpeada, abusada y encerrada. Soy de su propiedad, él es mi dueño.
Una joven vendida.
Un mafioso cruel y despiadado.
Una inocencia que se pierde.
Una vida que se va.
Un vacío existencial
Y un único objetivo: vivir.
Regina es una joven llena de luz y vida. Héctor por el contrario es un hombre frío y cruel. Ella nunca esperó ser su presa, pero ahora está obligada a estar a su lado hasta que la muerte se la lleve.