-Bien, lo mismo de siempre. -Dije.
-Siempre que te miró pienso que debiste elegir otra profesión. -Dijo.
-Amo ser maestra, enseñarle a pequeños que después crecerán y enseñarán a otros. -Dije.
-Eso suena muy bonito pero, tú sabes que ese no era tu sueño. -Dijo.
-Bueno.... aveces la vida real es muy diferente a nuestros sueños y será mejor no hablar de eso ahora. -Dije.
-Tienes razón, por que ahora debes tomar una ducha y vestirte, esta noche saldremos con Jack y sus amigos. -Dijo.
- ¿Saldremos? -Alcé una ceja.
-No puedes dejarme sola, de verdad quiero salir con Jack, por favor. - Helena cruzó las manos en señal de súplica, rodé los ojos.
-Está bien. Te acompañare. Pero solo un par de tragos y ya. -Dije.
Entré al baño y tomé una ducha rápida, mi teléfono comenzó a vibrar, era Liam, llamaba una y otra vez.
Enredé mi cuerpo en una toalla y salí para secarme y vestirme. Después de todo tomé mi móvil. Liam estaba enojado.
*Porque mierda no respondiste mis llamadas, seguramente andas de puta por ahí.
Respondí a su mensaje.
*Estaba tomando una ducha, perdóname.
Liam respondió a aquel mensaje con una llamada, gritaba en el teléfono.
-Estaba preocupado por que no respondías. Deja de hacer eso. -Dijo.
-Cariño estaba en la ducha y... -
-Sabes que cuando te llamo tienes que responderme, no vuelvas a hacer eso. ¿Saldrás esta noche?-Dijo.
-No, me quedaré en casa. ¿Por qué? -Mentí, Liam vivía en mi ciudad anterior, a seis horas en auto. Así que dudo que venga este fin de semana, ya que por su empleo nos veíamos poco tiempo y pocos días. Liam y yo teníamos una relación desde hace dos años pero francamente ya estaba harta de él.
-Solo estaba preguntándote, igual llamaba para avisarte, esta semana iré a verte, te extraño mucho mi niña. –
Dijo.
-Yo también. -Dije. -Hablamos después, tengo que calificar unos exámenes. -Dije, evadiendo la llamada.
-Está bien, te amo. -Dijo, finalicé la llamada.
Mi relación con Liam era muy complicada, él era un hombre muy obsesivo, celoso, quería dominarme.
-¿Estas lista?-Preguntó Helena.
-Si, vayamos ya. -Dije.
Helena condujo hasta el bar al que iríamos, habíamos estado ahí antes así que el dueño nos conocía, siempre nos llevaba a la misma mesa.
-Cariño. -Dijo Helena arrojándose a los brazos de Jack, comenzó a besarlo... o mejor dicho comenzó a comérselo ahí.
-Hola bonita.-El respondió a ese beso de la misma manera, deslizando su mano por el trasero de Helena.
-Creí que vendrían tus amigos. -Dije.
-Amigo y si, debe estar por llegar. Dijo Jack.
- Relájate y tomate un trago, lo mereces. -Dijo Helena, pedimos un par de cervezas. Liam comenzó a llamar de nuevo así que decidí apagar mi teléfono. Comenzaba a ser molesto pa mi.
-Disculpen la demora, había mucho tráfico por ahí. -Dijo una voz masculina, voltee la mirada y me tope con un hombre alto y apuesto, bastante serio.
- Descuida Matthew apenas llegamos, ven siéntate. Voy a presentarte a mi novia Helena y a su amiga Samantha. - Dijo Jack.
El extendió su saludo hacia Helena.
-Que gusto conocerte al fin Helena, Jack me ha hablado mucho de ti. -Dijo dibujando una pequeña sonrisa en sus labios. Apenas y parecía que estuviese sonriendo.
-Y al fin conozco al mejor amigo de Jack, el famosísimo Matthew Williams. -Dijo Helena dejando un beso en la mejilla de Matthew.
-Matthew casi no viene a estos lugares, es un amargado. -Dijo Jack riendo.
-A algunos si nos importa el trabajo. - Dijo Matthew tomando asiento justo a lado de mi, sin mirarme.
-Eres el dueño de tu propia empresa, sabes perfectamente que no tienes por que ir a trabajar todos los días. -Dijo Jack.
-Y es por esa misma mentalidad que muchas empresas se van a la ruina. - Dijo Matthew.
-Ya, no vinieron aquí a hablar de trabajo. Jack y yo tenemos algo importante que decirles. ¿Verdad amor?-Dijo Helena con una sonrisa de oreja a oreja, realmente se veía feliz.
-Helena y yo vamos a casarnos. - Jack sonrió mirándola.
- Felicidades. -Dije emocionada.
-Y ustedes son las personas más especiales que tenemos y queríamos que sean los primeros en saberlo. -Dijo Jack.
-Me alegro por ti. Esto merece celebración. Esta noche yo invito a todo. -Dijo Matthew
Helena y Jack fueron hacia la pista de baile y comenzaron a divertirse como solían hacerlo, eran un buen equipo juntos, una parte de mí se alegraba por aquel compromiso, Helena sería feliz y eso era lo que importaba, aún que Jack aveces me daba mala espina.
-¿Tu no bailas? -Preguntó Matthew.
-Vaya, apenas y te das cuenta de que estoy aquí, que gusto. -Reí.
– Te vi desde que llegué, Samantha. - Dijo cruzando su mirada con la mía.
-¿Como sabes mi nombre?-Estaba un poco confundida.
- Jack me lo dijo hace unos segundos. -Rió un poco.
- Cierto. -Bebí un poco.
-No pareces muy cómoda aquí. -Dijo.
-No me gusta mucho venir a este tipo de lugares. -Dije.
-Vaya, tenemos algo en común. - Sonrió.
-Y también tenemos a dos amigos que
disfrutan mucho este tipo de festejos. -Rei dirigiendo mi vista hacia Helena y Jack, estaban divirtiéndose como nunca.
-Entonces son dos cosas en común, hasta ahora. Sonrió.
-Mierda. -Dije poniéndome seria, Liam había venido al bar, estaba completamente serio y caminaba hacia mi.
-¿Pasa algo? -Dijo al notar mi expresión.
-Así que me mentiste. Dijiste que estarías en casa calificando unos putos exámenes. ¡Pero estás en un puto bar engañándome! -Dijo Liam, me tomó del brazo arrastrándome hacia la salida.
-No es lo que estas pensando. Helena está aquí y venimos por qué.... -Liam me dio una cachetada.
Matthew lo tomó por la camisa y comenzó a golpearlo fuerte, agarro desprevenido a Liam así que él apenas pudo defenderse.
-Vuelves a ponerle una mano encima y voy a matarte. -Matthew levantó la voz. Sin dejar de mirar amenazante a Liam.
-Tu no me vas a decir cómo tratar a mi mujer pedazo de idiota. -Dijo Liam y esta vez él le aventó un golpe a Matthew.
-Detente ya Liam. -Dije colocándome enfrente de Matthew, recibiendo un fuerte golpe de Liam. El me miró.
-Vete de aquí o voy a llamar a la policia, ¡vete de aquí imbécil! -Gritó Matthew, tomando mi rostro con sus manos, acariciando mis mejillas.
-Voy a curarte ese golpe. Y no voy a dejar que ese idiota vuelva a tocarte. - Me miró.
-Estoy bien. -Dije, el cobarde de Liam terminó yéndose, No sin antes dejar su patética amenaza.
"Esto no ha terminado, volveré por ti perra" Dijo. Un par de veces.
-Ven, te llevaré a casa. -Dijo Matthew.
-Pero Helena y Jack.... debemos ir. - Dije.
-Ellos siguen adentro, están divirtiéndose, quizá sea bueno dejarlos. Le dire a mi seguridad que se encargue de decirle a Jack que estarás conmigo. -Dijo.
-Está bien. -Dije, él me tomó de la mano y caminó conmigo hacia su auto, abrió la puerta y me ayudó a subir.
Comenzó a conducir.
-Entonces ese hombre es tu novio. -Preguntó sin despegar la vista del camino.
-Si... aunque casi no lo veía. Él vive un poco lejos, antes de mudarme aquí, si pasaba mucho tiempo con él. Aunque... últimamente no disfruto de su compañía. -Dije.
-¿Por que?-Preguntó.
-Es muy posesivo.... quería controlarme. -Dije. Él exhaló poniéndose cada vez más y más serio.
-Ya veo. Parece que hemos llegado a tu casa, que tengas buenas noches. -Dijo sin mirarme, algo de lo que había dicho lo irritó.
-Gracias por traerme a casa. -Dije.
El estaba pensativo, sus ojos estaban fijos en mí y no podía definir ni interpretar la expresión que tenía en su rostro.
-Sube al auto, ahora. -Dijo.
-¿Qué? -Pregunté.
-Sube al auto, ahora. -Repitió, con un temple frío.
No se porque demonios lo hice, solo subí a su auto, él comenzó a conducir sin decir ni una sola palabra. Hasta que llegamos a su casa, parecía una fortaleza, tenía guardaespaldas y un amplio personal de servicio.
-¿Estas nerviosa? -Dijo cuando caminábamos hacia dentro.
-No, solo me pregunto que hacemos aquí. Es todo. -Tragué saliva.
-Dije que te curaría el golpe. Siempre hago lo que digo.-Me miró, acariciando mi mejilla, dirigiendo su vista a mis labios. No pude evitar morder mi labio inferior, él lo acaricio. -No hagas eso. -Susurró.
Malditas ganas de besarlo.
-¿Por que me miras así? -Dije tímida.
- Por lo mismo por lo que tú te estás mordiendo ese labio. Por que me gustas. -Dijo acercándose más a mi.
Intenté alejarme pero me tenía a su Merced, pegada a su cuerpo.
-Acabó de conocerte... esto no está bien.
- Deja la moral a un lado, sabes perfectamente que ahora mismo mueres por que te besé, mueres por ser mía. -Dijo susurrando, rozando sus labios por mi cuello. Acariciando mi cuerpo con sus manos.
-Detente. -Mordí mis labios.
-¿Estas segura? -Besó mis labios, respondí deseosa ante ese beso, no quería separarlo de mi, sus labios le besaban con suavidad. -¿Que quieres ahora? -Dijo separándose un poco de mi.
-Más. -Lo miré a los ojos.
-Lo sabía, eres perfecta para mi. Desde que te vi lo supe, notaste que no te miré y no quisiste llamar mi atención, por que sabías que la tenías.... no perderé más tiempo contigo, hay algo que quiero que sepas. -Me tomó de la mano y se dirigió conmigo hacia una pequeña habitación a un costado de la sala, su oficina en casa.
-No entiendo nada. -Dije.
- Ponte cómoda, que esta noche será muy larga. - Dijo. Obedecí.
- Dime. -Dije.
-Quiero que seas mía. Quiero que seas mi sumisa. -Dijo. Mierda, sabía a lo qué se refería.
-¿Tu... Quieres que yo sea tu esclava sexual o algo así? - Pregunté.
Ser una sumisa va más allá de ser una esclava sexual Samantha, si accedes a ser mi sumisa serás mía completamente, cuerpo, alma y mente. -Dijo.
-Es una locura. -Dije levantándome de la silla.
-Piénsalo. Se que lo quieres, solo abre un poco tu mente Samantha. -Me detuvo.
-Yo... yo no lo sé. -Baje la mirada.
-Te daré hasta mañana para que lo pienses, no te cierres, por favor. - Volvió a besar mis labios. -Anthony te llevará a casa, él será tu guardaespaldas si aceptas firmar el contrato. Te veré mañana por la mañana Samantha. Y espero que tengas una respuesta. – Volvió a besarme, me deje llevar.
Al llegar de nuevo a casa, tomé mi laptop y comencé a investigar un poco más sobre ser una sumisa, lo que el internet mostraba me aterraba. Todo parecía doloroso, definitivamente mi respuesta será NO.